Bienvenidos a todos :)
Hace tiempo que no he vuelto a escribir uno de estos fic y como ando inspirada comencé con este...
Tengo uno más en mente sobre la imprimación de Seth pero estoy dudando en hacerla...
Veremos que piensan de esta historia, se desarrolla luego de Amanecer, 4 años después para ser exacta...
Review por favor a los que lean, buenos o malos son bienvenidos :P
Los personajes pertenecen a la bellísima Stephanie Meyer, excepto por algunos agregados míos pero ya los verán jejeje
Disfruten :D
Trish Cullen
Ring…
Ring…
Ring…
-Residencia Cullen – Carlisle habló al finalmente al responder el teléfono ya era quien estaba más cerca del aparato en el momento en que comenzó a sonar y era lo más lógico del mundo que atendiera una llamada.
-Carlisle amigo mío – La voz del hombre otro lado del teléfono sonaba ansiosa, alegre pero al mismo tiempo con un tono algo extraño, algo que Carlisle conocía bastante bien: el interlocutor apremiaba hablar con él.
-Sergio, ¿a qué debo la llamada amigo mío? Hace más de cuatro décadas que no hemos tenido noticias tuyas – Carlisle era muy correcto y amable a pesar de haber notado el tono de voz de su amigo inmortal – Las últimas novedades eran que te mudabas a Grecia, ¿aún resides en la zona?
-Así es amigo mío, justamente llamaba para saber si tú y la bellísima esposa que tienes podrían pasar por mi casa esta semana – La voz de Sergio era agradable, seguramente contento con la idea de la visita pero se volvió algo seria luego de eso – Necesito que vengas Carlisle, será muy bueno tener a Esme contigo aquí y quisiera hablar contigo en persona
-¿Ocurre algo Sergio? – Carlisle preguntó con sincera preocupación en la voz, no estaba acostumbrado a oír a su amigo hablar de esa forma, debía ser algo realmente importante para que él lo llamase de esa forma y con tanta urgencia – Podemos estar en Grecia en dos días…
-Preferiría no conversar esto por teléfono amigo, me alegrará tenerlos en la casa para variar y… - Guardó silencio un momento como si estuviera pensando lo que iba a decir, cuando habló de nuevo su voz era más apresurada, como si tuviera prisa de terminar la llamada – Te agradeceré la visita de ambos, sigo viviendo en la mansión que conociste hace 40 años, se que sabrás como encontrarme… Gracias de nuevo y espero verlos en dos días, me tengo que ir… Hasta luego…
Con toda honestidad Carlisle estaba más que sorprendido y confundido por la llamada apremiante de Sergio y que había puesto en marcha un viaje que probablemente sería uno de los más memorables que haya hecho con Esme, irían a Grecia. Años hacían desde que había llevado a su esposa a Europa, pero ciertamente Grecia era una de las ciudades favoritas de la bella mujer que se había convertido en la madre del clan y su amada compañera, la mujer que movía su mundo.
Sergio era uno de los vampiros más viejos que conocía, fuera de mencionar a los Vulturi por supuesto y era un hombre que no poseía habilidades especiales, permanecía bajo el radar comportándose como era debido y cuidaba bastante su dieta, así como su presencia entre los humanos, la cual era casi nula. Un momento después de haber cortado y puesto el teléfono en su lugar su adorada Esme entró a la cocina donde él se encontraba empezando a cocinar sonriendo.
-Sergio quiere que le hagamos una visita, me alegra mucho Carlisle, no hemos sabido de él desde hace tanto tiempo y es muy encantador… además… Grecia… - Esme observó a su esposo con una sonrisa aún en sus labios, recordaba la última vez que estuvieron en ese lugar, fue muy romántico, él le había traído flores todos los días al hotel, la había llevado a los lugares más bello y las noches apasionadas no habían sido algo que ella olvidaría en su existencia.
-Me da gusto que no estés molesta porque tomé la decisión sin consultar contigo mi amor… - Carlisle sabía mejor que nadie que no debía hacer eso pero Esme era muy buena, a veces no sabía cómo era posible que semejante mujer estuviese a su lado y eso hacía hincharse su pecho de orgullo por ella.
-¿Quién va donde? – Emmett apareció en la cocina en unos segundos mirando a sus padres, era interesante como el gigante oso de la familia podía simplemente tener una mente de niño pequeño, curioso, pero al mismo tiempo era muy inteligente y la gente pasaba de él pensando que era sólo puro músculo.
-Tú padre y yo nos vamos a Grecia – Esme tenía ese tono de madre que le decía a su hijo que esto era un viaje de adultos, no niños incluidos, lo cual causó que Emmett hiciera un hermoso puchero pidiendo que lo incluyeran en los planes pero su madre directamente negó – Emmett Cullen, tú te quedarás en casa… nos vamos por una semana y necesito que te encargues de cuidar con Rosalie de la casa… no quiero ni una sola cosa fuera de lugar cuando regresemos, ¿entendido?
Los demás integrantes de la familia Cullen no estaban precisamente muy contentos con el viaje de sus padres adoptivos, no que los necesitaran porque ya todos eran lo suficientemente grandes como para manejarse solos pero el mero hecho de que la figura paterna y materna no estén, hacía que las cosas se volvieran diferentes, como si ellos volvieran a sus años de adolescencia: cuando el gato no está, los ratones bailan. Todos los preparativos fueron terminados en un corto tiempo en realidad, para cuando estuvo listo el equipaje, tenían incluso los pasajes reservados para esa misma noche y se dirigieron al aeropuerto, dejarían el Mercedes Benz allí para cuando volvieran.
El viaje a Grecia fue sin inconveniente alguno, la pareja sabía comportarse entre los humanos y no levantaban sospecha alguna de ninguna índole ya que era precisamente esa clase de situaciones la que podrían llevarlos a desastrosos resultados. Una vez en la ciudad Esme estaba maravillada, el cambio en cuarenta años había sido interesante pero lo que más la fascinaba era como los griegos podían tener aún sus estructuras antiguas, aunque incluyeran la modernidad en sus construcciones, incluso en el interior de pequeñas casas que por fuera eran de los más culturales en la zona.
-Me pregunto qué ha causado que Sergio nos invite a su hogar de nuevo – Comentó Esme casualmente mientras Carlisle guiaba el auto a la dirección que conocía muy bien, la casa de su viejo amigo, no es que alguno de los dos estuviera molesto con la invitación, por el contrario, estaban muy agradecidos pero la curiosidad era bastante considerando lo reservado que había sido el vampiro todos estos años.
-No tengo idea amor pero me interesa tanto como tú conocer sus razones – Unos minutos luego de observar la vista llegaron a la pequeña casa en la cual vivía el vampiro, la verdad era que no ponía esfuerzo en vivir con pompas sino que le gustaba la vida simple y siempre había sido así. La casa estaba bien construida y se notaba que se trataba de un hogar antiguo, pero preservado con el tiempo de la mejor manera posible, plantas creciendo en un jardín en la entrada y candelarias junto a una de las ventanas.
La puerta de entrada fue abierta y un hombre de estatura mediana, piel pálida, cabello castaño oscuro y ojos color ámbar se encontraba en la misma observando a los recién llegados con una sonrisa de alegría y preocupación en el rostro – Carlisle viejo amigo… Querida Esme… qué alegría que hayáis llegado sin problemas…
Los Cullen saludaron a Sergio con un abrazo y apretón de manos, a lo que el vampiro no dejó de sonreír haciéndolos entrar a su humilde morada para que se pusieran cómodos y se sentasen en el sofá – Qué alegría verte de nuevo Sergio, la verdad es que esperaba que nos llamases antes pero es bueno estar aquí ahora – Esme como siempre era la mejor, nada podía hacer que su sentido de socialización fuese el que la hiciera hablar y el cariño que le tenía al amigo de la familia era palpable en sus palabras.
-La verdad es que he tenido muchas cosas que hacer pero… - Sergio guardó silencio por un momento como si estuviera escuchando algo pero como no hubo nada que interrumpiese el momento suspiró y miró a su amigo Carlisle – Me pregunto cómo se encuentra esa bella nieta tuya de la que he oído hablar y no te asombres… ella es toda una noticia en nuestro mundo Carlisle
Esme miró a su marido y sonrió mirando a Sergio – Nessie es toda una señorita, la verdad es que la amamos demasiado y ahora que ya por fin su pareja ha tenido el coraje de declararle su amor, estamos más que felices… - Carlisle sonrió al oír a su esposa hablar de su nieta, definitivamente estaba orgulloso de ella así que decidió hablar un poco más por él mismo – Por supuesto que extrañaremos a la pequeña Renesmee pero no podemos estar más felices y orgullosos, es una niña muy inteligente y capaz, creo que es capaz de sorprendernos aún más cuando vaya a la universidad
Sergio los escuchó atento asintiendo a sus palabras pero parecía algo distraído, no prestando demasiada atención aunque él mismo había iniciado la conversación al respecto de la pequeña híbrida de la familia – ¿Sergio te encuentras bien? – Esme estaba preocupada pero a penas iba a decía algo más, el vampiro se puso de pie y suspiró profundamente bajando la cabeza – En un segundo regreso y por favor… se los ruego… tened la mente abierta… - Esas palabras tomaron por sorpresa a los dos vampiros que se miraron mientras él desaparecía.
Un sonido los distrajo de su mirada y pensamientos cruzados sobre qué podría estar pasando y cuando Sergio volvió al salón con un bulto entre sus brazos Esme no pudo suprimir el jadeo que salió de sus labios y se tapó la boca con ambas manos – Quiero presentarles a Trish… mi hija – Su voz estaba llena de felicidad pero al mismo tiempo miedo, un miedo que se notaba en sus ojos cuando levantó la vista hacia su viejo amigo y su pareja – Carlisle… Esme… los invité por una razón y mi razón es ella… necesito saber que mi pequeña estará a salvo y no hay mejor familia que la de ustedes, se que… necesito saber si la cuidarán como a su hija… por favor… - Estaba rogando tanto en su voz como en su mirada, la niña dormía en sus brazos envuelta en las mantas rozas que la abrigaban.
-Sergio… ¿Tú hija? ¿Pero cómo? ¿Y por qué no se queda contigo? ¿Hay alguien que quiere hacerte daño? – Esme estaba en modo madre en ese momento, preocupada por el vampiro que veía acunar a esa criaturita en sus brazos y suspiraba profundamente antes de levantar la vista hacia ambos de nuevo – He de morir Esme… los rumanos están tras de mi… he de morir y mi hija no puede estar sin padres que la amen y la cuiden como se merece… sé que la van a proteger… en mi memoria…
Carlisle estaba asombrado por decir lo mínimo, saber que Vladimir y Estefan estaban tras su viejo amigo no era algo que le cayera bien y más aún viendo el amor que tenía por la niña que tenía en sus brazos pero debía saberlo – Ella es como Renesmee, ¿cierto? – Se levantó acercándose y Esme estuvo a su lado en un segundo observando a la pequeña dormir, se veía muy apacible y era lo más tierno del mundo, le recordaba a su nieta cuando era de esa edad aproximadamente.
-Trish tiene sólo 2 meses de vida, mi amada no sobrevivió y sólo nuestra pequeña logró seguir en este mundo… es todo lo que me importa y necesito morir en paz, necesito saber… - Miró a su viejo amigo notando como Carlisle miraba a la pequeña y asentía para observa a su amigo a los ojos – Cuidaremos de ella y honraremos tu memoria amigo mío… ella sabrá quién fuiste y tendrá bellos recuerdos de ti… y descuida, la amaremos como una hija…
Sergio les entregó a la pequeña, a quien Esme tomó en sus brazos y suspiró como solo una madre podría hacer cuando sostenía a su hija por primera vez mirando emocionada al viejo amigo de la familia, estaba triste por su futura muerte, sabía que si Sergio decía que iba a morir lo haría y por otro lado estaba feliz de la nueva adición a su familia – Descubrirán pronto que ella es demasiado inteligente para su edad, entiende a la perfección lo que pasa a su alrededor, no le guste que la traten como una niña que no sabe nada y mucho menos como una bebé – Sergió suspiró de nuevo profundamente dándole a Carlisle dos bolsas con cosas de la niña – Ella sabe quiénes son, ya he hablado de esto con ella y los reconocerá así que no hay problema, ha visto fotografías de ambos…
Se acercó a la niña una última vez y suspiró besando su frente haciendo que ella se removiera buscándolo hasta quedarse quieta y dormida de nuevo, reconocía a su padre donde ser pero él debía marcharse y ella estaba cansada. Una vez todo fue expresado y explicado, Sergio se retiró y los Cullen volvieron a casa con el bulto rosa en sus brazos, sorprendidos, habían pensado que se quedarían más tiempo pero el viejo amigo había pedido que se llevasen a la niña lo antes posible, lo cual accedieron a hacer, sólo quedaba ver cómo reaccionarían los demás cuando supieran acerca de la nueva situación en la que se encontraban y que tenía una hermanita menor.
