Los Personajes de este fic no me pertenecen. Los derechos correspondientes pertenecen a NINTENDO y a los creadores de THE LEGEND OF ZELDA.
Este fic no está hecho con fines de lucro solo es por entretenimiento y diversión.
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El Valle de los Lobos es propiedad de Laura Gallego.
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"Pensamientos"
Recuerdos
[***] Cambio de escena.
»Continuación de un dialogo
(Secuela de "Kai 1: El Encuentro")
(FIC INSPIRADO EN EL LIBRO DE "EL VALLE DE LOS LOBOS")
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"Kai"
El Epiritu Acompañante
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Segunda Parte: Eternamente juntos…Eternamente Separados…
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Capítulo 1: La voz que Clama.
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Hace cien años en el pacifico reino de Hyrule ocurrió un curioso suceso, cuentan los sabios que durante todas las noches se escuchaba el misterioso aullido de un Lobo.
Un aullido lleno de dolor, nostalgia y tristeza, los sabios no podían explicarse de dónde provenía éste sonido, ni tampoco por qué ellos eran los únicos capaces de escucharlo.
Entonces ésta gente comenzó a tener miedo.
" ¡Por qué sólo nosotros los sabios lo escuchamos!" Clamaban de manera asustada. "Seguro que es una clase de maldición" proferían dejando atrás todo su raciocinio.
Comenzaron abandonar el reino y de la nada en Hyrule no quedó ni un solo sabio. Todos habían huido creyendo que de verdad el aullido estaba maldito…
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La voz del hombre se escuchó sombría y severa.
— ¿Ha vuelto!
—Señor hace tres meses que se escucha hasta en los más recónditos sitios de Hyrule.
Seis de los siete sabios se habían reunido en la sala del trono. Durante tres meses el aullido de un misterioso Lobo se escuchaba noche tras noche, todas las noches.
La gente del reino había comenzado asustarse y de un momento a otro el rey de Hyrule se había visto envuelto en terribles apuros.
—El pueblo clama explicaciones, ¿Qué vamos a decirles?— profirió uno de los hombres.
Un silencio sepulcral invadió la sala. De pronto las puertas se abrieron con un sonido sordo, y un misterioso joven entró en la estancia.
Su larga capa morada siseaba de forma susurrante por el piso y sus largos cabellos color zafiro sobresalían de la capucha.
—Llega tarde Aragón. — clamó el ministro Makivelo desde lo profundo de la estancia. Pero el joven ignoró sus palabras y siguió su camino.
Sus violáceos ojos se posaron en el rey unos instantes y después hizo una leve reverencia.
— ¿Me ha llamado, Alteza?
El rey asintió preocupado.
—Vas a decirme lo que pasa—clamó con cierta autoridad y al mismo tiempo respeto.
— ¿Por qué yo, señor?
—Tú me dijiste una vez la razón por la que el aullido se había detenido, porque había cesado después de cien largos años.
Los otros seis sabios miraron al que se encontraba al frente.
—Si… y todos se rieron. ¿Por qué han de creerme ahora?
—Eres el sabio más viejo de Hyrule.
—Solo tengo veintiséis años señor.
—Aunque los demás tengan cerca de setenta, tú eres el que más tiempo ha estado a mi lado. Bueno más o menos.
El rey suspiró de manera honda. Impa entró en la sala de los tronos y al ver al joven ahí presente le dedicó una tierna sonrisa.
—Señor, ¿por qué confía en el que renunció a su puesto para convertirse en "adivino de pueblo"?— dijo uno de los otros sabios desde el fondo.
Nuevamente se hizo el silencio.
— ¿Lo sabe?— preguntó el rey ignorando el ultimo comentario.
—Lo sé— respondió él— es tan claro como el agua.
— ¿Tiene condiciones?
—Sólo una… no interferir en el futuro. No necesito espectadores, alteza.
Entonces entendió a lo que se refería y con un gesto de su brazo el rey ordenó que todos salieran de la sala, incluyendo a Makivelo quien refunfuñó de mala manera. El rey se quedó con el joven a solas y después le dedicó una mirada seria.
— ¿Por qué volvió? Y ¿Por qué esta vez todo el mundo lo escucha?
—Porque está más cerca… eso es todo. Antes aullaba desde el umbral y por eso sólo los sabios y aquellos que tenían algún tipo de contacto con aquel mundo podían oírlo. Pero ahora está de éste lado de la línea y es normal que todo el mundo pueda escucharlo.
» hace dieciséis años dejó de aullar porque había encontrado lo que buscaba, pero ahora un triste giro del destino ha hecho que perdiera aquello que tanto ama… pobrecito— susurró —su alma clama de dolor y tristeza.
— ¡Tenemos que detenerlo!
—No podemos. Solamente él mismo puede.
—¿¡Y qué vamos a hacer!?, el pueblo está asustado, ¡Quieren explicaciones y hay un gran peligro de que se desaten revueltas!
Los ojos violáceos de Aragón miraron al rey de forma curiosa.
—Señor… sólo puedo hablarle.
—Entonces ¡Hazlo!— rugió de manera desesperada.
—No garantizo que funcione. ¿Por qué querría escucharme?, yo no tengo nada que le interese.
»Señor… no se detendrá nunca si ella no vuelve a su lado.
— ¿Ella?
El adivino se dio la media vuelta y salió de aquella sala. Ya no tenía nada que decir.
[***]
Cuando cruzó los pasillos nuevamente saludo a Impa.
— ¿Qué busca el rey contigo?
—Soy descendiente de uno de los originales siete… eso es todo. También estoy consciente de que lo que sucede es culpa de la princesa Zelda.
— ¡De la princesa!
—Ella hizo llorar al Lobo y ahora me toca mi arreglarlo. — clamó son cierta resignación— ¿En dónde está ella?
—En la sala de música… tocando.
La Sheikah miró en cierta dirección y después agachó la mirada de forma nostálgica.
—Desde hace tres meses que no me dirige la palabra… ese día cuando volvió llorando solamente me dijo "Todo era una mentira Impa" y ahora no deja de tocar el piano de esa forma triste. Ya ni siquiera sale a los jardines.
»No sé qué fue lo que pasó… estaba tan feliz con su amigo, dijiste que la lastimaría ¿acaso es eso?
—Estaba escrito Impa. Ella iba sufrir en cuanto se enterara de su naturaleza.
—No te entiendo. ¿Y por qué dices que fue ella quien hizo llorar al lobo?, ¿es por qué solía pararse sobre su tumba?
—Lastimó sus sentimientos… ¿no escuchas el aullido por las noches?, dice "por favor regresa. Te amo"
— ¿¡Qué!?
—Es el espíritu del joven héroe.
Impa sacudió la cabeza un par de veces porque no entendía nada. Aragón le pidió que lo llevara con la princesa y la tutora aceptó aunque de forma algo confusa.
Cuando entraron en la sala de música, la princesa Zelda estaba recostada ligeramente sobre el piano.
Aragón miró al cielo a través de una de las ventanas de la estancia, el tenue rojizo del firmamento comenzaba a hacerse visible.
—Es ahora o nunca— dijo de forma bajita.
Se acercó a la joven y se inclinó ante ella.
—Princesa Zelda…— la llamó, pero ella no pareció responderle, seguía en la misma posición que antes, con los ojos vacíos y vidriosos.
Entonces Impa la movió un poco. La joven se despabiló de manera repentina y la miró con cierto disgusto.
—Princesa Zelda— volvió a llamar el adivino— esta vez sus ojos se posaron en él pero de manera desinteresada.
— ¿Qué desea?— susurró con desanimo.
—Antes que nada… sé que no le interesa pero… mi nombre es Aragón, anteriormente era uno de los siete sabios en la corte de su padre, he venido a pedirle que escuche el llamado del lobo.
—El lobo— susurró ella nuevamente de forma desinteresada— ¿Cuál lobo, señor?
Aragón se acercó a ella y con un gesto de la mano le indicó que escuchara. La princesa suspiró de mala manera, no tenía ganas de estar conversando con nadie, aun así algo en aquel misterioso hombre la hizo obedecer sin rechistar demasiado.
Cuando el crepúsculo cayó completamente el aullido comenzó a ser audible. Impa abrió los ojos como platos y se abrazó a si misma sintiendo un terrible escalofrío.
— ¿Qué?... ¿¡Pero que rayos!?— musitó Zelda
El aullido musitaba de manera triste palabras legibles para su fino oído.
—Esta triste…— dijo Aragón. — yo sé que usted también está triste, pero él la había esperado durante mucho tiempo y usted ha lastimado lo único que realmente tenía, ha lastimado sus sentimientos. Sé que la culpa también fue de él pero… ¿No cree que merece ser escuchado?
Nuevamente sus violáceos ojos se clavaron en el firmamento. Escuchó sollozar a la princesa y de su capa sacó un pañuelo. Ella lo aceptó y se limpió las lágrimas.
— ¿Por qué no me dijo nada?— musitó de manera bajita escondiendo el rostro en el pañuelo.
—Tenía miedo… todos tienen miedo, es algo inherente a nuestra naturaleza incluso después de que morimos.
»Princesa, ha estado tan ensordecida en su llanto, que no ha escuchado el aullido ¿cierto?
Por primera vez en mucho tiempo levantó el rostro y negó con la cabeza. "¿Cuántos días lleva?" musito de manera raída.
— ¿Días?— musitó también Impa de manera confundida— Lleva tres meses aullando…toda la noche, todas las noches. Desde que cae el crepúsculo hasta que llega el sol del amanecer. ¿No se había dado cuenta, princesa?
La mirada de Zelda se quedó perdida. Pálida. Aragón le tendió la mano y ella le devolvió su pañuelo.
—Escuche— clamó él de forma susurrante. — Mañana….
— ¿Mañana?— preguntó confundida.
El joven Adivino se dio la vuelta y salió de la estancia.
—No entiendo nada— clamó Impa por lo bajo— ¿Tú hiciste llorar a ese a lobo?
Ella parpadeó un par de veces antes de dirigir su mirada al cielo. Las estrellas relucían de una bonita manera pero al mismo tiempo se veían tan tristes, tan nostálgicas.
Escuchó atentamente al aullido que se repetía…
"Perdóname"… "Regresa"… "Perdóname"…"Te necesito"… … … "Perdóname"…"Te amo"
Una lágrima escurrió por su rostro y una de sus manos llegó hasta su pecho cómo si de repente se sintiera muy herido.
[***]
Mientras caminaba por el cementerio suspiró de manera pesada.
—Todo pasa como debe de pasar… es un poco pronto para presentarme pero creo que no podemos seguir esperando. La princesa sí que es terca. — clamó mientras se perdía en las callecitas bordeadas por las numerosas tumbas.
Al final llegó hasta la efigie del lobo.
Durante tres meses había cambiado mucho, aquel lugar triste y solitario ahora estaba lleno de ofrendas y regalos.
—Señor héroe…— clamó el adivino.
El lobo pardo no le dedicó ni una mirada. Sólo se quedó ahí sentado en sus cuartos traseros mirando fijamente hacia el castillo de Hyrule.
—Señor héroe…— lo volvió a llamar.
Pero Link seguía sin hacerle caso, las lágrimas recorrían su rostro desde hacía demasiado tiempo.
Entonces suspiro, "Tal para cual" musitó de manera cansada.
—Parece que todavía hay gente en Hyrule que lo recuerda, ¿Pero sabe por qué su tumba se ha llenado de regalos?...
Parecía que le hablaba a una piedra pero aun así siguió con su charla.
—La gente tiene miedo… creen que ha echado una maldición igual que hace cien años, creen que si le traen ofrendas se pondrá contento y dejara de aullar. Señor héroe ¿No se ha dado cuenta, cierto?
Nuevamente le escurrió una lágrima por el rostro, era verdad que no había notado que la gente iba y venía desde hace tres meses.
—Usted es igual que ella…
Se acercó al espíritu y depositó junto a él el pañuelo que la tarde pasada le había prestado a la princesa. El olor de Zelda lo hizo volver al mundo y por primera vez se dio cuenta de que había alguien a su lado.
—También se ha ensordecido en el dolor, tampoco ha podido escuchar que ella también llora a su manera.
Lo miró de forma confundida, era el segundo humano que podía verlo aparte de Zelda, olfateó el pañuelo y se dio cuenta de que olía a agua salada. Puso las orejas gachas y su corazón se llenó de tristeza.
—Escuche…— susurró Aragón, había calculado bien la hora y aunque él no podía escuchar nada debido a la distancia sabía que en el fondo Link si podría.
El lobo aguzó las orejas y por primera vez escuchó las tristes notas del piano, la canción sonaba como si alguien muy herido estuviera detrás de las teclas.
—Está llorando… también tiene miedo y está muy confundida. No sabe qué hacer y por eso mismo debería de ir a buscarla. No debería de tener miedo, usted sabe que ella lo ama es sólo que por alguna razón se ha asustado, tal vez no debió esperar tanto para darle la noticia.
El lobo pardo lo miró de manera atenta, aquel extraño irguió una leve sonrisa y después él mismo decidió levantarse y dejar su lugar de reposo después de tres largos meses.
Abandonó la tumba de un salto y después emprendió carrera hacia el castillo. Tenía miedo de que ella le volviera a decir que lo odiaba pero…
—Zelda está llorando… por mi culpa— susurró con el corazón destrozado.
Corrió todo lo que pudo sin dejar que su miedo se interpusiera.
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Continuara...
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Comentarios del Fic:
bueno pues aquí empezamos con la segunda parte, por cierto que la primera cosa importante que tengo que mencionar es esta: »Continuación de un dialogo, es una indicación que ya había estado poniendo desde la primera parte pero en realidad es precisamente aquí en donde hago uso de ella, básicamente porque durante las conversaciones hay ciertos silencios y como en ocasiones hay más de un personaje decidí emplear éste recurso, seguramente alguien ya lo había visto en alguna novela, el valle de Los Lobos esta repleto de ellas y originalmente para el fic yo la había preparado con dos dos símbolos de "mayor que".
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Comentarios del Capitulo:
Éste capitulo también es un poco triste pero no se preocupen de seguro Link encuentra la forma de arreglar las cosas.
y ahora si desde éste momento hace presencia Aragón, nuestro querido adivino de pueblo, el va a ser mi OC ayudante en esta historia jajaja y ademas va a jugar cierto papel importante junto con Impa y cierta idea que en un inicio había comenzado como un juego bobo poco a poco ira tomando forma a lo largo de esta segunda parte.
