A veces era lindo ver los atardeceres desde aquel balcón.
Pero ver el último, era tal vez un poco devastador.

...

Sentados a la par, una pequeña valija los separaba físicamente. Y otra persona, emocionalmente.

Aun así, contemplaban como moría el sol, aquella tarde de otoño.

...

-¿Cuando...

-Mañana. Lo siento.

-Antes de irte, ¿Podrías leer nuevamente aquella canción?

-Está bien.

"El azul profundo del mar llamándome. Las canciones de sus olas me mantienen a salvo"

-Dime. ¿Hace mucho de esto?

-Kozume, por favor.

-Shouyou... Quiero saber todo. Hablemos sin tapujos. No te avergüences.

-Meses. Perdón yo no quería.

-Siempre lo supuse. Incluso antes de salir. No es nada nuevo.

-Lo siento.

-No te disculpes. Tal vez yo deba hacerlo.

-¿Por qué?

-Porque... Tus ojos son delatores. No brillan con la misma intensidad que lo hacen con él.

-Bueno yo no lo sabía...nos llevábamos muy mal. Pero...

-Pero ahora, ya somos grandes.

-Sí.

-Es increíble que hayan pasado 5 años desde que nos conocimos.

-¿Mucho no?

-Insuficiente. No logre que me amaras tanto.

-Kozume...

-Shh, lo entiendo. Aun así pasen mil años, jamás me Amarías como a él. Son cosas de la vida.

-Aun así...

-En parte es mi culpa, alimente algo que podía ver que no tenía futuro. Pero es que... Te quiero mucho Shouyou.

-Yo también

-Lo sé. Sé que me quieres. Nos queremos. Sino esta conversación no tendría lugar ¿no? Ahora... Sigue leyendo esto.

-Kozume...

-Vamos Sho...hagamos algo eterna esta última noche. Por mí.

-Está bien.

...

Continuara.