Atención: Para esta historia, es muy importante que escuchéis la canción "Hijo de la Luna" de Mecano en versión acústica. La que yo remiendo la encontraréis aquí: www. youtube .com/ watch?v (signo igual) lE0Ss7wMYy0&feature =related (quitad espacios y poned el signo igual, que aquí no me deja ponerlo¬¬)


Desgarrado

- ¡Vamos, Krum, vamos!

En sus oídos retumbaban los vítores de sus compañeros, pero él sólo podía recordar aquella noche…

Mientras sostenía a Hermione en sus brazos y la acunaba con suavidad después de haberle hecho el amor degustando cada dulce porción de su cuerpo.

Bebiendo de su olor, acariciando esos bucles castaños, recorriendo su blanca espalda que se arqueaba una y otra vez… devorándole la piel del cuello…

- ¡Tienes la snitch delante!

- ¡Vamos, Krum! ¡Es nuestra última oportunidad!

Besando esos labios enrojecidos, apoyando su frente en la de ella, en un estado casi febril.

Y después…

Salió disparado como un cohete tras la minúscula pelota alada que alzó el vuelo hacia el cielo.

Ascendió verticalmente atravesando las nubes que le rociaban con gotas de lluvia, intentando olvidar. La snitch parecía querer burlarse de él, se le escapaba de entre los dedos y seguía subiendo cada vez más, adentrándolo en el manto oscuro de la noche.

Sentía rabia y debilidad.

Era su última noche en el Castillo y corrió a buscarla. Giró la esquina y se le paralizó el corazón. Aquel albino estaba bebiendo de aquellos labios, de aquel aliento… y ella le correspondía.

Corrió y corrió hasta salir de las paredes del Castillo. Llovía.

Profirió un grito desgarrador mientras caía de rodillas en el barro. Su corazón se estaba trizando, lo sentía en su interior.

Parecía que aquella carrera contra la snitch no iba a acabar nunca; con el revivido recuerdo sentía de nuevo su pecho henchido de dolor. Alargó la mano y acarició la bolita, se estiró un poco más y la atrapó.

Se paró al instante en el aire. Estaba demasiado alto en el cielo como para poder ver siquiera el estadio.

Miró fijamente a la pelotita que se debatía entre sus dedos, queriendo ser libre. Como su Hermione.

Lágrimas que se confundían con la lluvia comenzaron a escapar de sus ojos, empapando su rostro.

Abrió la mano y la snitch remontó su ajetreado vuelo.


Aquella noche, el equipo de Bulgaria perdió el partido.

Aquella noche, su buscador logró liberarse de los fantasmas de su pasado.