Encuentro
-Frida…
Susurró cuando al fin la encontró. Se la pasó buscándola por horas cuando supo que había faltado a la escuela. Y ahora que la había encontrado sintió un golpe en su interior cuando la vio ahí, sentada en aquella banca con su ropa del día anterior y con su cara más pálida de lo normal.
Al irse acercando a ella se dio cuenta que se la había pasado llorando al menos unas horas. Cuando ella al fin volteó a verlo, lo único que pudo decir fue el nombre de su amigo.
-Manny…
El joven se sentó a lado de ella, sin decir nada ni mirarse frente a frente. Aún estaba confundido sobre cómo debía actuar ante ella y lo que la afligía, pero por suerte ella fue quien inició la conversación.
-Me imagino que ya sabes.- Dijo con un tono apagado. -Él…prefirió a esa chica, la de cabello bonito y ojos miel. Pero fue tan estúpido que prefirió estar saliendo con las dos al mismo tiempo que terminar con una.- Su voz cada vez se apagaba más. -Y al final, decidió cortar conmigo, porque yo lo había aburrido…
Sus ojos se cerraron cuando dijo esto, y Manny sólo pudo sentir que su furia hacia aquel tipo crecía más y más. Desde que Frida lo conoció en aquel curso de guitarra, presintió que él no era alguien bueno para ella; pero simplemente pensó que era a causa de los celos que sentía cada vez que algún chico creído quería pasarse de listo con Frida. Sin embargo, se tranquilizaba pensando que ella sabía muy bien cómo batear personas que no le interesaban.
Aún así, esto no sucedió con el que le rompió el corazón. Ella se llevó muy bien con él desde el principio, al grado que a los pocos meses después de que se conocieran, ella le confesó a Manny que él le había pedido ser su novia y que ella, en un impulso de sorpresa, aceptó. A Manny sólo le quedó aceptar la felicidad de Frida que surgía a causa de su nuevo noviazgo. Prefirió guardar todo lo que sentía por su amiga para él mismo, pensando que tal vez olvidaría su gran amor hacia ella en algún momento.
Pero ese momento nunca llegó.
