Frenesí

"14 de Noviembre: Memorias de un corazón roto"
Capitulo 1

Pola Kaiou


Empecé contando los días, luego los meces… ya no cuento con nada, excepto con la esperanza de que el amor que siento por él, sea correspondido. Vivo con el miedo silencioso de que en los años desde que nos conocemos, esta guerra… esta espantosa guerra, nos haya cambiado más allá de lo imaginable…

Todo lo recuerdo como una dulce y tenebrosa etapa de mi vida. A pesar de todo he apreciado al menos ser parte de una vida conyugue tranquila, sin altos ni bajos, desolada. No me siento segura de escribir en las siguientes líneas… No recuerdo la última vez cuando sonreí, la ultima vez en que hable con mis padres, tampoco la visita de mis hermanos, un abrazo sincero o simplemente un saludo amistoso cuando camino por las calles, mas allá de risas falsas y fingir que todo va bien.

Soy un fantasma dentro de la ciudad de Kyoto, encerrando mi alma, así como mi corazón, en lo más profundo de mí ser.

Lo admito: tengo miedo al presente y a mi futuro, ¿y con respecto a mi pasado? nada interesante que comentar. Rio con añoranza y tristeza al pensar que los buenos días no volverán, la tranquilidad del pasar de las horas sentada viendo el anochecer… y algunos amaneceres que sola compartí. Ya no soy la misma mujer alegre, riendo en cada uno de los rincones de mi antiguo hogar; pensando una y otra vez los sueños y anécdotas que contaría a mi familia, impregnando la vida de los demás de situaciones dignas de ser contadas, disfrutando los pequeños detalles del universo, llenar de experiencias y profundisar mi conocimiento para repartirlas a mis hijos, ser capas de capturar todo para un mejor pasar en mi vida… Ahora, soy una mujer tímida, tengo miedo de ser juzgada por aquellos que me conocen. Estos últimos tres años me han enseñado a ser reprimida.

Es difícil aceptarlo. Él no me ama.

Nunca olvidare una fecha importante en mi vida: 14 de noviembre. Fue un día de festividad, alegría, que con el paso del tiempo junto con él fueron quebradas por espejos falsos de su alma. Sin embargo yo lo amo, siempre lo he hecho y nunca me arrepentiré del gozo que siento por el… ¿Pero cómo negar el dulzor de la ilusión? Es difícil vivir los días que hoy se presentan en mi camino, y debí saber que mi vida nunca seria fácil, tal como espere detrás de las historias que contaba mi abuela o de las experiencias que convivieron las personas de las cuales mucho les debo.

Desde un principio todo estaba mal, debí oponerme; las cosas no debían ser así.

El matrimonio es un compromiso tan importante, lo peor que hicieron fueron jugar con mis sentimientos y manipular el grandioso camino destinado a mi amado, prefiero mil veces verlo sonreír con otra a su lado. Ya que al mió es infeliz, monótono, aburrido. Nuestra existencia corre en el tiempo lentamente, me burlo de mi misma al pensar que todo podría cambiar…

Debí saberlo desde un principio… las historias de hadas no fueron hechas para nosotros dos…

"¡Usagui-chan!" voltee lentamente, practicaba ikebana cada día, perfeccionando cada vez mas. Aun lo sigo haciendo, para que el se sienta orgullosa de mi. Y allí estaba ella, Naru-chan hablando en susurros cerca de la puerta, una de las tantas criadas dentro de nuestro fundo y una de las pocas amigas que tenia, nunca fui buena relacionándome socialmente con otras personas, me pongo nerviosa y nunca logro encontrar las palabras adecuadas, aparte, soy bastante torpe con mis movimientos "Usagui-chan… la familia Chiba esta aquí. Están junto con Mamoru-san" recuerdo que mi corazón se acelero a mil por hora, rápidamente me levante y miraba hacia todos lados, sonrío para recordar lo sonrojada que estaba "Se ven muy intranquilos, llegaron hace mas de media hora. Suzume-san preguntó por su ausencia…"

Deje de lado lo que estaba haciendo, esta noticia acaparo toda mi atención "¿Cómo me veo Naru-chan?" arregle una y otra vez mi kimono en tonos rosados dándole sonrisas vergonzosas e intranquilas, mis manos comenzaron a sudar, aun me pongo nerviosa bajo su presencia. Era una simpática muchacha de dieciséis años "¿Debo ir a recibirlo?" Naru negó con la cabeza.

Chiba Matsumoto llego a ser noble gracias al titulo de samurai, protección de la familia real en la guerra aun existente. Conoció a mi padre en una misión a Hiroshima, fue herido por la velocidad de la espada del enemigo y mi padre, que en ese tiempo era uno de los generales del ejercito; lo ayudo a reincorporarse al ejército. Chiba Matsumoto es un gran amigo de mi familia, sobretodo de mi padre, Tsukino Eien. Matsumoto-kun contrajo matrimonio con una hermosa doncella, Suzume.

"Los padres de Mamoru-kun están hablando con Tsukino-sama y su madre. El prefirió la empresa de su hermano. Ambos se encuentran caminando por los jardines. Shizuka-san la llama a su habitación" mire fijamente a Naru, mi abuela Shizuka es el único apoyo que tengo ahora en mi familia. Mi único vinculo con la realidad. Le debo mucho, ella fue la que me enseño, me educo para ser una buena esposa y madre.

Recuerdo mirarme en mi pequeño tocador, refriego con agua mi rostro para estar fresca. Caminando por los pasillos, veo por la esquina de mis ojos a mi hermano Mokoti-onii-chan junto con el, hablando seriamente.

No lograba entender. Las visitas a nuestra casa de parte de Chiba Matsumoto eran importantes y bastante frecuentes este ultimo tiempo, y como siempre… era la ultima en enterarme de las cosas. Conocí a Mamo-chan cuando tenía 12 años, donde asistí a mi primera reunión social, una presentación social llena de lujos y superficialidad para las doncellas, fui una seleccionada entre miles de muchachas de mi distrito. Con el transcurso del tiempo se fue transformando en algo mas profunda por el. Mi amistad poco a poco cambio por una distinta forma de verlo, un brillo especial acaparaba mis ojos cuando estaba con el: su mirada, sus ojos azules, recordándome al furioso mar cerca de Osaka, la forma en hablarme y tratarme… diferente a los demas hombres nobles a nuestro alrededor.

Sigo pensando y anhelando las situaciones, como la dulce niña que algún día fui: el verdadero amor.

Chiba Mamoru por ser el primogénito de la familia, se le enseño desde muy pequeño el bushido, el camino del guerrero; código estricto que exige lealtad y honor hasta la muerte. Matsumoto-kun quería que siguiera la tradición samurai, mi Mamo-chan es uno grande y poderoso.

Compadezco a Mamoru. Su infancia fue llena de responsabilidades adelantadas. Es un hombre bastante solitario, asumió el honor de la familia, al igual que sus hermanos. A los veinte años comenzó a luchar junto al ejército del Emperador, durante un año no lo vi ni supe del. Es un gran hombre, un gran guerrero. Entre nosotros existe una diferencia de siete años, aun así, se ve tan joven, tan encantador que hasta las ancianas quedan perdidas en su magia. Mamo-chan es un hombre alto, fornido y muy atractivo. Cualquiera puede caer en sus redes.

"¿Oba-san?" Sin recibir respuesta decidí abrir la puerta, mi abuela se encontraba de espalda, sobre su futon cepillándose su cabello canoso.

"Ven a mi lado, Usagui. Cepíllame el cabello" Sin decir otra palabra me acerque a ella. Me arrodillé por su espalda, tome su fino cepillo de plata y comencé sumamente a peinar. Ambas estábamos silenciosas, solo nuestras respiraciones se escuchaba "Usagui" ella comenzó, pero simplemente escucho un suspiro largo. Tomo mi mano y la separo de su cabello. Se levanto, se dirigió a su tocador y saco una pequeña caja de madera, era realmente hermosa. Pero como buena señorita que era, no debía preguntar. Me sorprendí cuando toco mi mano delicadamente, ella no era de esos actos "Hoy va a ocurrir un gran acontecimiento" con suavidad toco mi mejilla, sus manos frías y arrugadas eran vivos retratos de una vida de sacrificios "Pronto cumplirás 17 años, como ha pasado el tiempo querida" cerro sus ojos y no pude ver como sus ojos azules se llenaban de lagrimas "Estoy vieja, Usagui… cansada. Pero eso no me impedirá ver a mi nieta contraer matrimonio con el joven Mamoru…"

Mi corazón se congelo. Tenia ganas de llorar de felicidad, no sabia si era verdad… ¿acaso mi abuela jugaba conmigo? No lo creía ¡mí querido Mamo-chan contraería matrimonio conmigo! "¿D-de que hablas oba-san? ¿Eso es verdad, oba-san?" mis ojos se llenaron de lagrimas, tenia miedo de que solo fuera una fantasía.

"Es mí deber anunciar a la última descendiente de la familia Tuskino su matrimonio, Usagui" se levanto y se dirigió lentamente hacia su armario, sacando dos hermosos quimonos, uno azul y otro blanco "El azul será para hoy. Debes verte hermosa" vi en sus ojos, el orgullo que nunca había visto antes hacia mi "El blanco será para el día de tu matrimonio. Ha pasado en generación en generación, es un honor que lo lleves puesto el día de la sagrada ceremonia"

"Oba-san…" la interrumpí, ella me miro un poco enojada, pero sin embargo le sonreí. Me acerque a ella y la abrace, le di un beso en su mejilla y me di cuenta que habían varias lagrimas corriendo por sus mejillas "Oba-san, no llores Oba-san…" seque sus lagrimas, sentía mi corazón en mi garganta.

"Mi pequeña Usagui" mi abuela recorrió sus manos por mi rostro "estas tan grande… toda una mujer" reí silenciosamente en el orgullo que sentía por mi. Entendí al fin la dureza con la que me crió. Todo me servio para sobrellevar mi matrimonio hasta el día de hoy. Ser una esposa perfecta para un samurai como el, juntos pasaríamos a ser un pilar para el otro. Tome sus manos y las bese "En esta caja se encuentra los accesorios que usaras para tu noche de bodas" me sonrojo y lo sigo haciendo… pensar en la primera noche con Mamo-chan era inevitable "Ve a cambiarte" Dándole una ultima sonrisa, me dirigí hacia mi habitación. Caminaba rápido, con ansias, al doblar choque con un cuerpo fuerte y musculoso, sabía quien era.

Yo siempre con mis torpezas…

"Usagui" levante mi mirada, y me sonrojé al pensar en estar dentro de su abrazo.

"Joven Mamoru-kun, yo-" fui interrumpida por sus dedos que suavemente tocaron mis labios para callar.

No pudimos detener nuestras acciones, nuestros errores. Lo nuestro es una metáfora, exageraciones de nuestros actos. No debí ilusionarme.

"Tu abuela debió decirte sobre el matrimonio. Además no creo que a partir de ahora me digas 'joven Mamoru-kun'" rió mostrando solo para mi su sonrisa, esas que solo me dedicaba a mi cuando charlábamos a solas.

Pienso en nuestros momentos fugases y quisiera recuperarlos. Mi naturaleza torpe, las palabras no dichas… todo. Deseo con todo mi corazón, que algún día todo vuelva a ser como era antes…

"Hai" respondí y rápidamente salí de sus brazos. Si estuviera cerca del, cometería el grave error de besarlo. ¡Una señorita no debe hacer eso! No éramos amantes, ni siquiera se veía con la intención de cortejarme, con suerte intercambiamos palabras. Me avergüenzo tanto… no fui capas de decirle cuando lo amo…

Y realimente estaba equivocada, mi mundo de fantasías pronto terminaba.

"Te veras bonita mas tarde, ¿ne?" tomo un rizó rubio, jugueteando con el. Me sonrió por última vez, y comenzó a alejarse por el pasillo, sabía que los samurais nunca fueron buenos para demostrar sus sentimientos.

"Mamoru…" decidí llamarlo por su nombre. Tal vez aquella caricia me daría una respuesta, necesitaba saberlo, tal vez me daría alguna esperanza, aunque solo sea una… pero el no dijo nada. Solo se acerco nuevamente, miro mis ojos con un sentimiento que nunca supe reconocer. De su bolsillo saco una pequeña pero hermosa flor blanca y la coloco entre medio de mi oreja y de mi cabeza.

La inocencia de mis actos no me permitió ver lo que realmente sucedía.

Nuestro compromiso mas tarde fue anunciado a toda la familia, después de celebrar la ceremonia del te; comenzaron los preparativos. Sin embargo me quede encerrada en mi cuarto. No podía ver la cara de Mamo-chan, tenia el presentimiento que no era lo correcto casarme con el hombre de mis sueños. La ceremonia de matrimonio fue perfecta, se llevo a cabo cinco meces después… en primavera. Era todo lo que una mujer podría querer. Mis fantasías de la boda eran perfectas. Se encontraba toda mi familia, su familia, amigos cercanos, gente de la política, y los representantes del emperador… pero seguía ahí, faltando algo… él era el único que podía llenar el vació en mi corazón. Todo había pasado tan rápido, ni me di cuenta que en un mes estaba casada, que en una semana estaba viviendo con Mamo-chan acostúmbranos uno cerca del otro. Meses dirigiéndonos hacia distintas partes de la nación, viajando para encontrar un lugar estable donde vivir… los años perdiéndome en sus ojos …

Pero estaba muy equivocada… el me aparto, me dejo sola. No alcance nunca tomar su mano, el ya había partido…

Hace un buen tiempo estuve escuchando y espiando la conversación de mi nii-chan con mi oji-san, un día que fui a visitarlos; que nuestro matrimonio había sido arreglado antes de que naciera. Nuestras familias acordaron que la próxima hija que tendría mis padres, contraería matrimonio con Mamo-chan. El clan Chiba le aseguro a mi familia protección y prosperidad, a cambio de prestigio y lealtad… un pacto secreto. Solo para conservar el apellido Chiba. Solo soy un medio de supervivencia, se que ese es el rol de la mujer… pero pensé que tal vez la familia Chiba era diferente, Mamoru era diferente. No tenia porque recriminarles esa decisión, estaba acostumbrada a este estilo de vida… aun así, no quería escuchar eso, nunca me imagine que mi familia me condeno a una vida de acciones falsas.

Había pensando que Mamo-chan le gustaba como mujer, que mi interior era lo suficientemente atractivo para él, ya que no me consideraba guapa como las demas mujeres de mi edad, pero esas hipótesis fueron descartadas. Desde ese momento decidí no hablar con mi familia, solo para cosas prácticas si necesitaba algo. Me aíslo cada día mas, no tengo la fuerza para seguir adelante, guardando mis emociones en lo mas profundo de mi ser… me fui dando cuenta que solo soy una carga para las persona que quiero y amo.

Me dijeron que una vez casados, el amor llegaría con el transcurso del tiempo… aun no pierdo las esperanzas y sigo esperando.

Yo soy Chiba Usagui, quinto y ultimo descendiente de la unión de Tsukino Eien y Katsumi. Han pasado un poco más de tres años desde mi matrimonio con Mamoru. Aguantando mentiras, engaños. He creado un escudo de timidez y tranquilidad para que nadie vea mi interior, saber cuanto sufre una mujer por amor. Tengo 20 años, y me avergüenza decir que aun me sigo comportando como una ilusa.

Siempre me pongo a pensar, si las cosas fueran distintas; si nuestras familias no hubieran acordado tales cosas… ¿sentirá algo por mí? Las pocas palabras dichas, transmitiendo tanto sentimiento… ¿acaso servirán de algo, preocuparme por el? ¿Todo en esta vida tiene su recompensa?... pero es imposible, son solo pensamientos que los llevo a la fantasía… soy la sombra en busca de esperanza. Sueño con ver brillar sus ojos por mí, caminemos una noche, juntos; por el puente, tome mi mano, me bese. Que él cambie su rutina por algo nuevo: amor.

De que sirve luchar tanto… de que sirve hacer falsas expectativas frente a nosotros. Somos tan diferentes, nunca debimos toparnos en nuestros destinos; solo nos conocimos en el momento incorrecto, ¿no crees? Nunca debí poner mis ojos sobre el… ¿de que sirve todo este sufrimiento?, ¿de que sirve amarlo tanto?...

¿De que sirve ganarse el cielo si no tienes alma?…


Notas
¡Lo sé! - no es necesario que me digan que el vuelto del limbo a joderles la vida nuevamente xD, pero heme aquí, con historia nueva. Se que las otras las tengo botadas, ¡pero no se preocupen! Al fin pienso actualizar (que no cunda el pánico). Espero que esta historia la disfruten. No se preocupen sobre una próxima actualización, que lo haré la semana entrante (tengo varios capítulos avanzados). Esto se desarrolla a mediados del siglo XV en Kyoto, por si no se han dado cuenta; Usagui esta relatando sus emociones y lo que sucedió hace tres años con respecto a su vida. Que mas decirles y queda claro que es una historia bastante triste, aunque aborda todos los sentimientos, pero no se preocupen que esta historia tiene un desenlace inesperado. Cualquier duda que tengan me mandan un e-mail o me agregan a MSN, no tengo ningún drama en responder sus consultas. Además, me gustaría que me actualicen como van las historias por aquí... que estos años he estado perdida.

¡OldSchool is back!

Ikebana: arreglo floral
Samurai: guerrero de la elite japonesa
Oba-san:abuela (hay muchos mas tipos de referirse a la familia en japonés)
Oji-san: abuelo
Onee-chan:hermana mayor
Onii-chan: hermano mayor
Kimono: vestimenta diaria de la cultura japonesa hasta mediados el siglo XIX
Futon: cama estirada en el suelo
Bushido: modo de vida y código para un samurai (este contiene 7 principios)
¿Ne?: es un no, aspirando la afirmación.

Sábado 30 de Mayo
Pola Kaiou.-