Disclaimer: Los personajes, lugares, ideas y cualquier cosa que se te ocurra pertenecen a JK Rowling. Nada es mío. Ni siquiera 1 m2 del terreno de Hogwarts.
Si queréis escuchar una canción mientras leéis, os recomiendo:
Hey There Delilah- de los Plain White T's
Mrs Robinson- de Simmon & Garfunkel
Visitas a Hogsmeade
Miro mi reflejo en el espejo del baño, muy seria. Muy seria porque estoy francamente decepcionada conmigo misma y me lo quiero demostrar.
- Creo que esto ha sido muy mala idea, Lily Evans-murmuro para mis adentros- En serio. Es la peor idea en el mundo mundial desde que Petunia decidió traspasar la barrera de las especies y casarse con un cachalote.
Si no fuese blasfemia, me atrevería a decir que es una idea peor que la de usar hombreras… ¿En qué demonios estaba yo pensando cuando dije que sí?
Miro el reloj. Aún tengo media hora para decidir si finjo mi muerte y huyo como una asquerosa cobarde de mis terribles decisiones.
Mierda.
Hace tres horas le dije que sí saldría con él, es improbable que se crea que ahora estoy a 39 de fiebre… ¿no?.
Aunque, también podría haberle dicho que sí por estar enferma, eso sería una explicación plausible.
Decido hacerme un moño con el pelo. Así como desenfadado. No quiero que piense tampoco que he estado dos años aquí delante del espejo, decidiendo qué ponerme y arreglándome, aunque sea la verdad.
Que no es la verdad; no es que importe, pero quiero dejarlo claro.
Posiblemente me distrajeron esas pestañas tan ridículamente largas que tiene… ¿Se las peinará? Creo que esas pestañas podrían provocar un pequeño huracán si parpadease rápido.
O su culo… eso también tiene parte de culpa en mi confusión. Tiene un culo perfecto, redondo y en su sitio. Pequeño. Una pensaría que un culo que pasa tantas horas sobre una escoba estaría más flácido. Pero en absoluto.
No es que lo sepa de primera mano.
Ni que haya pensado en comprobarlo.
Al menos nunca he considerado en serio la posibilidad de tocárselo; aún no estoy tan necesitada.
Sólo quiero dejar claro que, según mi opinión, su culo tiene una consistencia y forma perfectas. Hablando de culos de una forma totalmente desapasionada y carente de connotaciones sexuales.
¿Llevo un minuto pensando en su culo? Oh, Merlín… ¡Soy una pervertida! Una pervertida sumergida en un baño maría de hormonas, con el juicio totalmente nublado por la lujuría y los culos perfectos.
Pensando en su culo mientras me preparo para nuestra cita en Hogsmeade.
Creo que estoy viviendo en una realidad paralela, donde nada tiene sentido. Un universo alternativo donde soy consciente de que no debería salir con James Potter, pero por algún extraño motivo/conspiración no soy capaz de pararlo y simplemente me dedico a actuar como si todo esto fuese normalísimo.
Posiblemente en cinco minutos entrará Filch con una boa de plumas y un tutú, bailando "el Cascanueces"…
Aghh… casi mejor que no.
Salgo del baño y empiezo a vestirme; vaqueros de pitillo, jersey verde de cuello vuelto y las katiuskas. He valorado ponerme unos zapatos de tacón pero he desestimado la idea por la nieve. Me encantan los tacones, pero no quiero pasarme la tarde haciendo equilibrios.
Además eso le haría pensar que busco excusas para agarrarme a él.
El viejo truco de "me resbalo"... Pero no me vas a pillar, James Potter. No eres tan listo. Lily Evans tiene unas katiuskas que la alejaran de tus solícitos y fornidos brazos. Aunque te pases la tarde llevándome arriba y abajo por el empedrado helado. ¡Voy dos pasos por delante de ti! ¡Ja! ¡Chúpate ésa!
¿Fornidos brazos? Uhhh… ¿Por qué no me arranco la camiseta y me abalanzo sobre él directamente, y nos dejamos de tonterías?
Me pongo el abrigo y me miro en el espejo. Estoy mona… no sexy, pero mona. Además, no quiero estar sexy, porque todo esto de salir con Potter es mala idea.
Quiero decir, ¡hasta el se sorprendió cuando dije que sí! Creo que me lo pidió por cumplir, como cuando das los buenos días sin pensarlo. O cuando mandas recuerdos. Hablando de eso, lo de mandar recuerdos siempre me ha molestado mucho. Cuando te dicen "da recuerdos", siempre me tengo que morder la lengua para no decir "¿qué recuerdos exactamente?". Es una expresión confusa y que no me gusta nada.
Venga Lily, ánimo y al toro. Resoplo. En tres horas estaré aquí y será como si nada hubiese pasado. Un lapso debido sin duda a que llevo muchos meses sin "cariño".
No estoy diciendo que quiero que él me dé "cariño", aunque no me vendría mal.
Mierda, mierda; estoy valorando enrollarme con Potter como cualquier tarada de su puñetero club de fans. De verdad estoy pensando en dejarme llevar a algún lugar oscuro donde pueda arrinconarme contra una pared y me bese hasta que me maree por la falta de oxígeno…
Aunque a lo mejor él no se quiere enrollar conmigo. A lo mejor sólo me ha pedido salir siguiendo su rutina, y ahora mismo está devanándose los sesos en su habitación, pensando en cómo deshacerse de mí para poder salir con una chica de pechos grandes y piernas largas. Seguro que quiere enrollarse con ella desenfrenadamente en el rincón oscuro de Hogsmeade que yo ya me había reservado.
Odio a esa chica ficticia que quiere arruinar mi cita-sin-sentido con Potter. ¿Quién le manda venir a molestar con sus enormes pechos?
Cinco minutos, será mejor que vaya bajando. No quiero que me vea nadie… en especial mis amigas. Llevo dando por saco con lo tonto que me parece Potter demasiado tiempo como para que no me lo echen en cara si me ven con él.
Aunque tampoco tienen tanto de qué protestar. Soy bastante creativa cuando tengo que insultar a Potter. Procuro no repetirme, sé lo farragoso que es que alguien no haga más que soltar el mismo discurso cada vez que un tema sale a colación. Por ejemplo, Vernon Dursley y cualquiera de sus opiniones acerca del gobierno. Para lo que dice, podría grabarse y darle al "play".
Aunque no es como si hubiese cola para escucharle… personalmente prefiero hacerle la manicura a un dragón que tener que escuchar a Vernon.
Y realmente dudo que tenga la más minúscula idea de lo que habla.
Pero bueno, volviendo a Potter y a como mis amigas me torturarían incansablemente si me viesen con él, por lo menos tendrán que admitir que últimamente me he quejado muy poquito. Al menos para mis cifras habituales.
Tengo que decir que no es porque de repente haya decidido ser mejor persona y dejar de crucificar verbalmente al chico; pese a las amenazas de Marlenne: "en serio Lily, si tengo que volver a oír otra vez las 45 razones por las que James Potter es odioso y nunca saldrías con él, te comes el sombrero".
Realmente no me quejo porque NO TENGO DE QUÉ QUEJARME. Hace mucho que Potter no me da motivos.
Y ya he mencionado lo de sus pestañas. Y su culo. Eso ha hecho mejorar mucho mi opinión sobre él (porque soy una persona muy poco superficial).
Por no hablar de lo sexy que es su sonrisa, o de lo varonil que resulta cuando apunta su varita para hacer un encantamiento, con ese gesto de concentración, y las mangas de la camisa arremangadas. Ash… me dan ganas de empotrarle contra la pared….
Mierda, soy una jodida fan de Potter. Debería estamparme su cara en una camiseta. Y pedirle un hijo a gritos.
A la vez que empaqueto mi cerebro y lo mando a tomar por saco… Total ¿quién lo necesita?
En la Sala Común no hay casi nadie. Eso está bien, sin testigos de mi fuga, pienso mientras salgo por el retrato de la Señora Gorda.
- Hola
- ¡Agh!
James ha sido el del hola. Está apoyado al lado del retrato de la Señora Gorda. ¡Menudo susto!
- ¿No habíamos quedado abajo?
Estoy casi segura de que habíamos quedado abajo. De aquí a la puerta nos puede ver toda la escuela y no quiero que la gente empiece a joderme con chorradas como "los que se pelean se desean" y cosas igual de inteligentes. Bastante tengo yo con lo mío, que me he dedicado a ponerle verde desde primero y ahora estoy pensando en abusar sexualmente de él. Soy una imbécil.
¿Qué es eso que sale zumbando por la ventana? Ah sí, mis principios.
- Habíamos quedado abajo, pero luego he pensado que te podías arrepentir y no he querido dejar nada al azar.- Se acerca hasta mí y agacha un poco la cabeza para mirarme a los ojos- Casi subo a tu habitación a esperarte. Por si se te ocurría hacerte la enferma o algo.
Malditas pestañas extra largas. No me dejan pensar algo inteligente que contestar.
- Los chicos no pueden subir al dormitorio de las chicas
Lily Evans, cero puntos. Vaya mierda de respuesta.
- Eso es lo que tú crees- se ríe.
Yo también me río, porque como ya he dicho soy una imbécil rematada. Pero seguro que esto no me pasaría si Potter no oliese tan bien, ni estuviese tan cerca. Entonces le hubiese puesto en su sitio, vamos, ¡de eso puede estar seguro!
- ¿Vamos?- me pregunta, separándose (por fin), un poquito de mí. Ahora he recuperado 10 puntos de IQ.
Asiento. No confío tanto en mi como para hablar.
Mientras bajamos, en silencio, me acuerdo porque no me gustan estas cosas. Las citas en Hogsmeade, quiero decir. Es todo tan… artificial. Simplemente, parece que quedas para enrollarte, y eso no está nada mal, pero le quita el encanto a todo el asunto.
Viene un chico, te dice que si quieres ir a Hogsmeade, tú le dices que sí, aunque no has hablado más de 10 minutos con él en toda tu vida. Piensas que va a ser emocionante. Te preparas, vas con el carruaje al pueblo y a la media hora, mientras estás en una cafetería decorada con un gusto dudoso, te das cuenta de que se han acabado los temas clases/profesores/gente que nos cae bien/gente que nos cae mal.
Entonces empiezas a ponerte nerviosa, porque no sabes de qué hablar. Mientras, la pareja de al lado se da el lote. Tú ni lo comentas, aunque te estén duchando con saliva, porque eso parece introducir el tema de si tú y él deberíais hacer lo mismo… Te asalta la duda de si en verdad no has quedado sólo para una buena sesión de magreo y si se supone que no deberías estar hablando ni esforzándote en tener una conversación. Y así es imposible actuar con naturalidad o pasárselo bien. Menos aún si el chico te acaba besando y parece que le han cambiado la boca por un desatascador.
A mí me ha pasado un par de veces; lo de las citas raras, quiero decir. Lo del desatascador no me ha pasado, pero a Mary sí, y fue tan traumático cuando nos lo contó que fue como si me pasase a mí.
El caso es que esto de las citas de Hogsmeade me parece un timo. No es que sea una romántica ni nada, pero si me enrollo con un chico me gusta que sea todo un poco más espontáneo… Soy una chica de tonteo entre clases y quedar para estudiar, y esperar a que surja un momento íntimo. Llámame clásica.
A todo esto, he decidido que no voy a enrollarme con Potter. Quiera él o no. Podría parecer que sí, dado que no puedo parar de pensar en su sexy-idad ( no creo que esto sea una palabra siquiera) y en gente dándose el lote y más cosas pervertidas; pero está decidido. No puedo dejar que esta realidad paralela me confunda, y acabar haciendo algo tan dramático como lamerle el lóbulo de la oreja a James, aunque parezca tan suave.
Mierda.
- ¿Tienes algo en contra de hablar en la primera cita?
Potter me saca de mis cavilaciones mientras me abre la puerta del carruaje. Creo que me he puesto roja. Lo compruebo tocándome las mejillas. Obviamente, me he puesto roja. Quiero decir, ¡estaba pensando en lamerle el lóbulo de la oreja!
- ¿Eh?- contesto yo, demostrando otra vez mi gran capacidad verbal. ¿Qué coño me ha preguntado?
- Que estás muy callada, para ser tú, quiero decir
Se sienta delante de mí. Me llega otra ráfaga de su colonia/alter-shave/la mierda inidentificada que se pone y huele tan bien y que despierta mis vergonzosos instintos lame-orejas.
- ¿Para ser yo? ¿Me estás llamando pesada?- pregunto mientras el carruaje empieza a moverse.
- Hombre, no estoy acostumbrada a que estés callada a mi alrededor. Normalmente siempre me estás echando la bronca por algo.
Hace una mueca adorable y yo me río y miro por la ventana. Esto va a ser tenso, tenso.
- Todavía no me has dado motivos. Esperaba que llegases tarde y ya tenía preparado el discurso.
- Siento haberte jodido. Seguro que era una buena bronca- asiento fingiendo pena.- Tendré que hacer algo para que me riñas entonces. ¿Qué te parece si te digo que te he mirado el culo cuando has subido al carruaje?
Enarco una ceja, gesto que he aprendido tras largas horas de aprendizaje en el espejo del baño. Quiero parecer disgustada, obviamente, sin que se note lo orgullosa que me siento ahora mismo de mis vaqueros ajustados.
- ¿A ti te parece normal decirme esto en la primera cita?
James se ríe y se pasa la mano por el pelo. Tiene unos labios bonitos. Me apetece mordérselos.
Pfffff….
- Creo que no me acabo de hacer a la idea de que estamos en una cita. Normalmente se me daría mejor. Por lo menos ya te habría dicho lo guapa que estás.
Sonrío, pero ahora puedo sonreír y no considerarme retrasada porque eso ha sido bonito. Puede que un poco pretencioso, pero no me voy a poner muy crítica, que no es que yo lo esté haciendo tampoco de diez.
Llevo pensando en su culo prácticamente toda la tarde.
Y en cosas peores.
Aunque yo tengo la circunstancia atenuante de las pestañas y el olor demoníaco.
- ¿Regalándome la oreja y aún ni hemos llegado a Hogsmeade?
- Ya me conoces, yo apuesto fuerte – sonríe, se despeina el pelo, con ESE gesto que SOLÍA ponerme enferma- Pienso usar toda la artillería pesada.
¿Qué demonios quiere decir? ¿Por qué me mira de esa manera tan sucia? ¿Por qué YO le estoydevolviendo la mirada sucia? ¿Por qué estoy sonriendo?
Ah, ya hemos llegado. Justo a tiempo de evitar que empezase a restregarme en sus piernas o hacer algo parecido e igual de vergonzoso.
- Sigues estando callada- me dice James, parece un poco disgustado.
Yo sólo encojo los hombros. No estoy callada, estoy teniendo una crisis, eso me hace difícil hablar. Pero no es como si se lo pudiera explicar a él. Aunque seguro que estaría encantado, el muy capullo.
- Es que esto es un poco raro- le digo mientras empezamos a caminar entre los estudiantes que han llegado con nosotros.- Estoy…
- Creo que McDonaldson y McKinnon están buscándote- me corta James, que está mirando hacia el final de la calle- Están mirando hacia aquí.
Yo frunzo el ceño. Qué bien. Ahora me tocará aguantar risitas y codazos y miraditas. Y cuando volvamos a la Torre me van a dar una paliza por capítulos que no me quiero ni imaginar.
Me van a dar tanto la brasa que no voy a querer volver a por más en años.
Pero James se desvía en la primera calle. Yo le miro sorprendida.
- Si no te importa, te quiero un ratito par a mí solo.- me dice… ¡Y me guiña un ojo!
Guau, me he puesto roja seguro. ¡Qué calor tengo! Como esto siga así me va a dar un ictus en menos de una hora.
- Me parece bien- digo, sobreponiéndome genial, según mi modesta opinión. – Aunque… ¿Para qué?
Estoy enferma. Creo que he pestañeado como una tonta en esa última frase. James hace rodar los ojos.
- Ya se me ocurrirá algo- dice con una sonrisa y llevándose la mano al pelo- Luego si quieres las buscamos.
- No creo que quiera- le digo frunciendo la boca- Se pueden poner muy pesadas- James me mira sin entender ¿he dicho ya que pone unas caritas adorables?- Tú y yo, ya sabes. Las chicas podemos ser muy cabronas con nuestras amigas.
- ¿No les caigo bien?- me pregunta alzando las cejas.
Seguimos caminando. Hemos pasado por delante de Madame Pudipié. No hemos entrado. Bien, no necesito más tensión sexual de la que tengo aquí, gracias.
- ¡Qué va! Es por mí. Por lo de que llevo poniéndote de vuelta y media toda la vida y… ¡mírame aquí!
¿He dicho de verdad eso? Mira, mi tacto se debe haber ido con mis principios de vacaciones. Yuju.
James me mira alzando una ceja. ¡Eh! ¿Cuándo ha aprendido a hacer MI gesto?
- Muchas gracias, supongo- me dice con rentintín- Sabes como hacer que un chico se sienta especial.
Tengo que hacer algo para arreglar esto. El tema de mi boca-buzón, quiero decir. Francamente lo estoy haciendo muy muy mal. Es la peor cita de la historia y sólo ha durado un cuarto de hora. Me apuesto diez libras a que es un récord.
Aunque debería alegrarme de que la cosa fuera mal…
¡Oh! Estoy agotada de todas estas puñeteras contradicciones de mi cabeza. Es como estar viendo una peli romántica y otra de Freddy Krugger a la vez.
- Esto de Hogsmeade no es lo mío-digo suspirando. James vuelve a hacer MI gesto. Pese a que esté comportándome como una estúpida no me gusta que me lo haya robado- quiero decir, que no se me dan bien las citas. Llevo jodiéndola desde el minuto uno. No pretendía decirte eso que te he dicho.
- La verdad es que hasta que me has dicho que me odias estaba yendo todo bastante bien.
- No te odio- digo mientras me río- Pero bueno, es innegable que hemos tenido una relación accidentada.
James se ríe y entra en el Hog's Head. Me parece una buena elección. Es el sitio más antisexual de todo el pueblo, más aún que la casa de los gritos. Bien, bien. Así podré ser una persona equilibrada, natural y agradable, y James no tendrá que preocuparse por que me lance a su cuello (o a sus orejas).
Oh no.
James se ha quitado el abrigo y lleva un jersey de rayas grises y negras.
Me encantan los chicos vestidos de rayas. Y cuando digo me encantan lo digo de una manera muy poco inocente.
Tendríamos que habernos quedado por la calle, aquí hace mucho calor.
Me siento en una de las mesas vacías, la más alejada de la puerta. ¿Le he pedido a James una cerveza? Joder, va a pensar que soy tan femenina como un camión-hormigonera.
Se va a la barra, no sin antes despeinarse el pelo. Qué bien le sienta el jersey. Y ajá. Ahí esta mi viejo amigo redondito y perfecto; bonitos vaqueros.
¡Mierda!
¡Creo que me ha cazado mirándole el culo! ¿Se está riendo? Viene hacia la mesa. ¡Creo que se está riendo! ¡Qué vergüenza!
- Cuéntame eso de la relación accidentada- me dice mientras me pasa la cerveza y se sienta en frente de mí.
¿Cuándo exactamente se ha vuelto tan varonil?
Por lo menos no ha hecho comentarios sobre la cazada.
- Ya sabes, lo de que prefería salir con el Calamar Gigante a salir contigo… todas las broncas que te he echado… y esas cosas- digo encogiendo los hombros y mirando mi botella- Pero no te odio. Tengo que reconocer que tienes clase.
- Y que soy terriblemente guapo.
Bebo un sorbo de cerveza mientras hago que no le he oído. Je, soy buena ¿eh?. James se ríe. En realidad es terriblemente guapo.
- La verdad es que no esperaba que fueses a salir conmigo.
Ya somos dos. Me encojo de hombros.
- Hombre, llevas insistiendo tanto tiempo que pensaba que te merecías una oportunidad para currártelo- me coloco un mechón detrás de la oreja. ¿se ha puesto rojo?- Y mira, me has traído al sitio más exclusivo del pueblo.
James se echa a reír y yo me uno a él. Sí se ha puesto rojo, sí. Está bien, por solidaridad conmigo, quiero decir.
- Bueno, me apetecía estar a gusto contigo. Hace mucho frío para estar por la calle, las "Tres Escobas" hoy estará hasta la bandera y Madame Pudipié…
Yo niego rápido con la cabeza.
- Odio ese sitio
James asiente.
- Es un poco… hortera- dice antes de dar un sorbo a la cerveza- Por no decir que ahí la gente sólo va a enrollarse y la verdad es que te sientes incómodo con tanto chuperrepeteo a tu alrededor.
Yo afirmo con la cabeza. Parece que me ha leído el pensamiento. Aunque nunca hubiese usado una palabra tan gráfica como chuperrepeteo, creo que sintetiza bastante bien lo que pasa en ese saloncito.
- No es que tenga nada en contra de que la gente se enrolle- añade rápido mirándome a los ojos- De hecho, soy un firme defensor de que lo hagan. Pero prefiero la intimidad de un armario escobero.
No puedo evitar reírme. Nunca he estado en un armario escobero, por cierto. Ahora tengo curiosidad.
- Eres un romántico.
- Deberías ver algunos armarios escoberos de Hogwarts. Son de lo más cucos- me dice en tono de confidencia- Si quieres te enseño alguno cuando volvamos.
Me ha vuelto a guiñar un ojo. Merlín, ¡Qué guapo que es!
Se está rifando una excursión a un armario escobero y yo tengo todos los números.
- Ya quisieras- le digo recostándome en la silla y levantando una ceja- No es muy elegante decirle a una chica que la vas a llevar donde has llevado a todas.
- ¿Quién ha hablado de todas?- me dice James, apoyando la cabeza en la mano.
Encojo los hombros y me vuelvo a colocar el mechón de pelo rebelde. Le hago ojitos, porque soy una tarada pidiendo su atención de una manera nada sutil. Él sonríe.
Normal que quiera llevarme a un armario escobero, me estoy comportando como una gata en celo.
- La verdad es que no he tenido mucho tiempo para "preparar" la cita- me dice. Bien, cambio de tema.- Hubiese pensado algo un poco más original.
Si no fuese Potter, pensaría que está un poquitín inseguro. Se ha vuelto a despeinar. Joder, hasta eso me está empezando a gustar.
- Ah bueno, yo estoy acostumbrada a los descapotables, los ramos de rosas rojas y los restaurante franceses a la orilla del río… Pero me apaño con cualquier cosa- Él se echa a reír- Esto esta perfecto, James, me estoy divirtiendo.
Y me doy cuenta de que es verdad, que me estoy divirtiendo bastante. Pese a todo mi despliegue vergonzoso de muecas y miraditas, y mis pensamientos calenturientos.
También me doy cuenta de que le he llamado James, pero decido no pensar mucho en ello. Es decir, estamos en una cita. Es un poco raro llamarle por el apellido. Ya pensaré más tarde si cuando volvamos a Hogwarts vuelvo al "Potter".
A lo mejor después de morrearte con alguien no está bien que le vuelvas a llamar por el apellido.
Aunque eso no ha pasado, claro está.
Aún.
Mierda.
Por cierto. Él también me llama Lily. Y aunque creo que me estoy convirtiendo en un saco de hormonas y risitas bobas y por tanto mi opinión no vale un knut, suena bonito cuando lo dice.
Seguimos hablando, un poco de todo, no puedo decir muy bien de qué exactamente, porque los temas se solapan y vuelven y van.
La verdad es que yo no dejo de hacer el imbécil, y de coquetear, para qué me voy a engañar. Aunque es un poco su culpa, porque no deja de ponerse todo sexy, con su maldito jersey de rayas, su sonrisa y su pelo despeinado.
Se inclina hacia delante y huelo su lo-que-sea que huele también. Se ríe de mis tonterías. Nos va a buscar otra cerveza e insiste en no dejarme invitarle. Me hipnotiza con sus pestañas mientras intento concentrarme para explicarle que creo que mi futuro cuñado es un cruce de morsa y orangután. Me habla de su padre. Y de repente se da cuenta de la hora que es y nos tenemos que ir corriendo para no perder el carruaje de vuelta a Hogwarts.
Y yo me siento muy triste de repente. Como si me hubiesen tirado un cubo de agua fría sin venir al caso.
Me doy cuenta de que NO quiero volver al castillo y decirle hasta mañana. No quiero que sea hasta mañana. Quiero que siga la cita…
Y bueno, creo que me merezco mi morreo ¿no? Después de todo mi caos mental, creo que aunque sea me merezco un piquito pequeñito, que con un poco de suerte me devolverá a mi estado emocional de persona normal, no obsesionada con el culo y las orejas de James Potter.
- Estás callada otra vez- me dice James mientras subimos a uno de los carruajes.- ¿Ya he dicho algo ofensivo?
Me río suavemente. Pero no contesto, porque en ese momento abren la puerta del carruaje.
- Os importa si… ¿Prongs?
¡Qué felicidad! Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew. Al menos tengo que admitir que los pobres no parecen haberlo hecho a posta, de hecho Black está mirando a James con una mezcla de sorpresa/enfado que no consigo entender. Y James me está mirando a mí, como pidiéndome disculpas.
Por no romper la cadena, yo miro a Remus, que se encoje de hombros, visiblemente sorprendido también.
- Así que con gripe… ¡Con gripe!- murmura Sirius. Luego parece caer en la cuenta que yo estoy allí.
Le sonrío tímidamente.
El sube las cejas y vuelve a mirar a James, esta vez confuso. James se está rascando la cabeza y el pobre mira al suelo.
Creo que no se lo había contado a sus amigos, lo cuál resulta sorprendente, dado que nunca ha tenido ningún problema en hacer sus declaraciones de amor incondicional a viva voz y delante de toda la casa de Gryffindor.
Peter empieza a reírse y yo también. Remus y Sirius tampoco pueden contenerse.
- Subid si queréis- digo haciendo sitio- estos chismes se están empezando a mover.
James me mira frunciendo el ceño un poco. Los otros tres chicos dudan y supongo que esperan una invitación de James, aunque todos los carruajes han empezado a moverse y no tienen muchas más opciones.
Él suspira.
- Anda, subid.
Dado que en el carruaje, en teoría, sólo pueden ir cuatro personas, me veo aprisionada entre James y Remus, sin poder apoyarme en el respaldo y sin saber dónde colocar los brazos. Me vuelve a dar la risa.
Desde luego NO ERA ASÍ como yo quería que me arrinconase James.
Para otra vez, seré más explícita con mis deseos.
Todos me miran en silencio y yo sólo sonrío porque obviamente no voy a compartir esa información con ellos.
Quizás han matado mi última oportunidad de recibir una buena sesión de magreo con el señor Potter, pero no puedes enfadarte con ellos con esa cara de penita que ponen. Sobretodo Sirius, el pobre parece haberse tragado algo muy grande y muy amargo y no deja de mandar miradas de profundo arrepentimiento hacia James.
- No pasa nada- digo rompiendo el silencio y mirando a Sirius, luego a James- no es como si nos hubieseis interrumpido en un momento de pasión animal.
- No es como si eso pudiese pasar ya- murmura bajito James, mientras los otros se ríen.
Yo hago una mueca y aparto la mirada. Intentando no empezar a hiperventilar, y esas cosas.
- Ya te gustaría
- Obviamente, sí.
Remus se revuelve incómodo en su asiento, y me clava el hueso de la cadera.
Creo que nos ha oído. Debería estar muriéndome de vergüenza, por lo que me ha dicho James y porque Remus lo ha oído, pero solo me da la risa.
La situación es muy graciosa en realidad. Sobretodo si pienso que no me está pasando a mí. Como en una película.
Pobres chicos.
- ¿Os lo habéis pasado bien?- pregunta Peter tentativamente, ganándose miradas reprobatorias de sus amigos.
A mí me parece una pregunta muy adecuada, sin embargo. Al menos es mejor que estar fingiendo que no nos vemos. Y prefiero hablar para no tener que pensar en los millones de connotaciones pervertidas que le puedo encontrar al "Obviamente, sí" que James me ha dedicado antes.
Otra vez me estoy muriendo de calor. Sería genial si me desmayase ahora mismo.
- Hemos estado en el Hog's Head- digo mirando a Peter, que asiente- Nada nuevo por allí ¿Vosotros qué tal?
- Hemos pasado por "Zonko's", pero hemos estado casi toda la tarde en "las Tres Escobas"- me contesta él, se encoge de hombros- Sin más.
- Luego le hemos jodido la cita a nuestro amigo- continúa Sirius mirándome a los ojos- Con la chica que le gusta desde hace zillones de años. Pero es que pensábamos que estaba en la Torre de Gryffindor. Con gripe.
Yo asiento, fingiéndome tan interesada como si me estuviese contando el último libro que se ha leído. James gruñe a mi lado y mira por la ventana.
Intento no reírme.
Aunque realmente me siento bastante halagada. Casi compensa lo del asunto de los no-besos y no mordiscos en las orejas. Casi.
- No creo que le importe mucho. A vuestro amigo, quiero decir.
- A su amigo le importa bastante- dice James sin dejar de mirar por la ventana, pero sonriendo por fin- Os ha dicho que tenía gripe porque ya estaba suficientemente nervioso él solo como para que le empezaseis a joder vosotros con vuestras subnormalidades.
- ¡Nunca hubiésemos hecho eso!- contesta Sirius ofendido
-Oh, yo creo que sí- dice Remus a mi lado y se ríe- creo que le hubiésemos hecho una pancarta con la frase "Aleluya, Aleluya, Aleluya" y hubiésemos bajado a despedirle a la puerta principal. Así para empezar.
Sirius y Peter se ríen con Remus. James vuelve a hacer uno de sus gruñiditos de enfado sexys, pero estoy casi segura de que no está enfadado. Lo más disimuladamente que puedo, le doy un pellizco en el muslo.
Su torneado y firme muslo.
Hemos llegado al castillo, lo que es bastante de agradecer dada la situación incómoda y mi descarado e insaciable apetito sexual hacia James. Estoy empezando a ser demasiado consciente de que le tengo adherido a mi lado izquierdo. Y no, eso no me disgusta.
- Bueno Evans- Sirius ha bajado del carruaje, y me ayuda a hacer lo mismo- pese a que lo de ahí dentro ha sido muy divertido, creo que me voy a despedir de ti aquí.
Yo sonrío. James baja y se pone a mi lado. Apoya la mano en la parte baja de mi espalda. Yo, no sé porqué, me quedo ahí plantada como un palo, sonriendo, sin apartarle el brazo de un manotazo como debería.
Posiblemente porque soy imbécil y me gusta.
Peter nos mira sorprendido, pero también se despide con la mano y una sonrisa.
- Estará bien que le recuerdes que te caemos bien- dice Remus antes de irse con sus otros dos amigos.
Nosotros nos quedamos aquí, enfrente de la puerta. La mano de James aún en mi espalda, por supuesto. Los estudiantes entran al castillo.
Yo empiezo a ser consciente de todos los músculos de mi cuerpo, de la nieve, de que los carruajes se van, de que la puerta se cierra, de que el corazón me ha empezado a latir con la fuerza de un tambor… Pero no me atrevo a moverme, porque sé lo que va a pasar si me muevo y demuestro que sigo viva, que no he evolucionado en un poste de teléfono.
- Deberíamos entrar- dice James, moviendo ligeramente los dedos de la mano- Hace frío.
Yo asiento y decido empezar a caminar hacia el castillo, sin mirarle. Muerta de vergüenza de repente.
James me coge de la mano a medio camino y obviamente tengo que girarme a mirarle.
Mala idea.
Es demasiado guapo. Y esto es demasiado incómodo. Me mira como sin atreverse a decirme algo.
- Lily…
Pero yo no estoy para hablar más. Ya hemos hablado mucho por hoy. Le rodeo el cuello y enseguida nuestros labios se encuentran.
James aún sabe a cerveza. Sus labios son suaves; el beso lento, pero profundo... Es un beso genial, con sus manos estrechándome fuerte y su lengua acariciando la mía.
Yo no sé si soy yo o es él, pero claramente el rincón oscuro donde empotrarnos nos vendría muy bien ahora, porque si seguimos así nos vamos al suelo.
No es que me importe la verdad, pero sería un espectáculo.
James se separa de mí, sonriendo y sin dejar de abrazarme. Creo que he protestado. En serio. Algo así como un gemidito.
Él resopla. De verdad, resopla.
- Creo, que DEFINITIVAMENTE, tenemos que entrar- dice - si no, nos van a echar por escándalo público.
Yo asiento, y le dejo hacer cuando me coge la mano, porque… bueno, porque hace 30 segundos le he dejado que me explore las amígdalas, no creo que ahora tenga que explicarme por qué le doy la mano.
Además, planeo seguir explorando sus amígdalas en breve, así que lo de la mano es lo que menos me preocupa ahora.
¡A la mierda todo (en general)! ¡Pienso enrollarme con James hasta quedarme inconsciente!
- Bueno…- digo mientras empezamos a subir las escaleras- ¿Crees que antes de la cena podríamos ir a ver alguno de esos escoberos tan cucos que dices que hay?
James me mira y traga saliva. Con dificultad.
- Creo que es un buen momento, sí- dice, frunciendo un poco el ceño.
Tengo que decir que realmente esos armarios escoberos son geniales. Un sitio perfecto para las necesidades puntuales de empotramiento que pueden surgir, en el transcurso del día a día. Y muy cómodos.
Son tan cómodos que nos hemos saltado la cena sin darnos cuenta.
Y cuando he llegado a mi habitación y Marlenne y Mary me han empezado a tostar la cabeza lo he aguantado sin prestar mucha atención, pensando en mi próxima visita.
Esperemos que sea mañana.
Por la mañana.
Después del desayuno.
O antes.
O antes y después.
En el baño, lavándome los dientes, no puedo evitar sonreír a mi reflejo con orgullo.
Lily Evans, ¡eres un genio!
N/A: ¡Hola! Lo primero que tengo que decir es que YO NO DEBERÍA ESTAR AQUÍ. Debería estar estudiando, y mucho, que me presento a una oposición el sábado que viene! Pero, tenía mono, de repente, de escribir algo (cosa que pasa con cada eclipse solar, más o menos).
Y me ha salido esto. Que es un poco sosaino y tal, pero que me apetecía escribir. Sobre las cosas de las primeras citas. No sé qué opináis, pero para mí, esas primeras citas (pese a que son muy emocionantes) son una montaña rusa emocional: siempre analizas, separas y estudias cada detalle como si tuviera casi un significado místico. Y a la vez estás nerviosa, intentando ser tú misma, pero más nerviosa que un flan.
O a lo mejor es sólo cosa mía, que soy una neurótica.
El caso es que me ha parecido gracioso imaginar cómo fue la primera cita de J&L. Quizás escriba el POV de James. O escribo más primeras citas de otros personajes.
Y ya no me enrollo más.
Muchas gracias por leer, por opinar y/o por dejarme un review.
Un beso enorme.
