Difuso

Aunque Sawako Kuronoma era casi completamente incapaz de entender lo que pensaban los demás, generalmente su mente estaba muy clara y despejada.

Pero toda esa sensatez y calma casi desesperante con que hacía las cosas se iba en cuanto él estaba junto a ella. Su cara se tornaba carmesí, su respiración se descontrolaba completamente y sus pensamientos bailaban al ritmo de los latidos desenfrenados de su corazón.

Por cierto, precisamente ahora estaba en uno de esos momentos.

Aunque pudo haberse detenido a pensarlo todo claramente, su capacidad no daba sino para llenar de "¿Qué hago?" toda su cabeza.

Y mientras, cuando sus rostros se estaban cada vez más cerca, su mente estaba cada vez más lejos de ese lugar, dirigiéndose, tal vez, a bailar un vals sobre los anillos de Saturno. Quizás más lejos.

Ni Kazehaya ni ella lo habían planeado o visto venir.

Caminando por el parque, como les dictaba esa agradable rutina a la que se habían sometido desde que empezaron a salir, simplemente decidieron sentarse.

El día era tan lindo que parecía sonreírles. Cada flor, cada insecto, cada pequeño niño, todo parecía suspirar al mismo tiempo que ellos.

Hablando de cosas sin importancia, sencillamente fueron acercándose.

Por más tiempo que estuvieran juntos, ella estaba segura que nunca se dejaría de tener su rostro sonrosado. Al parecer, él tampoco.

Y, atrapados por esa magia que fluía entre ellos, naturalmente sus rostros aumentaron ese magnetismo que había entre ellos.

¿Qué debo hacer?— el pensamiento se multiplicaba como plaga dentro de ella, haciéndole compañía a esas crueles mariposas que desde hacía rato no la abandonaban. Veía la cara de su novio un poco más cerca. Peligrosamente cerca. — ¿Qué debo hacer?— se preguntó de nuevo. ¿A dónde había que girar la cabeza? ¿Qué se supone que debía hacer con sus labios? ¿Con sus manos? ¿Con su corazón, que se aceleraba escandalosamente?

Cuando al fin sus labios consiguieron lo que buscaban desde tiempo atrás, nada más importó.


¿Qué les pareció? ¿es terriblemente malo? ¡lo siento, acabo de ver el final de Kimi ni Todoke 2nd season y me inspiré! ¿cómo se atrevieron a no besarse ni una sola vez en toda la serie?

Y para aliviar mi frustración, corrí a escribir esto. Espero que no haya quedado tan tonto, lo cursi no se me da. Tal vez haga una continuación de esto... no sé.

¡Ah! Kimi ni todoke no es mío, sino de Karuho Shina. Si fuera mío, este par -de idiotas- no hubiera tardado taaanto en confesarse.

Si les gustó, dejen review- Si no les gustó, ¡también! :D ¡critíquenme libremente!


Mini epílogo

Aunque les supo a gloria, un inesperado –y doloroso- choque de sus frentes los obligó a separarse.

— ¡Lo…lo… lo siento!— exclamó ella apresuradamente— ¡pero soy muy torpe y nunca había hecho algo como esto y…!

— ¡Kuronoma! — Interrumpió el otro — está bien— sonrió de manera encantadora, parando el tiempo en el corazón de la chica— Te amo.