La lucha contra el ejército de neófitos había terminado. Los Cullen volvieron a la mansión y Edward llevo a bella a su casa.

Todos estaban aliviados de haber salido ilesos, todos menos uno:

Jasper se encontraba en la terraza de la habitación que compartía con Alice, estaba todo mojado, debido a que llovía a cantaros. Se frotaba el hombro izquierdo con aire ausente y miraba hacia el horizonte sin pensar en nada en especial.

- ¿Estás bien? – le pregunto su esposa desde la puerta que daba al balcón.

El giro la cabeza, la miro por unos segundos y se volvió de nuevo.

- Jasper - se acerco a él y puso su mano en su hombro derecho.

- ¿Qué haces?- Alice lo miro confundida

- ¿No quieres que este aquí? – jasper negó con la cabeza

- No es eso, me refiero a que está lloviendo. Deberías entrar antes de que te mojes más- La miro con la ternura inundando sus ojos.

Alice sabia que él se preocupaba por ella, y que por eso mismo había salido herido en la batalla, todo por protegerla; jasper le había dicho a bella que no era necesario que se preocupara por ella, pero el si lo hacía, antes de la lucha, su esposo le dijo para tranquilizarla:

"Todo va a salir bien hoy, nadie resultara herido, te lo prometo. Voy a protegerte "

Y aunque ella le suplico que no lo hiciera, cuando se trataba de la seguridad de Alice, no había nada que lo convenciera de no defenderla.

- No me importa mojarme – Jasper hizo una mueca de dolor - ¿Te duele mucho?

El asintió y agacho la cabeza.

- Déjame ver – Alice tomo su mano, la retiro delicadamente de su hombro y luego le quito la playera que llevaba puesta con mucho cuidado de no lastimarlo. Se preocupo cuando vio la mordedura y paso su dedo por encima de ella.

- ¡Auch! – exclamo Jasper.

- Lo siento- Se asusto Alice.

Un relámpago los ilumino, seguido de un ruido estruendoso. Alice miro al cielo…

- Creo que deberíamos entrar – Tomo la mano de Jasper – Vamos.

Cuando entraron ella cerró la puerta mientras él se sentaba en la cama y seguía con su mano en la herida.

- Tonto – le dijo ella quitándole la mano de la mordedura – Deja de tocarte, te vas a lastimar.

Entro al cuarto de baño y salió con un recipiente lleno de agua, lo puso en la mesita de a lado de su cama y saco de el cajoncito una pequeña toalla.

- ¿Qué haces?

- Voy a limpiarte la herida con agua y luego te voy a vendar para que no te sigas tocando.

- Pero…

- Sin peros.

Alice metió la toalla en el agua y luego la puso sobre la mordedura. Jasper se quejo.

- ¿Tienes que hacer eso?

- Si, porque si no, vas a lastimarte más.

Cuando termino de limpiar la herida, vendo su hombro.

- Gracias, Alice – Le dijo Jasper sonriendo.

- Eres un tonto. Sabes que puedo protegerme yo sola.- Ella se sentó a su lado y lo abrazo- No me gusta que te lastimen, y lo sabes.

El se separo de ella, tomo su mejilla y la miro profundamente a los ojos.

- No me importa cuántas veces me lastimen, siempre y cuando sea por tu seguridad. Sabes que jamás voy a dejar de protegerte, Alice. Porque si algo te sucediera, yo nunca me lo perdonaría. –

Se acerco a ella y junto sus labios en un tierno beso, sellando su promesa de siempre protegerla a toda costa, y aunque a Alice no le pareciera, sabía que nada lo iba a detener. Porque para jasper, Alice era el centro de su existencia.