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Sentimientos encontrados, que gritan extasiados,

que dos almas gemelas se han enamorado"

A primera hora de la mañana Sakura se dirige al despacho de la Hokage. Toca la puerta pero al no recibir respuesta ingresa encontrando a Tsunade con su tradicional botella de sake a tal punto de perderse en su mundo.

Sakura niega internamente preguntandose si algún día cambiará. -Buenas tardes shishou digame que necesita.-

Tsunade eleva su mirada fatigada. -Buenas Sakura, te cite porque quiero comentarte sobre una misión. -Mientras saca otra botella de sake debajo de su escritorio.-

Su alumna la observa negando mentalmente mientras cavila que si no llegara a existir el ron que sería de esa mujer.

Tsunade la mira con el ceño fruncido pero mas por el dolor de jaqueca que tiene en estos momentos, hasta la luz que se cola por la ventana quiere que se desvanezca. -Se presenta la oportunidad de ir al País de la Niebla donde se encuentra uno de los mejores médicos del mundo ninja. ¿Has oído hablar de Marashi? - Le cuestiona mientras se observa las uñas y vaya que le hace falta una manicuría.

Sakura asiente. -Claro que he oido hablar de él.-

Su maestra la observa inquisidora ya que esto es algo mas que una simple misión y quiere estar segura que su alumna tiene conocimiento de ese médico. -Efectivamente y por eso quiero que vayas hacia el País de las Olas, ya que como soy la Hokage no puedo abandonar mi puesto y anhelo que tomes mi lugar.

A Sakura la exaltan muchas emociones, desde la alegría al orgullo, al saber que podrá aprender con uno de los mejores y esa oportunidad no se dan todos los días. -Es una excelente oportunidad no la desaprovechare se lo agradezco Tsunade sama.-

-Espero que seas buena alumna con él tanto como lo eres conmigo confío en ti.-

-No la defraudaré, usted me conoce.-

Tsunade le sonríe altiva esperando lo mejor de su alumna predilecta.

-Bueno te marchas en tres días, recuerda que es por unos meses asi que empaca lo necesario.-

-Gracias Tsunade sama, con su permiso.-

La joven se retira del despacho corriendo a toda velocidad hacia su casa para empacar, no sin antes pasar por la florería Yamanaka para contarle la buena nueva a su amiga-rival, claro que a Ino no le sento bien la noticia, ya que con Sakura durante el último tiempo fortalecieron su amistad y hacían muchas cosas juntas en la semana ahora pensaba con quien tendría el tiempo de ir en cazería o como decía Sakura a buscar algun pretendiente, porque si fuera por ella no le daría tanta importancia a esos asuntos. Naruto era otro tema, tan solo exagero con una escena melodramática para que ella cambiara de opinión, pero fue inútil la decisión estaba tomada.

A la mañana siguiente Naruto la acompaño hasta el puerto y se despidió de ella con un abrazo haciéndole prometer que se cuidará, que tomará todas las precauciones necesarias y que le enviará una carta en cuanto llegue para estar seguro que llego a salvo, tan solo le faltaba decir que le acompañara un escolta en todo el viaje y eso que ella no lo necesita se puede cuidar sola, aparte es difícil que alguien le gane a su puño.

Su viaje en barco duro dos días que a ella por la ansiedad de llegar, le parecieron una eternidad.

Al tocar puerto y descender del barco observa el paisaje que no puede divisar mucho por la neblina presente, en eso siente que alguien toca su hombro al darse vuelta un joven le sonríe y se sorprendío por lo bien parecido. -Hola buenos días, disculpe usted es Sakura Haruno ¿o me equivoco?

Ella lo mira desconfiada por tanta amabilidad con la que se presento, lo primero que se fija es en sus ojos azules, luego en su cabello castaño claro y su aspecto da a entender que tendrían las misma edad.

Sakura pone su mejor sonrisa y le extiende la mano -Un gusto soy Sakura Haruno.- pero se sorprende al ver que él toma su mano y se inclina depositandole un beso sutil.

-El gusto es mío, soy Kenji Saito.- Le sonríe amable y ella se sonroja ya que no esta acostumbrada a tanta caballerosidad. -Si me permite voy a ser su guía, Marashi me envió a escoltarla y espero que le agrade mi ciudad.-

-Se lo agradezco es usted muy amable.- Se sintió un poco incomoda al principio, inclusive estuvo alerta por si su "escolta" la llegara atacar.

Mientras recorrían la cuidad Kenji le mostraba los comercios, las costumbres del lugar incluso le presento a sus amigos que los encontraron de paso y algunos los vinculaban sentimentalmente ya que creían que era su novia que esta de visita, luego de negarlo mas de cien veces y convencer a sus amigos que solo es su guía, mientras Sakura se moría de la vergüenza, cuando al fin llegaron a la residencia del señor Marashi y cabe decir que estaba mas lejos de lo que creía ya que subieron una colina que parecía eterna pero era mas la humedad y la baja presión lo que la agoto, a Kenji parecía no afectarle al estar mas acostumbrado a esos climas no le pasaba lo mismo que a ella.

Llegaron a una hermosa cabaña que le pareció a esos cuentos que leía cuando niña, no pudo seguir observando el paisaje ya que se abrió la puerta presentandose un anciano con larga barba que le llegaba a las rodillas, con una calva brillante muy llamativa y sus ojos apenas lograban vislumbrar por su pobladas cejas.

El se acerco a Sakura. -Tu debes ser Sakura Haruno la alumna de Tsunade.-

Ella se inclina ante él. -Un gusto efectivamente soy Sakura Haruno y mi maestra me encomendo a que viniera en lugar de ella.-

-Un gusto Sakura, soy Marashi y espero que estes con ánimos de aprender ya que quiero pasarte todos mis conocimientos.-

Tan solo tenerlo en frente de ella hace que su piel se erize -No lo decepcionare se lo aseguro maestro.-

A Marashi le agradó la jovencita, él sabia que Tsunade nunca le enviaría alguien que no valiera la pena.

-Me alegra ver esa energía aparte eres muy joven estoy seguro que te gustara tu estadía.- Le indico con una seña que le siguiera.

Antes de ingresar se despidió de Kenji y el prometio vistarla.

Luego de un descanso por el largo viaje, al día siguiente empezó su adiestramiento bastante complicado ya que creía que tan solo iban a basarse en técnicas médicas y curaciones, pero iba mas allá de eso ya que también la entrenaba en taijutsu y ninjutsu. Aunque creía que en esos campos podría contra Marashi estaba muy equivocada ya que las aparciencias del anciano engañan bastante, él era incluso mucho mas fuerte que Naruto o Kakashi, pero también era un nuevo desafío para ella ya que hacía tiempo que no entrenaba de esa manera.

Por otro lado la amistad con Kenji se iba acrecentando con el paso de los días, aparte él la buscaba para salir a pasear y asi también ayudar a que Sakura despeje su mente por tanto entrenamiento.

Una tarde mientras tomaban un helado el de ella de vainilla, él eligio una de chocolate.

-Sabes Sakura esta noche hay una fiesta ya que es costumbre cuando llega a fin de mes que todos los jovenes nos reunamos.- Esperando una respuesta positiva de ella.- ¿Quieres venir? a mi me encantaría.- le sonrié.

-Claro que si, aparte me encantan las fiestas.- Pero una sonrisa melancólica surgio al recordar sus salidas en Konoha.-Tambien extraño esas salidas que hacía con Ino puerca los fines de semana.-

A Kenji le dio curiosidad en la forma que se expreso ella ya que era la primera vez que la veía de esa manera. -¿Quién es Ino puerca?- rio congraciado.

Se dio cuenta de su exabrupto, apenada bajo sus niveles de exaltación. -Ella es una amiga de la infancia y tenemos como una amistad rivalidad pero siempre fuimos asi.-

-Ya veo entonces debes de tener muchos amigos.-

-La verdad que tengo suerte, después de la guerra nos hemos unido mas aunque algunos ya no esten con nosotros.- recordando con nostalgia.

-Sakura no te pongas triste ahora me siento culpable por hacerte recordar.- le toma la mano.

-No te preocupes, es que soy un poco inestable emocionalmente pero dejemos eso y mejor cuentame que hacen en esas fiestas.-

-Tendras que venir conmigo para saberlo.- le guiño con una sonrisa que a ella la sonrojo.

-De acuerdo entonces...-

-Bueno entonces nos vemos esta noche paso a buscarte.-

-Claro me encantaría, nos vemos.-

El le besa la mano como es costumbre desde que se conocen, aunque ella aún no lo este.

Mientras llegaba a la residencia pensaba en las cosas que estan pasandole ultimamente, se sentía contenta al saber que no esta tan sola como penso hacerse amigo de Kenji le hizo bien en su estadía.

Iba caminando absorta a la realidad para cuando escucho un ruido de cosas que caían se dio cuenta que tropezó con una señora.

-Disculpe señora- ella avergonzada por el hecho ayudo a levantar a la señora y a recoger las cosas.

-No te preocupes mi niña- la anciana de un aspecto bastante pálido y unos ojos avellanas en los cuales uno podría perderse, la contemplaba abstraída.

A Sakura le recorrio un escalofrío con esa mirada pareciera que le estaba leyendo la mente.

-Bueno mi niña espero verte pronto- Y le sonrío pero Sakura no supo porque pero detrás de eso había algo mas, cuando se dio cuenta que le tomaba la mano fijo su vista en ella.- Esa alma gemela se esta acercando y aunque tengan dificultades en el camino verás como la rueda gira decidiendo tu destino porque todo esta escrito.

Sakura no pudo emitir ninguna palabra ya que le pareció muy extraña la manera en la que la anciana le hablo, solo se quedo parada absorta a la realidad que cuando reaccionó y quiso preguntarle el porque se dio cuenta que estaba sola...

-Ahora si que no entendí nada, mejor me voy ya que se me esta haciendo tarde.- al mirar su reloj se dio cuenta que se le hacía demasiado tarde.