Disclaimer: Ni Cars ni Cars2 me pertenecen; el título es en referencia a esa grandiosa película de igual nombre, al igual que lo serán los demás nombres de los siguientes capítulos~. Como siempre, la portada tampoco es mía & todo sigue siendo sin fines de lucro~.

Hey! ¿Qué mejor manera de celebrar la historia #100, haciéndola ridículamente de tu OTP y como especie de un raro reto? :'D (?). Sammie, sabes de qué hablo x3: tienes todo el crédito por la idea de esta nueva bobada, y espero por ver lo tuyo pronto~ (L).

»Advertencia&Aclaración: Plot, en un principio, basado en la película, sólo que en versión slash y con post-canon únicamente de Cars. OoC para variar y... nada más por el momento 7v7 (?).

Sin nada más con que retrasarlos... ¡A Leer!


Imagine Me & You.


Saw your face, heard your name; gotta get with you.


No sentía la misma tranquilidad del día anterior durante el ensayo pero, aún teniendo a su mejor amigo de su lado como padrino de bodas, no podía evitar estar incómodo con toda la situación, por más irónico que fuese para alguien con tanto amor por ser el centro de atención cada vez que le era medianamente posible.

Tampoco entendía cómo ese se suponía que fuese el día más feliz de su vida. Hasta donde sabía, en las carreras se sentía más pleno y, en esos momentos, sólo quería besar a la novia e irse… o sólo irse con ella, si eso hacía más rápidas las cosas.

Para cuando lo notó, movía frenéticamente un pie mientras acomodaba su corbata por enésima vez, esperando —con más ansias que los demás— que Sally cruzase el umbral, estando del brazo de Sheriff y luciendo el elaborado vestido que Flo y Ramone le habían diseñado y preparado por esos últimos meses, pero del que no había visto nada por culpa de la supuesta «tradición» que se empeñaban en mantener todos los del pueblo.

En un intento de disimulo, descruzó los brazos para comprobar la hora en un vistazo. Por fortuna, ninguno de sus conocidos pareció notarlo; al menos, ninguno de los que estaban frente a él.

— ¿Comienzas a arrepentirte, niño? —preguntó en cierto momento Doc que, para hacer la ocasión más especial, hacía de juez en la boda celebrada en una de las iglesias más grandes de California (gracias a la gran insistencia de Harv con ello, su cliente estrella no podía celebrar un evento así en un lugar más humilde).

Tras el pánico inicial de que alguien más —aparte de Mater— oyese eso, Lightning finalmente pudo responder con un «no» casi susurrado cuando le vio por el rabillo del ojo.

— ¿Recuerdas que yo fui el de la idea, ancestro? —comentó después, sin variar ni un poco su modo por más de que trató de hacerlo con orgullo.

—Estando ebrio —recordó el mayor, provocando que la confiada sonrisa que esbozó el rubio se borrase al instante en el que él rodó los ojos—. Eso ni siquiera se debería considerar una propuesta real, muchacho; ya te lo dije en varias ocasiones.

— ¿Y tenías que recordármelo justo ahora también? —regañó por lo bajo, tratando de guardar la imagen, exclusivamente, ya para las cámaras. Gran parte de los invitados le tenían sin cuidado—. Soy Lightning McQueen, puedo con esto.

Apenas volvió a dibujar una pacífica mueca en su rostro, el destino determinó que él era quien mandaba cuando las puertas de la iglesia se abrieron de par en par, rebelando a la hermosa novia y al caballero que la escoltaría en ese día tan conmovedor.

No palideció aunque, en ese preciso momento, las piernas le temblaron y sintió el corazón desbocado para compensarlo. Quizá fuese por nervios pero, al menos, su inconsciente se aseguró de que sonriera cuando, como si fuese en cámara lenta por cosa de un efecto más dramático, Sally se acercaba cuidadosamente por el pasillo, arrastrando la cola de su largo y blanco vestido consigo.

No se dio cuenta cuando pero, en algún momento que desvió la vista por girar un poco la cabeza, ésta dio directamente con una mirada caoba que no reconoció de ningún lado, causándole a una sensación muy parecida a lo que Fillmore solía llamar «déjà vu» de vez en cuando, hasta que Sarge lo corregía, apelando a otra cosa.

Por segunda vez, su corazón pareció detenerse durante ese pequeño instante en donde todo parecía haberse congelado sin razón ya que, para Lightning, ni la música de fondo se lograba distinguir con claridad. No obstante, cuando su vista volvió a Sally por inercia, recuperó el aliento y aquella magia se desvaneció tan pronto como había surgido, dejándole tan curioso como confundido al notar que nadie más parecía haberse percatado de lo sucedido y que, por ende, podría tratarse más de alguna jugarreta de su mente en vez de alguna broma oculta.

Volvió su vista hacia el lugar al que había ido a parar antes, en busca de averiguar de qué se trató todo ello, aunque sus esperanzas decayeron pronto. Tan extrañado como decepcionado por no encontrar nada en aquel sitio, tuvo que conformarse con negar con la cabeza segundos antes de que su novia se posicionara a su lado para dar inicio a todo.

—Luces hermosa —soltó con seguridad al verla. En esos momentos, no sabía qué más podría decirle. Ni aunque se hubiera tropezado en medio de la ceremonia o resbalado a subir la pequeña escalinata lo habría notado, así que mejor era ir por lo seguro, por más superficial que fuese, incluso tratándose de él.

Apenada y sin notar nada fuera de lo normal en su novio, ella bajó la vista hacia un lado del elaborado ramo que sostenía.

—Gracias —contestó con una sonrisa tan pura como su propio vestido. A pesar de todo, no parecía haber ni una pizca de nervios en todo su ser.

Luego de dar un pequeño asentimiento al verla, de nuevo y con el mismo disimulo de antes, trató una última vez de dar con el dueño de aquella mirada caoba. Por más de que en el fondo de su interior estaba resignado a no hallar nada, la sorpresa fue doblemente mayor al encontrarle, esperando desde el fondo del lugar y recargado en la pared tras de sí.

Ignorando un poco gran parte del discurso que daba Doc por formalidad, Lightning se vio arrinconado a aproximarse un poco a la chica para volver a susurrar.

— ¿Quién es el chico castaño y de camisa borgoña que está con los brazos cruzados, mirándonos? —inquirió por encima de su hombro, tratando de que su curiosidad no fuese tan evidente como solía ser siempre—. No creo haberlo visto antes y juro que, por lo menos, vi a todas estas personas una vez en mi vida.

—Oh… ¿Hablas del florista? —replicó rápidamente Sally, tan sorprendida como divertida al mencionarle. Por más de que sus mejillas parecieron teñirse de rosa, el rubio ignoró el detalle sin darse cuenta—. Lamento no haberte avisado antes… pero hizo tan buen trabajo que Flo y yo quisimos que se quedara hasta la recepción. Lizzie también insistió y, bueno, ya conoces como es ella —agregó con cierta culpabilidad cuando notó la incomodidad en los ojos celestes de él—. No estás molesto… ¿verdad, Letritas?

— ¿Molesto? ¿Yo? —Repitió con exagerado énfasis en ambas palabras mientras, para acentuarlo aún más, rodaba los ojos con altivez—. Si quieres, hasta podría hablar con él. Realmente hizo un buen trabajo…

—Pero tú ni siquiera sabes algo de flores —apuntó certeramente, sospechando de su repentina amabilidad.

— ¿Y acaso eso importa? —Burló con una sonrisa y postura a juego tras enarcar una ceja—. Sólo con verte, sé que no habría nada que te hiciese más feliz que alguien tan genial como yo se hiciese amigo de ese sujeto —volvió a excusarse, fingiendo arrogancia todo el tiempo.

—De hecho, sí sabes que me haría más feliz que eso…

Sin embargo, antes de poder replicar algún balbuceo gracias a su mueca desencajada y rostro parcialmente acalorado, Doc se les adelantó para llamarles la atención.

—Si quieren, puedo saltearme todos los acuerdos políticos hasta llegar al final —propuso de forma cansina, viendo a uno y luego al otro—, donde están los votos maritales.

En contraste al resplandeciente rostro de Sally, Lightning lucía tan mortificado que parecía que se desmayaría en cualquier segundo. Por supuesto, todo fue camuflado cuando ella volteó a verle, esperando que estuviese tan feliz como ella, o incluso más.

— ¡Eso sería grandioso, Doc!

—Pero, ¿y la tradición? —Apeló repentinamente el rubio, ganándose una confusa mirada por parte de su novia y una escéptica por lado del juez apenas habló—. Todos los que están aquí esperan ver algo clásico y sobrio, y no podemos privarlos de eso. Sería... de mala educación, ¿no lo creen?

Al cabo de unos segundos, después de ver a los invitados por encima de su hombro, Sally regresó la vista al frente.

— ¿Lo dices por las cámaras? —Indagó, y Lightning no pudo estar más aliviado de aquel razonamiento—. ¿O por el itinerario de la recepción?

—De hecho…

— ¿Sucede algo malo por aquí? —intervino Mater, viéndose tan curioso como la misma novia tras tanta charla.

Estirándose el cuello de la camisa, el corredor apartó la mirada cuando la presión de aquel par de ojos fue suficiente como para arrinconarlo a eso.

—Letritas, ¿me estás ocultando algo? —quiso saber ella, entrecerrando la vista con algo de recelo a la vez que empezaba a apretar de manera gradual el pobre ramo.

— ¿Ocultar? —repitió, y su voz sonó ligeramente aguda antes de que una risilla nerviosa le traicionara—. ¿Qué podría ocultarte a ti, Sally?

—Bueno… Está esa vez en la que me pediste que te cubriera porque saldrías con tus admiradoras en vez de tener esa cita con la señorita Sally —comentó Mater, pensando que la pregunta sí necesitaba ser contestada—, y también está esa otra vez que me pediste que no le dijera a nadie que tú…

— ¡Mater! —le regañó con frustración Lightning, volteándose para advertirle, con una mueca y un gesto, que no dijese más al respecto. Además, así aprovechaba a evitar confrontar a su consternada novia—. ¿Qué te dije acerca de hablar de más? —agregó por lo bajo y arrastrando las palabras que apenas salieron entre sus dientes.

—Qué… ¿no era bueno para tu reputación? —trató de adivinar el moreno, con la duda brillando en sus ojos esmeralda.

Cuando el #95 fue a asentir para decir algo como «de eso mismo hablaba», un chillido exasperado le obligó a volver a darse la vuelta con rapidez.

— ¿Por qué haces esto? —Insistió Sally en cuanto pudo verle de frente, al borde del sollozo—. ¿Por qué esperaste, justamente, hasta el día de nuestra boda para empezar a negarte?

—Doc dijo que ni siquiera fue una propuesta real porque estaba ebrio, y él es el juez. Sabe de lo que habla —respondió de forma mecánica al señalar al nombrado, provocando que el mismo alzara una ceja, genuinamente sorprendido.

—Novato, no vayas a querer meterme en lo que sea que sucede entre ustedes dos —aclaró de inmediato, apenas frunciendo el ceño.

—Entre los dos ya no sucede nada.

— ¿Eh?

El consternado pasó a ser Lightning cuando, recogiendo parte de la abultada falda llena de capas sin mucha delicadeza, Sally bajó la pequeña escalinata de la iglesia para marcharse sin mirar atrás, dejando a los demás presentes atónitos… a excepción de Red, que había roto en llanto apenas distinguió lo que pasaba, aunque Sheriff tratase de reconfortarlo lo más que podía (a pesar de no estar mucho mejor que él).

Con todos los flashes sobre él de nuevo, la única —e indiscutible— opción que tuvo fue la de abandonar el lugar con total solemnidad antes de que las preguntas empezaran a caerle encima como un baldazo de agua fría. Peor era nada, ¿no? Además, aún quedaba Doc para que se hiciese cargo de ellas, y esa debía de ser una de sus tantas especialidades.

Tuvo que conformarse con ambos pretextos hasta que en el baño —por donde planeaba escaparse por la ventana, por otro lado se vería rodeado de paparazzi o demás gente que quería evitar a toda costa— se encontró con un castaño totalmente ajeno al lío anterior; al menos, el que se encontrara remojándose el rostro le daba a entender eso.

Tutto bene? —cuestionó de forma casual cuando el corredor se despeinó con la mano que no desajustaba tanto el cuello de su camisa como la corbata, buscando la dichosa ventana que había visto durante la hora que esperó a Sally.

—Sí, no podría estar mejor que antes —respondió con vagancia y, sin quererlo realmente, evitando ser sarcástico—. ¿De casualidad crees que pueda salir por ahí? —preguntó después, señalando la ventana cuando al fin se dedicó a verlo.

No le sorprendió por qué las mujeres de Radiator Springs insistiesen en que se quedase a presenciar la boda, aunque sí lo hizo el hecho de que notase que él era el mismo sujeto con el que se había distraído cuando Sally avanzaba hacia el altar.

Para disimular que se atragantó con su propia saliva, fingió carraspear mientras el de ojos caobas parecía pensar la respuesta, aún con la mirada fija en aquel punto señalado.

—Con algo de apoyo, podría ser —contestó, sonriendo de manera tan burlona como su propia voz había sonado cuando volvió la vista hacia él—. Ti aiutare, si quieres —propuso al guiñarle el ojo cuando cruzó los brazos.

Aunque en otro momento Lightning se habría negado —e, incluso, incomodado por la actitud del otro—, asintió con firmeza después de imitar su sonrisa.

Si ya había tocado fondo durante ese día, nada podía ser peor… a menos de que involucrase a cualquiera que tuviese una cámara o que, mínimo, le reconociera al salir.


Hey de vuelta, si es que alguien llegó hasta aquí! Ya ni sé qué decir ahora x/D, así que serán cosas que a nadie seguramente le importan~ (?). A diferencia de Sυgαя&Sριςє (que ya tiene todos los capítulos planificados pero sin escribir), ésta historia, por ser tan especial (?) tiene algunos capítulos ya escritos por adelantado~ así que, si todo se mantiene en orden, ambas serían semanales —aunque una termine antes que la otra por obvias razones—.

Ya con eso fuera de mi pecho (y el hecho de que deberé corregir esto después), sólo me resta esperar que haya gustado, aunque sea, un poco uwo7.

Y sin nada más para decir... ¡Ciao-Ciao nvn7! & Grazie por leer~.


Mi yo del 2K17 sigue deseando lo mismo (?).