Este fic ha sido creado para el "Intercambio de Regalos 2014" del foro "La Sala de los Menesteres".

¡Buenas! Quiero aclarar en primera instancia, que soy una ignorante total de la época de la que estoy escribiendo. Si bien traté de mantenerme en la línea de lo posible, pido disculpas desde ya si hay algún error geográfico para la época o si algún artefacto/costumbre es inadecuado para ese momento histórico.

Todísimo lo aquí escrito pertenece a JK Rowling. Excepto el gatillador de la idea (para quien va este regalito) que es Tar Sulion -para más información sobre este tema, ver la Nota de Autor al final de este capítulo-.


El Duelista

Año 983, Julio

Sur de Inglaterra

El hombre de barba y pelo blancos levanta su varita. Hace una leve reverencia y el joven que se encuentra frente a él, lo imita. Una vez erguidos de nuevo, se apuntan mutuamente con la varita. El anciano tiene hechizos potentes y años de experiencia. El joven tiene únicamente una media sonrisa en la cara y hambre de gloria.

El duelo no llega a durar cinco minutos. El viejo yace en el suelo, los ojos abiertos y sin ver. El joven, con una larga melena pelirroja, levanta la cabeza y clava la vista en el mago que tiene enfrente. Es mayor que él, aunque no tan viejo como su compañero.

-Tú eres su segundo-dice el más joven-. Tú sigues.

El hombre da un paso adelante, casi temblando. Él no dura ni un minuto en duelo. Termina tirado en el suelo, al lado de su mentor, pidiendo clemencia.

-Que esto te enseñe a no atacar a los viajeros mientras duermen-le advierte el joven. El hombre asiente, rápido y con torpeza-. Bien-guarda su varita y le da la espalda. Se acerca luego al hombre que estaba detrás de él-. Muchas gracias, por aceptar ser mi segundo.

El campesino, que había pasado por ahí en el momento que los dos hombres estaban por matar al joven para robar su comida y había gritado justo a tiempo, le sonríe y se encoge de hombros.

-Fue muy noble de tu parte, perdonarle la vida. Él no lo hubiera hecho.-asegura, y repite, casi en un susurro:- Muy noble.

-Si no se es noble de espíritu, se es pobre en el peor de los sentidos-asegura el joven.

-Mi casa no queda lejos de aquí. Mi mujer debe estar por preparar el almuerzo. ¿Te apetece quedarte?-ofrece el campesino.

-Se lo agradezco, de verdad. Pero tengo que seguir mi camino-se lamenta.

-¿A dónde te diriges?

-Al único pueblo mágico de por aquí. Hogsmeade. Me gustaría dar clases de duelo-cuenta con entusiasmo.

El campesino sonríe y asiente. Le faltan algunos dientes.

-Sí, tienes un gran don. Tienes que hacer algo bueno con eso. Un gran don-lo mira unos segundos a los ojos, como si estuviese maravillado con toda la magia que desprende el joven-. Dime tu nombre. Así cuando seas famoso por tus enseñanzas y todos vengan a hablarme de ti, les contaré esta historia y sabrán que lo que dicen por ahí no son exageraciones.

El joven sonríe. Una sonrisa felina. Entre eso y su melena, se asemeja mucho a un león.

-Godric Gryffindor-dice, antes de seguir con su camino.


N/A:

Estimado Tar Sulion:

¡Sorpresa!

Ah.

Y hola :)

Sí, tengo el honor de ser tu amiga invisible. Lamentablemente para ti, soy malísima con el suspenso, así que lamento informar que tu primer petición fue instantáneamente eliminada (mentira, hubo un desastroso intento de fic-misterioso). Dado que la ciencia ficción tampoco es lo mío, y que me excluiste de cualquier género romántico (en el cual me siento bastante cómoda escribiendo, debo admitirlo, aunque no me interese tanto leerlo -en eso concordamos-), esta me pareció la opción más segura. Síp, soy de las cobardes, voy a lo seguro. Pero dije "sería muy injusto para mi amigo escribir solo una de sus peticiones y ya". Así que: ¡vualá!

No, no escribí otra, pero me esforcé muchísimo en esta. Considera lo siguiente: jamás me había interesado la época de los fundadores, me importaban poco, la verdad, aunque me fascine el tema de las casas; pero busqué mucha información para escribir esto (muy interesante, debo añadir). Jamás he terminado un long-fic que he empezado, y -créeme- he empezado muchísimos (aquí solo uno, que fue eliminado a su debido tiempo cuando lo dejé drásticamente en el cuarto capítulo, pero he subido en otras páginas y tengo la manía de abandonarlos en el peor momento). Pero te merecías un gran regalo (o tres pequeños), y dado que no me sentí cómoda con ninguna de tus otras opciones, me esforcé como nunca antes en un fanfic.

Espero, ruego de todo corazón, que no te pongas triste -o enojado- porque solo recibirás un regalo. Y deseo en serio que disfrutes de cada pequeño capítulo de este fic. Ojalá sea lo que querías (mentira: ojalá sea mejor).

Con mucho cariño, desde este rincón del mundo,

Ceci.