Love live / Love live sunshine no me pertenece, si no a sus respectivos creadores.
Mi increíble papi umi-chan!
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Era una tranquila mañana en la residencia Sonoda, en la cual los tres miembros de la familia tomaban su desayuno.
-Y… ¿ese pijama es nuevo?.- preguntaba mientras miraba a su primogénita vestida con un nuevo kurigumi de demonio, que la hacía ver muy adorable.
-Si papi, mamá Kotori lo hizo para mi.- le contestó feliz.
La nombrada sólo sonrió por la ternura e inocencia de su pequeña hija, aunque prefirió cambiar de tema antes que su arquera le reclamara lo mucho que consentía a la pequeña chuuni.
-Umi-chan, ¿puedes cuidar hoy a Yoshiko-chan?.- dijo mirando a su esposa.-tengo un pendiente que hacer hoy en la boutique.
-Sí, no hay problema Kotori.- le entregó una cálida sonrisa.
-Te portas bien, Yoshiko-chan.- le dijo acariciando la pequeña cabeza de su hija.
La nombrada dejo de lado su leche para corregirle a su madre.- es Yohane mami, Yo-ha-ne!
-Oh, lo siento mi ángel caído Yohane~.- le siguió el juego a su retoño.
-Kotori no le sigas el juego, se va acostumbrar a ello, y ese no es su nombre.- comentó bastante sería la escritora mientras bebía su café.
-Que aburrida eres Umi-chan.- hizo un pequeño puchero ante las palabras de su esposa.
-Si papi.- apoyo a su madre la pequeña peliazul.- eres aburrida más que cualquier demonio~
-Eh? Yoshiko, ¿tú también?.- miraba curiosa a la menor, quien seguía el ejemplo de su peliceniza madre.
-jajaja.- se burlaban sus grandes amores.
-Ahh…con ustedes no puedo. - masajeaba el tabique de su nariz mientras se resignaba.
Madre e hija llevaron sus manos cerca de su cara para hacer una pose de datenshi, sólo para fastidiar a la vergonzosa escritora.
-K-Kotori! Yoshiko!.- les llamaba la atención, fingiendo que esa faceta chuuni le molestaba siendo lo contrario.-basta e-eso es ver-vergonzoso.
-jajaja ven Yohane debo alistarte, mientras tu papi recoge la vajilla.- la pequeña asintió, mientras tomaba la mano de su madre dirigiéndose a cambiar su kurigumi de demonio, que en vez de ser terrorífico era totalmente tierno.
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Se acercó a su esposa para abrazarla haciendo que esta se tensara al instante, a pesar de llevar varios años juntas, la ojimarrón seguía siendo un tanto vergonzosa por las muestras de cariño.
-Umi-chan, ya debo irme, ¿estarás bien con Yoshiko-chan?.- le preocupaba dejar a su esposa a cargo de la inquieta miniatura Sonoda, sabiendo que estaba cerca la fecha de entrega del libro en el cual la escritora estaba trabajando.
-No te preocupes Kotori, es mi hija puedo con ella sin problemas.- dijo muy segura.
-Mm…bien, nos vemos.- le dio un corto besó y se retiró rumbo a la boutique que dirigía.
Umi solo miraba con cariño la puerta por dónde había salido la diseñadora. Volvió a la sala para buscar a la hiperactiva menor, la encontró mirando caricaturas muy tranquila.
-Vaya sí que está muy quieta, aprovecharé para escribir.- pensó.- Yoshiko estaré en el estudio, escribiendo si necesitas algo, me lo dices, si?
-Si.- contestó sin despegar la vista de la pantalla.
Se encaminó al estudio donde tenía su portátil, continuando así su novela. Al cabo de media hora decidió ir a ver a su pequeña hija quien estaba muy silenciosa, además si algo le pasaba a la pequeña peliazul Kotori no la perdonaría.
-¿Yoshiko?.- dijo entrando en el living donde la menor seguía viendo sus caricaturas, sin prestarle atención a su "padre".- Yoshiko, te parece si vamos al parque?
Esta vez la mini datenshi la observó, sus ojos brillaron de felicidad, asintiendo muchas veces a la propuesta de la escritora.-siii!
-Bien, iré a preparar un bolso con la comida que hizo Kotori.- mirándola enternecida.- si quieres puedes llegar algunos de tus juguetes.
Asintió y se dirigió corriendo a su cuarto para echar un par de cosas en su mochila que tenía unas pequeñas alitas negras, sin duda su madre diseñadora la consentía demasiados con sus peculiares gustos.
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Corrió a la cocina donde la escritora empacaba unos sándwiches saludables, y unos jugos para ambas, notó la presencia de la menor, por lo se apresuró a tener todo en orden.
-¿Estas lista?- pregunto mirando el gorro que tenía puesto la menor, algo en él le llamaba mucho la atención, los pequeños bultitos que tenía.
Suspiró cansada, ya intuía quien había confeccionado eso pero aun así pregunto.-¿y ese?.- señalo el gorro que traía.
-mamá Kotori lo hizo, no es genial?.- mencionó emocionada mientras colocaba una pluma negra en el.
Volvió a suspirar.- ah Kotori la conscientes demasiado.-pensó
-vamos, vamos! Apresúrate papi.- dijo jalando el suéter que traía la arquera.
-Hey espera, ya voy Yoshiko.- tomo el bolso con las cosas, siendo arrastrada por la hiperactiva menor.
Esta se puso sus zapatillas apresuradamente, no podía más con las ganas de salir a jugar, ya que pocas veces podía estar así con su "papi" quien pasaba gran parte de su tiempo escribiendo, entrenando y encargándose del dojo familiar. Vio a su hija demasiado apresurada, notando que no había atado las agujetas de sus zapatillas, así que la ayudo con dicha tarea.
-¿Dónde vas pequeño demonio?.- corto la carrera de la menor.- aún no te has puesto tu chaqueta, debe hacer frío afuera.- dijo con voz firme mientras cargaba la pequeña prenda, señalándosela.
-Los humanos usan esas cosas, los ángeles caídos no.- se cruzaba de brazos, haciendo un mohín de enfado.
-Bien "ángel caído" debes colocarte tu chaqueta porque yo lo digo.- sonrió de una manera que asustaría a cualquiera, haciendo a la menor alarmarse.
-L-L-Le diré a mamá kotori.- hizo un puchero en protesta pero término perdiendo de igual medida ante su autoritario "papi".
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Llegaron a un parque cercano a su casa, noto como había pocas personas, quizás porque era un día laboral para la gran mayoría. Noto que habían pocos niños jugando en el lugar, iba a decir algo cuando se percató que su hija no estaba a su lado, comenzó a sudar frio, ahora si Kotori la mataba, observo en todas direcciones hasta que dio con el pequeño demonio azul corriendo con su pluma negra en la mano.
-ahh…..- suspiró, tomando haciendo en una banqueta cercana al sector donde estaba la peliazul que jugaba con sus juguetes un tanto extraños para los demás niños, después de todo así era la pequeña chuuni.
El tiempo pasó volando mientras observaba a la pequeña quien corría, subía a los juegos, decía una que otra cosa sobre misticismo, se encargaría de colocar esos libros en un estante más alto la próxima vez.
Se acercó a su papi haciendo un puchero que llamaría la atención de esta, jalo de su chaqueta tratando de decirle algo, solo que para ciertos casos se volvía completamente tímida, como si tuviera dos personalidades dentro de ese pequeño cuerpecito.
-¿Pasa algo Yoshiko?.- dijo amablemente.
-Papi, t-tengo hambre.- levanto su cabeza con un puchero que hizo sonreír a la mayor.
-¿Quieres uno de los sándwiches que hizo mamá Kotori?.- le pregunto teniendo como respuesta un asentimiento por parte de la mini datenshi.- toma.- Le entrego un sándwich además de un jugo.
La pequeña se sentó al lado de su papi a comer tranquila, todo estaba muy bien hasta que comenzó a escuchar unos ruidos que captaron su atención, busco con la mirada de dónde provenía, encontrándose una arboleda cercana, sin duda algo había ahí que estaba emitiendo estos sonidos, la menor quería ir a investigar a sabiendas que recibiría un regaño por parte de su papi. Un pequeño bulto comenzó asomarse de entremedio de uno de los arbustos de aquel lugar, aumentando sus ansias por ir a investigar.
-Papi, papi, ahí hay algo.- dijo jalando nuevamente la chaqueta de la Sonoda mayor, señalando el lugar.
-Eh, Yoshiko!.-
De la nada el teléfono de la escritora comenzó a sonar, quien al ver el nombre contesto un tanto preocupada.
-Hola, Hanayo .- forcejaba con su hija para que la soltara.
-Hola Umi-chan, cómo va todo? .- dijo la castaña desde el otro lado de la línea.
-B-Bien, ah.- logro zafarse, sin antes advertirle a la pequeña.- Yoshiko debo atender esta llamada espérame aquí.
La nombrada solo inflo sus mejillas como respuesta a su padre quien, se alejó un poco siguiendo la conversación con la castaña.
-Bien, Little demons no me fallen.- dejo de lado su jugo y se dirigió a la zona que había llamado su atención, aun con su comida en la mano.
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En el lugar seguía asomándose una peluda cola que se meneaba, Yohane se quedó mirándola hasta que decidió tocarla, alarmando de inmediato al animal al cual pertenecía dicha cola, quien emitio un chillido que asusto a la menor.
-Ehh?.- dijo cayendo de espaldas
Miro a la ardilla que traía en su cuello una muñequera rosada con un franja blanca en el medio y un número 25 en color rojo, parecía tener un buen tiempo ya que estaba descolorada. El animal se veía bastante molesto por la travesura hecha por la pequeña.
-Ho-hola amiguito.- dijo un poco asustada.- ¿quieres un poco?.- le ofreció un trozo de su sándwich
La escurridiza ardilla tomo el alimento ofrecido comiéndolo al instante, al parecer había bajado la guardia por lo que la peliazul se acercó de apoco al animal, quien la observaba de reojo, sin previo aviso le arrebato a la menor su saludable sandwich.
-Oye devuélvemelo, lo hizo mi mami para mí!.- salió persiguiendo al animal quien evadía a la menor hábilmente haciéndola caer un par de veces.
En el suelo gimoteando seguía alegando con la ardilla para que le entregará su preciado sandwich.- da-damelo demonio!.- comenzó a derramar lágrimas mientras veía como se comían su comida.
El pequeño y malvado animal no se apiado de la hiperactiva chica, solo siguió degustando el sándwich, al ver esto Yohane se limpió las lágrimas de sus ojos decidida a enfrentarse al ladrón por su honor como todo un Sonoda, algo que le había inculcado su "padre" y abuelo, por ello debía honrarlo y defenderlo.
Tomo una ramita que había cerca de ella y se puso en guardia, algo que logro llamar la atención del bribón.- lamentarás lo que hiciste vil demonio, las fuerzas de lucifer no podrán con la gran datenshi Sonoda Yohane!.- dijo señalando al animal con "su espada".
El roedor la observo desafiante, se avecinaba una contienda por el honor, ya que para la mala suerte de la chica su alimento ya había sido devorado por el maleante de cola abultada. Corrió hacia el animal lanzando un golpe con la rama que casi le da a la ardilla, quien de un coletazo la estabilizo, obligándola a retroceder.
-Je! eres bueno pero así no podrás vencer al ángel caído.- de nueva cuenta ataco golpeando al ladrón en su cabeza, no muy fuerte después de todo muy en el fondo no quería lastimarlo, el respetar a los animales y seres vivos le había sido enseñado por su madre diseñadora.
Siguió con sus ataques acorralando al pequeño quien la seguía mirando desafiante, hasta que sintió el frondoso tronco del árbol en su espalda el roedor estaba en aprietos, sin embargo este no se había dado por vencido y ataco a la mini Sonoda arañando su delicada mejilla derecha.
-Ay! Eso duele.- se sobo su herida de batalla, molestándose aún más, ella no se daría por vencida solo con eso.-¿ cómo te atreves a lastimar al ángel caído?
Con una habilidad un tanto sorprendente para su corta edad, ataco con movimientos certeros que desarmo al animal, quien al verse prácticamente vencido emitió un chillido como si llamará a algún tipo de refuerzo, quienes pudieran venir en su auxilio.
Dichos refuerzos no se hicieron esperar de las ramas de los árboles que se encontraron en el lugar aparecieron 3 ardillas más, la primera en aparecer tenía un collar de puntas y unos mechones rojizos, esta estaba a su derecha chillando amenazantemente; la segunda en aparecer tenía un parche en su ojo izquierdo y en su cola llevaba un pañuelo de color azul, esta apareció su lago izquierdo; por ultimo escucho un rudo chillido detrás de ella volteo y vio a la que parecía ser la líder de la pandilla de ardillas, esta se veía realmente ruda, llevaba un collar con las letras "bad" en su cuello, unos mechones verdes.
Solo pudo tragar saliva mientras los animales comenzaban a rodearla, sin duda estaba en desventaja numérica, esto se pondría bien feo.
-N-no les tengo mi-miedo, pequeños enviados de satán.- dijo colocándose de nuevo en guardia.
Como si esas palabras hubieran sido el aviso de ataque, los tres recién llegado se abalanzaron contra la menor quien los goleaba con la rama uno por uno y levantándose de inmediato retomando el ataque contra la datenshi, estos atacan en varias direcciones, dándoles coletazos, mordidas y arañazos, siendo casi imposible con su poco entrenamiento hacerle frente. La última ardilla se abalanzo sobre Yohane mordiendo su chaqueta, asustando a la menor.
-Papi!.- grito.- papi!
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-Umi-chan llamaba para avisarte del plazo de la entrega se acabará dentro de diez días.- dijo la amante del arroz.
-Claro, no te preocupes por eso Hanayo, lo enviaré apenas termine.- trataba de sonar tranquila pero por dentro le aterraba el asunto.
-Entonces no hay problema, Umi-chan.
-Bien, por cierto dale mis saludos a la pequeña You y a Rin.- contestaba más relajada la peliazul, cuando escucho una vos familiar llamándola.
-Papi! Papi!.- la voz de la pequeña Yohane.
Umi sorprendida miro en todas direcciones buscando a la menor.- lo siento Hanayo debo colgar.
-Espera Umi-chan pasa…- no pudo continuar porque la Arquera había colgado
Guardo su teléfono en su chaqueta, corrió hacia la banca donde debería estar la menor para su sorpresa no se encontraba ahí, comenzó a sudar frio, una angustia comenzó a apoderarse de ella.
-Yoshiko! .- corría por los senderos del parque dejando sus cosas olvidadas en aquel lugar..-¿ Yoshiko dónde estás?
-Papi!.- escucho el grito que provenía de la arboleda cercana.
Corrió adentrándose en el lugar encontrándose con una escena que hizo hervir su sangre. Su amada hija estaba rodeaba por una pandilla de ardillas malvadas quienes le daban coletazos mientras ella lloraba y se cubría con sus brazos, esto sin duda activo su modo "demonio azul", uno que era temido por las integrantes de μ's.
-¿!Ustedes que creen qué están haciendo!?.- dijo con una voz totalmente autoritaria, llamando la atención del cuarteto peludo, quienes la miraban atentos.
Yohane levanto la cabeza mirando a su papi, quien había llegado a su rescate, su semblante se veía fúrica.- papi…- sus lágrimas seguían cayendo, se levantó y corrió a abrazar las piernas de la mayor.- papi!.- continuo llorando.
-Ya, tranquila estoy aquí.- acariciaba la cabeza de su pequeña acomodando su cabello hasta que noto los rasguños en su mejillas.- ¿ellos te hicieron esto, verdad?
La pequeña asintió y señalo al cuarteto de vándalos, quien comenzaron a sudar frio, chillaron amenazantemente tratando de asustar a Umi, quien los miro con su típica mirada asesina, y esa sonrisa que hacía temblar a la pelinaranja líder de μ's.
-Pagaran por esto.- dijo colocándose en posición de combate, moviendo su mano provocando a los animales, quienes ni tontos ni perezosos se lanzaron al combate contra el "demonio azul".
Los cuatro fueron derribados con un sutil pero certero golpe con dos de sus dedos, como todo un buen maestro en artes marciales que era, después de todo estaba a cargo del dojo Sonoda.
Los roedores se levantaban a penas, siguiendo con su ataque en todas direcciones, siendo detenidos sin ningún problema por Umi, quien seguía usando solo dos dedos.
Estaban muy cansados mirando a umi con rabia, los estaba humillando, no podían ante la escritora experta en artes marciales, sin más subieron a los arboles huyendo del lugar con la cola entre las patas, habían perdido.
Suspiró.- vaya que fueron insistentes, Yoshiko ¿estás bien?.- se agacho para estar a la altura de la menor revisándola si tenía alguna herida más, para su buena suerte su abrigada ropa la había ayudado bastante solo estaba sucia solo tenía un par de ramas y hojas en su ropa.
-Mmh.- negó con su cabeza.- estoy bien papi, gracias por venir a rescatarme.- dejo de lado su lado chunni para hablarle.
-Iría hasta el fin del mundo para defenderlas a ti y a tu madre sabes.- dijo acariciando la cabeza de su hija.- volvamos a casa, debes darte un ducha y cambiarte esa ropa.
-Hai!.- tomo de la mano de la mayor y caminaron a recoger sus cosas.
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-Por cierto Yoshiko, ni una palabra de esto a tu madre.- comento suplicante a su hija.- Kotori me matará si se entera.- pensó
-Es Yo-ha-ne!.-
-bien, bien Yohane.- tomo sus cosas y cargo a la menor en su espalda emprendiendo el camino a la residencia tradicional Sonoda.
-Ne papi, eres increíble!.- exclamo impresionada la menor.
-Mm no lo soy, Yoshiko, creo que tú lo fuiste más al enfrentarte a los cuatro sin tener un buen entrenamiento aun, apenas tienes 3 años me sorprendiste.- dijo sonriendo.- ah pero creo que comenzaremos con un mejor entrenamiento, ya que demostraste ser capaz.
-Eh! Esos enviados de satán no pudieron derrotar a la gran Yohane.- dijo toda confiada.
-Sí, si ángel caído.- le siguió el juego a su retoño.
-Me sorprendió ver al famoso "demonio azul" que tanto me ha hablado mamá.- dijo abrazando más a Umi.
Al escuchar estas palabras la ojimarrón se tensó , no sabía que cosas le había dicho su amada esposa a su hiperactiva hija.- ¿qué te dijo mamá Kotori, Yoshiko?
-Es un secreto~ .- ahí estaba con los famosos secretos que tenían madre e hija.
-No me dirás,¿ verdad?.- pregunto a ver si convencía a su pequeña hija.- y si …¿te compro esa cama de tiburón que tanto quieres?
-Mmm, me dijo que solo es algo que los miembros de μ's lo saben.- dijo inocentemente.
-Eh? .-
Así trato de sacarle la información a la menor durante todo el trayecto a casa pero no tuvo suerte, se dio por vencida y disfruto del tiempo con su hija, realmente estaba muy feliz por tener una linda familia.
-Ah, bueno las chicas también saben, papi.- dijo tranquilamente
-Ehh? Ahh que vergonzoso, Kotori!.- reclamaba al cielo como si su esposa pudiera escucharla.
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Omake
Una peligris se encontraba retocando los diseños de sus trajes en su wacom* mientras tarareaba una de las canciones de su ex grupo musical, cuando escuchó que alguien toco la puerta de su oficina.
-Adelante.-
-Minalinsky-sama le traigo su té.- el encargado dejo el té en la mesa de la diseñadora recibiendo una linda sonrisa y un "gracias" como agradecimiento haciendo sonrojar al pobre asistente, quien se retiró muy nervioso.
Suspiró.- ¿Qué estarán haciendo Yoshiko-chan y Umi-chan?.- pensaba mientras observaba un retrato de ambas peliazules que tenía en su escritorio.
Tomo su té cuando sintió su celular vibrar, leyó en la pantalla sorprendiéndose por el nombre que marcaba el mail era "Nozomi-chan", lo abrió y se sorprendió sobre el contenido de este.
-¿El "demonio azul" ha vuelto?.- leyó en voz alta el contenido del mensaje.- y un video…?
Comenzó a ver el video con una expresión preocupada, luego cambio a una divertida, terminando con un sonrisa.- lo hiciste bien, mi increíble "papi", umi-chan…
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Fin~
*Wacom: hace referencia de una tableta inteligente donde se puede dibujar /digitalizar entre otras cosas, wacom es una marca de tabletas.
Sobre el demonio Azul sería interesante saber la historia pero bueno ...
Se percataron quien era la ardilla xD jaja aún vive,
si se preguntan porque usan chaquetas por que era otoño, lamento no aclararlo antes jeje
espero que les haya gustado el OS y gracias para quien se dio tiempo en leerlo~
Cambio & Nya~ !
