Kagome: Creo que es hora de volver a casa. Jinengi ¿Por qué no te quedas hoy en la aldea?
El gran Jinengi se sonrrojó y le agradeció su oferta a Aome, pero su madre lo esperaba y debía volver a casa.
Rin: Gracias por ayudarme el día de hoy Jinengi
Jinengi se volvió a sonrojar, los ojos tan cálidos de Rin aún tenían ese efecto en él.
Rin: Gracias también a ustedes, Kagome y abuela Kaede
Abuela Kaede, habían pasado tres años desde que el señor Sesshomaru había dejado a Rin, tiempo suficiente para que la pequeña Rin y la anciana Kaede se encariñaran mutuamente.
Kagome: No hay de que Rin
El grupo llevaba un par de horas recogiendo hierbas medicinales en una zona algo alejada de la aldea, en la mente de la anciana aún estaba la conversación de hace un par de días.
Rin: Abuela Kaede
Kaede: ¿Qué pasa mi niña?
Rin se quedó un instante mirando al suelo, para después alzar la vista y decir: Abuela Kaede, la próxima vez que vayamos por plantas ¿Podríamos buscar plantas medicinales para youkais?
La anciana se quedó un poco sorprendida por la petición de la pequeña niña, después de todo ese conocimiento no era muy útil aquí en la aldea, ya que lo más cercano a un youkai era Inuyasha, y al ser un hanyou las plantas de los humanos le servían muy bien. Aun así, la anciana bien sabía que la petición de su pequeña probablemente no estaba relacionada con la aldea, por lo que se limitó a decirle que encantada le enseñaría. Rin le devolvió una bella sonrisa, rasgo característico de ella.
Jinengi se marchó y las mujeres se preparaban para emprender el viaje de regreso, les tomaría aproximadamente una hora, estaban un poco alejadas de la aldea ese día, debido a que este tipo de plantas no crecen en lugares muy comunes. Después de empacar todo perfectamente en las mochilas se dispusieron a irse, pero al tratar de levantar su carga la anciana Kaede cayó de rodillas al suelo.
Kagome: ¡Anciana Kaede!
Rin: ¡Abuela!
Kaede: Creo que esta anciana ya no tiene las mismas fuerzas que solía tener.
Kagome: No se preocupe anciana Kaede, nos dividiremos su carga
Rin: ¡No Kagome, tú no debes de esforzarte tanto!
Kagome recordó el incidente de la mañana, en donde un terrible demonio había invadido la aldea, Inuyasha y Miroku se encontraban en una misión, por lo que Sango y ella tuvieron que hacerse cargo; ya que el demonio tenía la habilidad de multiplicarse Kagome había tenido que formar un gran campo de protección sobre toda la aldea hasta que la exterminadora y la sacerdotisa lograron exterminarlo, lo cual la había dejado exhausta.
Rin: No Kagome, te esforzaste mucho en la mañana, no debes exigirte de más, además si algo te pasa Inuyasha se preocupara. Yo llevare lo de la anciana Kaede
Hace tiempo que Kagome no veía a Rin tan decidida, además recordó que desde hace un año ella había empezado a entrenar con Sango, lo cual había incrementado su resistencia física.
Kagome: Esta bien Rin, muchas gracias.
Kagome acarició la cabeza de Rin, ambas se sonrieron. Tras pasar la carga de Kaede a Rin esta se volvió considerablemente pesada, la pequeña pudo percibir esto, pero no dijo nada.
Anciana Kaede: ¡Andando!
Rin: Kagome, anciana Kaede, si no les molesta quiero ir por el camino cercano al río para llegar a la aldea
Kagome: Pero Rin así tardaremos más en llegar
Rin: Lo sé, por eso pensaba ir sola- soltó una pequeña risa- es sólo que me gusta mucho ver el atardecer en ese lugar, prometo que regresare antes que anochezca.
La pequeña inclinó su cabeza y junto sus manos en señal de ruego, a pesar de que ya habían pasado cinco años Rin aún añoraba los tiempos en los que viajaba a lado de su señor. Caminar por ese bosque le traía gratos recuerdos, así que pasaba por ahí seguido.
Kagome y la anciana Kaede aceptaron la petición de la tierna niña, pidiéndole que fuera cuidadosa y le dijeron que cumpliera su promesa de llegar antes de que anocheciera. La anciana le hizo una caricia en la mejilla en la niña y después Kagome y ella partieron.
Rin tardó un poco más de lo esperado al llegar al río, para cuando llego al claro que estaba buscando sus hombros le dolían bastante-Creo que exagere- pensó mientras bajaba la pesada carga.
Ese pequeño claro cerca del río le recordaba mucho al lugar en donde vio por primera vez a su señor, aún recordaba como si fuera ayer la figura del señor Sesshomaru; en esa ocasión estaba acostado y visiblemente lastimado.
Rin: Yo sólo quería ayudarlo, sabía que no era un humano, pero se veía tan sólo… No podía dejarlo así.
-Señor Sesshomaru- pensó la pequeña niña- sé que sólo han pasado un par de meses desde su última visita, pero ya quiero verlo- Rin se quedó viendo fijamente el atardecer, deseando que el señor Sesshomaru estuviera aquí para verlo, no tanto porque él lo disfrutara, sino porque a ella le hacía muy feliz compartir este tipo de cosas a su lado.
Unas horas antes, a las orillas de una aldea no muy alejada de ese río, un poderoso youkai de pelo blanco y rasgos apuestos esperaba a que su pequeño ayudante regresara con el lindo listón azul que el demonio le había indicado.
Jaken: Amo bonito, aquí esta
El pequeño demonio le extendió a su amo un bello listón azul que tenía un lindo patrón con hilo verde, el cual formaba unas hojas. Sesshomaru lo miró fríamente, hecho que asustó al demonio verde, pues este sabía que se había tardado más de lo esperado. Rápidamente le quito el listón de la mano y salió volando; de no ser porque Jaken reacciono justo a tiempo al aferrarse a su estola, este se hubiera quedado atrás.
Los tonos naranjas, rosados y rojos en el horizonte le hicieron recordar a Rin que sólo quedaban una horas de luz, por lo que se apresuró a tomar un poco de agua, mojarse un poco la cara y levantar de nuevo la pesada carga. Sólo había caminado un par de metros, cuando sintió un dolor profundo en su hombro derecho y una sensación de ardor, bajó la carga y descubrió su hombro para examinarlo, este tenía una pequeña raspada que estaba sangrando un poco -Kagome me regañara por esto- dijo para sí misma. No era nada grave, pero si era un dolor molesto que le incomodaría todo el camino de regreso
El vuelo de Sesshomaru se aceleró repentinamente, al punto en el que Jaken casi salía volando.
Jaken: ¡¿Qué pasa señor Sesshomaru?!
Sesshomaru tenía una mirada más seria de lo normal-Este olor, es leve, pero aun así…-pensó el demonio mientras seguía el rastro
Rin ya iba resignada, aguantando el ardor de su hombro, cuando escuchó una voz bien conocida.
Sesshomaru: Rin
La pequeña niña volteó rápidamente, bajo su pesada carga y corrió hacia su amo
Rin: ¡Señor Sesshomaru! Me alegra mucho verlo
Una sonrisa enorme ilumino la cara de la niña-¡Señor Jaken!- gritó mientras abrazaba al pequeño demonio.
Jaken: ¡Dejame niña, de tanto apretarme me vas a asfixiar!
Rin: Lo siento señor Jaken, me emocione mucho al verlo, a los dos señor-Dijo Rin mientras volteaba a ver llena de dicha a Sesshomaru, pero en ese instante notó que su amo veía fijamente su hombro-No es nada grave señor-dijo levantando su brazo, en señal de que todo estaba bien.
-¿Esos humanos te hicieron llevar todo eso?- preguntó el imponente youkai dirigiendo su vista hacia la carga de Rin. La niña había sentido el ligero tono de molestia en las palabras de su amo y respondió rápidamente- No señor, es sólo que la anciana Kaede no puede cargar ya tanto peso y la señorita Kagome estaba muy cansada, así que yo me ofrecí a llevar…-El demonio paso a lado de la niña, haciendo que esta se callara y lo siguiera con la mirada, se acercó a donde estaba la mochila y con una mano la levanto, sin esfuerzo alguno la colocó sobre su hombro. Pensó que Rin no era tan débil como antes, a pesar de que el peso que ahora llevaba era insignificante para él, era considerable para el tamaño de la pequeña, después de su rápida reflexión exclamo-Andando-La pequeña niña pensó en decirle a su amo que no se molestara, pero el hecho de que él la ayudara a llevar su mochila hasta la aldea, significaba que podría caminar un rato a lado del señor Sesshomaru y el señor Jaken. Rin sonrió ante esta idea y corrió junto con Jaken para alcanzar a su amo.
Durante el camino, Rin les contó sobre todas las plantas que habían encontrado, sobre las que había aprendido y como se utilizaban, hubiera hablado durante todo el camino de no ser por las breves interrupciones de Jaken.
Jaken: ¿Y para qué te sirve saber todo eso? Niña tonta, tú eres humana y todas las plantas que llevas ahí son para demonios, en tu aldea sólo podrían ser útiles para ese odioso de Inuyasha-
Rin se quedó callada un momento, cosa que Sesshomaru notó, tras unos segundos contesto- Es sólo que quiero aprender cómo ayudar a usted y al señor Sesshomaru- la respuesta de la pequeña sorprendió al youkai
Jaken: Si serás tonta niña ¿Cómo puedes creer que una humana como tú podría ayudarnos? No ves que el amo bonito es muy fuerte, él no necesita de ti.
El pequeño demonio verde se arrepentiría de decir esas palabras, ya que acto seguido el gran youkai le propino un buen golpe que lo dejo atarantado
Sesshomaru: Rin, ahí abajo esta tu aldea
Rin: Gracias amo Sesshomaru, usted siempre es muy amable conmigo y…me hizo muy feliz verlo
La pequeña tomo la pesada carga y la colocó de nuevo en sus hombros, haciendo una pequeña mueca de dolor -Rin- pronunció seriamente Sesshomaru -¿Sí señor?- preguntó abriendo sus grandes ojos la pequeña- Recuerda lo que te dije y cuídate por ti misma- dijo el demonio viendo los dulces y bellos ojos de la niña – Sí, señor- dijo Rin alegremente mientras volteaba para caminar a su choza –Rin- la detuvo la voz del youkai. Volteo solo para encontrar a su señor extendiéndole un hermoso listón azul -¡Muchas gracias señor Sesshomaru! Es muy bonito- Terminado de decir esto la pequeña procedió a cambiar el listón que traía por el nuevo –Queda perfecto, en verdad gracias señor Sesshomaru- El listón era el toque perfecto para enmarcar el alegre rostro de la pequeña. Acto seguido el demonio emprendió el vuelo pensando en lo que había dicho antes la pequeña- Tú ¿Quieres ayudarme?- el gran youkai recordó la sinceridad y ternura de Rin, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por Jaken -¡Amo Sesshomaru, espereme!
