"Sin Cadenas"

Capítulo I: "Conoce a tu Familiar"

Aquí mi pequeño regreso con este fic que espero les guste, ya que me basé en una idea, que junto a otras, he formado esto, lo cual unos le van a tomar sentido, y otros, pues simplemente deberán esperar hasta que actualice (aunque no se), simplemente vengo más recargado que nunca con esta idea que esta vez no deseo dejarla en el aire.

Disfruten y de antemano, muchas gracias.

Saludos a aquellos que me esperaron, Gracias Totales.

Una fuerte ráfaga de viento empezó a soplar en las más adentradas entrañas de Royal Woods, el dúo "Clincoln McLoud" , idealizado , a su vez formalizado por Lincoln Loud y Clyde McBride no tuvieron más remedio que interrumpir su diversión bajo un pequeño columpio, charlando acerca de las vacaciones en la gran ciudad por parte del joven albino. Lincoln no le pareció gran cosa relatar aquello, por el simple motivo de que era común viajar con su hermana mayor y visitar a los queridos Casagrande Santiago.

Dado su retiro de aquel terreno baldío, siguieron con la charla cotidiana de los quehaceres de la siguiente tarde de diversión, sin duda también por el día terminado por la fuerte corriente que arriaba el clima tanto del barrio y por ende de toda la comunidad. El hogar McBride fue la opción más conveniente para hospedarse por un par de horas hasta que los vientos similares a huracanes furiosos que atacan las Bahamas o algún otro lugar del Caribe cesen, además de ser el lugar más cercano directamente proporcional de la residencia Loud, ubicada a más de dos kilómetros de distancia, nada favorable para los pequeños tortolos de once años respectivamente.

-¡Que frio! ¡Me congelo! – expresó Lincoln con un fuerte grito que quizás se pudo escuchar hasta el otro lado del condado.

-Tienes razón amigo, pero debes de caminar y no quejarte. – Clyde, con otro suéter reforzado cubriendo su tórax y extremidades superiores, pudo replicarle con mucha razón.

Lincoln al imaginarse llegar a la casa de su mejor amigo, sentía una taza de cocoa caliente, junto con unos bizcochos de canela que prepara uno de los padres de Clyde, Howard McBride, quien es aclamado por su exquisita repostería y vender sus productos selectos en ciertas épocas de trabajo simplemente por reservar su toque culinario y no volverlo aburrido.

Por otro lado, Clyde, su mirada típica de niño perdido, empezó a observar a su compañero como debajo babas por debajo de su barbilla, aludiendo e imaginando la comida que les tenían preparado sus padres a la dupla inseparable.

-¿Te imaginaste los "canelochos" que prepara mi padre Howard no? – alzó la mirada al cielo, con las manos en los bolsillos , preguntó Clyde mientras que Lincoln no tuvo ms remedio que asentar la cabeza de arriba para abajo para afirmar la suposición de Clyde, quien simplemente pudo lanzar una sonrisa y seguir caminando.

Con unas cobijas reforzadas de lana de alpaca peruana, junto con los vasos de cocoa y aproximadamente diez biscochos fueron los que contó aproximadamente Lincoln en la charola que cargaba en sus manos Harold y Howard al verlos doblar la esquina de la elegante residencia, los cuales apenas al verlos, fueron recibidos por el carisma de dos padres que simplemente no se resisten a dar cariño tanto a su hijo como a su mejor amigo.

Sin dudar a duda, fue el mejor regalo de ellos dos para calmar los nervios de un ventarrón que empezó a soplar de forma agitada y tediosa.

-Es mejor que entren niños, no querrán un resfriado. – Exclamó Harold, quien experto en estos aspectos, recomendó a los niños entrar, mientras Howard, por medio del teléfono, informaba a Rita Loud, madre de Lincoln, del reporte oficial del hijo y planes de las próximas horas, o al menos que pase lo más pronto posible el ventarrón, enviara sano y salvo nuevamente a la casa Loud, de lo contrario, por su seguridad, permanecerá en la elegante y extensa residencia.

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Al finalizar los biscochos que tanto le encantan a Lincoln, junto con la cocoa caliente y un buen abrigo junto al calor del fuego de aproximadamente unos cuatrocientos grados Celsius en aquella chimenea junto con la temporada completa de "Arg! De Verdad".

-¿Qué te parece si jugamos a Ace Savy? – Ofreció Lincoln, al ver que los padres de Clyde se dirigieron al salón de lectura y tener su hora diaria de debates de libros.

-¡En Marcha! – desde aquel momento de la montaña de nieve en el cual Clyde fue un completo valiente, ha tenido mayor verticalidad para hacer las cosas y ser arriesgado, y esta no fue la excepción, que con un positivismo tremendo, se paró junto con su mejor amigo a investigar la casa, la cual ni siquiera el mismo Clyde la conocía por completo.

Bajo unas fuertes chamarras, posando en sus bocas un pedazo de madera, aduciendo una pipa, e imaginando la residencia uno de los barrios del centro Royal Woods, lo cual el famoso "Knuck Head" azotó por muchos años aquellos sectores de burdeles y bares mientras se formaban los pequeños héroes. Trabajo perfecto para imaginar una gran y grata aventura imaginaria entre mejores amigos.

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-¡Este es un caso para el Dúo Clincoln McLoud! – gritó con entusiasmo en los albores de la aventura el buen Lincoln, autoproclamándose instantáneamente Ace Savy.

-¡En marcha! – gran algarabía sintió Clyde al sentirse identificado con su mano derecha, en este caso sería transformado en el mejor amigo del protagonista, One Eye Jack, aunque sin mucha experiencia para poder investigar y a su vez ayudar al buen Lincoln a resolver el crimen que poco a poco se empezaron a formular para que la aventura tome forma.

¿Lugar? El sótano, el cual interpretaba de maravilla una de las calles nocturnas de Inglaterra en esos tiempos de maravilla las aventuras para atrapar a un asesino. De a poco bajaron las escaleras sin necesidad de avisar debido a que los señores les tenían prohibido bajar por esos lugares a los niños por las cosas polvorientas y escabrosas, que simplemente no daban buen aspecto a la casa, además de uno que otro recuerdo que simplemente se los recuerda de vez en cuando.

-¡Alto Jack! – Detuvo Lincoln a su compañero de fórmula, para poder evadir las cajas y adornos de navidad, para seguir con su camino, sin poder encender la luz, ya que si se realizaba tal acción, el juego automáticamente llegaba a su fin, a lo cual el pequeño brillo del teléfono celular de los dos era el único salvoconducto que los ayudaría a seguir con la pequeña e interesante travesía.

En una de esos pequeños saltos, tratando de cruzar los "desechos tóxicos" de Royal Woods, lo cual ellos pensaron estar moviéndose de a poco para poder atrapar a "Knock Head" , hasta que de pronto , un pequeño ruido, producto de una estrepitosa caída de Clyde provocó el descubrimiento de una pequeña caja de color marrón.

-¡No abrir! ¿Por qué será? – empezó a indagar Lincoln al ver aquella caja completamente embalada con cinta de aislar cables.

-Me pregunto lo mismo…. – Clyde, bajo un pequeño silencio, pudo apreciar además de eso, una pequeña etiqueta roja, junto con ella, algunas especificaciones de alejarse de esa caja a toda costa hasta que el pequeño Clyde cumpla dieciocho años.

La coartada no duró mucho, se encendió el foco del sótano, y con un ceño fruncido, Howard y Harold los esperaban a que salgan de aquel lugar luego de escuchar el estrepitoso ruido que se dio un minuto atrás. Apenas vieron aquella caja completamente sellada, Howard estuvo propenso a desmayarse, mientras Harold supo mantener la calma.

-¿Qué es esto? ¿Por qué dice que no se abra hasta que cumpla dieciocho? – preguntó algo iracundo Clyde, quien detesta a toda costa que le oculten las cosas, mucho más sus padres, quienes deberían dar el buen ejemplo para ser un ciudadano que sirva a la patria norteamericana y no convertirse en escollo de la sociedad.

Sin palabras y completamente perplejo, quedó Harold, quien sin más remedio, tuvo que afrontar las consecuencias por la descubierta de aquella caja, quien ocultaba un secreto muy fuerte y oscuro por parte de los McBride, que a pesar de tener al final la gloria, su desarrollo no fue para nada bonito, cosa que cada vez que cada integrante de aquella familia afroamericana desean saber sus orígenes, la cajita pasa de generación en generación.

Poco a poco, mientras los chicos empezaron a salir del sótano sanos y salvos, Howard recuperaba la conciencia, entregando Clyde aquella caja marrón y a su vez explicarle tanto a Lincoln, Clyde en incluso Howard, quien no sabía la historia completa de aquella persona que no pasó por momentos gratos en sus años de vida, especialmente en aquellos años raciales, justo dos antes de la Guerra Civil que se desató en Estados Unidos.

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Acomodados en los muebles de piel, junto a la fogata, se acurrucaron tanto Lincoln como Clyde, quienes esperaban con ansias que se abra aquella caja, justamente lo cual Harold se dirigió a una gaveta con varias herramientas, entre ellas, un estilete, que con una pequeña presión con su dedo pulgar izquierdo, pudo alzar parte de la cuchilla y abrir poco a poco la cajita, que por el pasar de los años, se encontraba muy polvorienta.

Harold ya sabía completamente de la historia, pero estaba consciente que su antepasado fue la persona que vivió más al límite y al peligro de morir por las circunstancias que se vivieron en esos tiempos de la esclavitud.

Al sonar la caja por el hundimiento de la cuchilla filosa, el padre afroamericano de Clyde abrió la caja, lo cual Howard guardó silencio, junto con la curiosidad de los niños, que esperaban que había en aquella caja.

-¿Un diario? – Preguntó Clyde, quien su emoción bajó drásticamente al ver un pequeño libro polvoso, algo de sangre y un lema que decía en su cubierta "Django McBride".

-¿Django McBride? – Lincoln se sorprendió.

-Así es, el tátara tátara tátara abuelo de Clyde…

-¿Quién fue? – preguntó Clyde.

-Un esclavo que se convirtió en caza recompensas junto a un albino Norteamericano – acortó Harold su palabrería mientras le entregaba el libro a su pequeño hijo aquel diario que por el tiempo que fue escrito y la cronología, tuviese más de ciento cincuenta años de ser escrito.

Una vez entregado el pequeño diario, Harold se retiró del sitio para tomar un vaso de vino , pidiéndole a Howard que lo acompañase a tomar y explicarle mejor la historia, dado que estuvo consciente que no le contó del todo acerca de su tátara tátara abuelo, además de ser uno de los primeros afroamericanos en creer en el matrimonio.

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Los niños fueron directamente al cuarto para leer de una buena vez, aprovechando aun el ventarrón que soplaba en ese instante en la ciudad, Lincoln y Clyde se decidieron a leer el diario, de aproximadamente unas noventa páginas, junto a un cartel antiguo de recompensa.

-¿Bacari? ¿Quién habrá sido? – se intrigó Clyde al ver un papel que requería de ese sujeto junto con su pandilla vivos o muertos. La recompensa no era más ni nada menos que de quince mil dólares por toda la comarca delictiva por abigeato y tráfico de personas.

Escrito en el año 1860, la introducción se especificaba que el librito fue escrito al recuperar su libertad, esposa y convertirse en un caza recompensas errante, lo cual lamentablemente el albino que murió por mera rabia de un sujeto que tenía cautiva a la esposa del pobre Django McBride, quien escribió que de a poco iba a contar su historia en pluma y tinta, mismo libro que sirvió como ordenador de cuentas al sumar y restar recompensas.

Clyde se quedó atónito al enterarse que además de ser un asesino, fortuitamente también tuvo una esposa llamada Haiku, aunque con otro apellido, las especificaciones eran algo similares con la mejor amiga de Lucy, la cual ya tenían algún tiempo saliendo hasta la actualidad.

-¡Wow! No sabía que tuvieses un familiar tan interesante amigo. – exclamó Lincoln al leer el primer párrafo que especificaba los objetivos y propósitos de escribir aquel diario, que en pleno siglo XX, superó la barrera del tiempo.

Sin perder más tiempo, los pequeños se iban a adentrar a una historia repleta de valentía, crueldad, amor, entre otras cosas, que al final de cuentas, para un niño de once años, le entraba curiosidad saber acerca de su familiar, quien bajo ese párrafo se dedicó a describir como conoció a su amigo albino, llamado Lincoln Shulz, un dentista de nacionalidad norteamericana y descendencia alemana.

Poco a poco iré desarrollando la idea, con este mi regreso a las andadas, y ahora sí! Mas recargado que nunca.

Gracias a Todos.

Atte: TonyPresidio, un pequeño topógrafo.