Hola, decidí escribir esto porque me encantan Vegeta y Bulma, son mi pareja favorita. Siento que su historia no es la típica de él chico malo se enamora de la chica buena. Para empezar, Bulma no es la típica chica buena, lo que la hace más interésate. Como sea, espero y que les guste esta historia
¡Advertencia! Tiene lenguaje para adultos
Disclaimer: Todo el universo de DBZ le pertenece a Akira toriyama
¡Qué extraños podían ser los giros de la vida! Hace un año, Bulma le tenía un miedo enorme al Principe de los Saiyajins, Vegeta. No sólo te temía, también le odiaba por asesinar sin piedad a su novio,Yamcha y a los demás Guerreros Z. Y sin embargo, ahora él vivía en su casa, comiendo en la misma mesa que ella y entrenando en la cámara de gravedad que su padre había construido para Goku.
Desde que él misterioso joven de pelo purpura les advirtió en que en exactamente tres años unos androides destruirían la tierra, Vegeta se la había pasado entrenando sin parar. No hablaba con nadie, no salía, no hacía otra cosa que no fuera entrenar. Bulma por otro lado, se la pasaba en su laboratorio, creando innovadores inventos y haciendo mejoras a sus robots. Rápidamente la interacción entre ambos se fue definiendo por un ciclo reconocible: Vegeta le ordenaba a Bulma algo, Bulma le exigía que digiera por favor, discutían, Bulma terminaba cediendo y luego volvían a ignorarse. Una y otra vez.
Todo permaneció de esa manera por varios meses. Hasta que un día….
Bulma camino dormilonamente hacía su laboratorio con una taza de café en la mano. Las luces se prendieron en cuanto ella puso un pie en la habitación. Colocó la taza sobre el escritorio, prendió la computadora, y recogió unos papeles, ordenándolos. El día apenas comenzaba, y ella ya estaba exhausta, su mente para ser más precisos. Estaba cansada de pensar. Saber que en tres años unos androides podrían acabar con todos y que ella no podía hacer nada, la frustraba a más no poder. Y por si eso fuera poco, ella tenía el presentimiento de que Yamcha la estaba siendo infiel, otra vez.
"Ugh"- Bulma gimió, agarrándose ambos lados de la cabeza y deambulando al otro lado del laboratorio. Vio el estéreo y lo prendió, queriendo distraerse un poco. La canción que sonó era unas de sus favoritas. Inmediatamente, su cabeza comenzó a menearse, sus caderas se movieron de un lado al otro, y luego sus manos se le unieron. De mejor humor, Bulma le subió a todo volumen, y dio pequeños saltitos mientras agitaba vigorosamente sus caderas y sacudía su cabello. Dejándose llevar por la música, sus movimientos se volvieron bruscos y torpes, luciendo más como si estuviera teniendo un ataque, pero no importaba, estaba sola, nadie podía juzgarla.
Salvo que no estaba completamente sola.
"¿Qué demonios estás haciendo?"
Ella se quedó inmóvil, con el cabello en la cara y el trasero elevado en el aire por su baile tan bizarro.
Poco a poco, se enderezo, acomodo los mechones azules detrás de sus oídos y se volvió mientras decía
"Hola, Vegeta"
Él estaba recargado contra la pared, tenía los labios fruncidos y sus cejas arqueadas—"¿Acaso eso es un ritual terrícola para invocar la lluvia?"
Bulma lo fulmino con la mirada mientras apagaba la música-"¿Hay alguna razón por la que estés aquí tan temprano o sólo disfrutas insultarme?"
"Un poco de ambas"- Vegeta sonrió burlonamente y con brazos cruzados, se le acercó- "Otra vez se descompusieron los robots de entrenamiento. Arréglalos"
"Es la quinta vez en la semana que los arregló"- Bulma dijo entre dientes, masajeando sus cienes
"No es mi culpa que esas latas sean tan débiles"
"¡Hay pero que malagradecido eres!"- Bulma estalló, echando fuego por los ojos
"La malagradecida aquí eres tú. Yo estoy entrenando para salvar ese planeta lleno de tierra"- Argumentó Vegeta
Bulma tembló por la irá que corría por sus venas—" No, tú…"- Le pico en el pecho con su dedo índice y él se estremeció por su contacto —"Estas entrenando para ser más fuerte que Goku. Algo que obviamente nunca lograras"
Satisfecha por la expresión de enojo de Vegeta, ella se dio media vuelta y regreso a su escritorio. Antes de que pudiera sentarse, ella se encontraba clavada contra la pared, la cara de Vegeta a centímetros de la de ella. Estaban tan cerca que Bulma podía oler la menta y el café en su aliento.
"No me provoques, mujer, o puede que te lastime"—Gruño Vegeta, dándole una mirada asesina— "He sido entrenado para matar desde que nací"
Por alguna extraña razón, ella no le creyó ni por un momento. Le había dicho lo mismo cada vez que peleaban y ninguna vez le toco un solo cabello. Bulma se inclinó más hacía él y la atmosfera entre ellos poco a poco fue cambiando, cargándose con una energía nueva
"Wow" – Dijo ella fingiendo emoción —"¿Y cuánto tiempo has estado entrenando para ser un imbécil?"
Vegeta la empujo con mayor fuerza contra la pared. Su aspecto se volvió peligroso y mordaz -"No puedes hablarle de esa manera al príncipe de los Saiyajins"
La boca se le secó, el corazón le latía tan rápido que parecía que se le iba a salir del pecho. Sin embargo, ella no paro. Esas sensaciones no eran de miedo, eran de algo…más.
" Lo siento. ¿Cuánto tiempo ha estado entrenando para ser un imbécil, su majestad?"
La mirada de Vegeta se oscureció. Bulma empezó a sentirse un poco incomoda por la cercanía del Saiyajin, y al ver que no hacía nada, ella lo empujo hacía atrás ,y sorprendentemente él se hizo a un lado.
"Sabes, sí yo no pasara tanto tiempo arreglando los robots que destruyes, tal vez podría crear nuevos y mejores robots de entrenamiento"
Bulma apuntó a unos planos con dibujos de unos prototipos. Un montón de números y formulas alrededor de ellos. Vegeta frunció el ceño y los estudio por unos momentos
"No creo que puedas crear algo que yo no pueda destruir. Los materiales no son resistentes, la tecnología no es tan avanzada…"
"Oye, ¿Acaso yo te digo como pelear?"- Bulma preguntó adoptando una pose de manos en la cintura- "No lo creo. Así que cállate y déjame trabajar. Se lo que estoy haciendo"
"Estarías perdiendo tu tiempo" –Dijo Vegeta, los ojos aun puestos en los planos-"La quinta ecuación está equivocada"
"¡Claro que no!"—Chilló Bulma, indignada-" ¿Tú qué sabes de matemáticas?"
Vegeta la miró ferozmente-"Para tu información, los guerreros de elite tienen que tener un vasto conocimiento en diferentes áreas, las matemáticas incluidas. Es por eso que sé que este prototipo no funcionara sí no corriges esa ecuación"
" De acuerdo, genio, sí eres tan listo, ¿Porque no arreglas los robots tú mismo?"
"No tienes un perro y vas a buscar el palo tú mismo"— Comentó Vegeta simplemente
"¡Ay!" — Bulma apretó los puños—"¡Yo no soy un perro!"
" Pues ladras como uno"- murmuró Vegeta
"¡CLARO QUE NO!¡CALLATE, MONO ESPACIAL!" –Gritó Bulma tan fuerte que los vidrios temblaron
"De eso estoy hablando"- Vegeta se estremeció, cubriéndose los odios
Ella le sostuvo la mirada, desafiante. Había alcanzado su límite. Después, de una incómoda pausa, Bulma exhaló por la nariz- "¿Sabes qué? Ya no me voy a enojar. Me saldrán arrugas. Arreglare tus estúpidos juguetes cuando acabe con mi trabajo,¿ le parece bien, su majestad?"- Dijo lo último de manera sarcástica
Vegeta le dio la espalda y sin decir otra palabra, desapareció del laboratorio; sin dejar ningún rastro. Bulma parpadeó varias veces, mirando el lugar en donde hace unos segundos él estaba parado, preguntándose a sí misma, si de verdad él había estado allí en absoluto.
La estaba volviendo loca
El resto del día ambos continuaron ignorándose; ella en su laboratorio y él en la cámara de gravedad. Bulma seguía tan enojada con Vegeta que decidió saltarse la comida con tal de no verlo. Algo de lo que se arrepentía porque estaba muriéndose de hambre. Debido a que arreglaba los robots de Vegeta casi diariamente, ella ya podía armarlos de nuevo hasta con los ojos cerrados. Habiendo terminado con todo su trabajo y sabiendo que Vegeta ya había terminado de comer, Bulma subió las escaleras y se dirigió a la cocina. Calentó el platillo que le dejo su mama en el refrigerador y se dispuso a comer. Cuando termino, lavo su plato, fue a la ventana y observo, sus ojos se fijaron en la Cámara de Gravedad. Se podían escuchar las explosiones de las bolas de energía que lanzaba Vegeta. Ella suspiro- ¿Qué estaba pensando al invitar al arrogante príncipe Saiyajin a quedarse en su casa? La verdad era que ella no estaba pensando, fue como un impulso. Algo que le nació del corazón. Era irónico que la persona más fría del universo fuera capaz de derretir su corazón. Vegeta era una fortaleza impenetrable con un corazón lleno de pura maldad, sin embargo cada vez que Bulma lo veía, lo único que veía era…soledad. Vegeta estaba muy solo. Al igual que ella. Aunque tuviera a Yamcha y a sus padres, siempre tenía este vacío, como si hubiera algo que no le permitiera conectarse con los demás, algo que la mantenía alejada de todos.
Nadie podía entrar.
Bulma estaba parada de puntitas, guardando los platos en el gabinete de arriba cuando de repente, se resbalo y se fue de espaldas, aterrizando sobre una pierna. Algo se rompió y ella grito de dolor. Intento levantarse pero su pierna le dolía cada vez que la movía
"¡Mama, Papa!"
No hubo respuesta. Entonces recordó que como era domingo, sus padres habían salido a comprar la despensa para toda la semana. Como pudo, levanto su cadera y saco su teléfono, marcando a Yamcha.
"Hola"- Casi no poda oír a Yamcha por todo el ruido
"Yamcha, soy yo, Bulma"- Dijo ella casi gritando
"Bulma, ¿Qué pasa? Estoy en el campo de bateo, preparándome para mi siguiente juego"
Bulma apretó más fuerte el celular- "Escucha, me resbale y creo que fracture la pierna. Tienes que venir para que me lleves al hospital"
"Pero te dije que estoy en el campo de bateo"
"Pues salte del campo de bateo. De verdad me duele mucho la pierna, no puedo moverla"
"El entrenador no me dejara y ya sabes que necesito el dinero. ¿Porque no le hablas a uno de los doctores de Capsule Corp?"
"¡Porque pensé que mi novio se preocuparía por mí y me ayudaría!"- Grito ella, terminando la llamada.
Increíble.
Las lágrimas se derramaron tanto por el dolor que sentía en la pierna como por la reacción de Yamcha. Últimamente, para Yamcha todo era más importante que ella. Su novia. Tal vez se comporta de esa manera porque ya encontró a otra zorra con quien revolcarse- pensó Bulma agriamente. Una vez más, ella trato ponerse de pie pero lo único que consiguió fue que le doliera la espalda. Estaba a punto de llamar a una ambulancia cuando Vegeta entró a la cocina. El caminó como si ella no estuviera allí, pasando encima de ella para llegar al refrigerador
"¡Oye! ¡Que no me ves tirada aquí? Casi me pisas"- Exclamó ella, moviendo violentamente los brazos
Vegeta se detuvo por un momento, encogiéndose de hombros- "Pues levántate"
"No puedo, me lastime la pierna"
"Que mal"– dijo él sin emoción. Saco una botella de agua y se la bebió toda de un sorbo.
"¡ash!- Dijo ella, cerrando los ojos- "Todos los hombres son unos idiotas"
Vegeta se recargo contra la mesa- ¿Todos o él debilucho de tu novio?
Bulma abrió un ojo- "Él…Tú"
Hubo otra pausa incomoda. Vegeta tenía la mirada clavada en el piso. Bulma se agarró la pierna y lentamente la empezó a doblar. Una punzada de dolor le atravesó el cuerpo y ella se mordió el labio para no gritar.
"Deja de moverte"-ordenó Vegeta hostilmente.
Ella levantó la vista y se encontró con unos ojos negros que la estaban observando detenidamente. Bulma sintió un extraño cosquilleó en la parte baje del estomagó y se mordió aún más el labio. Vegeta avanzó en su dirección y se arrodilló frente a ella. Instintivamente, Bulma se escabulló hacia atrás, lejos de Vegeta- "¿Qué estás haciendo?"
"Dije que no te movieras"- Repitió Vegeta, poniendo una mano en el estomagó de ella para mantenerla quieta.
Una suave brisa sopló a través de la habitación pero ni eso pudo refrescar a Bulma, quien de pronto estaba sudando mientras su corazón palpitaba como loco. Ella se quedó viendo la mano del Saiyajin; era fuerte y bien proporcionado. Y poco a poco, sus ojos trazaron los musculosos brazos de él, sus anchos hombros, y finalmente llegaron a su cara. El rostro del príncipe Saiyajin estaba compuesto de líneas duras y ángulos esculpidos por sombras dándole un aire misterioso. Definitivamente nunca antes había visto a alguien tan increíblemente guapo. Vaya que lucía como un príncipe.- "Solo te la fracturaste"- Dijo Vegeta, irrumpiendo los pensamientos de Bulma
"Me lo supuse"- graznó ella-"Voy hablarle al médico de la compañía para que venga a revisarme"
Vegeta apretó los labios y se quitó sus guantes blancos. Cerró sus ojos y sus manos comenzaron a brillar con energía. El las coloco en la pierna de Bulma, causando que ella se estremeciera-"¿Qué estas…?"
"Cállate"- Ordenó el. La energía que estaba en las manos de Vegeta se esparció por toda la pierna de Bulma. El dolor se fue, para ser remplazado por una sensación de comodidad. Ella lo miraba atónita al entender lo que había hecho: La había sanado. Bulma no dijo nada. Ella siempre pensó que Vegeta era como un venadito; un movimiento en falso y salía corriendo. Al estar tan cerca de él, Bulma sentía como sí una abrumadora ola de oscuridad, seducción e impenitente peligro descendía sobre ella. Se quedaron viendo por lo que parecían años hasta que Vegeta se dio la vuelta y caminó hacia la puerta
"¿Vegeta?"- Bulma lo llamó antes de que se fuera
Él se detuvo en el umbral – "¿Qué?"
Bulma sonrió, una sonrisa dulce y sincera. Quería darle las gracias pero conociéndolo, un agradecimiento lo haría enojar y destruiría cualquier tipo de conexión que formaron hoy- "Aunque me haigas ayudado, sigues siendo un idiota. Las estaciones cambian, pero no las personas. No importa lo que hagas, yo siempre te veré de la misma manera"
Bulma estaba leyendo un libro antes de irse a dormir cuando Yamcha entro a su habitación cargando un gran ramo de rosas.
"¿Quién te dejo entrar?"- Preguntó ella, mirando el reloj mientras él se acercaba. Ya era casi media noche.
"Tus padres"- Contestó él, subiéndose al lado de ella y apartando el pelo azul de su cara , frotando su pulgar contra la mejilla de ella.
Bulma le dio un manotazo – "Yamcha, te necesitaba mucho hace rato y me diste la espalda"
"Lo sé, por eso vine"- Yamcha le entregó las rosas y le dio un beso en la frente –"Lo siento, pero de verdad estaba ocupado."
"Claro, jugando con tus pelotas"- Dijo ella con disgusto
"Estaba entrenando para el juego de hoy"- Repuso Yamcha, indignado-" Gane, por si te interesa saber"
Bulma se cruzó de brazos, poniendo los ojos en blanco- "Apuesto a que metiste muchos home runs"- Ella dijo haciendo una imitación de un gesto de sexo oral con su lengua
"¿Sabes que, Bulma? De verdad me estoy hartando de esto. Lo único que haces es tacharme de infiel cuando yo vine a verte porque estaba preocupado"
"Se nota lo preocupado que estabas"- farfulló ella
"Sí quieres ser una arpía, está bien por mi"- Dijo Yamcha, parándose de la cama –"Yo me voy. Quédate leyendo tu libro de nerd , y nos vemos mañana"
"¿Qué tal si no nos vemos mañana?"- Bulma también se puso de pie, azotando un pie contra el suelo
Yamcha arqueó una ceja- "Creí que habías dicho que te fracturaste una pierna"
"Me equivoque. Era una simple torcedura"
"¿Entonces porque haces tanto escándalo"
"No estoy haciendo escándalo. Si me dolía mucho, de no ser por…"-Bulma se mordió la lengua para no hablar de más
"¿De no ser por quién?"- Yamcha la miro sospechosamente, arrugando su frente
Bulma agitó la mano –"Olvídalo. No me creerías aunque te lo digiera"- Yo aún no lo puedo creer
"Oye"- Yamcha le agarró el mentón para que lo viera a los ojos- "Lo siento, Bulma. Sabes que te amo. Tú eres la única chica de mi vida."
Sus palabras estaban llenas de honestidad pero Bulma no le creía. Ya le había visto la cara muchas veces. ¿Cómo creerle después de que lo encontró con la exnovia de uno de sus mejores amigos? Con esa tal Maron. La engaño varias veces con ella. Nunca se lo dijo a Krillin pues aunque se hacía el fuerte, todos sabían que su rompimiento le había afectado bastante. No lo quería lastima más.
Yamcha la abrazó por la cintura, atrayéndola hacía el y besándole el cuello mientras le desabotonaba la blusa que traía. Bulma se apartó, limpiándose la saliva que le había dejado.-"Hoy no, Yamcha. Ha sido un día largo - Ella se sentó en la cama, frotándose los ojos- "Ya se. ¿Qué tal si nos abrazamos y ya?"
Por dentro se sentía muy mal y lo único que quería era que alguien la sostuviera; sentirse segura. Yamcha comenzó a caminar para atrás, rascándose una parte de la cara- "Tienes razón, ha sido un día largo. Mejor te dejo descansar. Nos vemos"- Yamcha salió de la habitación, cerrando la puerta de tras de él.
Bulma se tumbó sobre la cama, estirando los brazos mientras veía el techo- Cuando más lo necesitaba, él siempre se iba.
Como todos.
¿Que les parecio? ¿Les gusto? ¿Lo odiaron? ¿Vegeta se salio mucho de personaje? ¿Creen que deba seguir escribiendo?
¡Por favor, comenten!
