Conociendo el amor

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:BAJO LA LLUVIA:

Desde pequeña la vida se me ha hecho bastante complicada, pero sobretodo... solitaria.

Al menos así era hasta ese día... en el que lo conocí...

¿A quién?... pues... al amor de mi vida...

Todo comenzó aquel día en la escuela...

Mi nombre es Naruko Uzumaki, tengo 15 años y lo que más odio es tener que cocinar... Soy perteneciente del salón A-1 de la preparatoria "Konoha's School".

Así es... soy la chica común que saca buenas notas, pero no perfectas... la chica bonita pero no preciosa y por supuesto... que no tiene novio.

- ¡Naruko! - normalmente suelo distraerme en clase de Literatura a lo que la profesora Kurenai me reprende

- ¡Gomenasai Kurenai-sensei! - levantada de la banca inmediatamente me inclino para pedir disculpas

Todos sonríen y algunos ríen mirándome, presenciando mi actitud torpe de siempre.

La profesora suspira sin más remedio, acostumbrada ya a aquella forma de ser que me acompaña.

- Está bien, siéntate

Obedeciendo a la orden, era yo ahora la que suspiraba.

- Y continuando con la lectura, señorita Hyuuga hágame el favor de seguir por la página 95 de su libro "Don Quijote de la Mancha"

- Ahh... ¡Hai! - se levanta y comienza a leer - "Aquel caballero que allí ves de las armas jaldes, que trae en el escudo un león coronado..."

Hyuuga Hinata, mi compañera y amiga de clase. Es algo tímida, pero con un corazón de oro.

Incluso alguien como ella tiene pretendientes. Inuzuka Kiba del salón C y Aburame Shino del salón D. No puedo decir que no le tengo envidia, y no por que tenga pretendientes, más bien por que... sabe como simpatizarle a los chicos aun con su personalidad tan tímida. En cambio yo... el miedo que me da enamorarme hace que aparte a los chicos de mí.

Siempre he soñado con el día en que encontraré a aquel chico que está destinado para mí...

Recargada mi mejilla izquierda sobre mi mano apoyada en la banca, rayoneo sobre mi cuaderno garabatos que se podría decir se convierten en mis deseos más profundos.

- ¿Qué dibujas Naruko-chan?

- ¡Kyaaaaa! - cubro mi libreta con mis brazos algo avergonzada teniendo en cuenta la presencia de Hinata observando

Lo que hizo que ella se exaltara.

- Etto... ¿estás bien Naruko-chan?

Para sacarme de apuros siempre suelto una carcajada excesiva que se podría escuchar hasta en el otro mundo.

- ¡No es nada Hinata AJAJAJAJAJA!

- Me alegro - sonríe tiernamente con sus ojos cerrados

No es que no confíe en Hinata. Sólo que no quiero preocuparla por cosas de menor importancia. Hemos sido amigas desde muy chicas y nunca hemos tenido una sola discusión en todo este tiempo.

Durante el descanso nos colocamos en la terraza de la escuela a comer nuestros almuerzos.

- Naruko-chan... ¿te sucede algo?... haz estado actuando algo extraña el día de hoy

- Gulp... - casi me atragantaba con la comida - Etto... no, no... no me pasa nada AJAJAJAJAJAJA

Hinata me observó con una expresión de incredulidad, colocándome algo nerviosa ante su mirada.

- Esta bien... - se resignó a no preguntar más

No me gusta preocupar a los demás con mis problemas... y menos si se tratan de "problemas amorosos". Que si no encuentro al chico de mis sueños... no por algo así debo hacer un escándalo o un drama. Antes de morir mi madre me dejó una imagen fuerte... yo no me romperé fácilmente con una tormenta.

A la hora de la salida, comenzó a llover con fuerza. Lamentándonos en ese momento Hinata y yo por no traer un paraguas a la escuela.

- Hinata... - al voltear nuestras miradas pudimos observar al apuesto Kiba clavando su mirada en mi mejor amiga

Lo que traía Kiba en las manos era un paraguas, así que supuse que quería ayudarla a llegar a su casa sin problemas.

Entonces miré con una leve sonrisa a mi amiga.

- Ve con él

- ¡Pero Naruko-chan!

Cerré mis ojos aun con la sonrisa en mis labios.

- ¡No te preocupes!.. yo estaré bien, así que... anda ve con él - me acerqué susurrándole - No siempre se dan oportunidades como esta...

Ella se sonrojó y dio paso a lo siguiente. Con algo de remordimiento en su mirada se alejó junto al pelicafé debajo de aquella lluvia resonante.

Suspiré agachando la cabeza.

- Como me gustaría... que hicieran algo así por mí...

Y ya sin más remedio salí corriendo con la mochila sobre mi cabeza para no empaparme por completo.

Después de unas cuantas calles corriendo, me detuve bajo las cortinas de un local cerrado. Me abracé a mi misma e intenté aguantar el frío que me invadía.

- ¡Achu! - me senté en aquel lugar a esperar que bajara la lluvia para seguir - Creo que terminaré resfriándome...

El agua de la llovizna me daba en los zapatos, intensificándose cada vez más... lo cual me dejaba con la idea de que si no continuaba corriendo, me quedaría allí por muchas horas...

Ya decidida me puse de pie para seguir mi camino.

- Oye

- ¿Eh?... - alcé la mirada y para mí sorpresa un niño se encontraba al frente

Un pequeño niño de cabellera negra-azulada... y unos ojos oscuros como la noche. Protegido por un paraguas, sin moverse, mirándome detenidamente.

- ¿Necesitas ayuda?

- ...¿Me hablas a mí? - me señalé desconcertada al tiempo en que le hice la pregunta

- ¿Ves a alguien más, baka?

Hice un puchero avergonzada.

- Anda, ven conmigo o te mojarás aun más - el niño cerró sus ojos señalando una parte de mí - NO querrás seguir hacer show por toda la calle cuando deje de llover

- ¿Ah?... - miré lo que señalaba el pequeño colocando un sonrojo bastante notorio en mis mejillas

Me empapé tanto que la blusa escolar se me transparentó, con mi ropa interior muy marcada.

- ¡KYAAAAAAAAAAAA! - me abracé cubriéndome completamente apenada

- Ja... - el niño suspiró al ver mi reacción - Dobe...

Después de una discusión de palabras altisonantes... decidí ir con el niño.

- ¿Vives lejos?... - mirando al frente el chiquillo seguía hablando

- Solo... unas 3 cuadras más... puedes dejarme en la esquina y...

- Lo único que pregunté fue si vivías lejos... no más - de reojo me observó por unos instantes - Para ser mayor que yo... eres bastante tonta

Volví a hacer un puchero ofendida.

- Nunca había conocido a un niño tan insolente y grosero

El pequeño sonrió cerrando sus ojos.

- Sí... no es la primera vez que me dicen eso

Su seria facción me causó una reacción demasiado extraña. No sabría como definir esto que comenzó a surgir en mi... pero mi rostro mostró un sonrojo de vergüenza... mi corazón latió con rapidez... y mis labios tambalearon al intentar decirle algo más...

Y lo peor de todo... por un vago momento pensé... en lo atractivo que podría volverse ese niño cuando creciera...

Me estoy convirtiendo en... una asalta cunas...

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CONTINUARÁ...