Avatar no me pertenece solo juego con mi imaginación para crear historias.
Capítulo 1 "La Propuesta"
Sola, así se encontraba Katara en una pequeña plaza de la Isla Ember, toda la tarde había estado ahí esperando a alguien en secreto que ahora pensaba no llegaría; pasaban ya de las 9 de la noche y su mirada se encontraba perdida en algún lugar del cielo sabía que tal vez la persona deseada no se presentara con ella ya que ni siquiera sabía dónde estaba pero dentro de su corazón existía una pequeña esperanza de que así fuera, las personas poco a poco comenzaban a irse pero ella sólo se limitaba a mirarlas de vez en cuando y sonreír a los conocidos.
Para muchas personas ese día era normal pero para ella no, ese día era el aniversario número 5 del fin de la guerra y con él su aniversario con Aang, se habían mantenido juntos desde entonces y eran muy felices pero algo en particular molestaba a la maestra agua. No había visto a Aang en todo el día, sabía que como Avatar su deber es asistir a cada junta que se presentara pero nunca había desaparecido de esa forma siempre avisaba o al menos lograban verse un poco para hablar.
Sus pensamientos eran demasiados que hasta la cabeza le dolía pero en general había uno que todo el tiempo estaba dándole vueltas dentro de su cabeza: el matrimonio. Su relación con Aang iba de maravilla, eso decían todos y eso creía hasta que llegaron a un punto donde ya no sabía que pensar exactamente.
Cinco años como novios era un largo tiempo, que había disfrutado al máximo a cada momento y esperaba que fuera así toda su vida, ella lo amaba y eso era suficiente para que fuera feliz; era tradición de las culturas que una pareja al estar en una relación durante cuatro años se casaran al quinto y se preguntaba una y otra vez porque Aang no le había propuesto matrimonio aun, eso era lo que más deseaba en el mundo, quería ser su esposa, estar todo el tiempo a su lado, cuidarlo, apoyarlo, ser la madre de sus hijos y amarlo toda la vida; acaso era que Aang no la quería, no la amaba como decía hacerlo casi a diario, el pensar así la destrozaba, él era todo para ella y no lograba imaginarse una vida sin Aang, sin su Avatar.
Hubo momentos en los que quiso llorar pero había demasiadas personas a su alrededor y lo que menos quería era que comenzaran a preguntarle que le pasaba, cuando el reloj marco las 9 en punto miro a su alrededor y vio que casi estaba ella sola, suspiro y pensó en que ya era hora de irse, el nunca llegaría. Se levantó de la silla, recogió sus cosas y para su mala suerte como ella lo veía antes de comenzar a caminar Suki llego.
-Katara, ¿dónde has estado? No te había visto en toda la tarde- dijo su amiga.
-Quería estar un momento a solas, necesitaba pensar- contesto la morena.
-Me dirijo a la casa, podernos irnos juntas- comento Suki.
-Está bien, vámonos- respondió.
Justo cuando termino de hablar y estaban a punto de marcharse, una voz muy familiar llamo a Katara sorprendiéndola por completo.
-Una vez me preguntaron, para ti ¿Que es el amor? En ese momento no supe que responder pero ahora lo tengo más claro que nunca. Tuvieron que pasar 100 años para que pudiera responder a esa pregunta, tuve que terminar una guerra para poder hacerlo y no me arrepiento de todo lo que pase pero hay una cosa que siempre le agradeceré a quien la comenzó, pude conocerla. Ella para mi es el amor, todo lo que es y me hace sentir, es una persona tan especial que nunca alejarías de ti, es quien está en tus pensamientos a cada momento y en todas partes, quien siempre te apoyara pase lo que pase y hace tu corazón latir, ella que con cada mirada te entregue el corazón y creas no merecerla. Es ella, una chica morena pero hermosa, con cabello largo ondulado, de ojos azules como el mar, de un corazón tan grande al que nunca lastimaras y de quien siempre estaré enamorado. Desperté en sus brazos y al verla por primera vez a los ojos supe que el destino nos iba a unir, pasamos muchas cosas juntos y en cada instante yo la ame, con ella compartí mi primer beso, mis emociones, mis sentimientos y en sus brazos quiero morir. No hay palabras suficientes para describirla, nunca terminaría pero hay algo de lo que toda mi vida estaré seguro, para mi ella es el amor.- Aang término de hablar e hizo una pequeña pausa para ver la reacción de su novia.
Katara al principio no se giró para mirarlo pero conforme fue escuchando esta hermosa declaración lo hizo y lo vio, estaba parado firmemente frente a ella, esperando una reacción de su parte pero para ese punto lo único que había logrado hacer era comenzar a llorar.
-Me permitiría hacerle una pregunta, ¿Katara, te casarías conmigo?- dijo mientras esperaba una respuesta y la miraba fijamente a los ojos.
En sus manos había un pequeño cofre que al terminar de hablar comenzó a abrir; el contenía un hermoso collar de compromiso tallado a mano, era de un color perla pero que resaltaba de maravilla y en su centro se encontraban los símbolos de ambas culturas combinados a la perfección; había estado tres meses trabajando en él, a veces hasta había dejado de dormir, debía ser perfecto en todos sus detalles hasta el más mínimo que fuera, eso era lo que quería.
Había tardado mucho tiempo en declararse a Katara y lo sabía pero se sentía presionado por los concejales además de la frustración que le provocaban sus largas y tediosas juntas, siempre discutiendo por horas los mismos temas de los cuales pocas veces llegaban a acuerdos. Muy en el fondo aunque nadie lo creyera Aang tenía miedo del matrimonio, el gran Avatar quien había vencido al Señor del Fuego siendo solo un niño tenía miedo de casarse y no porque quisiera tener una relación abierta, la verdadera razón era que no quería fallarle a la única persona que en realidad le importaba, no soportaría que no fuera lo suficientemente bueno para Katara, la amaba y pasara lo que pasara así seria siempre.
-Si Aang, si quiero casarme contigo- contesto Katara emocionada y se lanzó a abrazarlo.
-Te Amo- dijo Aang y después la beso.
No podía haber momento más feliz que ese para ellos, era lo que siempre habían soñado y al fin se cumpliría. Por momentos Katara había dudado de Aang y ahora se regañaba por ello, estaba decepcionada pero al escuchar las hermosas palabras de su novio volvió a la realidad y se dio cuenta de que todo lo que había pensado solo eran tonterías, el siempre estaría ahí para ella y estaba segura de que lo amaría con toda su alma.
-¿Cómo me encontraste?- pregunto Katara cuando se separaron pero aun abrazada a él.
-Digamos que alguien me ayudo- contesto mientras le guiñaba un ojo a Suki.
Esa noche simplemente era perfecta a pesar de las inseguridades de ambos que poco a poco se iban olvidando, esa noche era un momento que siempre recordarían y no terminaba ahí; Aang era un hombre tan especial que en ocasiones como esa hacía de cada momento perfecto, aún tenía otra sorpresa preparada que a Katara le iba a encantar.
