¡Hola! Verán, hace algunos capítulos de "Una Princesa Gótica y de Incógnita", prometí una historia nueva. Y espero que les guste.

Advertencia: La historia contiene temas fuertes como sangre, enfermedad y suicidio. Si son muy sensibles, no recomiendo la historia.

Ya advertidos, pueden continuar.


Prólogo.

No. POV.

Para los campistas que no participaron y los ya expulsados de ¡Luz, Drama, Acción! Estar en ése pequeño hotel era genial porque no tienen que concursar en esos locos desafíos, ni tolerar más a Chris Mclean, ni a Chef ni sus asquerosas comidas. Todos podían tener buena comida, una piscina, recibir cientos de correos de sus admiradores, y cada uno tiene su propia y cómoda habitación con baño propio. Todos disfrutaban y la pasaban muy bien.

Bueno… no todos. De hecho, en una habitación algo sucia y desordenada, se encontraba Gwen encerrada. Ella estaba sentada en su cama; con la puerta, las ventanas y cortinas cerradas; la luz iluminándola a ella, a unos sacos marrones abiertos con sobres, a un montón de sobres rasgados y tirados por el piso y unas hojas de papel esparcidos en la cama o en el regazo de Gwen. Y las hojas tenían pequeños círculos húmedos y oscuros que borraban partes de lo que decían las hojas.

Como deben haber adivinado. Esos círculos húmedos y oscuros… son lágrimas… de Gwen.

Y sí… Así es como ha estado desde hace varios días. Desde que fue expulsada del programa. Pero aparte de verla llorar. También había cambiado mucho, y no para bien. Antes era delgada, pero ahora lo es mucho más, como si en cualquier momento se fuera a desmayar o a romper; su piel antes blanca y hermosa, ahora era más pálida que la hace lucir muy enferma; y su rostro serio y a veces amable, ahora estaba débil y demacrado.

Muchos se estarán preguntando, ¿cómo llegó a estar así?

Pues… Tenemos que ir a ese día. Después de su expulsión.


Ya se que ahora es corto, pero estoy trabajando en la continuación.

No olviden. Un review, por favor. :)