No soy dueña de los personajes de DBZ

Corriendo por los grandes pasillos del castillo un joven adolecente, de gran tamaño y de apariencia física poderosa, se dirigió al trono en busca de su rey, era urgente encontrarlo, los protocolos no importaban de momento, así que con gran prisa, llego y sin más abrió las puertas

-Mi Rey- Dijo con voz agitada, mientras hacia una rápida reverencia –Es la Reina, su hijo está naciendo- Termino con prisa

Sin más el Rey se paro en desesperación, corrió hasta sus aposentos, la Reina no debía de estar en labor de parto, esto era adelantado, aunque sabía de la condición de ella esto lo tomo por sorpresa, se dirigió a toda prisa a donde su compañera, al mirar que en ese cuarto había doctores en la ayuda de ella, se mostro frio, incluso distante, pero no se alejo hasta saber a su hijo vivo y a su Reina sana, y ahí quedo aquel hombre hasta que un llanto lo saco de sus pensamientos

-Es un niño- Gritaban dentro de la habitación

-El príncipe de Vegeta-si ha nacido-

De inmediato el Rey entro, despidiendo a todos, solo quedo él en la habitación, y fuera aquel adolecente, el Rey miro su scuter al activarse y comprobar la fuerza del pequeño, embozo una sonrisa de orgullo

-Tú serás el Legendario Super Saiyajin- Dijo, después de comprobar que había superado por mucho a todos los nacidos de su reino, incluidos los Reales

Con eso dicho, se acerco a su Reina, quien se veía agotada, pero feliz, era una mujer fuerte, y de gran belleza, inteligente, una gran guerrera, la beso tiernamente en la frente

-Mi Reina, gracias- Dijo el hombre, de manera dulce y amable, muy poco conocido en aquel Rey Frio

Era muy bien conocido que desde hacía varias décadas atrás los Saiyajin, la raza de guerreros más poderosos, hicieron alianzas con otros planetas, exportando tecnología, materiales preciosos entre otros, logrando así una alianza con la tierra, y esto logro que al ser tan parecidos algunos incluso optaran por tomar compañeras terrestres o viceversa, así que en las clase baja era normal ver a algunos mestizos

Otra razón por la cual eran conocidos era que debido a su carácter guerrero, muchos optaban por erradicar por completo los sentimientos, era mal visto, ellos se unían a compañeros solo buscando mejorar sus progenies, por esto el Rey era reacio a mostrar cariño a su esposa, el se había enamorado a pesar de que lo suyo fue un matrimonio arreglado, ella era la guerrera mas fuerte por ende la única digna de producir al heredero de la corona, era normal en la familia real, así que esto era solo un extra en su vida

Nappa , Bardock y el Doctor Brief eran los únicos en saber cómo se sentía su Rey, los primeros dos, eran Saiyajin, y el Doctor era un científico que había decidido casarse con una Saiyajin y fue de gran ayuda para el imperio, dada su inteligencia, y se volvió amigo del Rey, bueno para él, dado que ellos no tenían estas definiciones, para ellos solo había camaradas si acaso

Cinco años han pasado desde el nacimiento del príncipe Vegeta, ha demostrado ser muy fuerte, es entrenado por Nappa, el niño ha demostrado inteligencia, siendo un gras estratega, su fuerza aumentaba día a día

En el palacio, el Rey seguía consternado, hacia 2 años, el Doctor Briefs informo del nacimiento de su hija, una mestiza, particular, dado que a pesar de a ver varios, todos heredaban los rasgos Saijayin, cabello negro y ojos igual, pero esta había sido diferente, una Saiyajin con Cabello, Ojos y Cola azul, no sabía cómo tomarlo, esa pequeña tenía una fuerza solo comparable a la del propio príncipe, el Rey recordó aquella leyenda del Super Saiyajin, aunada a otra más extraña aun, de un Saiyajin azul, capaz de derrotar a todos los Saiyajin y ser su perdición o llevarlos más allá de la gloria, solo siendo derrotado por un Super Saiyajin

Pero esa era una historia que pensaron jamás se cumpliría, y menos en una media raza, pero ahí estaba aquella pequeña, y el Rey opto que lo mejor para su reino seria unir a esta pequeña con el Príncipe así logrando una alianza tal, que evitara cualquier riesgo, aunque claro tenían fe en que el seria el Legendario, pero si esto era así, sus hijos serian prácticamente invencibles, volviéndolos los más poderosos, sin embargo tenían que mantenerlo en secreto, su enemigos no dudarían en atacar al pequeño Saiya azul, así que el compromiso y la existencia de este seria un secreto

Hasta que ambos estuvieran listos, para atacar a quien se pusiera en su camino, incluyendo a la Familia Fría, sus más grandes enemigos

Pero hoy sería el día, hoy el Príncipe conocería a su compañera, el niño sabía que su deber era este, el encontrar una compañera siendo aun un niño era raro, por lo regular todo eso se veía más adelante, pero dadas las circunstancias, no arriesgarían las cosas, quedaría todo sellado

La pequeña, ya caminaba, hablaba, eh iba demostrando una gran inteligencia, era singular, además de su coloración, no tenía idea que su vida estaba ya decidida

Fueron reubicados en las afueras, casi aislados, para que nadie viera a la pequeña, en un laboratorio personal para el doctor, su casa era enorme llena de comodidades, ahí esperaban ese día a los Reyes y al Príncipe, el joven no veía la importancia de llevar aquel presente que sus padres dieron, si al final ya era decidido que sería su compañera porque molestarse en tantas tonterías, pero tenía que cumplir

Llegaron, el pequeño príncipe se acerco al lugar de la niña, lo primero que vio fue una cola azul, era raro, nadie poseía esa coloración, una piel blanca, ojos y cabello azules se asomaron a verlo, ella era diferente, y como le gustaba al príncipe ese color, se acerco a la pequeña que lo miraba fijo

La examino, camino en círculos alrededor de ella, la niña no sabía que hacía, pero noto que la cola del príncipe se movía de un lado a otro así que sin más, la curiosidad de la pequeña hizo que la tomara con fuerza

-ARGGGGG- Gruño el pequeño príncipe, tomo pronto su cola fuera de la mano de la niña –Mocosa tonta, como te atreves- Gritaba

La pequeña, solo lo miro divertida, solo se rio de lo que hacía, esto enfureció al principito

-Mira mocosa, no me importa que seas mi compañera esto lo pagaras- Y pronto se acerco a la niña para tomar su cola y hacer lo mismo

Sin embargo, una voz lo saco de sus macabros pensamientos

-Vegeta hijo, crees que esa es la manera de tratar a tu compañera, ella no lo hizo con intención, tu no deberías lastimarla nunca, recuerda que la debes proteger- Dijo la Reina mientras miraba divertía la interacción de los niños

-Lo siento madre- Voltio a ver a la pequeña quien ahora le dedico una sonrisa –Yo prometo que la cuidare, pase lo que pase- Dijo decidido

Tan pronto como lo dijo saco el presente que llevaba, se acerco a la pequeña quien solo lo miraba, saco un hermoso collar, con piedras preciosas, negras, era el collar favorito de la reina, el rey se lo obsequio cuando la hizo su compañera y creyó que sería el mejor regalo para sellar esta nueva unión, así que el pequeño lo puso en el cuello de la niña

-Niña, con esto te pido que seas mi compañera, y que sepas que te protegeré de los enemigos, yo estaré ahí siempre- Mientras miraba a la niña

-Gracias- Dijo la pequeña –Y mi nombre es Bulma, no mocosa- Con una linda sonrisa

-Yo pensé que no hablabas niña- Dijo impresionado el pequeño príncipe

-No te conozco, pero sé que serás mi compañero, dime cómo te llamas- Ahora era ella quien lo observaba con detalle

-Antes me debes una disculpa niña tonta, me has lastimado mi cola- Mientras mantenía su carita de enojo el principito

-Eso, yo solo tenía curiosidad, mi mama tiene una cola pero papa no, pensé que solo las niñas teníamos, lo siento- Se disculpo la pequeña con sus grandes ojos azules y haciendo un pequeño puchero

-Bueno mi nombre es Vegeta, el príncipe Vegeta- Dijo el niño con orgullo mientras sus manitas estaban cruzadas en su pecho

Esto sorprendió a todos, los niños estaban interactuando mejor de lo que pensaron

Y con esto se sello la unión, destinados estaban a compartir sus vidas, durante el siguiente año, se le concedió al príncipe visitar a la pequeña Bulma una vez por semana, para conocerla más, la niña era muy curiosa y fuerte, su madre empezó a entrenarla desde muy corta edad, la pequeña demostró gran habilidad, pero su fuerza y su singularidad no podían esconderse siempre

El doctor opto por crear un pequeño aparato parecido a una pulsera, que podía cambiar la visión del ojo, haciendo ver a la niña como una saiya normal, con sus tonalidades oscuras en su cabello, ojos y cola, siempre mejorándolo para ser casi indestructible

Durante ese año, el príncipe, visito a la pequeña Bulma, una vez cada semana, regularmente iba acompañado de Nappa quien, era el encargado de la seguridad del príncipe, o en algunas ocasiones de la misma reina, sin embargo tenían que hacer estas visitas lo más discretas posibles

Durante todo ese tiempo, los pequeños jugaban, al ser la pequeña mitad humana, su padre le enseño algunos juegos terrícolas, y aunque poco la pequeña mostraba ciertos sentimientos que eran mal vistos para los saiyajin, pero a la niña no le molestaba, ella era así, y el pequeño príncipe, poco a poco se acostumbro a la forma de ser de la pequeña, era muy rara, pero le agradaba, además era la única personita de su edad que veía, ya que en castillo solo interactuaba con adultos

Todos solo instruidos para educar y entrenar al príncipe, así que ese día en el que iba a ver a la niña era el día que podía ser un niño normal, al menos en esos momentos era más que solo el príncipe, el podía dejar de lado todo eso de las etiquetas y demás, claro no por completo pero si gran parte de ella