N/A: Bueno, debo confesar que hace unas semanas recién me enteré de la existencia de "Death Note", también debo confesar que fue Raito/Light quien llamó primero mi atención (Quizás porque aún no había visto a Lawliet), y fue, obviamente, LightxMisa lo que primero busqué en la red. Oh, pero pasó que me enteré de otro personaje, un tal Lawliet, y al principio, debido a su descripción me imaginé a un sujeto de mediana edad, con rostro serio y curiosamente más parecido a Grissom de CSI que… Pues… Ya saben… Lawliet. Cuando leí sobre él, y finalmente leí un par de historias LxMisa, quise saber si la relación era realmente como la describían o si sólo era puras alucinaciones de las fans, hasta que lo vi. Sí, yo sé, supongo que de haberlo visto primero no me hubiera agradado tanto (Mi hermana hizo sonidos de vómito cuando lo vio) pero lo cierto es que me enamoré de su cerebro y su personalidad.
Claro que cuando leí que Light lo mató (O bueno, no directamente pero el muy desgraciado manipuló el asunto lo cual no lo hace mejor persona), sentí que no era justo, y pues, decidí también escribir algo.
Disfruten, lean, y ojalá se diviertan tanto como yo escribiendo esta historia. Atención: Es un AU, porque aquí L vive.
FWOMP!
Capítulo I: La llegada
Cuando Misa aceptó, muy de mala gana y en base a chantajes sutiles por parte de Ryuuzaki, ir con él a Inglaterra, nunca imaginó que el sitio en el que se hospedaría sería como el que ahora se erguía delante de sus ojos.
Una casa enorme, una mansión. No sólo parecía un castillo, sino que el lugar que lo rodeaba era como sacado de un cuento de hadas. Árboles, el lago cerca, lo único que malograba todo era la ausencia del sol. Dio vueltas mientras observaba anonadada la imagen, Watari la seguía de cerca, educadamente estudiando cada reacción de la muchacha, a quien por primera vez en varias semanas vio sonreir.
Para ser su nueva prisión no estaba nada mal, pensó la rubia, aguantándose las ganas de saltar e ir corriendo hacia el lago, quitarse los zapatos y las medias y jugar en la orilla. Pero mostrar que era feliz le quitaría el gusto de estar molesta con Ryuuzaki.
- ¡Este sitio es enorme!-
Watari hizo una pequeña reverencia, a modo de agradecimiento, contagiado por la felicidad de Misa, le dedicó una sonrisa.
Mientras sus maletas eran removidas del carro y llevadas hacia la mansión, Misa notó que Ryuuzaki no había salido a recibirla, esto si se encontraba ahí, talvez aún seguía en Japón y llegaría después. No había hablado con él desde aquella incómoda conversación en su departamento, hace unas semanas atrás. Unos días después que se enterara de la muerte de Light.
- Misa no quiere hablar con nadie- Declaró a gritos, al escuchar el timbre de su departamento sonar. Había estado en negación, creyendo que Light regresaría, que era mentira lo de su muerte. Al ver que no era así, empezó a llorar y no había parado desde entonces.
Pero el timbre no dejaba de sonar, y a pesar que amenazara, que gritara e hiciera pataletas, la persona tras la puerta no se iba. Se levantó de muy mala gana, ni siquiera le importó el desorden en el que se había convertido su cabello, ni que las lágrimas hubiesen dañado su maquillaje, ni que sus ojos estuvieran rojos de tanto llorar. No importaba porque quien quiera que fuese, le gritaría que se largase, y volvería a la cama a seguir lamentando la muerte de su amado Light.
- ¿Qué…? ¡Tú! ¿Qué haces aquí?- Pese a que había tanto veneno en su voz, Misa tuvo que aceptar, mientras entraba a la mansión de L, que una pequeña parte de sí estaba feliz de verlo de nuevo. Light había dado a entender que había desaparecido, y la rubia tuvo la impresión de que su querido Kira había matado al detective, y pese a su no tan buena relación, era un gran amigo de Light, y siempre la había tratado bien, así que la idea de él muerto no era para nada agradable.
Pero, ¿Por qué había desaparecido? ¿Qué quería ahora?
Una pregunta envenenó su mente, e hizo que un sentimiento espinoso atravesara su pecho.
¿Ryuuzaki tendría algo que ver con la muerte de Light?
L la miraba con los ojos onyx impasibles, los índices en los bolsillos de sus jeans y la postura desgarbada.
- Necesito hablar contigo, Misa-san. ¿Puedo entrar?- Preguntó, y su mirada se desvió por un segundo hacia dentro de la habitación, en busca de algo. Los ojos volvieron a fijarse en ella.
- ¿Eh? ¿De qué quieres hablar con Misa?-
El muchacho siguió sin inmutarse ante la rudeza con la que Misa le hablaba- ¿Puedo entrar?-
- ¿Para qué?-
L suspiró, y para cuando volvió a hablar lo hizo con otro tono de voz- Es sobre el caso Kira-
¡Nuevamente con lo mismo!, pensó Misa con furia, ¡Incluso ahora que Light está… está…! ¡Cómo se atreve!
- ¿Aún sigues con lo mismo?- Siseó la rubia, inconcientemente acercándose más hacia el detective- ¡Light está muerto y tu sigues con tus sospechas tontas sobre él…!-
- No sobre él- Interrumpió L, con lo que parecía, un puchero en su rostro- Las 'sospechas tontas' son sobre ti, el segundo Kira-
Antes que perdiese el poco autocontrol que la chica aún parecía tener, L volvió a hablar- Realmente creo que sería mejor si me dejases pasar, Misa-san. Discutir estos asuntos en el pasadizo no es una buena idea- Dijo, mirando hacia los lados, suspicaz.
La chica bufó, dando por sentado que su presencia era para nada bienvenida y dejándolo pasar finalmente. Al caminar frente al espejo de la sala, notó su mal estado, notó el mal estado del departamento en general. Se avergonzó y su furia disminuyó un poco.
- ¿Y?- Se apresuró a preguntar, porque L ya examinaba el lugar con el pulgar en los labios.
- ¿Está todo bien aquí, Misa-san?- Dijo lentamente, mirándola fijamente.
Ella frunció el ceño- Sí, sí… ¿Qué hay sobre el segundo Kira y qué tiene que ver eso con Misa?-
L miró hacia el techo pensativamente antes de contestar- Ah, la cuestión es, Misa-san, que el caso aún no está cerrado, puesto que estoy muy seguro que hay dos Kira, Light-kun era uno de ellos- Misa gruñó, y estuvo a punto de replicar- No trates de negarlo, Misa-san, hay pruebas de que él era uno de ellos, pero no hemos encontrado al segundo Kira, y lamento decirte que eres una de las principales sospechosas, debido a tu cercanía al primer Kira principalmente-
Los puños de la rubia se apretaron, y la cólera fue fluyendo por sus dedos, ¿Porqué tenía que seguir viviendo todo eso, acaso no todo acababa con la muerte de Light?
- ¿Misa-san?- Volvió a escuchar la voz del joven que empezaba a enervarla- ¿Segura de que todo está bien?-
- ¿Qué quieres decir?-
- No has salido en días, según tu manager has cancelado todos tus contratos…-
- ¡Has estado espiándome!-
-… Y según el estado de este lugar y tu estado, puedo deducir que no has comido ni dormido bien. La única puerta abierta es la de tu habitación, así que…-
- ¡Ya basta!- Gritó, causando que L se sobresaltase, abrió la boca como para decir algo pero luego eligió guardar silencio, esperando a que ella siguiese- ¡Deja de analizarme, deja de espiarme! ¡Déjame en paz!-
Estaba fuera de sí, y ver a L tranquilo, no ayudó. Quería que él le gritara y ella también gritaría. No quería ver esa expresión calmada y su mirada sabihonda, como si hubiera esperado esa reacción.
Se derrumbó sobre uno de los sofás, sus ojos se cerraron de cansancio, y escondió la cara entre sus manos. Sintió que L se le acercaba, pero antes que hiciera algo, se levantó de golpe y le dio la espalda.
- Misa-san, tendrás que acompañarme- Declaró, la muchacha se dio la vuelta y de haber sido otro, L hubiera retrocedido ante el fuego que irradiaba la rubia, pero como era L y ningún otro, no sólo no retrocedió, sino que no hubo reacción aparente ante su furia.
- ¡¡Misa no piensa ir a ningún lado contigo!!- Dijo, haciendo ademanes con los brazos.
El muchacho continuó, sin siquiera inmutarse- Misa-san debe entender que dado que es una sospechosa en el caso Kira no tendré otra alternativa más que mantenerte vigilada otra vez-
- ¡No!- Dijo, pero sabía que no podría opinar, Ryuuzaki no le estaba pidiendo su permiso, así como tampoco se lo pidió la primera vez.
- Es por tu bien- Murmuró L, sus ojos viajando desde los ojos rojos de Amane, hasta la ropa arrugada que vestía. Estaba muy claro que la muchacha se había dado al abandono, y conociéndola aquello podría ser peligroso para ella misma. Dio media vuelta y caminó hacia la puerta- Hasta luego, Misa-san. Nos mantendremos en contacto-
Misa movió la cabeza, como tratando de alejar aquellos pensamientos, mientras Watari la invitaba a sentarse en el salón, y le pedía disculpas por la demora en arreglar su habitación.
En ese momento había estado molesta, las siguientes semanas luego de la conversación, recibió las visitas de Matsuda, Wedy y Watari. Todos llevándoles cestos con golosinas (Era obvio que el pervertido de Ryuuzaki las había sugerido), preguntándole sobre su día y quedándose con ella hasta muy tarde. Misa no volvió a quedarse sola desde que habló con L, pero tampoco lo volvió a ver. Watari dijo que estaba muy ocupado con los papeles del caso Kira, pero ella no quiso saber más aludiendo a que lo que Ryuuzaki hiciera o no, le importaba un rábano.
La mansión por dentro no dejaba de ser lo lujosa que era por fuera, Misa se encontró preguntando cómo podía ser que Ryuuzaki tuviera una casa como esa y vistiese… Pues… Así. Inevitablemente también llegó a la conclusión de que no sabía nada de la vida de Ryuuzaki, fuera del caso Kira.
¡¿Y qué importaba si no sabía nada de ese… Ese… Ese pervertido?!
Mientras miraba la casa, evitando pensar en el tonto detective, pudo notar al fin una cabeza de blancos cabellos que miraba en su dirección. En cuanto lo miró, haciendo contacto visual, la persona saltó un poco, pero luego volvió a su estado normal.
- ¡Hola!- Saludó Misa, levantándose y acercándose al niño que jugaba con unos juguetes en el suelo, al otro lado del salón. El niño no volvió la cabeza, ella se arrodilló y lo miró más de cerca, volviendo a saludarlo.
- Hola- Respondió el niño, sin mirarla. La rubia se sintió ofendida.
Un sonido tras ella la hizo voltear- Ya conociste a Near-
- ¡Ryuuzaki!-
El muchacho asintió, sin mirarla- Es bueno volver a verte, Misa-san-
Misa nota que "Near" ha dejado de jugar, y ahora se ha dado la vuelta para ver, de alguna forma con admiración, a Ryuuzaki. Nuevamente siente curiosidad por la vida privada del detective. ¿Era Near su hermano, su primo, algún familiar o de lo contrario un amigo? Sin embargo Near era mucho más pequeño que Ryuuzaki como para ser su amigo.
- Watari dice que tu habitación está lista- Dijo Ryuuzaki, mirando ahora a Misa con una pequeña sonrisa- Te acompañaré hasta ahí-
La rubia se ve obligada a seguirlo, y a pesar que lo único que desea es insultarle, gritarle y jalarle el pelo hasta que se quede calvo, no puede. Está cansada, y sobre todo, tiene mucho sueño, el viaje le ha agotado y necesita urgentemente de un baño caliente y una cama. Mientras subía la escalera, y se guía de la espalda de Ryuuzaki, una puerta se cierra muy cerca de ella, saliendo de ahí, un muchacho pelirrojo con un videojuego en las manos y otro rubio caminan escaleras abajo, y como Near, saludan a Ryuuzaki con adoración y respeto, y al verla, sólo el rubio le envía una mirada de extrañeza, mientras que el pelirrojo sigue muy ocupado en su juego como para notarla.
- Aquí es-
Misa se acerca al marco de la puerta, mira al interior y por poco y cae de la impresión.
- ¡Es… Increíble!- L la mira divertido y satisfecho, después de todo, ha conseguido que se quede con ellos, y así podrá evitar preocuparse por la vida de la muchacha, porque después de la muerte de Light, lo más seguro es que a Misa se le hayan quitado las ganas de vivir, o lo que es peor aún, haya contemplado el dejar de vivir.
Y claro que la habitación es increíble, es grande, elegante y es el mejor cuarto de toda la casa. L mismo lo escogió para Misa, pero eso no es algo que ella debería saber.
- Un momento… ¿Hay cámaras?- Dijo, dándose la vuelta, y buscando cámaras por toda la habitación. L se lleva el pulgar a la boca.
- No-
La muchacha frunce el ceño, y se acerca a L- Muy bien, ¿Cuál es el truco?-
- ¿Truco? No entiendo lo que dice, Misa-san. ¿Podría explica…?-
- ¡Truco! ¡Dijiste que ibas a vigilar a Misa! ¿Cómo vas a vigilarla si no tienes cámaras?- Su rostro se contorsionó hasta adquirir una expresión de miedo- ¡No estarás pensando en dormir aquí!-
- No, Misa-san. Yo tengo mi propia habitación, aunque… No sería nada desagradable dor…-
- ¡PERVERTIDO!- Gritó, jalándole el cabello con fuerza.
- Ejem- Dijo una voz detrás. Misa deja de jalarle el cabello a Ryuuzaki y él mira a la persona delante de ellos, es Watari con un juego de toallas limpias- Señorita Amane, aquí tiene las toallas, seguramente se encuentra cansada por el viaje así que lo mejor será que tome un baño y duerma un poco hasta la cena-
La muchacha parpadeó descreída, aceptó el juego de toallas y observó con curiosidad el intercambio de palabras entre Ryuuzaki y Watari, hasta que el tutor del detective se retiró y nuevamente quedaron sólo los dos.
- No has respondido a Misa, Ryuuzaki-
Él la miró con esa expresión de inocencia, los ojos grandes y sin ningún signo de maldad- Las cámaras no son necesarias, pero si quiere que las instalemos…-
- ¡No!-
- Entonces no hay ningún inconveniente, descanse Misa-san. Nos veremos en la cena-
Y cerró la puerta tras de sí, en ningún momento entró a la habitación y a Misa le agradó que respetara sus decisiones y esperase a que ella lo invitase, así esa fuera su casa y no la de ella.
Inspeccionó cada rincón de su habitación, los amplios cajones, los elegantes muebles, la gran cama, el baño…
Rápidamente se desnudó y tarareando se metió a la bañera, burbujas por doquier, se relajó, y por veinte minutos olvidó que Light había muerto y que estaba recluida en la casa de su posible asesino.
- ¿Quién era esa?-
Matt se encogió de hombros, ahora sentado en el mueble en el que antes lo había estado Misa.
- Ese no es nuestro problema, seguramente es alguna amiga de L-
Mello bufó, Matt no supo si se burlaba o simplemente no creía que L pudiese ser normal y tener amigas del otro sexo.
- Este lugar es más grande que el orfanato- Dijo una voz imperturbable, Matt levantó los ojos de su juego, dejándolo en pausa. Parecía que todos querían hablar, así que no iba a arriesgarse a perder su partida.
- Te parece- Dijo Mello, con esa manía que tenía en contradecir todo lo que dijera Near, y con tono sabihondo agregó- Es sólo que aquí hay menos personas que allá-
El pelirrojo del grupo asintió, estando deacuerdo de inmediato con Mello. Otra manía.
Near tomó un mechón de su cabello y lo estrujó distraídamente.
- Parece agradable-
- ¿Quién?- Preguntó rápidamente Mello, ya listo para refutarle aquella observación.
El de cabello blanco respondió- La chica rubia-
Mello rió con sorna- ¿¡Cómo puedes decir que es agradable?! ¡Ni siquiera la conoces!-
- Por eso dije que "parece" serlo- Contestó Near, arqueando una ceja.
- Ya basta con los dos- Interrumpió Matt, mirando hacia el comedor- Deberíamos agradecer a L por no regresarnos al orfanato, no creo que le agrade que estén hablando de su amiga-
- ¡Que no es su amiga!-
- ¡Da igual!-
Mello frunció el ceño, esa chica no le daba ninguna confianza y no sabía en dónde la había visto antes, pero aquello hizo que sintiera aún menos confianza en ella.
Y no tenía nada que ver que Near dijese que parecía agradable.
Nada que ver.
Cuando Misa bajó para la cena, vio a los tres niños sentados, jugando con los cubiertos y haciendo bromas; pero en cuanto la vieron guardaron silencio, cada uno la miraba con una expresión diferente en el rostro.
La muchacha tomó el lugar frente a Matt, al lado de Near, y nadie habló hasta que llegó L, destaparon las fuentes y todos se abalanzaron sobre la comida. Excepto Near.
A Misa le llamó la atención aquel niño tan callado a su lado, y de alguna forma triste. Le dio pena verlo tan quieto cuando los otros dos prácticamente echaban todo el contenido de las bandejas (Cosas tan raras como chocolates y golosinas) sobre sus respectivos platos.
L no se quedaba atrás, había tomado para sí un gran recipiente que una considerable cantidad de helado y comía alegremente de él.
- Si no quieres las golosinas, ¿Te gustaría algo de ensalada y carne?- Preguntó la rubia, y para su sorpresa el niño no le respondió, sino que se sirvió la ensalada él solo y comió, sin mirar a nadie.
Misa se había servido ya, pero revolvía inquieta su comida, no había ingerido comida parecida en semanas, pero ahora sí tenía apetito, sólo que algo le molestaba. ¿Quiénes eran esos niños?
- Si no te gusta la comida, Misa-san, podemos pedir otra cosa- Sugirió L, con algo del helado en sus labios. Misa se relamió los suyos por inercia, y de inmediato sus mejillas se colorearon, esperando pasar desapercibida al ojo escudriñador de Ryuuzaki.
Fue cuando el cerebro de Mello hizo click, y la palabra "Misa-san" hizo aparecer información sobre Misa Amane, la ídolo, la modelo. La sospechosa de ser segundo Kira y la novia de Light Yagami, primer Kira.
- ¡Lo sabía!- Gritó, olvidándose de sus modales, olvidando que L estaba ahí junto a ellos, olvidando la advertencia de Matt sobre hablar de la amiga de L- ¡Eres Misa Amane! ¡Eres el segundo Kira! ¿Qué haces aquí?-
Misa saltó en su asiento, asustada por la energía con la que Mello hacía sus declaraciones.
- Mello…- Susurró Matt, tratando de controlar a su amigo. Near miró cautamente a Misa, tratando de confirmar lo que había dicho Mello.
- ¡Ella no debe estar aquí, deberíamos encargarnos de ella como lo hicimos con el primer Kira!-
- ¡Mello!-
- ¿Qué?- Espetó el rubio a su amigo pelirrojo, que estaba al borde de la desesperación. Si L se enojaba y los dejaba en la calle, no perdonaría nunca a Mello- ¡Es un monstruo! ¡Casi mata a L! ¡Casi NOS mata!-
La rubia abría más y más sus ojos, pasaba de L a Mello, y nuevamente a L, quien permanecía imperturbable con el tenedor en su boca.
¿Light había tratado de matar a esos niños? ¿Por qué? ¿Ellos se habían "encargado" de Light? ¿Acaso ellos eran responsables de su muerte?
Un monstruo, ellos la consideraban un monstruo. Sus ojos se aguaron, le empezaba a picar las pupilas, la amenaza de que sus lágrimas saldrían en cualquier momento, la opresión en el pecho, la comida en su boca que ya no podía comer.
Quería irse. Tenia que.
- Mello- Habló L con firmeza, aunque sin sonar rudo. El rubio se calló, pero ya el daño estaba hecho. Misa se excusó lo mejor que pudo, antes que sus emociones decidieran salírsele y terminase rompiendo en lágrimas ahí enfrente de todos.
- Bien hecho, genio- Susurró Matt a Mello, volviendo a su comida.
- Eso no fue apropiado- Dijo Near, y aunque su expresión fuese la misma estoica de siempre, algo en su tono de voz daba a entender que estaba molesto.
L observó a sus sucesores, ninguno de ellos tenía más de unas horas de haber conocido a Misa, y sin embargo ya cada uno había demostrado tener fuertes sentimientos hacia ella. O al menos el comienzo de ellos. Interesante.
Se preguntó si debería ir a ver cómo estaba, pero talvez era mejor dejarla sola. Iría a verla más tarde.
Cuando Misa llegó a su habitación y se derrumbó sobre la cama, lágrimas automáticamente salieron de sus ojos, como si fuese un acto reflejo, como si lo hubiera hecho por mucho tiempo.
No supo cuánto tiempo estuvo así, pero no le importó. Sólo quería estar sola y llorar, no entendía porqué L la había llevado hacia ese lugar, ni quienes eran los tres niños. ¡Todo era tan confuso! Y Light, ¡Qué diría él! Estaba en la casa del que había matado a su amado Light, ¡No era su intención pero cuánto le hacía sufrir saberse una traidora, sobre todo por haber extrañado a Ryuuzaki!
El leve chirrido de la puerta la hizo volver a la realidad, y entre lágrimas vio cómo la puerta se abría, pero nadie se asomó.
- ¿Light?-
Claro, era imposible que él estuviese ahí. Light estaba muerto. Pero fue lo primero que se le vino a la cabeza. Caminó hacia la puerta, limpiándose las lágrimas, y la abrió.
- ¿Uh?-
No encontró a nadie.
