Prólogo.

Era un día caluroso como otros días de verano, pero este día era distinto a los anteriores ya que minutos antes una cruenta batalla se había producido no muy lejos en el lugar de la que se encontraba Sasuke, el último descendiente de la familia Uhicha, ahora convertido en ronin tras la muerte de su señor.

La batalla había sido ocurrida como muchas otras a causa de la búsqueda de poder, y como siempre las perdidas ocasionadas eran normalmente, vidas humanas, guerreros que habían sido entrenados como único fin entregar su vida a su señor. Morir o deshonra esas eran sus únicas opciones, y la segunda jamás era una opción.

Sasuke llevaba años sin ser el guerrero de ningún señor a causa de que sus ideales, aunque realmente lo que deseaba era buscar algo con que divertirse, tal vez una aventura, pero no encontraba nada en concreto. Por lo que se dedicaba principalmente a vagabundear de un lado a otro, parando de vez en cuando para ver las consecuencias producidas por buscar el interés propio. Su única pertenencia que ahora llevaba consigo era una vieja espada perteneciente de su familia.

Siempre era el mismo espectáculo, un campo de batalla llena de cuerpos mutilados, siendo estos comido por los cuervos y animales carroñeros.

Por lo que pensó que no era un mal sitio para parar y comer algo, aunque sus reservas de comida que llevaba consigo estaban casi a su fin. Para la noche tendría que buscar un lugar en la que descansar, tal vez una casa abandonada sería un buen lugar, siempre y cuando no estuviese ya lleno de ratas.

Se sentó sobre una piedra cerca del cadáver sin brazos de un samurai. Y sacó, dos bolas de arroz, no era una comida que se pudiese decir completa pero algo era algo. Cogió una de ellas y dejó la otra sobre la roca.

Solo pudo dar un bocado ya que al segundo se vio obligado a sacar su Katana de su funda.

- ¿Qué quieres? – interrogó Sasuke apuntando con su espada la yugular de su oponente.

El hombre se encontraba tras el, tenía el pelo marrón y un par de dibujos a los lados de la cara de color rojo.

- Tu comida.

El pelinegro miró fijamente al hombre, estaba desaliñado y tenía aspecto de no comer algo en varios días por lo que decidió hacer lo mas conveniente.

Apartó la katana y la clavó sobre la otra bola de arroz que se encontraba sobre la piedra para después entregárselo al hombre hambriento.

- ¿Me lo das? – dijo dubitativo, no era normal que alguien entregase comida a otra persona, no sin una lucha.

- Si quieres lo coges, sino te largas y me dejas en paz.

Antes de que tuviera ni que pudiera repetírselo el pelimarrón cogió la bola y se lo comió como si su vida dependiera de ello. Pero no se lo acabó sino que con su último trozo en sus manos silbó, llamando así a su perro, Akamaru.

- Toma – extendió el último trozo de comida que tenía.

Al acabar se inclinó en frente de Sasuke el cual todavía no había acabado de comer.

- Me llamo Kiba y este es mi compañero, Akamaru. – señaló al pequeño perro blanco, el cual tras comer se había colocado sobre la cabeza de su amo.

Sasuke no se mostraba interesado en lo que le estaba diciéndole aquella persona tan extraña. Después de todo, solo le había entregado ese trozo de comida ya que, le pareció que su causa de luchar era mas interesante que la de esas personas que ahora se encontraba en sus pies muertes por obedecer ordenes.

- ¿A dónde te diriges?

- A la aldea mas cercana. – dijo al mismo tiempo que se levantaba y se dirigía al camino que había cerca para así continuar con su viaje.

- ¿Qué te parece que como agradecimiento por la comida te llevo hasta ella?

- No.

- ¿eh? ¿Por qué?

- No quiero.

- Pues te voy a acompañar igualmente. – se adelantó a la marcha del pelinegro quedando justo delante del.

- Haz lo que quieras. – tuvo que resignarse, después de todo no era tan malo caminar acompañado por una vez.

El camino fue tranquilo hasta que se encontraron en mitad de un cruce, esta se dividía en dos caminos una llevaba por un bosque y el otro rodeaba el bosque. Era lógico que la gente evitase el camino que llevaba por el bosque ya que en ella las emboscadas por bandidos y ladrones eran mas comunes que en un camino sin que nada dificultase la visión de posibles ataques. Pero también era cierto que por el bosque se acortaba el tiempo.

- ¿Por donde? – señaló Kiba con su dedo.

- Por el bosque.

No pudieron caminar ya que se tuvieron que poner en guardia al ver como en la entrada del bosque una luz se movía de un lado al otro, acercándose cada vez mas a la entrada. Y al poco también se comenzó a oír el tintineo de una especie de cascabel. Lo que provoco que el pequeño Akamaru temblase por algún motivo, esa persona no le gustaba para nada.

La figura de una persona se mostró ante ellos, estaba encorvada y parecía tener joroba, no podían seguros ya que tenía mucha ropa encima, algo imposible de pensar en esa época del año tan caluroso, llegando a cubrir su cara y su pelo.

- Deteneos jóvenes incautos que queréis pasar por el sendero de la montaña. Pues un mal vive en ella. Al igual que vosotros muchos que lo intentaron jamás fueron vueltos a ver. – se movió ladeando un poco la cabeza- Se dice que en el bosque vive una mujer cuya belleza atrae a todo incauto viajero y los devora como el demonio que es, apoderándose de sus almas para siempre.

- Eso son solo leyendas – dijo Kiba aburrido por esa tontería. – Nosotros no le tenemos miedo.

Esa extraña persona no parecía inmutarse ante el comentario del moreno, seguramente no serían las primeras personas que ignoraban sus avisos.

Dio otro paso y se inclinó en forma de reverencia.

Se colocó a un lado, permitiendo el paso a los dos jóvenes, los cuales pasaron sin miedo alguno.

- Vuestra valentía os llevará a la tumba.

Se giraron para encararlo pero ya no se encontraba, solo se oía en el tintineo de su cascabel.

- Maldita sea ¿quien se cree? – dijo Kiba molesto

Siguieron con su camino, a cada paso que daban el bosque se volvía mas oscuro y los árboles mas altos produciendo así una sensación angustiosa. Como si estuvieran atrapados y al mismo tiempo observados por ojos invisibles.

- SOCORRO

La llamada de socorro de alguien procedía justo en frente de ellos, ¿Podría ser el demonio?

Continuará….

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Yatta!!!!!

Primer cap!!!

Bueno para aquellos que ya me conocéis ya sabréis que estoy a escribir otro fic "el video rojo" que intentaré actualizar tan pronto como pueda. Al igual que el otro va a ser un yaoi un SasuNaru.

Espero que os gustase el primer cap, Si queréis que continúe me dejáis un review.

Hasta el próximo cap.