Capítulo 1- Ansiosa espera
- Todo está listo señora, partiremos en quince minutos. El señor Dickenson nos estará esperando en el aeropuerto junto con Hillary.
- Excelente, ¿sabes cómo recibieron los muchachos la noticia?
- Mmm no estoy muy seguro... quizás les sorprendió un poco...
- Ja ja... ya quiero ver sus caras cuando al fin vean la sorpresa... Que tengas buen viaje Hiro.
- Gracias, hasta pronto.
Hiro colgó el teléfono de manera silenciosa, tenía una sonrisa a medio lado en su rostro relajado. Estaba feliz de que volvería a Inglaterra. Hace mucho que no visitaba ese país. Miró por la ventana y suspiró mientras tomó el equipaje negro que tenía a sus pies. Miró su reloj y salió del salón que se encontraba nítidamente decorado. Si todo salía como lo planeó, no volvería a habitar ese cómodo salón en un año. Cerró la puerta suavemente, como su forma de ser, tranquila y amable.
Mientras tanto, ya en Inglaterra se encontraban tres chicos un tanto desesperados. Uno de ellos no paraba de mirar su reloj.
- ¡Aaah, no puedo esperar más! Quiero saber quienes son.
- Tyson, siempre eres tan impaciente. - Max trataba de calmar los nervios de Tyson sin darse cuenta que los suyos provocaban que derramara el refresco que tenía en su mano.
-Jajaja... amigos creo que a todos nos traiciona la emoción de saber que volveremos a ver a nuestros amigos después de 5 años.- Les dijo Kenny, quien ya había devorado todo el café que le darían a los visitantes -
- ¿Qué dices Jefe?- le replicó Tayson - ni siquiera sabemos quienes vendrán... no tenemos idea de qué nos encontraremos acá. Ni siquiera sabemos que haremos, sólo aceptamos a ciegas la invitación del señor Dickenson y la mamá de Max.
Los muchachos tenían sufientes motivos para sentirse ansiosos. Tyson, Max y Kenny habían estado estudiando y entrenando muy duro. Hiro se había vuelto socio del señor Dickenson junto con Judy. Inglaterra sería el lugar de reunión para comenzar un año de Bey Batallas. Sin embargo, hace tiempo estos tres muchachos no sabían nada de Kai y de Ray sus amigos. Así que la esperanza de volver a formar el viejo equipo era latente, pero el señor Dickenson no les habia prometido que sería así; más bien, la duda los invadía ya que él alegó a "una sorpresa esperando en Inglaterra". Lo que sí les era seguro sería volver a combatir en Bey estadios mundiales, la locura del Beyblade estaba de vuelta. La industria dormida del Beyblade revivía los animos de todos en aquel dormitorio de hotel en Londres.
- Hola Hillary, Hiro está por llegar. No tardará más de diez minutos. Llegará antes de Ryan, Kai y Er.
- Entiendo Judy, ellos no saben nada aún. El señor Dickenson dijo que deberiamos ver sus rostros...
- Lo sé... no es lo que se esperan. Agradezco tu fiel ayuda.
Hillary guardó en su bolso su teléfono, su corazón también estaba alerta apesar de conocer el plan de Hiro, Dickenson y Judy. Había sido su complice en este tiempo, los años en Inglaterra la habían hecho madurar, aunque conservaba esa personalidad mandona e independiente. Una sonrisa aparecía en su rostro al recordar aquellas manías que solía tener su equipo, cuando recordó a Tyson no pudo evitar gruñir... pero luego sonrió de nuevo. "Cómo me costaba tolerarlo" se dijo a sí misma.
- Hillary - le dijo el señor Dickenson, que estaba en el asiento de al lado en la limusina- allá están nuestros invitados - le dijo señalando a un grupo que desendía de las escaleras de un avión.
- ¡Oh, genial!- no pudo contenerse, abrió la puerta del vehículo antes de que el chofer lograra detenerse. Corrió a toda velocidad a encontrarse con Hiro y quienes venían con el.- ¡Por aquí! - les gritaba mientras agitaba su mano.
- Jajaja- Dickenson se sostenía su barriga al ver a Hillary tan emocionada, la particular risa del señor bonachón hacía el que el chofer se sonriera también.
Hiro y sus acompañantes divisaron a Hillary entre la multitud de ocupados viajeros. Giro, así como Hillary sabían que era el principio de muchas aventuras, no obviaban las dificultades que vendrían, pero valdría el esfuerzo soportarlas.
- Hola, bienvenidos a Inglaterra. Los muchachos están esperando.
