Déjame enseñarte…
Disclaimer: Ninguno de los personajes de Naruto me pertenecen, si así fuera la historia sería diferente.
Gracias a todos los que leyeron mi otro FanFic, me motivó a hacer este..
Capitulo I Pensamientos.
Miraba por la ventana, todavía tenía en su cabeza esas palabras "Por favor Gaara, déjame enseñarte a…" y la fuerza con la que lloraba el rubio hizo imposible que entendiera más de su mensaje. Se cortó la llamada. Gaara lentamente colgó le teléfono.
¿Qué más podría enseñarle Naruto? ¿Qué más, aparte de enseñarle el verdadero significado de la amistad y de la vida, qué más podría mostrarle?
Trató de comunicarse de nuevo con él, pero no obtuvo respuesta. Se preocupó toda la noche, no pudo dormir. Se levantó temprano la mañana siguiente. Intentó desayunar, pero le fue imposible, así que decidió ir hasta la casa de Naruto y preguntarle directamente qué había querido decir, por qué estaba llorando y qué carajos le pasaba a su estúpido teléfono.
Mientras pensaba en que ruta tomar para llegar más rápido, se quitaba lentamente su pijama roja y se deslizaba con cuidado a la ducha, era como sí ya no quisiera ir donde su rubio y risueño amigo. Pero en lo que realmente pensaba era en cómo podría mirarlo a los ojos sin que se le quebrara el corazón. Lo amaba y no sabía cómo decírselo, o peor aún no sabía que actitud podría tomar Naruto hacía él, así que ni siquiera sabía sí debía decírselo.
Terminó su ducha, y se dirigió hacia su armario, pensó que si tenía que subirle el ánimo a Naruto debía vestir con prendas coloridas y divertidas, el único problema era… que no tenía ninguna de estas cosas, todo era o rojo o negro o rojo con negro, o peor aún, amarillo color arena del desierto. Decidió ir al armario de su hermano Kankuro, a él, a veces alguna de sus admiradoras, le regalaba una que otra camisa que quedaba archivada en el más oscuro rincón de su cajón más alto para no tener que ser vista nunca más. Después Kankuro se inventaba alguna excusa, en ocasiones creíble, del paradero de las camisetas si se encontraba de nuevo con la chica que se la había regalado.
Pensando en esto, y con una leve sonrisa en los labios, se dirigió hacia la habitación de su hermano, la puerta estaba a medio cerrar, y pues como era su casa no le importó empujarla un poco hasta abrirla, con sus hermosos ojos aguamarina miró hacia el interior y no vio a nadie, se preguntó si su hermano había madrugado y soltó un leve resoplido. Entró y se dirigió con paso firme hacia la silla que estaba en la mitad de la habitación, sin terminar de entender que hacía allí, la tomó y la colocó en frente del armario de Kankuro, no podemos negar que Gaara es un poco bajito y gracias a esto, con silla y todo debió empinarse un poco para alcanzar una de las camisetas.
La que logró sacar era rosa, con unas flores estampadas de color morado y unos botones dorados. Con una camisa así, él también le hubiera dicho a la chica que se la regaló, que se la habían robado. Siguió hurgando en el cajón y encontró una camiseta blanca, muy hermosa… pero al darle la vuelta vio que tenía por espalda un lindo sapito con gorra y gafas para el sol.
La arrojó al suelo junto con la de flores moradas. Puso sus manos de nuevo en acción, sin sentirse observado, hasta que un leve carraspeo de garganta con la finalidad no de asustarlo pero si de llamar su atención se dejó escuchar por detrás de él.
- ¡KIBA! – Gritó Gaara mientras intentaba cubrirse el torso que llevaba desnudo. – Pero ¿qué estás haciendo aquí?
- Kankuro me permitió usar su baño. Después de entrenar con él en el club, me sentía un poco incomodo, y pues la verdad no me gustan los baños públicos. – Comentó el Inuzuka. – La verdadera pregunta es: ¿qué haces tú aquí? – Sonrió ante el sonrojo del menor de los hermanos Subaku.
Gaara pensó por un segundo en la respuesta de su amigo, el entrenador de perros más conocido de la ciudad, y no le gustó mucho. Había errores en su coartada, Kankuro no pisaba el club en semanas, era muy, muy, muy temprano para que su hermano estuviera despierto, mucho menos entrenando o tomando una ducha, no en día domingo y el error más grande en lo que decía Kiba era que Kankuro no le permitía la entrada a NADIE en su dormitorio. ¡A NADIE!
EL pelirrojo semidesnudo se dio cuenta inmediatamente de lo que sucedía y se sonrió complacido. Por fin su hermano había encontrado a alguien para compartir su gusto por las películas y los comics.
- Ando buscando algo que ponerme. No tengo nada que no sea rojo o negro. – Comentó Gaara bajando de la silla. – Parece que he cometido un error al pensar que este cajón encontraría algo que vestir, toda esta ropa es simplemente ridícula. – Dijo Gaara mirando las camisas del suelo.
- ¿Tienes una cita? Jajaja no me lo imaginé de ti. Tal vez de tu hermano que siempre se preocupa por como viste, pero no de ti. – Dijo Kiba saliendo del marco de la puerta del baño. – Te ayudo. – Y se dirigió hacia la puerta del armario del dueño de aquel cuarto. – Toma, tal vez esto te combine con ese pantalón negro que estás usando – Estiró su mano con una camisa azul clara muy hermosa, y a Gaara se le antojó que el azul de los botones se asemejaba en algo a los ojos de Naruto.
- Gracias Kiba, en realidad si no te hubiera encontrado me hubiera tocado usar esa camisa roja que uso siempre en situaciones especiales. No me hubiera gustado, hoy es un día fuera de lo común. – Le sonrió a su perruno acompañante y señaló la venta – Está haciendo un sol maravilloso, hace mucho tiempo no teníamos un día así.
- Tienes razón – contestó Kiba mirando en la misma dirección que Gaara había señalado hace un momento – No deberías desperdiciarlo aquí conmigo. Con esa camisa, podrías usar estos zapatos – Comentó mientras del suelo recogía unos tenis blancos con delgadas franjas azules – Creo que tu y tu hermano son del mismo número ¿No? Además esto le da un toque de informalidad.
- Gracias Kiba, ustedes tampoco deberían desperdiciar un día tan bello encerrados en esta habitación. He escuchado que en el cinema del centro van a pasar un compilado de películas ninja, si conozco bien a mi hermano deberían ir allí. Adiós y gracias por los concejos de moda – Dijo el sonriente pelirrojo dándole la espalda y dirigiéndose a la salida de la habitación - Y adiós Kankuro, ten un bonito día. Deja de esconderte en el baño. – Puntualizó el joven Subaku mientras salía levantando una de sus delicadas manos para despedirse.
- ¿Cómo lo supo? – Preguntó Kiba a su novio, quién, en efecto salía del baño con solo una toalla cubriendo su desnudez.
- Es Gaara después de todo, a él nunca se le pasa una – Le contestó mientras le besaba tiernamente en la boca. – Terminemos lo que empezamos y nos vamos al cinema del que mi hermanito estaba hablando.
- Bueno, pero después me cuentas quien es la cita secreta de tu hermano ¿vale? - Le contestó sonriente mientras cerraba con un pie la puerta de la habitación.
Gaara mientras tanto se dirigió a su dormitorio para terminar de arreglarse, tal vez aplicarse un poco de colonia y… Sonó su celular. Era Naruto.
- ¿Hola? ¿Naruto? – Dijo Gaara al contestar.
- Hola Gaara.
- ¿Qué pasa? Generalmente no dejas de hablar y ahora solo me saludas. ¿Estás bien? – Le preguntó un pelirrojo terriblemente preocupado.
- Si. Bueno eso creo. Anoche creo que te llamé. Lo siento no sabía lo que hacía. – Y al decir esto Gaara le sintió en la voz la sombra de la vergüenza.
- Naruto ¿Qué pasa? Cuéntame, yo soy tu amigo. Por favor confía en mí.
- ¿Te molestaría venir a mi casa?- Y su pregunta se escuchó más como un ruego.
- No para nada. Ya iba de salida hacia allá. Espérame, por favor.
Gaara colgó y su cabeza empezó a sacar conclusiones locas, muy raras. El comportamiento de Naruto no era normal, su voz nunca reflejaba tanta tristeza como en ese momento. Gaara empezó a recordar como se conocieron con el rubio estridente, y mientras lo hacia se colocaba su lujoso casco, y se dirigía a su garaje. Escogió la moto favorita de Naruto de entre las muchas que tenía, solo por ver la cara que ponía el dueño de su corazón al verlo bajar de ella, y siguió pensando en ese día de lluvia, el día más maravilloso de su vida, el día que conoció a Naruto.
Fin del capitulo 1, espero les haya gustado.
Dejen su Review. Gracias por leer.
