¡Holaaaaaaaaaaa!
Éste es mi primer ff por aquí, no es el primero que escribo pero decidí publicarlo aquí y en la página que normalmente subo mis historias.
En ésta ocasión es un Universo Alterno. Podría ser ubicada unos cinco años antes de la segunda guerra mundial (Inició en 1939… Creo --U) y esto es con el fin de que no se mezcle el acontecimiento histórico y el fanfiction. Aunque si se me ocurre que sí deben mezclarse, les avisaré ;-)
Agradezco a mi Gemela, Enaka, por ser mi prelectora y darme su sincera opinión, TE QUIERO MUCHO NEGRI. Y saludos a todos aquellos que se den tiempo de leer esto. Por cierto, hoy les traigo sólo el prologo (que es muy corto) y el lunes o martes, prometo subir el primer capitulo.
Ya saben que no soy Rumiko Takahashi, y aunque no conozco a nadie que haya sido demandado por no decir que los personajes no le pertenecen, más vale aclarar que no soy dueña de los personajes que aparecen en ésta historia (ni siquiera de los inventados por mí porque no he reservado derechos :P). Adelante con la lectura.
PRÓLOGO.
Si me hubieran regalado una moneda cada vez que escuchaba a mi Abuela recitar el lema familiar, me habría resultado muy fácil cumplir con mis sueños. Y no es que en realidad tuviera muchos objetivos que realizar, pero el dinero nunca está de más… o al menos eso era lo que creía.
'Todos los hombres quieren a su lado a una mujer sumisa, delicada, servicial, que se encargue de divertirlos. Una mujer con la que puedan olvidar sus problemas y hablar de temas, quizás, sin importancia, pero en muchas ocasiones se debe hablar de cosas que les resulten interesantes... Y esa mujer, no es precisamente su esposa, somos nosotras... Las Geishas'… Eso era lo que Akiko-sama, mi Abuela, solía decirnos desde que mis hermanas y yo pudimos comprender las palabras y su significado… En realidad ése fue mi caso, ya que yo llegué a la Okiya Tendo con tan sólo un par de días de nacida.
A Akiko-sama, no podíamos llamarla 'Abuela', y es que su obsesión por lucir joven a pesar de su edad, le conducía a golpearnos de una manera cruel si alguien le recordaba el lazo sanguíneo que tenía con nosotras, con Kasumi, Nabiki y conmigo… Esa fue mi inicial lección en la vida, y es lo primero que en mi mente está grabado. Una tarde nublada, en donde los electrizantes rayos iluminaban el cielo, delineando serpientes que caían estruendosamente contra la Tierra, mientras mi hermana, Nabiki, era azotada por Akiko-sama en la espalda con una vara húmeda. Quizás yo tendría sólo tres años de edad cuando eso pasó, pero los gritos de mi hermana jurando jamás llamarla 'Abuela', aún me hacen temblar de rabia y… miedo.
Recuerdo también a Kasumi, colocando compresas en la espalda de Nabiki en un intento por mitigar su dolor físico, el espiritual es algo muy diferente y mucho más difícil de ser sanado. Ambas lloraban y renegaban por destino que nos había tocado. Yo no podía compartir su llanto, tal vez porque era muy pequeña para entender lo que vivíamos, o quizás porque todo lo que conocía era nuestra vida en la Okiya. Supongo que para Kasumi fue más difícil el cambio. Ella como nuestra hermana mayor, aún recordaba 'los días felices', cuando mi Padre estaba con Mamá y se desvivía por hacerla muy feliz.
Ellos se conocieron cuando Mamá era una afamada Geisha, glamorosa, y elegante… Papá se dedicaba a servir como mozo en una casa de té, el principal lugar en donde las Geishas cumplen con su trabajo. Fue allí en donde se conocieron y nació su amor. Akiko-sama se opuso a su relación, puesto que para ella si Mamá no podía obtener dinero de él, entonces sólo estaba perdiendo el tiempo y también, su reputación. Algo que las verdaderas Geishas cuidan con aplomo y es que, como decía mi Abuela; 'La diferencia entre una Geisha y una Prostituta es que, las Geishas venden sólo su compañía junto con todos sus conocimientos en las Artes. Las Prostitutas venden su cuerpo.' Aunque en un momento dado, una Geisha puede aceptar un danna, el cual tiene ciertos… privilegios. Y a lo largo de la vida de una Geisha, es posible que llegue a tener varios, pero nunca dos al mismo tiempo.
Mamá, se negó a complacer a la Abuela, y se fugó con Papá.
Kasumi solía contarnos historias sobre el infinito amor que nuestros progenitores se profesaban, por eso no podía culpar a Papá por habernos dejado en manos de Akiko-sama cuando Mamá murió. Su muerte, debió doler mucho… Nunca lo conocí.
Mamá murió durante el parto en el que vine al mundo, a causa de un desgarre interno y por lo tanto, una fuerte hemorragia. Por eso la Abuela me odiaba… por eso, yo misma me odiaba. Por mi culpa mis hermanas no tuvieron la posibilidad de una vida feliz.
Akiko-sama, aceptó cuidarnos y ocuparse de nuestra educación… educación que implicaría convertirnos en Geishas algunos años después. Con los escasos días de vida que tenía, Akiko-sama dejó que las criadas y mi Nana, se encargaran de mis cuidados, hasta que fui capaz de valerme por mí misma en las tareas sencillas, y acudir a la escuela con mis Hermanas. Lugar en donde aprenderíamos todas las artes que nuestra futura profesión como Geishas, requeriría.
Nunca pudimos desligarnos de Etsuko-san, la mujer con la que aprendimos el valor de un abrazo, el cariño de una Madre, y no los azotes de una vara…Etsuko-san, mi Nana.
Nuestra infancia pasó entre lecciones de danza, shamisen y otros instrumentos, ceremonia del té, y demás Artes. Siempre bajo el estricto régimen de Akiko-sama, pues confiaba en nosotras el 'renacimiento del buen nombre de nuestra Okiya'… Nunca aprendí nada aparte de lo que tenía que saber para ser una buena Geisha. Mi educación, así como la de mis Hermanas, se basó exclusivamente en ello. Durante ésta etapa en la que una niña está preparándose, se le conoce como Shikomi.
A veces me preguntaba¿Qué se sentiría ser una chica normal? Una niña que cargara una muñeca y no los pergaminos que hablaban de la historia de Japón. Una niña que jugara con los chicos de su edad, y no la niña que sólo tenía que aprender a ser una 'muñequita', condenada a vivir de su apariencia, a entregarse a un hombre que pagara por sus cuidados… Condenada a no saber lo que es el verdadero Amor; el que es aprensivo, exclusivo, mutuo, sin negociaciones económicas para ser entregado.
Cuando Kasumi tuvo la edad de diecisiete años, se convirtió en 'Aprendiz de Geisha', también conocida como 'maiko', siempre aconsejada y presentada a los clientes por la Abuela, aún Geisha por su gran belleza imbatible al paso del tiempo. Y dos años después cuando mi Onee-chan se convirtió en una Geisha, Akiko-sama se retiró. Momento en que fue el turno de Nabiki para ser 'Aprendiz de Geisha'.
La tradición era que una maiko fuera tomada como 'Hermana de menor' de una Geisha consumada. Y que su nombre, al hacer su debut como Aprendiz, estuviera relacionado con el de su Hermana mayor. Para la Abuela, el que nosotras fuéramos hermanas de Sangre, provocó que su plan resultara inmejorable, ya que no se vería en la necesidad de pagarle a otra Geisha que no perteneciera a nuestraOkiya, por tomarnos como sus Hermanas. Nuestros nombres, para Akiko-sama no eran relevantes, así que seguimos con los que nuestros Padres nos dieron. Aunque esto era una falta grave a las tradiciones.
Recuerdo las noches en que mis hermanas salían a cumplir sus labores. Kasumi como Geisha y Nabiki como su 'Hermana menor'. Siempre se veían tan hermosas con los bellos Kimonos que lucían. Sus rostros maquillados primorosamente, ése aire de inocencia, misterio, y belleza que las rodeaba... Yo era la encargada de encender el pedernal a sus espaldas antes que partieran, para desearles buena suerte. Una Geisha nunca sale de casa sin que se haya cumplido ese ritual.
Me quedaba despierta, hablando con Etsuko-san, hasta que mis hermanas llegaban. Las tres subíamos a nuestra habitación en donde me contaban todo lo que habían hecho. Ése era nuestro propio rito, el que habíamos implementado desde la primera noche en que Kasumi salió de la Okiya como una maiko.
Según lo que nos decía Akiko-sama, Kasumi era la que más talento tenía para ser Geisha, Nabiki era la más astuta y yo... yo tendría suerte si llegaba a debutar siquiera como Aprendiz.
Las primeras ocasiones en que escuché a mi Abuela referirse de esa forma a mí, me dolió... No por la manera en como ella me veía, sino porque yo misma le daba la razón y creía que nunca sentiría lo que mis Hermanas y mi Madre habían experimentado al colocarse los bellos Kimonos en su cuerpo, y esa base blanca de maquillaje en el rostro... Ése era el único deseo que tenía, ser como ellas… ¡Sentirme como ellas!
Todas las noches observaba las estrellas, y también, todas las noches, pedía convertirme algún día en una Geisha… Tenía que serlo, lo creía mi destino. Aquello por lo que había nacido, lo único que había aprendido y lo que era mi obligación ser… Hasta que lo conocí a él, a Saotome Ranma, y me demostró que ni yo misma sabía quién era realmente.
CONTINUARÁ…
Okiya:Se le nombra así, a la casa en donde vive una o varias Geishas, o quienes se están preparando para ello.
danna:Un danna es un hombre que se hacia acreedor a ese titulo, cuando tomaba a una Geisha como su amante con una ceremonia previa. De ella obtenía la exclusividad en cuanto a su sexualidad. Tenía que pagar varios costos de la Geisha, como médico, peluquería, escuela, dinero que debiera en su Okiya, le hacia regalos muy caros, etc. Un danna no se oponía a que su Geisha siguiera con sus actividades divirtiendo a otros hombre, de hecho, entre más contratos tenía, más orgulloso se sentía de ser el danna de su Geisha.
Shamisen: Es como una Guitarra pero mucho más pequeña y el 'cuello' es muy delgado, lleva piel de Gato extendida en la parte de la caja como si fuera un tambor, tiene tres cuerdas (tradicionalmente de seda), se toca con una uñeta llamada bachi.
Onee-chan: Hermana mayor en Japonés.
Geisha: Trataré de dar una explicación general de lo que es una Geisha, pero conforme avance la historia ustedes se podrán hacer su propia opinión. Las Geishas son mujeres sumamente preparadas en las artes, de ahí su nombre, 'Geisha' es algo así como 'La que es Artista'. Tienen amplios conocimientos de política, historia tradicional, danza, música, ceremonias, arreglo de flores, son 'entrenadas' para hablar correctamente y mantener buenas conversaciones. Existen dos niveles por los que pasa una mujer antes de ser una Geisha; primero el de Shikomi: que es cuando se está preparando en la escuela. Maiko; Cuando hace su debut como aprendiz de Geisha. La vestimenta que usan es mucho más vistosa y llamativa que la de una Geisha. Y finalmente para ser Geisha, se debe pasar por la ceremonia del mizuage (no recuerdo si así se escribe :P) cuando su hermana mayor considera que es el momento, y consiste en la primera experiencia sexual de la mujer. Pero esto se hace con acuerdos y una ceremonia previa… Las Geishas se dedican a entretener a los hombres; sirviendo sake, bailando, cantando, platicando, etc... Muy pocas Geishas hacen 'favores sexuales' a sus clientes. Si la Geisha tiene un danna debe su sexualidad exclusivamente a él.
Bueno aquí está el prologo, en unos días llegará el primer capitulo. Quiero aclarar que decidí que se llamara la Okiya Tendo y que las chicas siguieran con sus nombres originales, para no crear confusiones. Muchas gracias a todos, nos leemos próximamente ;-)
Si quieren escribirme, pueden hacerlo a animgel(arroba)hotmail(punto)com
Saludos para todos y besos!!!!!!!!!!
