AMOR EN ROJO

(one-shot D/G)

-No todo es perfecto en la vida, ¿verdad Potty? No tienes amigos, no tienes padres, hasta tu padrino se hartó de ti y te abandonó.-

El sabía que no era cierto, pero aún así sus delgados labios se enarcaron en una sonrisa fría y burlesca. Quería lastimarlo, darle a probar un poco del infierno en el cual el existía a diario.

Las verdes esmeraldas del trigueño se cristalizaron, conteniendo lagrimas al haber sido recordado de su padrino. Pero jamás lloraría frente a una serpiente. No le iba a dar ese gusto. Se dio la media vuelta y se fue, el Sly solo viendo su silueta perderse entre las penumbras de la noche.

Lo había lastimado, y el lo sabía. Pero de alguna manera eso no le traía el mismo gusto que le hubiera brindado en el pasado. Su miseria no había sido reducida en lo mas mínimo y la nube gris no se había disipado en lo mas exiguo. El mundo seguía siendo gris. Gris…ese color, como lo odiaba. No quería que todo fuera así. Estaba cansado de todo. ¡Ni siquiera molestar a Potty le traía gusto! ¡Por Merlín que algo estaba pasando!

Caminaba por los pasillos con esa mueca en el rostro que era su 'sonrisa' acreditada, dándole a todos, Gryff o Sly, una sensación de repulsa.

Escoria, todos.

"¿Y que eres tu Malfoy?"

La vocecilla retumbo en sus adentros. Por un momento su expresión despectiva vaciló y sus cejas se juntaron para fruncir su ceño. Sacudió su cabeza y continúo caminando hacía el castillo.

No quería llegar a su sala común, así es que camino lentamente, sus ojos perdidos en pensamiento, observando el lugar que existe en el alma de cada uno de vosotros donde cada quien busca el refugio protector de su esencia.

Gris. Toda su vida había estado rodeado por ese color. Los colores de su casa, verde y… ¡bravo! gris. Sus ojos, los ojos de su padre, gris. Su mundo, gris. Esa neblina espesa que se negaba tercamente a retirarse, gris. Gris. Tan odioso color, sin distinción alguna. No negro, no blanco. Simplemente un color desabrido. Un color que no resaltaba. Y aún así, lo rodeaba, sin dejarle escapatoria alguna…

Su cuerpo colisionó con otro; otro que era frágil y delicado…sin duda una mujer.

Rápidamente extendió la mano y la ayudó a levantarse, prontamente notando la flameante cabellera…roja. ¿Quién mas si no una Weasley? Le regaló una de sus sonrisas registradas en su desprecio. Ella sacudió su túnica y paso a su lado, sin siquiera un 'gracias'.

-No hay de que pobretona.- El dragón dijo sarcásticamente, viendo como se perdía ese flameante color también en las sombras del castillo. Pero aún después de haberla perdido de vista, el color de su cabellera seguía impregnado en su memoria. Un notable contraste contra su penumbroso mundo. Rojo…como las llamas del fuego cuando ardía violentamente. Rojo, tal como el temperamento que la caracterizaba y que provocaba reacciones jamás conocidas de su parte. Rojo como la sangre que hervía en sus venas cada que la percibía. Rojo como la pasión desenfrenada, esperando para atacarte en el momento menos indicado.

"Rojo. Una llama de esperanza en medio de este mundo de mierda, que destila incoherencias y que te envuelve en meras ilusiones para luego desgarrarte lentamente.

Rojo como el maldito azufre, que espera al dragón con los brazos abiertos en el averno."

Rojo tal vez como… ¿el amor?

Sonrío irónicamente al entrar a su sala común.

Ese color era su perdición…y su bendición.

FINASID

Siri-boy/Remsie-pooh