Hola de nuevo, bello y amado fandom GrimmHime TuT. He vuelto con otro fic de esta pareja (no me maten por no haber actualizado mis otras historias, al menos ésta ya está terminada TuT) ambientado en el universo de Black Mirror, más en concreto en el capítulo 3 de la tercera temporada titulado "Shut up and dance". La trama obviamente no es igual, sólo me inspiré en el chantaje que le hacen a los protas xD.
Si no han visto el capítulo ni la serie, no se preocupen, creo que la situación se explica bastante bien en mi historia.
Advertencia: Sagawinchester es la escritora y esto es un fic Rated M, así que ya saben, lo usual.
Supongo que no está de más decir en el disclaimer que ni el universo de Black Mirror ni sus personajes me pertenecen.
Tampoco los de Bleach, son de Tite Kubo.
SECRETOS
Capítulo 1
Grimmjow estaba de pie del otro lado del vidrio de la sala de interrogaciones con los brazos cruzados, observando en silencio el interesante pero inefectivo trabajo que Aizen hacía interrogando a uno de los sospechosos por la muerte de una chica que habían encontrado en un callejón el día anterior.
La investigación estaba más o menos atascada. Sin testigos, evidencia, ADN ni un arma homicida, faltaba poco para que el caso pasara al archivo de casos sin resolver durante un buen tiempo hasta que fuera momento de depurar. El sospechoso, un imbécil universitario con quien la víctima había salido durante poco más de un año, se mesaba los cabellos con desesperación tratando de explicarle a Aizen que él no había sido, que todo era una confusión, que él ni siquiera estaba en la ciudad el día anterior y un montón de excusas cliché que nadie le creería ni por un minuto, pero a fin de cuentas era inocente hasta probar lo contrario.
Mientras Aizen proseguía con las preguntas, hablando fuerte y claro para que el muchacho entendiera, un mensaje llegó al celular de Grimmjow. El remitente decía DESCONOCIDO:
"¿TE DIVIERTE VER A OTROS SUFRIR POR ALGO QUE TÚ HICISTE?"
Grimmjow observó la pantalla, confundido. Seguramente se trataba de un error, un mensaje destinado a otra persona. Pensó en descartarlo sin más, pero era mejor corroborarlo.
"¿Quién eres?", respondió.
La respuesta llegó unos segundos después:
"ALGUIEN QUE ESTUVO EN EL LUGAR ADECUADO EN EL MOMENTO ADECUADO"
Grimmjow se paralizó por un momento. Antes de que pudiera responder, llegó otro mensaje. No tenía nada de texto, únicamente era un video adjunto.
En él se veía un callejón, parecía que había sido grabado desde una esquina, probablemente un lugar oculto detrás de un contenedor de basura. A unos diez metros de ahí había un cuerpo tirado. La cámara había hecho zoom para grabar más de cerca y Grimmjow vio que era una joven de cabello castaño con puñaladas en el pecho y abdomen. Su blusa verde estaba completamente manchada de sangre y se veía incluso más grotesco con aquella luz mortecina del callejón. La reconoció como la joven que en esos momentos estaba en la morgue, cuyo exnovio estaba en la sala de interrogatorios con Aizen.
El video se extendía dos minutos más, pero Grimmjow no necesitaba ver el resto. Lo había vivido en carne propia. Llegó otro mensaje:
"NIÑO MALO"
"Yo no la maté" escribió Grimmjow a toda prisa antes de presionar el botón de ENVIAR, sabiendo que, sin conocer el contexto, el video podía tener otra interpretación.
"¿QUÉ TAN BIEN ESCONDISTE LA EVIDENCIA?"
La mente de Grimmjow estaba maquinando a toda prisa en busca de una solución. Sentía el filo de la guillotina en el cuello. Primero tenía que rebobinar un poco para organizar sus ideas antes de pensar en algo más.
Grimmjow Jaggerjaquez era policía de la ciudad de Karakura desde que tenía veintiún años. Había ascendido al puesto de detective de homicidios a los veinticinco y prácticamente tenía tres años siendo la mano derecha del capitán Aizen. ¿Era bueno en su trabajo? Sí, lo era. Sin embargo, al igual que muchos en el departamento, no podía negar que en más de una ocasión había sido corrupto. No había pasado mucho tiempo hasta que la mafia de Karakura lo contactó para proponerle un trato. Una suma exorbitante de dinero a cambio de algunos favores de vez en cuando que quitaran los reflectores de sus negocios ilegales.
No había que ser un genio para saber la respuesta, sobre todo cuando el salario de detective, con todo y deducciones, no era la gran cosa. Grimmjow tenía deudas, préstamos, gastos personales. No podían culparlo por buscar otras opciones de supervivencia.
Pero ahora…ahora todo estaba en riesgo porque alguien lo había filmado tomando el arma homicida de la escena del crimen por un favor que le estaba haciendo a la misma mafia. Las explicaciones sobraban. A Aizen no le importaría en lo más mínimo el trato que tenía con ellos, lo que haría sería ponerle la soga al cuello por haber interferido en una investigación. Y no sólo eso, estaba encubriendo al culpable, lo cual lo convertía en cómplice de homicidio.
"¿Qué es lo que quieres?" preguntó Grimmjow.
Se puso a pensar en el montón de favores que tendría que hacer para pagar la extorsión. Podía recurrir al sujeto de informática y pedirle que investigara el número del chantajista, pero eso implicaría que viera el video y no podía permitirlo. Otro mensaje llegó enseguida:
"SI NO QUIERES QUE EL VIDEO LLEGUE A TODA LA RED, Y AÚN MÁS IMPORTANTE, A TU SUPERIOR, HARÁS EXACTAMENTE LO QUE TE DIGA"
-Jódete, grandísimo hijo de...
La notificación de un nuevo mensaje interrumpió la frase de Grimmjow:
"ACTIVA TU UBICACIÓN Y MANTÉN EL TELÉFONO ENCENDIDO Y CON BATERÍA"
Grimmjow lo hizo a regañadientes. Tenía 98%, así que eso debería bastar por el resto de la noche. De todas formas, hizo una nota mental de llevar el cargador portátil. Otro mensaje:
"TIENES 15 MINUTOS PARA IR AL SEGUNDO PISO DEL ESTACIONAMIENTO DEL CENTRO COMERCIAL QUE ESTÁ A CINCO CALLES DE LA ESTACIÓN DE POLICÍA Y ENTREGARLE UN PAQUETE AL HOMBRE DEL SOMBRERO DE RAYAS. ENCONTRARÁS DICHO PAQUETE EN LA CAJUELA DE TU CAMIONETA. SI NO LO HACES, PUBLICARÉ EL VIDEO. CUENTA REGRESIVA A PARTIR DE QUE RECIBAS ESTE MENSAJE: 14:59...14:58"
Grimmjow apretó el teléfono en sus manos con tanta fuerza que pensó que lo rompería. Estaba tratando de controlarse porque no estaba solo, el resto de los agentes caminaban por la estación de policía, cada quien ateniendo sus asuntos. Pero el coraje y la impotencia que sentía amenazaban con superarlo. Dio media vuelta y se dirigió a su oficina. Entró, cerró la puerta con llave y se sentó en su silla con aire cansado, frustrado, enterrando la cabeza entre sus manos encima del escritorio. El temblor en su cuerpo lo traicionaba. La culpa lo embargó y lo primero que pensó fue en entregarse él mismo a Aizen antes de que averiguara todo por otra fuente. Tal vez sería considerado, tal vez le daría el beneficio de la duda y la oportunidad de explicarle por qué lo había hecho. En el mejor de los casos perdería su placa, en el peor, iría a prisión por los cargos de obstrucción de la justicia, robar evidencia de la escena del crimen y, desde luego, por ser cómplice de asesinato en primer grado.
Sin embargo, para librarse de todo aquello, lo único que tenía que hacer era entregar un paquete dentro de quince minutos. Era una salida fácil y altamente viable considerando que apenas tenía veintiocho años y toda una vida por delante que no planeaba desperdiciar en prisión.
A modo de recordatorio, o como presión psicológica, llegó un nuevo mensaje que decía: "TE QUEDAN 13 MINUTOS"
Grimmjow pensó que en cualquier caso no era una garantía. Aquel loco que estaba chantajeándolo podía haberle mentido sobre publicar el vídeo entregara el paquete o no. ¿Podía confiar en él? Desde luego que no. ¿Tenía otra opción? Tampoco. De cualquier manera se decidió en ese momento. Llevaría el paquete a dicho destino y cuando estuviera seguro de que su trasero estaba a salvo, iba a darle caza a ese malparido hijo de puta que se había atrevido a chantajearlo y darle órdenes como si fuera su perra. Nadie se metía con Grimmjow Jaggerjaquez y vivía para contarlo.
Tomó las llaves de su camioneta, su chaqueta negra, su celular, el cargador portátil y salió nuevamente de la oficina. En el camino se topó con Aizen.
-Grimmjow, estaba buscándote. No conseguí nada del exnovio, y sólo podemos retenerlo 48 horas sin cargos. Necesito que interrogues a su amiga a ver si consigues que te diga algo que pueda sernos de utilidad. Yo tengo una llamada muy importante del alcalde.
Eso era un inconveniente. Aun si Grimmjow estaba dándole prioridad a salvar su trasero, no podía ignorar el resto de sus obligaciones como detective de homicidios.
-Jefe, necesito que me dé el resto del día libre –respondió Grimmjow.
-¿Estás loco? Estamos en medio de un caso de asesinato –exclamó Aizen-. ¿Por qué necesitas tomarte el día libre? Espero que tengas una buena excusa.
La mente de Grimmjow maquinó a toda prisa en busca de un pretexto que fuera creíble. ¿Enfermedad? Aizen seguramente le daría una patada en los huevos. ¿Una abuela fallecida? Muy cliché. Tampoco tenía esposa ni novia como para poner el pretexto de que su hijo estaba a punto de nacer, entonces…
-Voy a seguir una pista.
Aizen lo miró extrañado. Era una excusa rara, pero interesante.
-¿Una pista?
Grimmjow miró su reloj y vio que le quedaban once minutos.
-Sí, no puedo revelar el nombre de mi fuente, pero creo tener algo sobre el asesino. Quedamos de vernos en diez minutos y ya voy tarde. Le estoy pidiendo el resto del día libre porque no sé cuánto tiempo me tome esto.
-Ya veo –dijo Aizen, pensativo-. En ese caso mejor ve. Le diré a Harribel que interrogue a la amiga de la víctima. Avísame si averiguas algo.
Grimmjow asintió y se alejó. Salió al estacionamiento y caminó rápidamente hasta su camioneta. Abrió la cajuela y vio que ahí estaba el dichoso paquete. No tenía idea de cómo aquel sujeto había violado también la seguridad de su vehículo, pero en ese momento era la menor de sus preocupaciones. Llegó otro mensaje:
"9 MINUTOS"
A regañadientes, Grimmjow encendió la camioneta y salió del estacionamiento. Ya estaba anocheciendo y las calles estaban llenas de gente que salía del trabajo. Hizo el recorrido en 4 minutos y entró al estacionamiento del centro comercial. La primera planta estaba casi llena, pero en la segunda sólo había unos cuantos carros viejos. Grimmjow se estacionó y bajó de la camioneta con la chaqueta en una mano y el paquete en la otra. Dejó el paquete encima del cofre y se puso la chaqueta. El viento prometía una noche fría aunque seca.
Grimmjow sacó su teléfono y escribió:
"Ya estoy aquí."
"ESPERA AL HOMBRE CON EL SOMBRERO DE RAYAS Y ENTRÉGALE EL PAQUETE"
Un hombre con sombrero de rayas. La descripción sonaba ridícula, pero era lo único que tenía. Grimmjow tomó el paquete y lo sacudió. Por dentro se escuchaba un objeto pequeño que se movía y le dio curiosidad saber qué era. Entonces se detuvo. "Mientras menos sepa, mejor", pensó.
Continuará…
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