Disclaimer: Durarara! Y los personajes que fueron utilizados para este fan fic, son propiedad de Ryohgo Narita.

Pairing: Masaomi&Mikado

Advertencias: ...Err, ninguna en realidad. A menos que seas fanática del KidaxSaki (?)

Vanilla dice: He traído mi primera historia de Drrr! Jah.. Y pensar que esta pareja no me gustaba tanto como para escribir algo, pero mi musa me lo exigió y no pude hacer nada al respecto. En fin, se aceptan críticas, sugerencias y demás.


Sueños pérfidos

Kida Masaomi solía soñar. Eran tantas las cosas que hacía en su imaginación, que recordaba y también las que presentía. Muchas veces vio en los mismos a Saki, a Izaya, incluso llegaba a encontrar a Anri en uno que otro delirio. Sin embargo, quien más frecuentaba y cuidaba de sus sueños era Mikado, Ryuugamine Mikado, su mejor amigo.

Ambos, tomados de la mano y paseando por las calles de Ikebukuro, los Yellow Scarves no existían en ese mundo, los Dollars tampoco. Se trataba de una realidad maravillosa, en la que sólo importaban ellos, nadie más.

Otras noches, Masaomi fantaseaba con tener a Mikado entre sus brazos, con ser feliz al lado del amigo al que tenía prohibido sentir algo que no fuera un sentimiento de cariño que no aspiraba a mucho. Besaba su rostro, acariciaba su cuello, sonreía de oreja a oreja. Nada igualaba la bonanza del momento, ni los terceros, ni el tiempo ni el espacio, eran ellos en una tarde que la realidad y el destino se encargarían de evitar que sucediera.

¿Será que él no soñaba accidentalmente? Tenía miles de deseos, de propósitos, pero cada uno se enfocaba siempre en Mikado. Necesitaba proteger de él, de la monstruosa ciudad, de todo lo que pudiera terminar con su paz. Era un temor inverosímil, simplemente no tenía sentido alguno, pero no había nada que hacerle.

A la mañana siguiente, él seguiría con su monótona vida, caminando junto a su compañero, junto a Anri. Pasa por alto los pensamientos que considera inapropiados, se supone que debe ser su amigo, y nada va a cambiar.

Sin que Mikado se de cuenta, Kida estaría a sus espaldas. Lo sacaría de cualquier lío, lo ayudaría cuando estuviese en problemas; estaría para él hasta que algo se lo impidiese. Su pasado era lo de menos, ya no le interesaba.

En algún momento, pensó que se trataba de una enferma obsesión. Pero, pronto se dio cuenta que lo único que quería era evitar un suceso similar al de años antes.

Era complicado, un sentimiento que no entendía, pero que no se quejaba tener.

Se acostumbró. Su letargo permanente y perfecto, en el que él era el verdadero Rey y los demás, sus peones.

-La realidad es tan cruel a veces…

En la oscuridad, y después de haber terminado su ilusión, se repetía aquella frase. La sonrisa amarga que dibujaba ya no era algo ajeno a él.

¿Por qué será que sus fantasías traicionaban su realidad?

Kida Masaomi solía soñar. A veces veía a Saki en el hospital, recordándole que jamás podía escapar de ella. Otras, recordaba a Izaya carcajeándose, disfrutando del placer que le provocaba verlo tan miserable. Entremezclados, miraba a Anri andar con una espada por las calles solitarias de la ciudad. Sin embargo, quien más frecuentaba sus sueños, era Mikado, Ryuugamine Mikado. Entre sus brazos, a su lado, para siempre.