OMN, solo por diversión. Siento que Django necesita más amor.

Creo que ya saben que el Tigre no me pertenece, duh... ni el rey león xD. Whateva:

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"Ya vámonos, querido" se escuchó su voz clara e inquietante por los pasillos.

El día dos de noviembre, en México, es un día donde la alegría se funde con la tristeza, la fiesta con el luto, el amor con la nostalgia.

Es un día en el cual cierto esqueleto andante, vestido con botas, zarape y sombrero, debe acompañar a su abuela a cumplir su papel como maestra de ceremonias.

Django solo miraba a otro lado con fastidio, deseando con vehemencia saltar a las canoas vecinas a robar algunos –cientos de miles de –ramos de cempaxúchitl. Por que si había algo por lo cual a Django le gustaba el día de muertos era –además de las divertidas calaveras, la fiesta, la música, la caña, las calaveritas de azúcar, los colores, los dulces, el hermoso contraste de lo que es y lo que fue –eran aquellas flores anaranjadas, de penetrante olor dulzón.

Y ahí estaba él, estirando el brazo disimuladamente para tomar aun que fuese una de esas maravillas florales, cuando escuchó:

"Algún día, mi imperio será tuyo, querido nieto. Debes aprender las reglas de cómo ser un buen anfitrión en el inframundo", Decía Sartana con un aire de realeza, casi como Mufasa dice a Simba: Todo lo que toca la luz es mi reino. Aquello hizo que por un instante, la cara gruñona de Django pasara a una de alegría e ilusión. Algún día el sería el rey de los muertos, y ¡Oh felicidad! Podría hacer lo que quisiera.

"Mientras tanto, quita tus pequeñas y huesudas manos de la ofrenda y endereza la columna, que pareces cuasimodo"

Y el sentimiento de amor y agradecimiento de "oh, eres tan buena" hacia su abuela desapareció casi inmediatamente, regresando a la misma cara de fastidio que tenía hacía unos momentos.

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