Los personajes no me pertenecen, todos son obras del grandísimo Akira Toriyama, yo solo los tomé prestados para hacer este pequeño y humilde fanfic sin animo de lucro.


I

Cuando la puerta se abrió y el intenso humo salió de ella, el guerrero Sayajin salió de la cámara de gravedad sin ninguno rastro de que hubiese estado en un entrenamiento con la gravedad sumamente elevada y con androides atacándolo, ninguno, excepto el leve sudor que le invadía el cuerpo.

Vegeta caminó con un rumbo específico, ya conociendo aquella casa a la perfección después de los años que había vivido en ella. Traspasó el umbral de la puerta y se dirigió a la sala, encaminado hacia la cocina. Sin embargo, algo le llamó la atención. Su hijo, el niño, se encontraba sumamente concentrado en un libro de quién carajos iba a saber, supuso que era uno de esos estúpidos libros que le compraba Bulma para niños sobre el aprendizaje rápido. El mocoso apenas tenía 4 años y ella le exigía que aprendiera a leer. Ah, pero él no podía exigirle algo de entrenamiento, él, un príncipe de Saiyajin, había aprendido a pelear apenas dio sus primeros pasos, pero esa mujer loca se negaba a que el niño aprendiera algo hasta que cumpliera los cinco como mínimo por su seguridad. ¡Ni que fuera el estúpido de Kakarotto para no saber los riesgos de un entrenamiento con un niño de 4 años!

- Niño, ¿Y tú madre? - Vegeta le habló con la voz fría parado frente a él. Trunks se asustó al verlo llegar tan repentinamente, dando un brinco sobre sí. Su padre podía moverse sigilosamente, era algo que ya había aprendido, sobre todo porque pocas veces le dirigía la palabra de alguna forma.

- Dijo que se iba a demorar en llegar. -Respondió despegándose de aquel libro.- Que si necesitaba ayuda podía pedirle a los abuelos cuando volvieran o que tu podrías ayudarme, papá.

Vegeta soltó un bufido reconociendo lo que había hecho Bulma, o creyéndolo así. Esa mujer quería que cuidara al crío pero él no tenía tiempo para cuidar a un mocoso, debía entrenar y hacerse más fuerte, superar a Kakarotto y a todo ser viviente que existiera en el universo. Era el príncipe de los Sayajins y no podía dejar su entrenamiento para cuidar a un niño, sin importar que este fuese su hijo. Cuando el estómago le sonó, recordó el porqué había dejado todo en primer lugar: Tenía hambre y buscaba a la mujer para que mandara a los robots a que le hicieran de comer. Al no tener ni lo uno ni lo otro, debía buscar comida por su propia cuenta.

- ¿Papá, te puedo hacer un pregunta? - Con un frío "Ya la hiciste, mocoso." como respuesta que Trunks no entendió se encaminó de nuevo a la cocina, seguido por el niño que difícilmente logró bajarse de la silla y tuvo que correr para alcanzar a su padre.

No le había dicho que no y para Trunks, eso era que sí podía hacerlo.

- ¿Qué significa un "ibidio"?

- Esa palabra no existe, niño. -Soltó Vegeta sin gracia.- Si vas a preguntarme algo, aprende hablar primero.

Las cachetes del menor se inflaron de rabia. ¡él lo había dicho perfectamente! Bien, los adultos a veces no le entendía lo que decía pero él podía jurar, que podía entenderse perfectamente bien lo que estaba diciendo. Por supuesto, su padre siempre era la excepción a la regla.

- Ibido, Ibido, Ibido. -Gritó palabra tras otra, y aunque Vegeta estaba fastidiado por los gritos del menor, le daba gusto que al menos no se diera por vencido. Al final, le dio resultado.- Híbrido.

- ¿Para qué lo quieres saber, niño? -Preguntó al momento en que sacaba un pedazo de pollo de la nevera y lo metía al microondas. Sí, él podía ser un orgulloso Saiyajin y no admitiría que los humanos tenían inventos que sí valían la pena, eso jamás. Pero el microondas se había vuelto su instrumentos favorito desde que llegó a la tierra cuando Bulma no estaba en la casa.

- Apareció en la tele. -Respondió inocentemente.

Desde que era un bebé Trunks había demostrado una curiosidad innata, todo lo quería aprender, todo lo preguntaba. Por qué esto, por qué lo otro, por qué, por qué y por qué. A Vegeta lo desesperaba y varios fueron los momentos en que no le dio respuestas, hasta que se dio de cuenta que, la infinita curiosidad de Trunks era fácilmente saciada con el rápido aprendizaje que tenía. Captaba todo si se le explicaba una vez, claramente por los genes heredados de él y su madre..

- Es cuando dos razas se juntan. -Respondió Vegeta al final, luego de un largo momento. Tomó el pollo casi rostizado de la nevera y se sentó en la mesa con la sola idea de comer, aunque su hijo no estaba por hacerlo todo fácil.

- ¿Razas? ¿Qué son?

Tragó desesperadamente cada bocado.- Criaturas diferentes.

- ¿Cómo los elefantes y los hipopótamos?

- Esos animales no se pueden cruzar, niño. -Trunks se había dado cuenta que cuando su padre comía, era más fácil hablar con él. Era como si la comida diera una tregua a su malhumorado humor, por ello continuó.

- ¿Cruzar?

- Tener híbridos, mocoso. Como los estúpidos perros que andan por ahí y que me mean encima. ¿Cuántas veces le debo decir a tu madre que los aleje de mi vista?

El niño mitad Sayajin y mitad humano se quedó callado, con un rostro de pocos amigos casi idéntico a su progenitor. No le contestó, por supuesto, él tenía cuatro años pero sabía que no podía ganarle a su padre, él era un superhéroe y estaba muy lejos de alcanzarlo. Sin embargo, se aseguraría de pedirle a su madre que protegiera a los perritos, ¡Una mamá ya tenía cachorros y él quería cuidarlos! No dejaría que su padre les hiciera daño.

Pasaron unos minutos sin hablarse, mientras que Vegeta se le escuchaba las gesticulaciones a la hora de tragar y las respiraciones de Trunks se hacían pausadas. Estaba pensando, meditando, preparando otra pregunta y Vegeta así lo sabía, aunque no se le notaba, de vez en cuando sí se fijaba en su hijo.

- Papá…. -Inició, preparando el terreno.- ¿Qué es sexo?

Vegeta tuvo que toser repetidas veces para que el hueso que anteriormente había tragado pudiese seguir su camino. ¿Qué carajos estaba aprendiendo su hijo? ¿No tenía 4 años? ¿No se supone que eso debía preguntarlo cuando tuviese 14 o algo así? ¡¿Dónde estaba la mujer o los estúpidos terrícolas cuando se le necesitaba?!

- ¿Qué es, papá? -Preguntó de nuevo Trunks al no obtener respuestas.

El príncipe de los Sayajins abrió y cerró la boca buscando una respuesta. ¿Cómo se le explicaba eso a un niño de cuatro años? Por supuesto, la teoría -y la práctica- bien se la sabía pero no podía decirle algo tan sin censura al mocoso, no, no si quería que la mujer lo siguiera manteniendo, creando robots y permitirle "eso" que Trunks preguntaba.

- ¿No lo sabes, papá?

- ¡Por supuesto que lo sé, mocoso! ¡¿Quién crees que soy? -Gritó enojado, sin darse cuenta que más se metía en problemas.

- ¿Qué es?

- Es…. Es….

¿Cómo enseñaban el acto sexual en la tierra? Los estúpidos humanos adornaban las cosas para hacerlo más lindas. En el planeta Veyita, le hubiesen dicho fuerte y claro todo el proceso, desde el miembro sexual masculino pasando por el miembro sexual femenino, hasta la culmine que era el sexo. Si no era así, pasaban de largo la teoría y se concentraban en la práctica, esto, claro está, solo los que tenían un rango de poder alto. No daban rodeos en cuanto al acto se trataba.

Volvió a la vista hacia el niño que estaba a su lado. Sus ojos azules, grandes, lo veían fijamente esperando la respuesta. No lo decía pero le salían carteles de "¿Qué es? ¿Qué es? ¿Qué es, papá? Dime, dime, dime" Que lo estaba irritando de sobremanera.

- ¡Es con lo que se crea los híbridos! -Respondió al fin, con lo primero que se le vino en la mente.- ¡Y ahora deja de preguntar tonterías mocoso, me voy a entrenar!

Dejó el plato tal y como estaba -sin una pizca de comida- con la determinación de volver a su cámara de gravedad, encerrarse allí y no volver a tener problemas con preguntas del mocoso las cuales no quería -ni sabía- responder. Solo porque vivía con estúpidos humanos que complicaba todo a tal extremo.

Trunks feliz por la respuesta que le habían dado buscó rápidamente las hojas que anteriormente estaba leyendo. En una de ellas había una palabra con dos opciones para elegir, las cuales Trunks pasó desapercibido.

Sexo:

F

M

El pequeño mitad Sayajin con ayuda de la respuesta de su padre, tomó su lápiz y con una, no tan bonita letra, escribió.

Sexo: Cómo se crean los híbridos.

¡Su papá lo sabía todo!


Serán varios capítulos por el estilo, dependiendo de qué pregunta extraña se me pase por la cabeza y que pudiese ser un complique en responder para Vegeta -Que todo lo sabe pero no puede responder- príncipe Sayajin.

Estos pequeños fragmentos van dedicados a Veyita ¡Hola apá! Por ella y su amor por el malhumorado Sayajin es que me entra ganas de escribir. Aquí tienes y espero te haya gustado.

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¡Los estaré esperando, insectos!