Y de repente todo cambió
By Subaru Amagiwa
Capitulo I
El océano se engullía lentamente al dios solar, por lo tanto sus aguas comenzaron a tomar una tonalidad irresistible al buen observador. La suave brisa marina emprendía un camino dirigido a la única persona que descansaba tranquila sobre la dorada arena. Una joven que dudaba en lo que dos personas habían hecho en su corazón, aunque una en especial.
Dos años habían pasado, dos años en los que se había consolidado como la más grande estrella que el Kaleido Stage haya tenido el orgullo de ver brillar en su interior. Había pasado tantas cosas lindas, tantas cosas que quedarían en sus mejores recuerdos. Tantas cosas, pero ninguna como la que la llevaba a replantearse cuales eran sus prioridades. Lo que había hecho ese pelilargo francés la estaba inquietando desde el día anterior...
Nuestro protagonista masculino por excelencia (o por lo menos el mío sin lugar a dudas xD) tampoco podía sacarse de la cabeza a la pequeña japonecita y lo que había ocurrido el día anterior, esa tarde donde el primer beso fue real.
"No sabia lo que hacia", "no fue mi intención", "yo no quería", se repetía una y otra vez queriendo resarcir el hecho de que había besado a su compañera. Estaba celoso, no había nada que hacerle ni contradecirle. 100 celoso. El que Sora haya, por primera vez en su vida, elegido pasar la tarde con Ken en vez de estar entrenando con él, lo había sacado de lugar cuando ella apareció más tarde frente suyo y le sonrió como si nada. Fue bueno que estuviesen ellos solos en ese momento porque el impulso fue imposible de frenar. Cuando él sostuvo firmemente casi doliente el delgado brazo de Sora y de un tirón la guió contra su cuerpo.
La mirada de asombro y temor de Sora fue desapercibida ante los ojos fulminantes de Leon. No podía salir ni una palabra de esos rosados labios femeninos y mucho menos cuando fueron sellados por el frenesí labial del muchacho. En un ritmo que la terminó mareando, no supo cuando comenzó a corresponderle para frenarlo un poco y así darle un nuevo sabor a ese contacto. Leon perdió fuerzas, era ahora él el que temía por lo que Naegino estaba haciendo. Igualmente, no se dejó vencer y mantuvo a la chica sujeta en un abrazo inquebrantable, dejándose llevar en un mundo solo habitado por ellos y el beso que se negaba a terminar.
Pero bien se dice que nada es eterno y eso fue suficiente para que la razón retomase las riendas de la realidad. Leon no supo que hacer cuando su pequeño ángel llevó sus brazos a su cuello, rodeándolo con ternura y acariciando su sedosa melena plateada. De pronto hubo algo mas en el beso, había sentimientos y de los dos lados. Dos años juntos debía de tener una consecuencia y allí estaba. La apartó cuidadosamente. Así como comenzó de la nada, el beso llego a su fin. Oswald no dijo nada, el dios de la muerte dio la vuelta y se marchó, dejando a una solitaria muchacha con el dulce néctar de su primer beso en su boca.
Y así volvía una y otra vez esa escena en su mente estando recostado en su mullida cama de sabanas azul cielo. La había evitado todo el día, pero eso no podía durar para siempre. Solo quería saber que era eso que sintió para al fin dar la cara y enfrentarla. Una idea tenía, sin embargo aun no lo quería aceptar. Creía que no había lugar para el amor en él. Pero ella... ella y ese beso... fue cuando lo decidió: Debía volver a probar de esos labios... claro, solo por las dudas... ˆ-ˆ
No me pregunten cómo pero el rumor corrió fugazmente tras bastidores. Parece que alguien si los había visto en esa situación embarazosa. Rosseta había sido la primera en preguntarle a Sora sobre la credibilidad de lo que se decía: que ella y Leon se entendían bastante bien. La joven de cabellos morados se resguardó en un sonrojo nunca antes visto por sus amigas. Fue justo ahí cuando supieron que el simple rumor se había convertido en verdad ya que de Sora no obtendrían mas que un "Uy, se me hace tarde para ir a ver a la señorita Layla!" y verla salir corriendo hacia ningún lado en particular. Era tan evidente esta chica, tan clara de comprender, que los corazones de dos personas se estrujaron con esa simple acción de evadir una respuesta.
Y ahora, que la luna ya había ocupado el firmamento con una intensa capa de estrellas a su alrededor, en tanto la sombra de la noche cubrió el dorado de la arena, aquella mujer que había crecido profesionalmente entre sus queridas ovaciones, se percató de la falta de cierto rasgo en su vida.
-Leon... -suspiro en medio de la solitaria oscuridad. Su compañero era lo que le faltaba y al fin lo comprendió. Estaba enamorada de Leon mucho antes del beso, pero era mas que nada un amor platónico, una añoranza, una fascinación que tenia por el hombre de perfecto cuerpo. Ese porte recio, esa frialdad que se resistía abandonar su mirada, y esa sonrisa que últimamente era su principal dote para exclusividad de ella, todo lo hacia el príncipe azul de sus sueños. Y recién ahora lo comprendía... se volvía a reprender a sí misma. Porque los opuestos se atraen, porque había algo en el demonio que alguna vez fue que le gustaba, porque era él... pero... y Ken... Robbins se lo había pedido justamente ese día. Ser su novia.
continuará...
Notas de 昴 アマギワ (jejeje aprendi a escribir mi nick con kanjis xP):
Lamento la demora de mis otros fics de Kaleido, "Make me Pure" y "Sweet Rain". La universidad me está matando y más que estoy poniendo en juego mi regularidad, por eso pido que me tengan un poquitin mas de paciencia. Solo me quedan cuatro examenes mas si Dios quiere y ya para Diciembre estaré lista para actualizar todas mis historias. Desde ya, perdon por hacerlos esperar.
En cuanto a esta historia la había escrito hace varios meses atras para un foro y para KSW. Tengo dos capiulos mas escritos y, si este fic es bien recibido, los subiré dentro de un par de días para todas las fans de Sora-Leon.
Nos vemos hasta ese entonces, se cuidan y ... Reviews!!! (por lo menos cinco y actualizaré nuevamente)
Love and peace; los quiere Subaru ô-ô
