Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.

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En el límite de los mundos, donde el plano humano se separa del plano de los dioses, residen unos cuantos que mantienen constante vigilancia en la tierra, otros mas que son parte de la vigilancia hacia sus seres que son de "leyenda"

Entre todos los Dioses, el mas conocido es el de la muerte, un Dios que no se interpone ante la crueldad de la humanidad, que no importa si es de forma natural, tortura o algún intento de cruzar al plano del mal, tan solo le importa las almas a recolectar.

Su nombre es Naruto, pero el mundo lo llama de muchas formas, le ilustran con imaginación y en cada lugar, es diferente la adoración y odio que se le da. Los Dioses que le ven, se alejan del lugar, le detestan desde la creación de la vida, no lo quieren cerca, lo critican y dicen cosas que le lastiman.

Ese día no es diferente, como cualquier otro día lo observan sentado en el cerro que florece eternamente, se preguntan como es que hay naturaleza a su alrededor que nunca muere. El hombre mese sus cabellos rubios con el viento, sus ojos azules que se pierden en el cielo naranja, sus brazos que se abrazan a sus piernas buscando el calor que nadie le da.

«¿Cuánto tiempo planea quedarse en ese lugar?»

Todos se preguntan cuando se irá, han sido semanas desde que está en ese lugar, sin importar el sol de medio día o el aire helado de media noche, tan solo observa con mirada vacía hacía la tierra, toma las almas sin moverse un poco y continúa con la mirada perdida.

Los Dioses están incómodos, quieren que de nuevo el rubio venga solo por las noches, que les deje el día para ser felices, que se quede en casa y no regrese pronto.

El aire sopla mas fuerte y el olor dulce que se mezcla con toques suaves de canela, hace que todos busquen mas de aquél aroma, saben que ese aroma es el de una Diosa, Hinata quién en la luna llena reposa, la mas bella de todas las Diosas, de piel blanca y ojos extrañamente perfectos.

Camina llena de elegancia con su largo vestido negro, con ranuras que dejan ver sus lechosas piernas, con sus pies descalzos sobre la hierba húmeda, con una suave sonrisa en sus labios y el brillo de sus ojos hermosos. Su largo cabello negro de destellos azulados se mueve junto al danzar de sus caderas, sus largas pestañas se baten coquetas.

Todas las miradas se posan sobre ella, porque es tan bella y sublime, una Diosa que reside en el mundo superior, que apenas debe preocuparse por sus seres en la tierra, porque son fuertes y casi una leyenda.

Llama la atención de todos que la mujer vaya recto en su camino, desean ir a donde el Dios de la muerte mantiene su vista en la tierra, decirle que se mueva del lugar, pero temen que el hombre robe sus vidas, seguro que Hinata misma se encargará.

Es una gran sorpresa ver como la dama sonríe, de pie frente al Dios de la muerte quien le mira sin expresión, la mujer desciende hasta la altura del hombre que no intenta ponerse de pie, tomas entre sus manos las marcadas mejillas y comienza un beso suave.

El espectáculo era algo no pensado, dos Dioses que se comen los labios sin pudor, una maravillosa dama, la mas deseada que se abraza con fuerza al Dios mas odiado, mientras se besan de manera erótica, introduciendo su lengua en la boca del otro, mordiéndole en clara muestra de deseo, sonriendo con felicidad en medio del beso.

Finalmente tras separarse de a poco, Naruto se pone de pie, toma de la cintura a la dama y camina junto a ella de regreso a casa, entonces los Dioses comprenden, que no es la muerte el final de la vida, es el comienzo de la eternidad, justo como la Diosa que le sonríe con ternura mientras le roba besos inocentes.