Bueno, desde hace mucho tenia escrita esta historia, pero ahora que he cambiado algunos detalles que no me gustaban puedo hacerlo, he decidido subir esta historia, ya que una amiga tiene un trauma, y me traumo con el GenderBender por lo cual aquí me tienen, espero que sea de su agrado y cualquier comentario o lo que quieran decir pueden dejar un review
Gracias por dejarme entretenerlos con mis explicaciones, lo siento, ahora diviértanse con esta historia que tiene toda mi dedicación y amor.
Pociones, Amores e Inocencias [Yuu x Allen]
Disclaimer: -Man no me pertenece, si fuera así sería Yaoi y lo llenaría de FanService, pero obviamente es de Katsura Hoshino.
Pareja: Yuu x Allen [Yullen]
Resaltando: GenderBender. La historia se centra en Fem Allen, me refiero a que en esta serie Allen es mujer. Léanlo y me entenderán.
El sonido de una explosión inundo el edificio, y los gritos de los jóvenes exorcistas que se encontraban ahí no fueron la excepción.
Todo se debía a una sola razón: LAS POCIONES DE KOMUI...
La habitación estaba llena de humo, todo el ambiente se tornó en un silencio sepulcral cuando aquel humo desapareció.
-¿Qué es lo que me ven?- dijo cierta persona de cabello albino.
Todos estaban absortos, mirando a esa persona, ya no era la que ellos conocían.
-Allen...- Se escuchó decir a cierto pelirrojo -¿Eres tú?
Se acercó a Allen y toco su cabeza... Miro su rostro y se sonrojó, bajo más la vista y se quedó perplejo, mientras miraba ese cuerpo.
-Sí, soy yo, pero que pas-
Se detuvo al escuchar su voz. Se mantuvo en silencio, mientras tocaba sus labios, se sentían más suaves y finos, con sus dedos recorrió su rostro y pudo percatarse de la longitud de su cabello. Palideció, mientras se percataba que su cabello le llegaba a la cintura, sus manos comenzaron a tocar su cuerpo y pegó un grito al sentir un par de bultos en el pecho. Se desmayó.
Despertó en su habitación, ¿un sueño?...
-Aaah, ya has despertado, me alegra saberlo- dijo Lenalee.
Se levantó lentamente mientras la chica no le despegaba los ojos de encima.
-Creo que es mejor que me acompañes- dijo la peliverde.
La siguió, sin saber a dónde se dirigía, caminado por los largos corredores de la orden, hasta llegar a una habitación cerrada, Lenalee abrió la puerta.
-Pasa, por favor- le dijo sonriendo.
No dudo en hacerlo, pero aun así tenía un poco de miedo de lo que pasaría.
Las luces se encendieron, aquella habitación que antes era negra y obscura se volvió blanca y brillante.
Esa habitación estaba llena de espejos, desde la pared, hasta el piso y el techo.
Entrecerró los ojos por lo brillante de la luz, pero poco a poco fue abriéndolos, asustándose cada vez más de lo que veía.
Un rostro delineado y fino, labios brillantes, cabello largó y sedoso, cintura pequeña, caderas pequeñas, piernas finas y un busto un poco grande.
Volvió a verse y verse, no podía creer lo que estaba viendo enfrente del espejo... Ya no era "el" ahora era "ella".
Quería desmayarse de nuevo, pero el asombro se lo impedía, ¿cómo había pasado todo eso? ¿Qué pasaría cuando los demás lo notaran? No... Espera, los demás ya lo habían notado, por eso Lavi había hecho es pregunta, por eso todos lo miraban, por eso Lenalee lo había estado cuidando.
Un sentimiento lo invadió al pensar en cierto Japonés, Yuu Kanda, el cual no había estado presente por una misión, qué pensaría de él, ahora ella, cuando volviera,
Algo corría por sus mejillas
-¿Lágrimas? ¿Por qué estoy llorando? No debería de hacer esto, realmente no me importa...
Se dio cuenta de que lo ocurrido había sido un reflejo, una protección, pero no podía evitarlo, ese cuerpo de mujer no sólo lo hacía ver como tal, también lo hacía pensar y sentir como tal.
Se secó las lágrimas y dio un gran suspiro.
-No tengo que estar deprimido, seguro que esto puede ser revertido- Se dijo a sí mismo en voz alta -Seguro… seguro regresare a lo que era antes, y podre-
Su voz fue cortada por los grandes sollozos que tenía, no podía dejar de llorar, cubrió su rostro con sus manos y siguió llorando, la desesperación que sentía por no ser como era lo inundaba, sentado en aquel piso que reflejaba su ahora verdadero yo.
Sintió que lo abrazaban un par de brazos que ya conocía, no levanto la vista, pero sabía que era Lenalee.
Dejo de llorar, trato de calmarse lo más que pudo, limpió sus lágrimas, pudo observar sus ojos completamente rojos e hinchados en aquellas paredes llenas de espejos. Se levantó y agradeció a Lenalee por todo su cuidado hasta el momento. Se encaminó a la puerta, quería estar sólo por momento, pero eso sería imposible. Komui irrumpió en la habitación.
-Allen-ku*-Necesito hablar contigo, por favor acompáñame a mi oficina.
No tuvo más opción que acompañarlo, pero tenía miedo de lo que pudiera pasar o... Decir.
Continuara (:
*Komui no termina la frase, que es "Allen-kun" ya que es sufijo "kun" es utilizado para hombres, pero como él sabe que Allen ya no es un hombre, se detiene antes de terminar.
