¡Hola, Gente!
FELIZ AÑO NUEVO!
Decirles que este fic lo hice para aglaiacallia en livejournal, por navidad. Me salió grandecito, por lo que lo iré subiendo una parte por día.
Espero les guste, lo hicimos con mucho amor y ganas.
Disclaimer: Ya sabemos que cierta británica es la que escribió Harry Potter, no yo, pero bueno, diré simplemente que J.K. es la multimillonaria y no su servidora. Por otro lado, en este fic hagamos de cuenta de que el epílogo se perdió en la imprenta, que algunas palabras se editaron o cambiaron misteriosamente en algunos de los últimos capítulos y que JK nunca dice algo de los personajes…
Sí, me iré contra el canon, en otras palabras.
La tercera es la vencida
Un entierro, una burbuja
El mar de personas vestidas de negro en el cementerio lo estaban poniendo de mal humor. Era un constante rumor de túnicas, flashes de cámaras y habladurías, entre llantos… cuando debía ser un momento de silencio, de respeto. ¡Estaban enterrado el cuerpo de su hermano! Las manos de su hermano, las que lo habían golpeado en juegos desde pequeño, la boca de su hermano, que se había curvado incontables veces para reír… estaban enterrado la vida de su hermano, y eso debía ser respetado.
Media Gran Bretaña se había congregado esa fría pero muy iluminada mañana del 4 de mayo de 1997. El Ministerio de Magia había hecho los más grandes honores a todos los héroes muertos de la Batalla de Hogwarts y eso significaba, al menos desde el punto de vista de Charlie, que el dolor de su familia y varias otras se estaba convirtiendo en un circo mediático.
No, no le parecía que varios periodistas de todas partes de Europa se encontraran ahí entre los dolientes, con plumas o cámaras fotográficas en las manos. Su dolor no debía ser descrito para que personas curiosas, sin que nada tuvieran que importarle a ellos, lo leyeran o vieran.
El dolor de su madre, ese pálido, silente, vacío y desalmado dolor; no debía ser fotografiado… Sin querer, como si su mente se abocara a la labor de hacerle ese momento aún más insoportable, Charlie recordó a George en la cama de San Mungo, repuesto lo suficiente como para acudir pero totalmente reticente a hacerlo, en una negativa sin vida, sin energía, como embotada pero no por eso menos tajante. Y recordaba como él se había quedado viendo hacia donde debió haber estado la oreja de su hermano, para recordarse mil veces seguidas en la cabeza que él no era Fred…
Charlie no lo soportó más. Importándole poco que no habían terminado de enterrar los féretros y de que ciertos flashes blancos le decían que, por lo menos, una cámara lo había enfocado; él se alejó del lugar, diciendo "Disculpe", pero con poca consideración a la gente que empujaba, buscando algún lugar con aire libre.
Tuvo que caminar por varios metros, hasta llegar a un espacio donde las personas estaban más espaciadas. Aún así, agradeciendo que el cementerio fuera tan grande (tampoco quería salir de él), siguió caminando, buscando la soledad.
Después de bajar una colina, que iba hacia lo que parecía la zona más vieja y descuidada del cementerio, sintió como si pasara por algo frío y gelatinoso que le hizo tener un escalofrío. Justo después de dar ese paso, una mujer de cabello negro con un bebé pequeño pareció materializarse a un metro de él, al igual que el sonido del niño balbuceando y la joven haciéndole preguntas, con voz aguda y aniñada.
Charlie, justo después de procesar la escena, sintió por un instante que no estaba en el funeral de Fred. Era como si la banca en la que estaba ella sentada, no fuera la banca de un cementerio sino de un parque, de esos en los que los niños muggles solían ir con sus padres y perros.
La mujer lo había vuelto a ver con impresión pero, al reconocerse, simplemente volvió a centrar su mirada enrojecida a su bebé. Fue cuando Charlie se dio cuenta que, sin querer, había hecho algo indebido y sintió la necesidad de disculparse:
—Lo siento Tonks, no sabía que estabas aquí.
Ella sonrió apenas, encogiéndose un poco de hombros:
—Para eso puse la protección Bullae. No quería que ninguno de ellos nos viera ni a Teddy ni a mí.
Charlie miró hacia donde ella había hecho un movimiento de cabeza despectivo. Se refería a las personas vestidas de negro, como ella… o a los flashes de las fotografías y los periodistas.
—Sí, algo parecido me pasó a mí… —dijo él, por decir algo.
El segundo de los Weasley giró su cabeza hacia ella para despedirse e irse en busca su propio nicho de soledad, cuando se dio cuenta de que Tonks lo miraba con verdadera rabia (mientras su cabello se teñía de un rojo muy oscuro) pero casi al instante en que se miraron, ella cambió de expresión: Sus ojos se abrieron como si de repente hubiera entendido algo, y su cabello volvió a ser totalmente negro.
Charlie no entendía qué había pasado, pero la mujer había vuelto a bajar la mirada hacia su bebe, que se había mantenido silencioso mientras ella lo agarraba de frente, sentado e su regazo. El pequeño estaba muy entretenido chupando su propio puño como para darse cuenta, como Charlie lo hizo, de que su madre apenas estaba aguantando el llanto.
El pelirrojo no supo cómo actuar. Pocas cosas eran más incómodas que hacer a una mujer sentirse mal, y no saber a cuenta de qué lo habías hecho. Prefirió ir a lo seguro:
—Lo siento Nym, yo…
Oyó como la mujer dio un resoplido mientras subía de nuevo la vista, sonriendo aunque aún tenía los ojos aguados.
—Hace mucho que no oía ese apodo.
Por un instante, Charlie se dio cuenta de lo bizarro de la situación en que estaban. Era verdad que en los tiempos de Hogwarts ellos habían tenido clase de Herbología juntos y, unas que otras veces, habían coincidido en los grupos de trabajo, llevándose muy bien, pero tampoco siendo amigos cercanos. Por eso Charlie sabía que ella era Nymphadora Tonks, o Nym, como le decían en esos tiempos. Sin embargo, después de quinto año, ya no llevaron juntos alguna materia y habían pasado a ser de esas personas que se dan cuenta de la mutua existencia, pero nada más.
Lo extraño era que estaba consciente de que, por alguna razón, la presencia de otro ella hacía mucho más soportable el momento. Hasta parecía que fueran lo que eran, dos conocidos que no se veían en años, y podrían empezar a rememorar viejos tiempos.
Sin embargo, eso fue sólo por un momento. Pues cuando Charlie le iba a decir que cuando supo que todos le decían Tonks, se extrañó; ella arropó a su bebé y empezó a ponerse en pie.
—Ya se están yendo… —dijo sin más.
Charlie miró a su espalda y se dio cuenta de que era cierto. Como una muy leve marea negra, las personas empezaban a desperdigarse hacia la salida. Y, lo que fuera que hubiera logrado que se sintiera como en cualquier otro día, se había esfumado.
Tonks deshizo el embrujo Bullae con un movimiento de varita pequeño y eficiente, siendo que con el otro brazo, estaba llevando a su bebé.
Caminaron en silencio pero siempre cerca. Charlie se dio cuenta de que ella estaba usando, subrepticiamente, el cuerpo de él para esconderse lo más que podía de los fotógrafos. Al llegar a la acera y, viendo que sus familiares estaban en lados opuestos de la calle, los dos se miraron y sólo se dijeron:
—Siento tu pérdida. —y, por primera vez, no les pareció una mera formalidad hipócrita, al haber venido de otro que había estado ahí y había perdido a uno de sus seres queridos en la batalla.
OoOoO
Y esta fue su primera oportunidad. No en el mejor momento, pero se ve que hay algo entre ellos. Espero les haya gustado. ¿Algún comentario?
