Título: Papá

Extensión: 385 palabras al principio. Luego de la edición quedó en 372 palabras.

Advertencias: Spoilers del capítulo 205 del manga. Probablemente OoC porque otros fandoms me están devorando y ya no tengo cabeza para escribir para este.

Notas: *señala las advertencias*. Esta imagen me rondaba hace tiempo en la cabeza: sé que Leverrier, en alguna parte, debe tener su corazón x,D, por lo que decidí escribir mi tergiversación de los hechos 8D

Resumen: Cuando lo vio tirado en el suelo, a punto de morir, se dio cuenta que, al que miraba no era a un títere, sino a su hijo.


Papá

Sólo al verlo arrojado ahí, completamente roto, con las extremidades deformadas y su semblante cubierto de sangre, nota que esas cuerdas que había usado para controlar a Link— desde el principio— se han roto, quizá hace ya mucho tiempo, sin que él lo hubiese notado. Qué recuerdos vienen a su mente, como un relámpago casi impoluto, al verlo tan sucio e indecente tirado en el suelo. Lucía idéntico a la primera vez que se encontraron: Leverrier lo recogió y se lo llevó al Vaticano, limpiándole los moquillos y enseñándole buenos modales, para que dejara de ser un títere viejo arrojado a su suerte y se convirtiese en una marioneta de elite.

¡Qué tiempos aquellos, en los que su control sobre Link le provocaban una seguridad tal que no temía perderlo, aunque lo enviase a esa guerra sagrada, que parecía no tener fin, ni mucho menos, comienzo certero!

Sin embargo, recién se da cuenta que las cosas han cambiado: ya no es la estatua imponente de Dios terrenal ante los ojos de Howard. No, desde que se habían cortado esas cuerdas había dejado de serlo y, sólo en estos precisos instantes en los que su cerebro no piensa con claridad, puede notarlo. Incluso para él, siempre inamovible, imperturbable e insensible, Link ya no se ve como un títere. Ahora que lo observa con detención, nota que ha perdido las bisagras, el color madera de su rostro y el cerebro de viruta que le ha regalado y, mediante ese acto que ha perpetrado, por primera vez y sin necesidad de órdenes, Link ha obtenido algo que Leverrier nunca pensó que esa pequeña creación suya obtendría: un corazón humano.

Terriblemente humano, a su parecer.

Tan humano, que provoca que algo en su garganta lo lastime e incite a que unas lágrimas ariscas deseen salir de esos ojos resecos, que ni siquiera lloraron cuando su padre murió. Link ha despertado en él, sin que lo desee, unos sentimientos destructivos y lacerantes, que lo descuartizan una y otra vez, rompiéndole el corazón y provocando un dolor inmenso, como si hubiese perdido al único hijo que podría imaginar llamándole papá.

Al único de todos sus títeres que hubiese deseado que lo llamase así, al fin y al cabo.

Fin drabble: Papá