Hola a todas! Aquí empiezo una historia y ojala les guste :D
LEER NOTA IMPORTANTE AL FINAL!
Capitulo 1:
Nuestro pasado:
Allí jugando en el jardín del patio trasero del Orfanato de Forks, se encontraban Isabella y Edward, los mejores amigos que se entendían y apoyaban el uno al otro. Ella tenía 8 y él tenía 13, la diferencia de edad no les importaba a ninguno de los dos, solo se divertían jugando desde que se conocieron. Isabella era una persona importante para Edward, al igual que Edward lo era para Isabella. Uno de esos días de verano estaban tranquilamente jugando Piedra, papel o tijeras y como siempre empezaban algunas de sus discusiones.
- ¡Gané! - exclamó Edward
- De acuerdo.. - dijo Isabella con pesadez por haber perdido - Dime cual es el desafío.. - habló aún sin ganas.
- Mmmm.. pues, te reto a que me des un beso - soltó Edward simplemente como si fuese normal.
- ¿¡Qué!? - grito como si no pudiera creerlo - ¿Como piensas que.. haría algo así? - dijo tartamudeando.
- ¿Que tiene de malo? No veo el problema - se encongió de hombros - ¿Porque tanto escándalo por algo simple? - sonrió.
- Sí tiene que ver - respondió - No pienses que es algo así de simple, el primer beso de una chica es importante - la castaña se sonrojó. El niño de pelo cobrizo se largo a carcajadas.
- Jajajaja... No puedo creer que piense de esa manera - se burló - Ademas jamás dije en los labios - sonrió e hizo que su sonrojo aumentara.
- E-eso no lo pienso hacer - dijo la chica.
- Ehhhhh.. Así que después de todo eres una cobard.. - más no pudo terminar la oración porque la niña lo jaló del cuello y le dio un ligero beso en la comisura de sus labios.
- No soy una cobarde y lo sabes muy bien - aclaró ella. El chico solo se quedó sorprendido por su acción
Él sabia sobre su actitud, lo cual no le permitía a ella, a tener más amigos. Todos los niños decían que ella era rara, decían que seguro iba a ser una chica problemática que metería en problemas a todo aquel que se juntara con ella. Provocando su actitud conseguirías que ella lo tomara como parte de un reto, porque para ella después de tanto desprecio, ya no se dejaría pisotear por nadie, defendía lo suyo y aunque daba una imagen de ella confusa ya no le importaba. Pero él no llego a pensar que fuera para tanto, porque el sabia que los primeros besos de las chicas eran de alguna manera importante para ellas, incluso se sintió algo culpable por haberla provocado a algo sin sentimientos, por lo menos desde los suyos propios.
- ¿Qué te pasa?.. ¿Por qué simplemente te quedaste callado? - preguntó haciendo que saliera de su burbuja de recuerdos.
- Ehh.. no, no fue nada - dijo él - Lo siento, no era necesario que lo hicieras, era solo una broma - dijo un poco apenado.
- T-tú lo provocaste.. y lo s-sabes muy bien - se contagió con un leve sonrojo, aunque en el fondo sabia que el no la había obligado a nada.
En ese momento el estómago de Bella gruño y Edward se echo a reír perdiendo toda la seriedad que le había puesto al tema. La castaña solo bufó molesta y se dirigió al comedor, puesto que ya llegaba la hora del almuerzo, no le iba a perdonar a Edward lo que le había hecho hace momentos atrás.
- Oye, ¿porque no me esperaste? - le preguntó cuando había llegado al comedor. Ella solo se fue dejándolo a él y sus risas.
- Cierra la boca, harás que no llamen la atención las monjas - contestó en un susurró.
Las mojas del Orfanato en donde se encontraban, eran muy exigentes y muy severas con los castigos que se les daban a los niños que contradecían sus reglas. Cada día era: levantarse, desayunar, ir a jugar EN SILENCIO hasta la hora del almuerzo, almorzar, ir al colegio que tenían el el mismo Orfanato, merendar, seguir jugando en sus habitaciones o afuera, cenar e irse a dormir, luego las monjas aplicaban la regla de "TOQUE DE QUEDA" lo cual implica a que nadie se levante de sus respectivos dormitorios y ellas hacían vigilancia por turnos. Todos los días eran así, excepto que Bella y Edward habían encontrado un ascensor chiquito y viejo que llevaba al sótano y a la azotea de una parte del Orfanato.
- Vas a estar enojada conmigo todo el día, ¿cierto? - soltó un suspiro - Lo siento, no debí reírme así - dijo él un poco aburrido mientras la miraba disimuladamente.
- ¿Tú qué crees? Cretino - afirmó Isabella mientras comía su sopa.
- Esta bien.. ¿quieres ir a contemplar las estrellas esta noche? - susurro bajito.
- ¿¡Enserio!? - gritó emocionada y las monjas le hicieron una señal de silencio. - Lo siento - les susurro mientras hacia una leve reverencia ya que todos la habían visto como si se hubiera sacado la lotería.
- ¿Quien es la que llama la atención ahora, eh? - le dijo con un tono burlón el chico.
- Cállate. Y sí, si quiero ver las estrellas. Hoy anunciaron que habrá lluvia de estrellas, ¿verdad? - le preguntó y el asintió con la cabeza.
- Así es, quiero que lo veamos como recompensa por lo que pasó hace un rato - dijo e hizo que se le formara un leve sonrojo a ella al recordarlo. Ella solo asintió también y almorzaron en silencio.
Ese mismo día a la noche, ambos se las arreglaron para salirse de sus habitaciones sin haber sido vistos. Bella subió primero a la azotea -mediante el pequeño ascensor que descubrieron- y luego Edward. Habían llevado una manta para ambos cubrirse mientras veían las estrellas. Al final la lluvia no paso al horario al que habían anunciado, y ambos habían esperado en la ventana mas o menos media hora. Estaban algo tristes porque el reporte no fue exacto, y luego volvieron a sus cuartos por si los descubrían. No querían imaginarse lo que hubiese pasado si los descubrían, de seguro el castigo seria el peor.
Al día siguiente ingresó al Orfanato un nuevo niño que no tenía ni hogar, ni padres, ni familiares que se hicieran cargo de él. Su nombre era Jacob y era un chico de cabello negro y ojos del mismo, tenía la misma edad que Isabella. Ella se acercó a él y empezaron a hablar, aunque para él fuese un poco difícil para el niño porque había perdido a sus familiares recientemente según lo que le dijo a la castaña, ellos pudieron hablar confiadamente como si se conocieran de toda la vida. Jacob realmente necesitaba a un amigo en el cual apoyarse y que lo pudiera comprender, así que por eso pudo hablar abiertamente con ella. Lo que él no sabía, era lo que acaba de ocurrir antes de que ella se acercara a él.
Flashback
- ¡Oye tu niña rara! - dijeron unos niños que no le agradaban a Isabella.
- ¿Qué quieren? ¡No me llamen para fastidiar! - se defendió.
- Eres una tonta, ¿de que planeta vienes? Estamos seguros de que tú no eres mejor que nadie aquí dentro - dijo un pelimarrón.
- Eso a ustedes no les importa ¡Ya déjenme en paz! - respondió furiosa.
- Jajaja, solo eres una cobarde, de seguro no te atreves a hablar con nadie que no sea ese tal Edward, ¿cierto? A nadie más le agradarías, ni siquiera al niño nuevo - comentó con burla, cosa que la niña lo tomo como reto de nuevo.
- ¿Quieres ver que puedo hacer amigos, sin que ustedes le hallan llenado la cabeza de tonterías sobre mí? - provocó a los chicos que solo se limitaban a reírse en su cara.
- Inténtalo - dijeron con tono de burla y Bella se dirigió a hablar con Jacob.
Fin Flashback
- ¿Donde se habrá metido Bella? Tengo que decirle sobre la noticia que pasaron recién en televisión. Quizás este afuera, tengo que avisarle sobre la lluvia de estrellas y avisarle que hoy si las podremos ver, que solo fue un error de fechas - pensaba el cobrizo mientras caminaba hacía el jardín del patio trasero. Aunque no pensó encontrarse con lo que veía en frente de él.
Ahí estaba su mejor amiga con un niño riendo, parecían muy felices juntos y él parecía que sentía un "poco" de celos al ver esa escena. Se dirigió a ellos y sin dudar habló.
- Bella te estaba buscando, te quería decir algo importante - "Bella" era como más le gustaba nombrarla.
- ¡Edward! ¡Jacob me contó que hoy habrá la lluvia de estrellas! Solo había sido un error de fechas - contó felizmente.
- ¿Jacob? Ah.. ese niño nuevo, si precisamente para eso te estaba llamando - contestó algo molesto porque ese tal pelinegro se le había adelantado con la noticia.
- Oh, que suerte que lo sabes tu también. Oye, ¿crees que podamos ir los tres a ver las estrellas a la azotea? - pregunto sonriendo.
El no hizo más que salir de ahí molesto, caminando hacia los pasillos, y ella salio detrás de él gritándole, dejando solo a Jacob.
- ¡Edward! ¡Edward! Te estoy hablando ¿eres sordo o qué? - grito ella y el se detuvo.
- ¿Que quieres? Ve tu junto a tu nuevo amigo - dijo -claramente enojado- haciendo énfasis en la última palabra.
- ¿Porque estas molesto? ¡Solo te hice una pregunta! No entiendo tus motivos para estar así - dijo ella furiosa por su actitud.
- Cierra la boca niña, ¿¡Porque no creces de una vez y te das cuenta de las cosas tu misma!? No estoy de humor para tus quejas - le respondió.
- ¿A quién le llamas niña? ¡Tonto! ¡Solo quería que los tres veamos la lluvia de estrellas! - dijo la castaña, en verdad ella no lo entendía.
- ¡Por eso! No puedes contarle al primero que conoces, sobre que violamos el "TOQUE DE QUEDA", sabes que podría irle con el chisme a los otros ¡y las monjas se enterarían! ¿Comprendes el castigo que nos darían? - gritó en respuesta, aunque en realidad no solo era ese el motivo de su actitud.
- Yo no hago eso, además se que él no haría algo así - contraatacó Bella.
- ¿Como lo sabes? ¿Acaso ahora depositas toda tu confianza en él? - dijo sarcásticamente.
- ¡Basta! ¡Me harte de tus tonterías! ¡No vuelvas a hablarme hasta que se te pase esa actitud! - gritó bufando y se decidió a volver con el niño nuevo.
- Tu tampoco lo hagas, ¡ya estoy harto de tu y tus caprichos de niña! ¿Crees que me importa? - gritó él también aunque le dolió haberle dicho eso. A Isabella le había afectado por lo que le salió una lágrima que rápidamente se secó. Ambos no se habían atrevido a hablarse ni verse fijamente a los ojos. Paso una semana y ninguno pensó que ese día fuese el último que se hablarían.
NOTA: Si alguien leyó anteriormente este fic, la autora original me dejo adaptarlo y modificarlo brevemente a Twilight.
Espero que puedan contarme que les pareció en los reviews, y de antemano les aviso que esto no será puro cliché xD
Saludos.
Nekosaurio.
