Un día agitado comenzaba en la residencia Kamiya: el Sr. Kamiya se había levantado tarde para ir a trabajar a causa de que su hija menor, Kari, no lo había despertado como usualmente lo hacia. Aunque era sábado ella tenía la costumbre de despertar a todo mundo a las siete de la mañana. Pero ese día no lo había hecho.

Tanto la Sra. Kamiya como su hijo mayor, Tai, ya estaban levantados, pero Kari no despertaba, así que decidió ir a ver como estaba.

La recamara de Kari estaba obscura, ni un rayo de luz entraba en ella. Al abrir la puerta tan solo la pantalla de la computadora reflejo la luz que entraba desde el pasillo.

Se acerco a la litera de su hija, la luz de sus ojos y no encontró algo muy placentero: sus rasgos estaban llenos de dolor. Parecía que tenía una pesadilla. Su cara estaba pálida, sudaba frío, y no podía dejar de moverse.

"¿Kari?" dijo el señor Kamiya mientras sacudía suavemente el hombro de su hija.

La sacudió unos momentos más y se dio por vencido. Salio de la habitación para despedirse de su esposa y Tai.

"¿La pudiste despertar?" pregunto angustiada la señora Kamiya.

Su esposo simplemente se limito a decir que no con un movimiento de cabeza tristemente.

"Seguramente se quedo desierta toda la noche pensando en alguien" dijo Tai con el afán de molestar a su padre que no aceptaba la idea de que la luz de sus ojos estaba creciendo.

El señor Kamiya hizo una mueca e ignoro a su hijo. "Eso no es lo que me preocupa, es que ella parece estar teniendo una pesadilla muy fuerte y desde ayer se ve deprimida."

Tai pensó en las pesadillas que había tenido su hermana unos pocos meses atrás y se pregunto se eran ese mismo tipo de pesadillas, pero descarto la idea casi tan rápido como se le ocurrió.

Lo que el no sabia era que el día anterior ella había vuelto a visitar el Mar Obscuro con Ken y Yolei.

"Bueno" dijo su padre "me voy"

"Nos vemos" dijo Tai pensativo a su padre.

"Hasta luego" dijo su madre.

Su padre salió y su madre fue a la cocina a preparar el desayuno.

"¿La despierto?" pregunto Tai.

"No" le dijo su madre terminando de preparar lo que estaba haciendo y sirviéndolo en dos platos "Comamos primero. Tal vez si se quedo despierta toda la noche pensando en T.K."

La señora Kamiya a diferencia de su esposo si deseaba que su hija menor creciera y empezara a salir con su mejor amigo por que según ella se complementaban.

Cuando estaban cerca de terminar de desayunar Kari seguía sin despertarse. Justo en el momento en que Tai se estaba levantando de la mesa para ir a verificar que su hermana estuviera bien se escucho un grito.

"¡NO! ¡NO! ¡T.K.!"

Tanto su madre como el se pararon y corrieron a la habitación de Kari donde ella se encontraba acostada en la cama pero moviéndose de un lado a otro sin parar.

"Llama a casa de T.K." le dijo Tai a su mamá "dile que Kari esta en problemas."

T.K. Takaishi dormía pacíficamente en su cama cuando el teléfono sonó.

"¿Quién llamara tan temprano?" pensó mientras se volteaba en la cama y se ponía la almohada sobre la cabeza.

El teléfono volvió a sonar, pero esta vez su mamá contestó.

"¿Diga?" escucho que su mamá contestaba desde el teléfono que estaba en la cocina "Hola. No esta dormido. ¿Cómo que una emergencia? Esta bien ya lo despierto. Adiós."

T.K. se estaba volviendo a dormir cuando su mamá entró y sintió como ella lo sacudía suavemente.

"Takeru" le susurro al oído "Takeru. Hay una emergencia con Kari."

Eso hizo que se levantara de inmediato.

Kari era su mejor amiga y la persona por la que mas se preocupaba en todo el mundo. El deseaba con todo su corazón dejar de ser amigos y empezar a ser lo que todo el mundo quería que fueran: novios. Pero temía que ella no se sintiera de la misma forma y perder su amistad.

"T.K." le dijo su mamá mientras que salía de la recamara "si quieres deja a Patamon aquí."

T.K. se levanto de la cama para revelar que solo estaba durmiendo en bóxers.

"No, gracias" le contesto T.K. tan respetuoso como siempre "Todavía no sabemos que tipo de emergencia es."

Despertó al pequeño digimon naranja que dormía en una cesta a lado de su cama.

"Hey" le susurro "Patamon despierta"

El pequeño digimon cerdo/murciélago empezó a abrir sus grandes ojos azules lentamente y al ver a su mejor amigo sonrió.

"Buenos días, T.K." dijo Patamon.

"Buenos días" respondió T.K. algo distante.

"¿Qué sucede?" pregunto el pequeño digimon anaranjado.

T.K. suspiró. "Al parecer algo le pasó a Kari." Dijo mientras se dirigía al baño. "Me voy a bañar. Salgo en diez minutos para ir a casa de Kari."

Patamon hubiera sonreído de no ser de que a Kari le estuviera pasando algo, pues, el sabía que a su compañero le gustaba Kari desde que tenia ocho años. Lo único que le impedía decirle lo que sentía eran dos cosas muy similares y al mismo tiempo diferentes: Tai Kamiya, el hermano mayor de Kari, y Davis Motomiya, la copia barata de Tai, que siempre se la pasaba acosando a Kari.

Cuando T.K. Terminó de bañarse y vestirse declinó la oferta de desayuno de su madre y prosiguió a esconder a Patamon en su mochila. Aunque su madre lo conociera (después de todo vivían en la misma casa) no podía dejar que los demás inquilinos de los departamentos lo vieran, aunque una vez lo hubiera intentado hacer pasar como un peluche tan solo consiguió que al pobre Patamon le jalaran la orejas los niños que vivían en el edificio.

Corrió todo el camino al edificio a donde vivían los Kamiya y, aunque se habían mudado mas cerca a un apartamento donde tenían una habitación mas para Kari, a el le había parecido que se la distancia había sido mas larga que en su edificio anterior.

Al fin había llegado. Se paro frente al elevador y presionó un botón. Esperó unos momentos impacientemente hasta que la puerta se abrió y por suerte no había nadie dentro de el.

La puerta se abrió de nuevo para revelar el piso donde vivían Kari y Tai. Salió corriendo y tocó la puerta del apartamento desesperadamente, pero antes de que pudiera asestar otro golpe la mamá de Kari abrió la puerta.

Sus ojos estaban rojos, a igual que su nariz.

"Takeru. Gracias a Dios" dijo con un suspiro mientas se acercaba al joven Takaishi y lo abrasaba fuertemente, cosa que sorprendió mucho a T.K. "Tai te esta esperando en la recamara de Kari."

El no tuvo tiempo de decir nada, pues Tai ya lo estaba arrastrando a la habitación.