Los personajes de Fairy Tail son propiedad de Hiro Mashima. Y no hago esto con fines de lucro.
•Bueno bueno, pues, esta es una historia nueva basada en un hermoso dibujo de Rboz, y la verdad estaba entusiasmada con esto desde que lo vi! Espero que les guste esta historia y les llame la atención~
•PS. Para quienes leen mi otra historia, Cabaret Fairy Tail, no la podré actualizar esta semana, si se preguntan porque, es porque esta semana tuve que escribir un informe horrible de química del petroleo de 37 paginas! Con suerte tuve tiempo de terminar este mini prologo. De todas maneras la próxima semana lo subiré, pero no el viernes. Tal vez el martes o miércoles. Lamento mucho eso chicos, pero el colegio es terrible.
Sea Magic
L.D Sforza
~Prologo: Un día normal~
Esa mañana parecía total y completamente normal para Gajeel.
Parecía.
Pantherlily lo despertó con un cubo de agua en el rosto. Bien, eso era relativamente normal, su mejor amigo disfrutaba bastante con ese tipo de bromas pesadas. El tema fue que, generalmente lo hacía con su forma pequeña, cuando parecía un gato con alas común y corriente. Hoy lo había hecho con su verdadera forma, la de una gran pantera humanoide.
Eso generalmente significaba problemas.
No se detuvo a decirle un par de cosas sobre sus bromitas. Se puso su camisa y las botas con una rapidez poco propia de él y dejó que Lily lo guiará.
- Tenemos un polizón. – Dijo con su grave voz, y Gajeel maldijo por lo bajo, preparándose mentalmente para la odisea que significaba un polizón. – Un polizón bastante atractivo la verdad.
Gajeel levantó una ceja, mirando a su amigo divertido.
- No sabía que eras de ese lado Lily. – Soltó una risa y él se dio la vuelta, pero contrario a estar molesto, una sonrisa divertida curvaba sus labios.
- Oh, estoy casi seguro que pensarás lo mismo que yo cuando le conozcas. - Gajeel decidió quedarse callado por esa ocasión e ignorar el último comentario de Lily.
No sabía que tipo de polizón tenían ésta vez, pero Lily parecía especialmente emocionado, y eso sí que era extraño. Lily odiaba aún más a los polizones que él. De cualquier manera, pensó, no se podrá quedar acá demasiado. De todos los piratas existentes, Gajeel era reconocido por no aceptar jamás a nadie nuevo en su tripulación. Sólo Lily y él, eso era lo correcto y necesario. Con eso estaba bien.
Llegar a cubierta fue igual de normal que siempre.
Cuando llegaron y la luz del sol mañanero encandiló a Gajeel, por un segundo pensó que ese día sería genial para ir a saquear alguna costa. Cuando vio a su polisón pensó que sería genial pasar todo el día en el barco.
- Una mujer. – Miró a Lily y luego a la pequeña mujer que se había colado quien sabe cómo a su impenetrable embarcación. Para cualquiera hubiese parecido incluso una niña, pero Gajeel podía diferenciar esas marcadas curvas en su cintura y cadera, incluso, sus pequeños senos parecían realmente atractivos. Iba con un vestido anaranjado bastante mal tratado la verdad, y temblaba ligeramente. Se le acerco lo suficientemente rápido y brusco para mostrar su posición de Capitán, y lo suficientemente sutil como para que ella no saliera corriendo por defensa propia. – Bien, con que una mujer… Lily, no me informaste bien de nuestro polizón. No recuerdo que mencionaras a una polizona.
Él se encogió de hombros, restándole importancia y comentó con simpleza: Ella es un espíritu de la naturaleza
Gajeel dirigió la mirada la mujer, que seguía sin decir nada, simplemente le mira con su grandes ojos cafés. Una mirada que realmente le sorprende. Parece conocerlo. Pero eso no es lo que a él le importa. Acorta aún más la pequeña distancia que los separa haciendo inevitable que ella retroceda un poco. Y logra divisarlas las alas que ella parecía querer ocultar por todos los medios. Estaban muy juntas en su espalda, lo suficiente como para que él no las notara a simple vista.
Y entendió como fue que logró entrar a su barco, volando. Ella era una hada, un espíritu la de naturaleza.
Bien, a él no le importaba eso, ni nada, simplemente quería que aquella curvilínea hada saliera de su barco, pero antes de poder decir cualquier cosa ella habló, con voz suave y ligeramente temblorosa: Dejadme quedar. Se os suplico…
Gajeel quería decir que no. Que en su barco no se permitían tripulantes nuevos y mucho menos mujeres, pero le sorprendió escucharse a sí mismo diciendo: Demuestra que lo mereces.
