Disclaimer: Los personajes no pertenecen, sólo la trama.


Capítulo uno.

Bella estaba sentada en la sala del departamento que compartía con una de sus mejores amigas, Tanya Ivanova. El sillón era rojo intenso y las paredes de un color crema, la decoración era minimalista y de la total confección de su mejor amiga Alice, estudiante de Diseño. Estaba viendo una comedia romántica en la televisión, todavía algo cansada de la Universidad como para pensar en empacar sus cosas para el viaje que tendría que hacer en dos días.
Suspiró y apagó el televisor, la «comedia» la aburrió a niveles insospechados.

Se levantó del sofá cuando sintió la puerta abrirse, y se dirigió a la cocina por un poco de comida. Tanya entró, minutos después, y tomó la manzana verde que Bella había escogido del mostrador, Bella rechistó un poco pero, al final, tomó otra manzana y comenzó a comérsela.

—¿Qué tienes para hoy, devoradora de hombres? —preguntó, medio en broma, medio seria. Tanya sonrió con malicia y le dio otra mordida a una manzana.

—Vi a un guapísimo moreno, era alto y tenía unos músculos que para qué contarte. Te puedo asegurar que tiene un muy gran…—comenzó, pero Bella le tapó la boca.

—No quiero saber qué tiene grande y qué no —siseó.

Todo era grande —afirmó, con una sonrisa pícara.

—¡Te dije que no quería saber! —chilló.

—Ugh, eres tan —agitó los brazos, buscando la palabra—, tan virgen —aseguró. Bella alzó una ceja y se cruzó de brazos.

—¿Algún problema con ello? —dijo afiladamente.

—Sólo pienso que deberías entrar en la jungla de los placeres carnales antes de llegar a los treinta, Isabella —murmuró en respuesta.

—No me digas Isabella —caminó, de nuevo, hasta la sala, con Tanya a sus espaldas.

—Cuando folles con alguien, serás Bella; por ahora, cariño, eres Isabella —terció.

Bella decidió ignorar a Tanya y su molesto canturreo de 'Isabella, Isabella', fue a su cuarto y sacó la maleta azul que planeaba llevar para Forks. Comenzó a empacar varios conjuntos que ponerse.

—¿Qué coño haces, Isabella? —chilló Tanya—. ¿Te cansaste de mí? ¿Ya no me quieres de compañera de piso? ¿Soy insoportable? —divagó, pero fue interrumpida por una cachetada de Alice y una risa de Rosalie, quienes acababan de llegar.

—Es obvio que aprovechará las pequeñas vacaciones para ir a Forks, chica genio —rió Alice.

—Oh, cierto —susurró Tanya, sus ojos verdes moviéndose hacia el suelo, en una expresión de 'Soy una tonta' que casi, casi engañaba a Bella.

—No jodas, Tanya, quita esa cara que nadie te cree —dijo Rosalie.

—Vale la pena intentarlo, ¿no? —le respondió y, luego, miró a Bella—. Tú, Isa, ¿nos llevarás contigo?

—Si quieren —se encogió de hombros.

—Yo voy, Isa —dijo emocionada—. ¿Y ustedes? —le dijo a las otras dos chicas.

—Por supuesto, chica no-le-diré-Bella-hasta-que-folle-con-alguien —afirmó Rosalie—. Eso es infantil.

—Primero fue conmigo y ahora con Bella —dijo Alice, indignada—. Y, de verdad, Bella, no te dejará en paz hasta que te acuestes con un buenazo de los de la Universidad.

—Lo que me lleva a preguntarte, duendecilla, ¿con quién follaste? ¿Era bueno? ¿Hicieron algo… exótico? —preguntó rápidamente, casi sin respirar.

—No recuerdo nada —dijo sonrojada.

—¿¡Qué!? —chillaron Tanya y Rosalie.

—No recuerdo quién coño fue mi primera vez, estaba borracha —respondió.

—¿Y cómo sabes que lo hiciste? —dijo, curiosa, Rose.

—Porque una se da cuenta de esas cosas —respondió y salió del cuarto de Bella.

—No me creo que no lo recuerde —dijeron Rosalie y Tanya al mismo tiempo.

—Yo creo que todavía es virgen —afirmó Rosalie.

—No creo que haya sólo se haya entregado a cualquiera y ya —dijo Tanya—. Hasta yo tuve cuidado de quién fue mi primera vez.

—Ella se está guardando para alguien —murmuró Bella bajo su aliento, Tanya la escuchó de todas maneras.

—¿Para quién? —preguntó confusa.

—Nadie —se apresuró a contestar Bella.

Alice, que estuvo todo el tiempo escuchando, entró con fingida serenidad.

—Para el amor de mi vida —sentenció.

—¿Y ese hombre es? —inquirió Rose, entrometida.

—Tu hermano —dijo con simpleza. La quijada de Rosalie cayó hasta el suelo, igual que la de Tanya. Para Bella no fue sorpresa, pero, aún así, le asombró la tranquilidad con la que dijo que Jasper, el hermano de Rose, era el amor de su vida.

—¿Mi hermano? —tartamudeó.

—Sí, siempre ha sido tu hermano —afirmó—, desde que lo vi la primera vez, hace cinco años.

Alice era la chica nueva de la escuela, era divertida y querida por todos los que habían hablado con ella. Estaba en tercero de Secundaria y era una niña muy linda e inteligente. Se cruzó un día con Rosalie, que estaba en cuarto de Secundaria, en los baños de mujeres, y la amistad surgió cuando ambas vieron que sus bolsos eran de Prada. Se hicieron inseparables y, en una de las visitas de Alice a casa de Rose, conoció a Jasper (en realidad, lo vio a la distancia) y quedó perdida por él; nunca se lo dijo a Rose, no quería que ella interfiriera, el destino ya los juntaría (no importaba cuánto tiempo pasara).

—Vale, vale. Cuando folles con mi hermano, me lo cuentas —respondió, repentinamente serena.

Esa noche Alice y Rose se quedaron a dormir, Bella durmió en la misma cama que Rosalie, y Tanya con Alice, porque de alguna otra manera no hubieran podido distribuirse.

Alice fue la primera en despertar, a las seis de la mañana, cuando escuchó el timbre ser tocado insistentemente. Se colocó una bata que apenas lograba cubrir su pijama (que mostraba mucha piel) y fue hacia la puerta a abrir.

Se encontró de frente con un chico rubio, alto y de ojos profundamente azules; no pudo evitar sonrojarse, Jasper le sonrió y ella le devolvió el gesto.

—Hola, tú. Kate me dijo que Rosalie estaba durmiendo aquí —murmuró distraídamente.

Kate era la compañera de cuarto de Rosalie y hermana de Tanya; Alice vivía en el departamento junto al de las dos rubias.

—Sí, déjame voy a despertarla —murmuró avergonzada—. ¿Eres su hermano? —preguntó distraídamente, mientras caminaba a la habitación de Bella.

—Sí, Jasper —respondió—. ¿Y tú eres?

—Alice, su vecina y amiga —dijo jovialmente, para luego aporrear la puerta del cuarto—. ¡Rose, Rose! ¡Tu hermano te busca!

—¡Ya voy! —dijo la rubia.

Alice se encogió de hombros y caminó hacia la cocina, ignorando, por supuesto, que Jasper no le había quitado la mirada de encima.

—Vaya que es linda —murmuró por lo bajo.

—Lo sé, hermanito. Deberías estar acostumbrado, siendo que llevas tanto tiempo viéndome.

Jasper rió y corrió a abrazar a su hermana.

—Sí, hermanito, Alice es una chica grandiosa —susurró en su oído—. No perderías nada con intentarlo.

Y, como Alice había predicho, Rosalie se interpuso apenas se enteró de la noticia. Después de todo, Rose pensaba que el destino podía ser ayudado.


Hola, gente. Aquí está el primer capítulo de la historia. Espero se hayan dado una idea de cómo la vida de Bella: Normal.

No es una puta, ni está enamorado del chico guapo de la Universidad, ni tiene envidia de Tanya, bromea con Rosalie y Alice es su mejor amiga. No es una nerd, ni una maestra rígida, ni nada. Es sólo una chica normal que no está buscando el amor ni nada parecido, no ha salido de ninguna relación traumática y piensa que debe entregarse al hombre que sea el indicado. Es típica, y eso es lo que quiero reflejar en la historia. No esperen que Jacob aparezca y quiera algo con Bella, ohno, no esperen que James se obsecione con ella e intente violarla. Todo es normal, bueno, no todo, tampoco será 0% Drama, pero nada muy trágico.

El próximo capítulo habla sobre Edward y su vida. Les daré un pequeño adelanto:

"—Que tenga caderas y senos no significa que sirva para algo —dijo Edward, Jacob alzó una ceja—. Para algo que no sea sexo —aclaró.

—¿Y para qué coño quieres otra cosa? —contestó, divertido" No dice mucho, excepto que Edward convive con un Playboy.

Nos vemos pronto, cuando tenga el próximo capítulo. La actualización será en el 2010, honeys.

Besos;

Hizz.