EL REGRESO DE LA REINA DE LA OSCURIDAD

PROLOGO

Han pasado 2 años desde que Yugi y Atem (mejor conocido como Yami) sostuvieron el duelo que decidió el destino del mundo entero, ahora sin mayores sobresaltos, nuestros amigos viven una vida tranquila y normal, al menos hasta ahora…

CAPITULO 1: EL ESPEJO DE LA LEYENDA

Era una bella tarde de domingo en la ciudad de Domino y en un primer plano encontramos a Yugi paseando a lado de Tea, como toda singular pareja de novios.

Mientras recorrían varias de las calles principales de la ciudad, algo llamo repentinamente la atención de Tea.

Tea (sonriendo y mirada alegre): Mira Yugi una nueva tienda de antigüedades, que te parece si vamos a echar un vistazo.

Yugi: ¿Y para que? ¿qué es lo que deseas comprar en ese lugar?

Tea (animándolo): Oh vamos Yugi no seas aguafiestas, además no se paga por ver, quizás podamos encontrar algo que valga la pena, ven (tomándolo del brazo y entrando a la tienda).

Una vez dentro

Tea (sorprendida): Vaya este lugar es más grande de lo que pensé y es bastante tétrico.

En es momento un anciano vestido como mercader árabe se acerco a lo jóvenes y les pregunto:

Anciano: Buenas tardes jóvenes ¿en que puedo ayudarles?

Yugi (algo asustado por el aspecto tan peculiar del hombre): No en nada Tea nos vamonos de aquí.

Pero ella lo detuvo sujetándolo del brazo

Tea (sonriendo y con voz elocuente): Si quisiera saber si tiene algún objeto apropiado para una bella joven como yo.

Anciano (sonriendo): Pues claro, tengo lo justo para ti jovencita.

El anciano camino hacia uno de los escaparates y comenzó a mover la mercancía que había ahí, como si buscara algo en especial, mientras que tanto Yugi como Tea se limitaban a observar tan curioso suceso.

Después de algunos minutos el anciano exclamo:

Anciano: Ah aquí esta, esto uno de los objetos más valiosos y antiguos que tengo, miren.

Yugi: A mi parece un espejo común y corriente.

Anciano: Te equivocas mi jovencito, este espejo guarda mucha historia, perteneció a una bella reina del antiguo Egipto, dice la leyenda que era tan hermosa que centenares de hombres lidiaban terribles batallas e incluso guerras para poder ganar su corazón.

Tea (sorprendida): Oh, entonces este espejo es muy viejo y especial.

Yugi (incrédulo): Por favor no me digas que crees en tales mentiras.

Anciano (mirada molesta y con voz seria): No son mentiras ya que se ha dicho que cualquiera que tenga este espejo gozara de una felicidad eterna.

Tea (asombrada): Oh en serio.

Yugi: Oh vamos Tea ¿no estás pensando en serio en comprar ese espejo?

A lo que Tea se limitó a responder:

Tea: Cuanto quiere por el espejo señor.

Anciano (pensativo): Pues bien cómo eres una chica muy linda te lo daré en $30 dólares.

Tea (voz y mirada sarcástica): No cree que es bastante caro.

Anciano: Esta bien $25 y solo por que me agradaste jovencita.

Tea: $ 15.

Anciano: $20

Tea: $ 10

Anciano: Es todo tuyo.

Tea (feliz): Genial aquí tiene.

Anciano (despidiendo a los jóvenes tras salir estos de su tienda): Gracias por comprar y vuelva pronto.

Tras salir de tienda Yugi exclamo:

Yugi (molesto): No puedo creer que hayas comprado esa baratija de segunda mano.

Tea (contenta): Oh vamos Yugi, no te pongas así, además no crees que es un espejo bonito.

Yugi (tono irónico): Si tú lo dices.

Ya en la noche de la casa de los Garnerd, tea se encontraba terminado sus deberes escolares y se disponía a alistarse para dormir.

Tras terminar de ponerse su pijama, ella se dirigió a su tocador para darse sus últimos retoques nocturnos.

Tea: Vaya hoy ha sido un día sensacional, tuve una cita con mi Yugi y tengo un nuevo accesorio en mi equipo de maquillaje.

Una vez terminado de peinarse, Tea sujeta el espejo recién comprando en sus manos y dijo:

Tea: Vaya así que perteneciste a una reina, me pregunto me pegunto ¿como seria ella?

De pronto del interior de espejo una extraña voz femenina emano:

Voz (tono de lamento): Ayúdame, ayúdame.

Tea atónita ante tal hecho suelta del espejo del golpe, y este cae al suelo sin romperse.

Tea (asustada): Una…voz salio…del espejo…no puedo creerlo.

Continuara…