Un drabble a mitad de semana, había tenido ganas de escribir, pero no se me ocurría nada y de repente, mientras leía un doujinshi, apareció este bebe. Espero que les guste, estoy un poco oxidada en esto de escribir pero me empeñare en seguir mejorando. Espero y les guste:

Simplemente, no deseo quererte.

Mis sentimientos siempre fueron confusos. Desde un principio hasta el agonizante final, no sabía que era, no quería saberlo, pero salieron de mí; sin mi permiso, explotaron dentro de mi pecho y me encontré a mí mismo diciéndolo, tratando de explicarte todo esto.

-Me gustas... estoy convencido de que te amo- eso fue lo que Kageyama había dicho ese día al salir del entrenamiento, en el punto del camino donde ambos se separaban para dirigirse a sus casas. Hinata se quedó quieto sin decir nada, ¿cómo se suponía que debía contestar a esa pregunta? o ¿acaso había respuesta a eso? Lo dudaba, pero Kageyama permanecía ahí, como si estuviera ansioso por su respuesta; pero las palabras no salían de Hinata.

-Yo...- cuando la voz comenzaba a regresarle, Kageyama le detuvo.

-No quiero- de nuevo volvió el silencio. Hinata estaba notablemente confundido, ¿no quería que?

-No... entiendo- Kageyama le miraba fijamente, tanto, que Hinata pensaba que no le miraba de verdad.

-No quiero... No quiero que me gustes, no quiero sentir nada de esto por ti, no quiero que me intereses de esta manera- al escucharlo, Hinata apretó el agarre que tenía sobre los manubrios de su bicicleta.

Ya no había nada más que decir.

Con una velocidad que incluso a él le sorprendió, se montó en la bicicleta y pedaleo lo más rápido que sus piernas le permitieran. Escucho los gritos de Kageyama, llamándole, pero los dejo atrás, que murieran en el aire. Se limpió las lágrimas con la manga de la chaqueta, dejándose los ojos enrojecidos. Trago saliva y la sensación era como de ácido quemando su garganta.

Si no deseas quererme, entonces no me lo digas, idiota.

Kageyama vio a Hinata alejarse, hasta que se perdió de su vista y él se dio vuelta para irse a su casa. Pateo una lata y se sentó en el suelo.

-¿Por qué siempre hago esto?- se cubrió la cara con ambas manos, sin dejar que las lágrimas bajaran.

Solo deseo que tú me quieras...

Es imposible ahora, ¿cierto?

¿Les gusto? Espero que sí, bueno, creo que eso es todo, hoy no tengo mucho que decir además de… no, nada realmente. Saben que se aceptan comentarios de todo tipo y esas cosas, los quiero, cuídense, ¡Viva México! y los adoro, Bye Bye… ¿reviews? :3