El Universo esta en juego… literalmente hablando.
("Una forma ridícula de perder el tiempo"… en opinión de Vegeta).
(Fic alterno de humor y varias cosas en la espera de Cell junto a los androides… y otros problemas).
Mi primera historia larga de este manga/anime, propiedad de Akira Toriyama y socios, sin fines de lucro por mi parte. Tengo otras en otro foro de fics… espero les guste y dejen comentarios, mis lectores constantes conocen de mi trabajo. Si no por lo menos disfrútenla. Se enfoca más que nada en algunos intentos por emparejar de una vez por todas a Bulma con Vegeta, con mi característica pizca de humor, basado en una idea anterior que aun sigue en curso por aquellos lugares. Por ser un UA posiblemente algunos personajes muestren algo de OoC, sin intención real de cambiarlos del todo.
Capítulo 1.- El comienzo.
Una hermosa y cálida mañana, en un área cercana a una linda y pintoresca "chocita" ubicada en el Monte Paoz… dos "hombres" conversaban después de haber cortado la leña.
Espero que con esto tu mujer este a gusto. — reclamó uno a otro — Me molesta que me meta en sus asuntos matrimoniales.
No te enojes Pikoro, — contestó el segundo — hay días en que Milk está muy sensible.
Pero lo de ayer fue el colmo. — dijo aun enfadado — No me explico como tú, el hombre más fuerte del Universo, no le planta la cara a… una mujer.
Gokú y Pikoro salieron antes de que el Sol se asomara en el horizonte para cumplir el encargo de Milk, la cual le había reprochado a su marido por distraer tanto a Gohan, su hasta ahora único hijo, y no darle ni un respiro para estudiar; estaba tan airada que hasta la tomó contra el pobre namek, el cual "amablemente" se instaló cerca de ellos para ayudarles a entrenar, en la espera de los dichosos androides anunciados por un extraño muchacho venido del futuro.
Ya había transcurrido casi un año de la noticia, pero no recibían la feliz muestra de que las cosas hubieran tomado otro rumbo entre Bulma, querida amiga de Gokú, y el odioso, arrogante, altanero, engreído, egocéntrico pagado de si mismo… Vegeta, Príncipe de los Saiyajins. Esos los tenían un tanto preocupados, aunque Pikoro lo negara.
Bueno, — sonrió Gokú con su típico gesto bobo, rascándose despreocupadamente la nuca — el matrimonio tiene sus altas y sus bajas, y casi siempre Milk tiene razón… soy algo distraído.
¿Sólo algo? — Pikoro lo dijo con sarcasmo — Me queda claro porque Vegeta reniega de ti… a veces te pasas.
Y hablando de Vegeta, — dijo el joven levantando los pesados troncos y echándoselos al hombro — ¿no crees que ya debería… andar con Bulma?
Por lo que se ve, esa mujer no es un "pan de Kami". — opinó el namek cargando algunos cuantos más — Y Vegeta no es tan bobo, por lo menos debe de pensarlo muy bien antes de meterse en problemas como tú… comprenderás — ironizó al final.
No se, — ignoró la última frase porque no le dio otro sentido — Trunks debe nacer… bueno, creo que aun falta algo de tiempo para eso — volvió a sonreír complacido.
A parte de todo… entre ellos hay un estorbo con nombre — agregó Pikoro un tanto molesto.
¿Un estorbo? — preguntó Gokú volviendo a su cara ingenua — ¿Qué le puede estorbar a Vegeta? Los padres de Bulma son adorables.
Tú no entiendes nada — Pikoro trató de no hacer gesto de resignación.
Llegaron justo a tiempo para evitar que Milk se asomara a la ventana y soltara su letanía matutina.
En "Capsule Corp."…
Bulma saltaba muy contenta en la sala después de leer el correo matutino. En su linda carita se reflejaba una sonrisa. Ni tarda ni perezosa les comunicaría a sus amigos la gran noticia, sabía que no lo dudarían ni un minuto. En cuanto al antipático "Príncipe"… le daba igual, pues de todos modos acabaría haciendo lo que le indicara, quiera o no. Se dirigió al teléfono y marcó un número. Del otro lado de la línea le contestaron:
Servicio de larga distancia, ¿en que podemos servirle? — sonó una voz chillona, como de contestadora automática.
Necesito me comuniquen por cobrar a las islas del Sur, — dijo ella en tono amable — a casa de Kame Sen'nin.
En seguida, espere por favor hasta que suene el tono.
En lo que esperaba se dejó caer cómodamente a su adorado puff, pues cuando entablaba una conversación telefónica solía hablar hasta por los codos. Miró una vez más la carta, volvió a sonreír y se estiró un poco, admirándose como suele hacerlo todos los días… su vanidad femenina es mucha para ella sola. No se percató que unos ojos negros la miraban con insistencia.
Vegeta tenía días en que no se explicaba porque en determinados momentos no podía quitarle la vista a esa, en su opinión, hembra vulgar y corriente. En ese instante se debatía entre quedarse como idiota disfrutando el panorama de sus lindas curvas o largarse a la cocina a devorar su desayuno, servido generosamente por la chica y su molesta madre. Bulma lucía unos mini shorts floreados y una blusita de tirantes con el lema de "Capsule" en la parte de mejor visibilidad. Sus instintos se interpusieron sobre la razón y se quedó estático por un par de minutos… si no fuera él posiblemente estaría juntando litros de baba en una cubeta. La voz de ella lo hizo volver a la realidad.
¡Ya era hora! — le reprochó un poco al teléfono — ¿Bueno? ¡Krilin, que gusto! — saludó con tono cantarín — ¡Tengo una noticia súper bomba para todos! — dijo efusivamente.
"¡Bah! No se porque pierdo mi tiempo… esa necia mujer no se dedica a cosas útiles más que a parlotear todo el día" pensó al volver de su trance. Recuperó la compostura y se dirigió rápidamente a tomar sus sagrados alimentos para después encerrarse en la "Cámara de gravedad"… a ver si la tonta muchacha ya había reparado los robots averiados.
Entonces mañana a la hora de la cena. — dijo Bulma sonriente, terminando la plática con su pequeño y pelón amigo — Claro, sólo espero que el maestro Rōshi no haga de las suyas. Nos vemos.
Colgó y checó la hora… diez minutos de charla.
¡Jijiji! — se carcajeó por lo bajo — Rompí mi record, al viejo pervertido no le hará gracia. Bien, lo que sigue.
Volvió a marcar por larga distancia, aunque esta vez lo pagaría ella.
¿Bueno? — contestó una voz infantil al teléfono.
¡Hola Gohan, me da gusto oírte! — lo saludó muy cordial — Me imagino que ya has crecido, ¿verdad? ¿Y qué tal los entrenamientos? — preguntó acomodándose nuevamente en el puff, levantando las piernas.
Sí, ya crecí cinco centímetros más que el año pasado. — respondió el chicuelo muy orgulloso — En cuanto a los entrenamientos… — bajó la voz avergonzado — no creo ser de mucha ayuda, mamá casi no me deja.
Ya verás que tomará conciencia de eso. — le dijo para confortarlo — Por cierto comunícame con ella o con tu papá.
Sí. — contestó el niño más animado por sus palabras, y levantó un poco la voz, alejando la bocina — ¡Mamá, es Bulma al teléfono!
¿Bulma? — preguntó Milk un tanto extrañada, terminando de lavar el cerro de trastes que acostumbra dejar Gokú después de comer — ¿Qué será? — susurró para sí misma.
¿Puedo… entrenar? — preguntó Gohan con inocencia al pasarle el aparato, aprovechando que su madre estaba distraída en sus pensamientos.
Si… claro, no tardes — contestó, no muy consciente de la pregunta de su hijo.
Gohan no espero dos veces y salió disparado por la ventana antes de darle tiempo a su madre de arrepentirse. Milk contestó algo preocupada. Hace meses no sabía de la familia Briefs. Pensó que tal vez… el agresivo de Vegeta había cometido algo terrible. Nunca le gustó la idea loca que se le metió a la joven peli azul… alojar a ese individuo en su casa.
¿Acaso ocurrió algo? — soltó muy angustiada — ¿Te lastimó, les ha hecho daño? ¡Dime y con gusto Gokú le romperá la cara al muy cretino!
Bulma parpadeó un poco al escucharla hablar así… ¿a quién se refería exactamente su amiga?
Perdón Milk, ¿de qué hablas? — preguntó dubitativa, tratando de sonar educada.
¡Del salvaje simio que tienes en tu casa! — casi le rompe los tímpanos del coraje con el que habló — ¡Sabía que nada bueno te traería, eres demasiado considerada!
La de ojos celestes se tapó un poco la boca para no reírse… la esposa de su amigo era una exagerada, pero no creía que llegara a tanto.
¡No te angusties!, — contestó tratando de sonar serena y convincente — a Vegeta le tengo tomada la medida… pero no es de él de que quiero hablarte…
¡Uf, menos mal! — interrumpió Milk soltando un suspiro — Discúlpame, como es tan odioso pensé que…
No te preocupes, agradezco tu atención. — dijo amablemente la de extraños cabellos color de mar — Te hablo porque quiero invitarlos a ti y a tu familia, incluido Pikoro por supuesto, a una cena mañana en la noche aquí en mi casa… ¡Tengo una gran noticia que comunicarles! — se emocionó — ¡Es algo fabuloso!
¡Qué amable eres! — la de negros y atados cabellos agradeció con sinceridad — Le diré a Gokú, se pondrá muy contento.
Bien, entonces hasta mañana en la noche — se despidió con mucha amabilidad sin dejar de sonreírse.
Colgó sin borrar la sonrisa, muy segura… ahora sólo faltaba dorarle la píldora al "Principito" (esto también es literal); sabía que despotricaría hasta casi enmudecer… pero eso a ella la tenía sin cuidado. Había aprendido a soportar un poco sus arranques de ego porque en el fondo sentía que si ella fuera él y él fuera ella… serían idénticos. Eso le causo gracia y mejor se fue a ver si no se le ofrecía algo a "su Majestad" Vegeta.
Milk también colgó aliviada. Cenar con los Briefs le libaría de cocinar para un regimiento… su marido y su hijo, ellos solos comían como por veinte hombres hambrientos. Por cierto no sabía que pensar en cuanto a que la coqueta amiga de su amado se hubiera compadecido de ese odioso y obstinado ser que parecía anhelar eliminar con sus sucias manos a su querido esposo, y le ofreciera vivir en su casa. Y todo por no tragarse la realidad… SU Gokú es por mucho superior al altanero de Vegeta, con todo y su "sangre real y linaje de primera". Terminó con la limpieza de su hogar y se puso a preparar la comida, casi era lo único que parecía ocuparla… llenar el estómago de sus varones.
Por cierto, antes de que Gohan los alcanzara Pikoro y Gokú habían hecho movimientos de calentamiento y se dedicaban a tirarse golpes y patadas veloces. El Saiyajin era demasiado rápido para el namek, que ya había recibido bastantes golpes en menos de cinco minutos.
Lo siento — se excusó el de alborotados cabellos por enésima ocasión.
No lo sientas tanto. — dijo el ser verde sobándose un poco la boca del estómago — Esos androides no se andarán por las ramas ni se conmoverán ante alguien débil… deberías aprenderle un poco de eso a Vegeta, a veces es necesario no ser tan compasivo.
Tal vez tengas razón. — meditó brevemente — Bueno, volvamos a lo nuestro. — dijo adoptando pose de pelea — Dame un buen golpe.
Siguieron así por cinco minutos más. Gokú se sentía como pez en el agua, tan emocionado que esta vez no midió el impacto… mandando a Pikoro de un contundente golpe a estrellarse en un cerro cercano.
¡Eso fue genial! — dijo Gohan al llegar justo a tiempo, con una mirada de éxtasis hacia su padre, para después preocuparse — Oye papá, ¿no habrás matado al señor Pikoro?
¿Qué? — preguntó dudoso, pues no se había percatado de lo que hizo — ¿De qué…? — dirigió al mirada a donde había sentido el ki del aludido… sorprendiéndose y avergonzándose del mal estado en que lo dejo — ¡Pikoro, lo siento!
Los dos se dirigieron allá y lo sacaron de la cueva que hizo al golpearse con el monte.
¿Se encuentra bien señor Pikoro? — preguntó el pequeño con un poco de pena… era algo fuera de lugar pero tenía que cerciorarse.
Perdón, — Gokú se rascaba la nuca — me emocioné.
No te disculpes. — el ser verde se sacudió el polvo, se veía algo cansado — Meditaré para recobrarme en lo que tú y Gohan practican un poco.
Padre e hijo se dedicaron a lo suyo. Esta vez Gokú trató de no pasarse, haciendo gesto resignado. Si no forzaba a Gohan a pelear duramente no saldría todo su poder, pero si su hijo regresaba a casa vistiendo harapos… Milk lo mandaría a la cama sin cenar después de gritarle unas cuantas cosas. A veces se preguntaba porque las prioridades de su esposa eran que el niño fuera médico, profesor, científico… cuando a leguas se veía que el chiquillo disfrutaba pelear como todo buen Saiyajin que se respete. No deseaba discutir con ella. A pesar de que pueda pensarse lo contrario no le gustaba hacerla enojar. Sabía que su esposa enojada podía ser peor que Freeza o Vegeta juntos. Pero no tiene demasiado autocontrol, así que en menos de diez minutos se encontraban sumidos en una lucha "encarnizada" por así decirlo.
Muy bien Gohan, arriba, — le dijo esquivándolo en un ataque frontal — no pierdas mis movimientos — volvió a hablarle por atrás.
Eres muy rápido papá, no es justo — se quejó el muchachito tirando un puñetazo en donde su padre había estado un segundo antes, para voltear lo más deprisa que pudo en la otra dirección.
¡Esquiva esto! — y de una fuerte patada lo mandó al suelo.
¡Me las pagarás papá! — Gohan se detuvo justo antes de estrellarse y volvió como rayo al aire… pero no llegó a dar su golpe cuando Gokú se apareció atrás de él una vez más.
Si no sientes el ki puedes perder — le guiñó un ojo antes de asentarle tremendo puñetazo que lo mandó derechito al piso, y esta vez el niño si dio con su humanidad en el pasto.
El guerrero se asustó un poco y llegó a donde su hijo estaba tirado, con la ropita desgarrada. "¡Milk se pondrá como fiera!" se preocupó. El chiquillo se incorporó muy sonriente, como si nada hubiera pasado.
¡Vamos a hacerlo otra vez papá! — dijo muy feliz y extasiado, le gustaba mucho entrenar con su progenitor.
Tu mamá se va a enojar, — contestó señalando el trajecito roto — y después… ya no va a querer que entrenes.
Gohan miró su ropa y por un momento se entristeció su semblante… pero después volvió a dirigirle una sonrisa a su padre.
Me tienes que explicar como le haces para moverte tan rápido… así que mejor terminemos con otra pelea por hoy. — le dijo con calma — Bulma nos va a ayudar para convencer a mamá de la importancia de salvar la Tierra.
¿Bulma? — preguntó Gokú rascándose la nuca por enésima ocasión, mirando a su hijo con curiosidad — ¿Acaso Bulma habló?
Sí. — confirmó el niño — Se oía muy contenta… me imagino que tiene algo que contarnos.
Pikoro abrió los ojos y los miró de soslayo. "¿Acaso al fin Vegeta se dejó… envolver por ella?," pensó entre divertido y asqueado, a la vez que apenado, "no sabe en la que se va a meter". Gokú también sospechó que al fin su amiga de ojos azul claro y hermosa figura había conseguido lo que tal vez nadie más podría… dominar al fiero Príncipe de los Saiyajins. Se sonrió una vez más.
Ha de ser una gran noticia. — dijo muy contento — Bueno hijo, no perdamos más tiempo — y, tomando impulso, se elevó a una altura considerable, seguido por un sonriente Gohan.
Un tanto más tarde regresaron a casa, con los estómagos rugiendo como leones hambrientos. Habían tenido un buen entrenamiento y ahora sí, el pequeño "estudiaría" todo lo que mamá quisiera. Entraron como siempre, dirigiendo la vista al sagrado territorio… la cocina.
¡Milk, ya llegamos!, — gritó Gokú en tono amable — ¿qué hay de comer? Tenemos mucho apetito.
La aludida se apersonó llevando una gran bandeja con deliciosas viandas… tambaleándose por el peso. Gokú sostuvo la charola salvando su almuerzo, Gohan detuvo a su mamá.
Gracias cariño. — dijo amorosa para después mirarlo con cara de horror al notar el estado en el que se encontraba — ¡Gohan! — exclamó alarmada — ¿Qué le hiciste a tu ropa? — dirigió una mirada oscura y salvaje a su marido — Gokú… — habló en tono tétrico.
Cálmate, no te alteres. — aquel ya estaba masticando una suculenta porción de carne — Es que entrenamos muy duro, — y le puso cara inocente — para que pueda estudiar con más ganas.
El niño afirmó con la cabeza y le dedicó a su madre unos "ojos de borreguito tierno", haciéndola sonreír.
Si mamita, — dijo con tono de niño bueno — después de bañarme voy a estudiar.
Eso la tranquilizó. Le dio un beso a su nene y lo acomodó en la silla.
Eres un amor… serás un buen cirujano.
¿Y eso que es? — pregunto su ignorante esposo, tragando ya su quinta ración, sentado a la mesa.
Es un médico que… ¡Gokú, no todo es para ti! — le reprochó quitándole bruscamente la bandeja.
¿Pues para quién más? — hizo su gesto bobo de incomprensión — Que yo sepa, Pikoro no come.
¿Y tu hijo acaso está pintado? — indicó molesta y le sirvió a Gohan su gran porción, aunque no tan grande como la que ya había comido su padre.
El chiquillo le dedicó a su papá una mirada entre apenada y molesta por haberlo olvidado y se dispuso a comer. Milk le regresó el resto de la comida a su amado, y se sentó a su lado para comer lo que le correspondía, menos de la mitad de la ración de su hijo. El buen Gokú, como todo Saiyajin adulto, devoró su comida en un santiamén.
¡Ah, qué comida tan deliciosa! — se estiró un poco — Creo que regresaré con Pikoro… no debemos perder forma.
"¡Hombres!" su esposa torció tantito el gesto y levantó el trasterío provocado por la escandalosa forma de alimentarse de su marido. Suspiró un poco pensando que Bulma no sufría demasiado alimentando al maleducado y salvaje orangután de Vegeta, que posiblemente tragaba tanto como su amado, aunando a que debía de ser más sangrón por sentirse "Príncipe del Universo" en cuanto a lo que considerara digno de digerir por su "noble" estómago… la joven científica tenía servidumbre mecanizada y muchas cosas que le facilitaban la vida, no tenía ni que batallar con él. Gohan salió para bañarse, anticipándose a que su madre lo mandara.
Por cierto, — dijo Milk lavando los trastes sucios antes de que Gokú se fuera — Bulma nos invita a cenar mañana… dice que tiene algo importante que contarnos.
¡Ya era tiempo! — soltó él sin fijarse muy bien en lo que decía — ¡Las cosas tenían que darse ya!
¿Qué cosas? — preguntó su esposa viéndolo con suspicacia.
¿Eh? — reaccionó, "¡Chispas, por poco la riego!" — No… nada, — dijo un tanto apenado — es que… queremos saber si Vegeta ha progresado con la cámara de gravedad… a ver si nos la presta — sonrió como bobo esperando convencerla.
Vegeta… — murmuró Milk un tanto alto — Yo no se porque insistes en llevarte bien con él… a leguas se nota que te odia, y a mi no me pasa.
No te esponjes, — dijo tratando de calmarla — en el fondo ha de ser un buen tipo… tenlo por seguro.
Mmm… — meditó — ¡Ay Gokú, tú siempre insistes en ver todo bien! — dijo resignada.
Te puedo asegurar que después de esto Vegeta cambiará un poco… — trató de sonar convincente y se dirigió a la puerta — Me voy — salió rápidamente de su casa para no hablar de más.
Llegó cerca del namek, que aun meditaba recuperando sus fuerzas.
Por poco lo arruinas. — le soltó al tenerlo cerca — Cuida tu boca o las cosas no se darán como es debido.
Es verdad… que tonto. — dijo el joven Saiyajin un tanto apenado — No quiero arruinar la vida de Trunks.
No le arruinarías la vida… — puntualizó Pikoro — impedirías su nacimiento. Me imagino que si Vegeta lo supiera no dudaría en fugarse o, peor aun, en matar a la mujer… tal vez no la considere digna de él todavía.
Ese Vegeta tan orgulloso. — suspiró Gokú — Me parece que a cualquier hombre puede gustarle una chica tan linda como Bulma… es tan simpática.
Si tú lo dices… — dijo resignado el ser verde.
Siguieron practicando hasta bien entrada la noche… mañana se enterarían como iban las cosas por Capsule.
Nota de la autora: Si llegaste hasta acá es porque te llamó la atención. No te desilusionarás porque la historia promete mucho. Mi debut en estos lares aunque tengo ya mi doctorado (como no, subiendo en el otro foro) en escritura de Inuyasha. Diviértanse con lo que sigue. Sayo y gracias.
