Dedicado a Mikraller.
Feliz cumpleaños!
DISCLAIMER: Los personajes de SNK no son míos, son de Hajime muertes locas.
GENERO: TIPO: Romance/crack/Riren/Levi-loboxEren/humor/AU/familiar/lemon/lenguaje malsonante.
PROLOGO
Era un niño normal como cualquier otro.
Hetero por supuesto.
Y testarudo.
Un pequeño ojiverde que siempre se metía en problemas, siempre rompía la ventana del vecino o caía accidentalmente sobre el jardín recién plantado de la señora de la esquina. Pero para sorpresa del mundo, siempre era perdonado gracias a la mirada de cachorro o gato mojado que utilizaba calculadoramente para esas ocasiones.
Esa misma mirada con las cejas arqueadas, las mejillas infladas y los ojos centelleantes como dos esmeraldas del cielo. Esa misma mirada lo salvo y cambio su destino para siempre.
Hora: 10:30 PM
En algún lugar del mundo, dentro de la pequeña casa de los Jaeger.
—Volveremos pronto Eren —la castaña de mirada dulce arropaba a su hijo entre las mantas azules de la cama con forma de auto— a tiempo para tu cumpleaños. Así que pórtate bien.
—Si mamá —dijo el pequeño dejándose enterrar entre las sábanas.
—No hables con extraños y come tu comida, no quiero castigarte ¿entendido? —anunció su padre— duerme bien y apaga las luces.
—¡No las apagues! —chilló el ojiverde— los monstruos vendrán por mí y..
—Nadie vendrá por ti —insistió su madre colocándose la gruesa chaqueta para salir— solo cierra los ojos y piensa en otra cosa.
Ellos se iban al campo para visitar a su abuela, llegarían a tiempo para el cumpleaños de Eren sin sentirse culpables por dejarlo solo durante cuatro días. De todas formas, ya era hora de que el castaño madurara un poco.
—Adiós mamá, adiós papá —Eren agitó la mano despidiéndose de ellos— no se olviden de mis regalos.
Grisha sonrió al cerrar la puerta de la habitación infantil y dejarlo todo a oscuras.
Eren era su niño bueno, un ángel.
Ƹ̴Ӂ̴Ʒ
"Piensa en dulces, piensa en pan" pensó Eren tratando de evitar el molesto silencio que absorbía su mente en medio de la oscuridad.
Ni una sola luz se colaba por la ventana. A punto de mojar la cama por el miedo, Eren cerró los ojos tratando de soñar cosas lindas pero un chirrido lo puso en alerta. Era su puerta abriéndose, abriéndose sola.
Respiró hondo una y otra vez soltando ligeros gemidos de miedo.
La puerta se detuvo a medio abrir y unos sonidos de pisadas húmedas se acercaron hasta el borde de su cama, esta se hundió con ligereza causa del peso de "algo" que saltaba ágilmente sobre las colchas.
Ese algo se arrastró hasta posicionar sus cuatro patas aprisionándolo para que no escapara.
Eren cerró los ojos con más fuerza, sintiendo como la cosa que respiraba con fuerza, lo olfateó tres veces depositando un botón húmedo sobre su frente. Entonces un gruñido salido del mismo infierno le dio a entender al castaño que aquello era real.
—Si te como... —la cosa habló— recuperaré las fuerzas.
El ojiverde abrió los ojos ante el pánico, al menos quería ver quien era el monstruo que lo tenía acorralado. Abrió los ojos con cautela quedando hipnotizado ante una especie de perro-lobo siberiano de ojos grises como el hielo. Con el pelaje negro y blanco típico de esa raza.
—Espero que estés limpio, cachorro —volvió a decir el lobo sin mover la boca, como si pudiera comunicarse telepáticamente con él.
—No soy un sucio —se animó a decir Eren, ignorando lo irreal de la situación.
—Odio a los niños —bufó el lobo— y más a los que tienen la boca grande.
¿Por qué hablaba con su presa?
Estaba herido a causa de un ataque y necesitaba a ese niño para alimentarse y poder escapar.
Esa era su vida, cuando sus padres murieron había dejado la manada y desde entonces su vida se convirtió en algo rutinario y solitario. De vez en cuando se encontraba con algunos ex compañeros de caza y recuperaban su forma humana para poder conversar o ir a un bar cercano.
Por ahora solo tenía que cortarle el cuello a ese cachorro de humano y comérselo. Y no podía.
—¿Qué eres? —preguntó el ojiverde— ¿Por qué puedes hablar?
—Eso no te incumbe
—Mi cumpleaños es en cuatro días —dijo el ojiverde
Genial, iba a devorar a un cumpleañero.
—Felicidades —ironizó el perro— Me importa una mierda
—Me gustas —el ojiverde perdió todo el miedo quitándose las cobijas de encima para poder contemplar el pecho del lobo y acariciar su fino pelaje— siempre quise tener un perro
La sorpresa no se dejó esperar, los filosos ojos del lobo se abrieron un poco al ver la carita de bebé y los ojos esmeraldas del cachorro.
Su oreja derecha se movió en un estremecimiento que le recorrió cada fibra del cuerpo al sentir la diminuta mano del niño que acariciaba su pecho repetidas veces con una concentración exquisita.
Definitivamente, quería volver a ver la sonrisa de ese niño.
Ƹ̴Ӂ̴Ʒ
—Y entonces la vecina le dijo a mamá que era una plaga, pero yo solo quería quitar esa horrible maceta de su ventana, era verde y olía mal —el ojiverde abrió las manos de forma exagerada haciendo alusión a la maceta.
—Cachorro, ¿nadie te dijo que no debes meterte con las cosas de los demás? —respondió el lobo, entretenido por la conversación
—¡Pero era horrible! —chilló el ojiverde— tenía que exterminar esa cosa. ¿Por qué me dices cachorro?
—Por qué no me dijiste tu nombre
—Mi nombre es Eren Jaeger, señor lobo.
—No me digas señor, no soy tan viejo —el lobo parpadeó tres veces— mi nombre es Levi, solo Levi
—¿Y siempre fuiste un animal?
—No
—¿Entonces que eres?
—Un hombre lobo
—Los hombre lobo no existen —recordó el niño— tú solo eres un perro parlante.
Enojado, el pelinegro decidió presentarse tal y como era por primera vez ante un humano.
Sus patas delanteras crecieron, estirándose hasta convertirse en manos perfectamente hechas por la mano de algún ser divino. Sus orejas se hundieron entre el pronto cabello azabache que apareció en su lugar y el hocico comenzó a deformarse dándole una apariencia más estéticamente humana.
Todo el pelaje se escondió convirtiéndose en una piel tan fina y cremosa como la porcelana, su cuerpo bien trabajado salía a la luz.
Estaba desnudo, sobre un niño sin posibilidades de escapar. Pero Eren se tragó todo el shock de la fantástica escena y levantó tímidamente la mano para acariciar la cabellera azabache del mayor.
—Levi, estás herido —pronunció notando la cortada que sangraba en el brazo izquierdo del pelinegro.
—Es hora de irme —susurró el ojigris sintiéndose algo culpable— esto no está bien, cachorro.
De repente quería aparearse con el niño y eso no estaba nada bien. Era humano y un niño.
—¿Puedo visitarte en tu casa? —le preguntó el menor viendo como aquel "señor lobo" bajaba con cuidado de la cama, evitando tocarlo.
—No tengo casa —le dijo— no tengo familia
—Entonces...quédate. Es triste que alguien esté tan solo
Talvez no fue la forma en que lo dijo, o algo parecido.
Talvez Levi nunca debió quedarse. O pasara desapercibido para los padre de Eren, ellos creyeron que se trataba de una simple mascota, un perro, el ser más bajo de la humanidad.
Lo dejaron pasar.
La casa Jaeger fue más que un refugio.
Era un hogar.
Después de eso vino la secundaria y Eren ya era un adolescente. Las muchachas solían molestarlo e ir a su casa, pero dejaron de hacerlo a causa de la mirada asesina que siempre les lanzaba "el perro de Eren"
Se graduó con honores para ganar una beca que decidió rechazar para convertirse en un estudiante de jardinería. Amaba las plantas, amaba la botánica.
Amaba a sus padres y su vida.
Consiguió un trabajo de medio tiempo y luego de ahorrar el dinero suficiente más la chequera que le dio su padre, decidió asistir a la universidad y buscar un departamento de dormitorios para estudiantes, lo suficientemente barato y espacioso para sus plantas...y para Levi.
Capítulo 1
DE RODILLAS
El despertador sonó cerca de las cinco de la mañana y volvió a repetirse a las seis y media.
Una mano logró darle un golpe para callarlo, luego esa mano se recogió hasta llegar a la cama donde su cuerpo dormía plácidamente.
—Oi, levántate —gruñó una voz— todavía no entiendo como termine con un vago como tú.
El lobo subió a la cama saltando sobre el pecho del ojiverde y sacándole el aire de los pulmones, si tuviera su cuerpo de humano de seguro lo habría sacado patadas de allí.
Eren agradeció ese gentil muestra de afecto y se deslizo fuera de las sábanas para ir a preparar la comida.
Su momento de gloria comenzaba, darle de comer a Levi en el plato del perro era lo suficientemente bueno para desquitarse.
—Ni lo creas —bufó Levi al ver como Eren vertía su taza de café en aquel plato brillante— vas a pagarlo caro, cachorro.
El lobo dio un salto sobre el indefenso cuerpo del ojiverde y se convirtió en humano nuevamente solo para apresar entre sus brazos al menor y regañarlo por aquella falta de respeto.
—¿Desde cuándo controlas la transformación? —interrogó Eren tratando de zafarse del agarre
—Desde que nos mudamos, tonto —gruñó con enojo mostrándole los colmillos al menor
—¡No me digas tonto! —se dio la vuelta quedando cara a cara con el mayor— Yo solo quería dormir un poco más.
—No pienso salir con un cachorro flojo y vago que duerme todo el día
—Pero te encanta este cachorro flojo y vago —ronroneó el ojiverde apresando el cuello de Levi para acercar su rostro y darle un beso— tanto que no te importa estar desnudo en nuestra sala.
—Extorsionista, ni creas que con esa cara tuya vas a conseguir algo —el pelinegro se aferró a sus caderas con la dos manos, atrayéndolo hacia su cuerpo— eres muy gay para mí, Eren.
—¿Sexo matinal, señor lobo? —sugirió el menor— se cuánto te gusta.
Ambos cuerpos estaban demasiado juntos, casi rozándose. Eren talló su pecho con el del pelinegro en busca de aquel calor tan agradable.
Desde hacía dos años que se conocían a la perfección. Cada uno ponía su parte para mantener esa relación y el secreto de la misma, nadie podía enterarse que Levi era un mitad lobo. De lo contrario la manada lo buscaría y se lo llevarían muy lejos.
Sacándose esos pensamientos de la mente, Levi bajo las manos hasta los muslos del menor sintiendo un ligero estremecimiento y en un momento dado pellizco con suavidad esa piel bronceada que era de su propiedad.
—¡Cosquillas no! ¡eso es trampa! —gritó Eren— además estas desnudo, pervertido.
Lanzó carcajadas a gusto tratando de soltarse del agarre del mayor. Entonces cayó al suelo colocando las manos al frente para no golpearse la cara.
Levi hizo lo mismo y aprovechando la posición en la que estaba puso en cuatro al ojiverde elevándole las caderas para poder sentir como el redondeado culo de Eren chocaba contra su entrepierna.
Frotó su polla contra esa entrada hasta notar como Eren comenzaba a impacientarse
—Házmelo fuerte —gimió el ojiverde con toda la coquetería posible— fuerte y rudo.
—¿Fuerte?
—Si —sintió una embestida ligera
—¿Qué tanto?
—Quiero gritar tu nombre hasta que te corras dentro —bajó la cabeza elevando más las caderas y dejándose totalmente expuesto.
Levi iba a decir algo mas pero la puerta se abrió de golpe y una tensión horrible reino en el lugar.
—E...Ere...n —pronunció Armin sin poder creer lo que veía.
—Mierda —soltó el ojiverde al sentir ya no unas manos rodeando su cintura sino unas patas de perro.
Levi sacó la lengua bajando rápidamente del cuerpo del ojiverde y se fue tranquilamente al cuarto continuó moviendo la cola con desinterés.
—¡Puedo explicarlo! —sollozó el menor bastante asustado pero la erección que tenía entre los pantalones no ayudaba mucho que digamos.
El bastardó de Levi había sido más rápido del esperado. Apenas oyó la cerradura de la puerta se transformó en lobo tan rápido como pudo dejándolo a él como una especie de trastornado mental que se ponía en cuatro para ser montado.
Iba a matarlo, iba a dejarlo en abstinencia por una semana, mejor dos o tres.
O todo un año...
PROXIMO CAPITULO
Él es mi novio.
El secreto del éxito es la honestidad
