Recién amanecía y la luz entraba por las persianas de la ventana, iluminando el rostro de Piers. Eso hizo que abriera los ojos y se sentara sobre la cama, miró a su alrededor observando a los demás soldados y a su capitán durmiendo plácidamente. El soldado se levantó y estiró sus brazos.

-Aquí comienza la misma rutina de siempre….aghh- Rezongó frotándose los ojos y caminando hacia la cocina. Preparó su café y miró a través de las ventanas contemplando los aviones y tanques de la BSAA. El joven sonrió ampliamente recordando las misiones llevadas a cabo con su equipo. En ese instante, escuchó pasos, volteó y observó a su capitán tomando una taza con café.

-Buenos días, soldado- Dijo el mayor con seriedad mientras volteaba para mirarlo.

-Buenos días, capitán- Sonrió al ver a su capitán, sonrió al ver a la persona que le gustaba desde hace meses. Piers le había tomado cariño, demasiado diría yo y desde entonces lo apreciaba mucho -¿Cómo amaneció, señor?- Preguntó el joven apoyándose sobre la pared.

-He vuelto a tener esos dolores de cabeza insoportables pero ya estoy mejor, el descanso me sirvió para calmarlos- Dijo sonriendo de costado, Piers le devolvió el gesto y giró para dirigirse a los vestidores -¿A dónde irás?- Dice Chris siguiendo a su soldado.

-Iré a vestirme para el entrenamiento como hago todas las mañanas.

Chris se pone delante de él para impedirle el paso –Esta vez no, hoy irás conmigo a una reunión de soldados de la BSAA- Dice palmando su hombro haciendo que Piers sonriera levemente- Alístate que ya nos vamos.

Piers asintió con la cabeza y se fue a la habitación para prepararse para el viaje. Le resultaba emocionante conocer a grandes personas que lucharon contra el bioterrorismo pero la idea de que Chris estaría con Jill hizo que Piers empezara a perder las ganas de ir a ese lugar sólo por el hecho de que esa chica tendría toda su atención.

-No tengo derecho a estar celoso de mi capitán- Susurró para sí mismo, tomó su chalina y envolvió su cuello con ella para luego voltear y caminar hacia el auto en el cual Chris conduciría hasta la reunión. El capitán estaba hablando por el comunicador y por la forma de hablar, Piers supuso que era Jill, la compañera de Chris desde hace tiempo. El joven se subió al auto y cerró la puerta fuertemente cruzándose de brazos a la espera de su superior. Se quedó escuchando la radio hasta que Chris abrió la puerta del auto y arrancó rumbo a la junta.