Hola a todos los que se pasen por la historia de ésta fantástica película de Spy. Había escrito antes este fic, pero como no había una sección en fanfiction, no había tenido la oportunidad de publicarla.
Rick Ford suspiró profundamente. Después de sobrevivir a terribles accidentes en cada una de sus misiones, aun no se acostumbraba a estar tan quieto y sin peligro alrededor.
Quizá el navegar por Italia o el visitar Grecia, le traería tranquilidad, como todos saben, de vez en cuando, un hombre necesita tiempo para navegar y poner su mente en claro.
Mente en blanco… Seguramente…
Ahí iba otra vez.
Por más que quisiera relajarse, no podía evitarlo. Renunció impulsivamente a la CIA, pero como como todo un profesional que era, estaba primero su deber, que su orgullo.
La misión fue un éxito. Lograron detener a De Luca y evitaron que esa arma fuera vendida. Sería un peligro si no lo hubieran conseguido.
Pero él no fue quien lo logró. Fue nada más ni menos, que la analista que consiguió el número de De Luca, la famosa tanto por ser la mejor guía, como por ser una gran repostera, Susan Cooper. Bueno, él ayudó demasiado. Si no fuera por él, Cooper no hubiera logrado entrar al casino.
Cuando Crocker decidió mandarla a ella, por seguridad de él y los otros espías (mentirosos, por cierto, al inventar el rumor de la máquina de contracara). Estaba seguro de que esa mujer arruinaría la misión y que Crocker se arrepentiría desde su tumba, de haber tomado esa decisión.
Pero quien se retorcería desde la tumba, sería él mismo.
Sabía por medio de Sharon, otra analista que regularmente lo ayudaba a él en sus misiones, que Cooper y Fine eran un gran equipo. Siempre estaban en sincronía y lograban completar sus misiones rápida y desapercibidamente.
Nunca había trabajado con Cooper, ya que Fine exigió que solo ella estuviera bajo su cargo, vigilándolo y guiándolo.
Pero casi todos, sabían o intuían que ella veía a Fine más que como a un amigo desde que estudiaba en la academia y que esperaba llegar a algo más con quiera fuera su mentor.
¿Qué le miraba a ese Fine? Era un presumido, una niñita quejumbrosa que no se ensuciaba sus puños, era tan refinado que tenía que llevar sus pañuelos por si estornudaba el delicado.
Pero más que preocuparle lo que hiciera Fine, había otra cosa que lo inquietaba y desconcertaba aún más, y era la reacción que Cooper le provocaba.
Se la pasaba bien estando cerca de ella, pero el solo la consideraba una compañera de trabajo a la que admiraba por su seguridad y coraje, nada más. Cooper no era su tipo. A él le gustaban las mujeres con curvas y con unas piernas largas, no una mujer que ocultaba su figura bajo un atuendo horrible.
Entonces, ¿Por qué su cuerpo seguía ardiéndole al recordar la sensación de sus pechos?
No le preocupaba estar con ella y tampoco es que no disfrutara de su compañía. Especialmente cuando estuvieron "bailando".
El simple contacto lo había encendido. Su reacción fue tan inesperada que lo dejó aturdido y preocupado. No era más que un forcejeo y sus rostros estaban tan cerca. Por lo tanto, fingiría que no sucedió nada y confiaría en que ella pensara lo mismo.
Ford negó con la cabeza.
"Deja de pensar tanto, se supone que ibas a despejar tu mente"
Ford estaba tan absorto en sus pensamientos que no se había dado cuenta de lo obvio y gritó lo primero que se le cruzó cuando se dio cuenta del por que no avanzaba.
-"¡Cooper, esto es un lago! ¿Cómo demonios llego a Italia?" exclamó a la espía novata como si fuera la culpable de su falta de orientación.
Dio vuelta, retomando el camino y con un plan de acción para retomar su lugar nuevamente en la CIA… y encontrar a Susan Cooper, la súper espía que no podía sacar de su cabeza.
Espero les haya gustado este capitulo. Nos vemos en el siguiente. Saludos.
