Disclaimer: Ni la historia ni los personajes me pertenecen. La historia le pertenecg a Gigi256 y los personajes son de Richelle Mead. Yo sólo me encargo de traducirla.
Esta historia es clasificación M por una razón. Contiene muchas situaciones de naturaleza sensible que algunos pueden encontrar difíciles o incluso perturbadoras. Las situaciones incluirán o pueden incluir violencia, muerte, sexo, abuso (incluyendo abuso emocional, mental, verbal y sexual), tortura y más. Esta ha sido una historia difícil de escribir y puede ser una historia difícil de leer. Por favor proceda con precaución. Esta será la única advertencia para esta historia.
Capítulo 1
Me escondí en las sombras de los árboles, esperando. La oscuridad ya había comenzado a caer, dejando largas sombras a su paso, pero no estaba dispuesto a arriesgarme hasta que supiera que estaba completamente a salvo. Nathan me había dado algunos consejos antes de que él y los demás salieran en las furgonetas, dejándome atrás solo, y uno de los más importantes era que me mantuviera alejado del sol. El otro grande fue que me alejara de la Academia, especialmente durante las siguientes horas. Sin embargo, en este momento, estaba tirando sus consejos por la ventana. Yo tenía mis razones.
La verdadera pregunta era cómo iba a encargarme de la siguiente parte de mi plan. Me quedé mirando la entrada, aún incapaz de formar una sola idea factible, tal como lo había estado haciendo durante las últimas horas. Había visto a varios guardianes cambiar de turno, y ni una sola persona había notado mi presencia entre la quietud de los arbustos. Podría decir exactamente cuántos ladrillos formaban el arco que se extendía sobre el camino y la cantidad de barras de hierro que formaban la puerta, pero no podía pensar en una sola manera de romper la barrera mágica que me separaba de mi Roza.
Entrar sería imposible. Sabía por experiencia personal que la seguridad había aumentado y no tendría oportunidad de pasar las guardas. Acabar con los guardias de seguridad en la puerta tampoco sería una buena idea. A menos que Rose saliera de ahí por su propia voluntad, no podía pensar en una forma de ponerle las manos encima.
Afortunadamente, eso es exactamente lo que ella hizo.
—¡Mason! —Su grito frenético vino desde mi izquierda, a unos trescientos metros de donde yo estaba. Fue un sonido bajo para mí que se entremezcló con los sonidos del bosque, y debió de ser casi inaudible para los guardianes de la puerta—. ¡Mason, te necesito! —A lo lejos, pude ver su figura corriendo sobre las líneas mágicas que la mantenían fuera de peligro sin tener en cuenta su propia seguridad.
Antes, como dhampir, había sido rápido y silencioso, pero no había sido nada comparado con lo que era ahora. Moverme con las nuevas habilidades que poseía me llenaba de poder. No me movía perfectamente en silencio, pero era casi imperceptible. Podía notar cosas como ramas y hojas en el piso, a tiempo para evitarlos incluso a mi mayor velocidad, y para cuando alguien tratara de buscar lo que podría haber oído, yo ya me habría ido. Y parecía que no importaba cuánto corriera, lo hacía sin cansarme y no tenía la necesidad de recuperar el aliento. Velocidad, sigilo y resistencia creaban una combinación mortal.
Rose, sin embargo, no era ninguna de estas cosas en este momento. A medida que me acercaba, podía comenzar a verla más claramente, paseando frenéticamente como un animal enjaulado, gritando una y otra vez por su amigo perdido mientras tiraba de su cabello, su ropa, cualquier cosa para mantener sus manos ocupadas. Lissa estaba a su lado, abrazando la línea de las guardas como una red de seguridad.
Sin embargo, lo que más me sorprendió fue que, de repente, pude ver a alguien aparecer frente a Rose. No estaba completamente definido, era más bien como una niebla, pero incluso a través de la extraña forma, podía decir quién era.
—Mason, ¿Dimitri está muerto? —Sus manos se retorcieron frente a ella, agarrando sus muñecas y esperando impacientemente su respuesta como si su propia vida dependiera de ello.
Un cambio en la silueta fue todo lo que pude ver en la criatura casi sin forma, pero los rasgos de Rose eran mucho más claros. Hubo un destello de emoción; de esperanza incluso.
—¿Está vivo?
El fantasma se movió una vez más, y Rose cayó de rodillas con la mirada en blanco. Lissa dio un paso instintivo hacia ella antes de mirar a su alrededor hacia las crecientes sombras, y regresó detrás de las guardas cuando Rose comenzó a agarrar su estómago y jadear en busca de aire.
Fue casi un susurro cuando hizo su última pregunta—. ¿Es... es Dimitri un Strigoi?
Por supuesto, ya sabía la respuesta a eso. Sí, yo era Strigoi. No estaba muerto, en realidad no. Tampoco estaba vivo. Yo era... más. Podía ver, oír, y sentir más que nunca, incluso en el único día que llevaba realmente despierto.
Rose simplemente no entendía eso.
Su grito fue horrible, un grito de rabia y dolor. Unas cuantas rocas a su alcance fueron las primeras víctimas de su furia inicial, volando hacia el borde del bosque mientras Lissa se desvanecía en su propio shock, aparentemente entendiendo las noticias por la reacción de Rose.
—Oh, Rose... lo siento... el Guardián Beliko…
—¡Vete!
La confusión de Lissa fue evidente cuando hizo una pausa en sus intentos de consolar a Rose sobre el tema de mi "muerte"—. ¿Qué?
Rose no se volvió para mirarla, pero el tono de su voz decía más de lo que su expresión en blanco hacía—. Dije, "vete." Vete, Liss. Él no necesita tus disculpas, compasión o simpatía ahora, y yo tampoco. Ni siquiera lo conocías, ¿verdad? Era sólo otro guardián para ti, pero él... —Su voz se desvaneció cuando su cabeza cayó y sus hombros comenzaron a temblar entre sollozos silenciosos.
—Rose, por favor, —dijo Lissa una última vez—. Está oscureciendo.
—¡Dije que te vayas!
Y con ésta última orden, Rose se quedó sola, completamente distraída por su dolor.
Las emociones habían nublado mi mente antes, me habían dejado vulnerable y débil, y ahora Rose estaba en la misma posición. Tuve un breve momento de gratitud por ser quien pudiera aprovechar esto en este momento y no uno de los otros con los que había estado antes. Sin conocer su potencial, simplemente podrían matarla sin pensarlo dos veces. La idea de su muerte me provocó un arrebato de ira, pero rápidamente me calmé sabiendo que ahora tenía el poder de asegurarme de que la muerte nunca se apoderara de mi Roza.
Podría mantenerla a mi lado por la eternidad. Podría hacerla más fuerte, más poderosa de lo que ninguno de los dos había soñado antes. Podría darle la libertad que ambos queríamos.
Pero por ahora, solo necesitaba esperar un poco más. El sol apenas se asomaba sobre la ladera de la colina, solo quedaban unos cuantos minutos antes del atardecer. Aunque la mayor parte del bosque estaba lo suficientemente oscuro como para poder moverme a través de él, todavía estaba cubierto por un halo de sol. Tan pronto como éste se sumergiera debajo de la cresta, podría hacer mi movimiento. Podía ver que Rose estaba desarmada, e incluso si lo hubiera estado, era claro que no estaba en posición de atacar. La mordería rápido, tratando de hacer el proceso lo menos doloroso posible. Se acabaría antes de que ella supiera lo que estaba pasando.
Los últimos segundos fueron agonizantes, cada uno se sentía como una eternidad por separado mientras la observaba a unos pocos metros de distancia de mí. Tan pronto como pude moverme libremente, sentí que la adrenalina comenzaba a energizar mis huesos por la anticipación. Sin embargo, no pude dar un solo paso hacia ella antes de que una familiar forma fantasmal se materializara directamente frente a mí, bloqueando mi camino. Aunque no parecía lo suficientemente sólido como para detener mi progreso, había algo en la presencia de Mason que me mantuvo inmóvil.
Tal vez era la forma en que se atrevía a oponerse a mí, incluso cuando debía haber sabido que no había nada que pudiera hacer. Él estaba muerto, era literalmente un fantasma; nada más que un espíritu. ¿Qué poder pensaba él que podría tener sobre mí?
Pero sin embargo no me moví.
La mirada en sus ojos era una amenaza. Silenciosa, pero una amenaza igual. A través de ellos, podía ver aún la forma acurrucada de Rose, su rostro en sus manos, pero no podía apartar los ojos de la acerada mirada de Mason. Decía claramente que no iba a permitirme hacerle nada a Rose, incluso si sentía que era en su mejor interés. Él iba a protegerla, incluso desde más allá de la tumba.
Un recuerdo se apoderó de mí, frío y solo, acurrucado en un banco de piedra a la luz del día. Una conversación unilateral con una voz del pasado.
…no te conocía bien, pero sé que la amabas. Tenemos eso en común…
…pero no te preocupes. Estaré allí para ella de ahora en adelante. La protegeré como tú lo hiciste...
Había prometido protegerla como él lo había hecho una vez. Como lo estaba haciendo ahora... de mí.
Di un paso adelante, pero eso no le provocó nada al espectro, por el contrario, lo alentó a enderezarse más. Él no me temía en lo absoluto, ni un poco.
Comencé a sentir mi rabia ardiendo por dentro. Ella era mía. ¿Cómo se atrevía Mason a interponerse en mi camino? Rose siempre había sido mía y la única razón por la que le había permitido a Mason acercarse a ella en primer lugar había sido por mi gracia y mi concesión. ¿Ahora pensaba que podía simplemente interponerse entre nosotros?
Ambos volvimos nuestras cabezas cuando escuchamos otro grito fuerte y angustiado, y di un paso adelante hacia Rose. Mason inmediatamente extendió una mano para detenerme y, mientras atravesaba mi brazo, el frío que envió sobre mí fue como el hielo, enfriándome hasta los huesos. Fue incómodo hasta el punto de dolor y congeló mis pasos. Sacudió la cabeza con desaprobación.
—Puedo aliviar su dolor, —insistí en un susurro, pero él volvió a negar con la cabeza.
—Apenas sentirá la mordida, el dolor durará un momento y luego no tendrá que sufrir nunca más. ¿No quieres lo mejor para ella? Será fuerte, será casi inmortal.
Me miró casi con pena.
—No tendrá que morir nunca. ¡No terminará como tú!
No sé si fue la mirada en sus ojos, el sonido de las lágrimas de Rose o la voz tranquila en el fondo de mi mente, pero en ese momento me abrumó un pensamiento singular.
"Hay cosas peores que la muerte."
Miré a Rose por un rato más, el brazo de Mason listo para detenerme si hacía un indicio de movimiento hacia ella otra vez, pero al final me decidí.
—Está bien. La dejaré en paz. Por ahora.
Chicas, por fin comenzamos con Blood Promise. ¿Qué les pareció éste capítulo? A mí parecer, desde el principio lo que orilló a Dimitri a buscar a Rose no fue el amor, sino esa sensación de propiedad que el tenía sobre ella y que se amplificó con su transformación, además de que él siempre la quiso como aliada porque era una excelente guerrera.
Otra cosa que me sorprendió mucho en éste capítulo fue el papel de Mason defendiendo a Rose. No sé si realmente haya sucedido así en la historia original, pero me gustó mucho la idea.
Bueno chicas, éste es el primer capítulo y espero que apoyan la historia con sus reviews. De verdad me encantaría saber su opinión.
Cuídense y nos leemos en el próximo capítulo.
