NdA.
Crossover; Bleach/Avatar, de Jim Cameron
yaoi-lime,
Norm Spellman/Abarai Renji.
Warnings; spoilers del film de J. Cameron, en caso de que no lo hayáis visto.
CF hard, de nuevo. Ningún personaje original me pertenece, sólo el mero texto del fanfiction.
No sé qué parte insana de mí pensó en esto, después de ver Avatar tres veces y escribir "Verdirrojo". El texto de la cita de Bodhi, tiene una hermosa foto de la Tierra.
La idea me llegó de un golpe, recordando a los gandharvas de Brahma; un shinigami NO tiene limitado su trabajo espiritual a este mundo, neh? De modo que tenemos al capitán y al teniente del Sexto Escuadrón, esta vez de gira en varios otros mundos, reportándose con el biólogo de guardia en Pandora, Norm, quien me encantó en Avatar porque parece el hermano menor de Sheldon Cooper y se mete a madrazos con los militares… sin saber siquiera cómo pelear…
Glosario de Na'vi, al final. Mil gracias anticipadas por sus lecturas y reviews.
Namasté y feliz año, para todas. FA.
1; Respuesta.
"Así como la Tierra y los elementos sirven generosamente a los innumerables seres repartidos por el espacio infinito ¡Pueda ser yo útil de muchas maneras a todos los seres que pueblan el espacio, hasta su liberación final!"
//Bodhicaryavatara Santidewa, citado en el Manual de Ética, Sexto Curso de Filosofía, Academia Shinigami.//
Renji entregó los papeles firmados a Kuchiki taichou. Éste se limitó a asentir, secamente, a su pausada forma.
—Te felicito, Abarai. No ha sido un trabajo simple…
—Gracias capitán.
Byakuya desplegó el largo rollo, con la situación de cada quásar y extendió su mano, haciendo que el diagrama pareciera despegarse y extenderse en cuatro dimensiones sobre el mismísimo papel entintado. Reiatsu puro y años de entrenamiento perfecto, no más. Los puntos planetarios señalados en azul, implicaban la vigilancia espiritual de otros tantos grupos de shinigami, velando por el equilibrio entre hollows y plus, para mantener un equilibrio perfecto entre universos. Había unas cuantas marcas rojas, que los shinigami de Academias cercanas estaban tratando de cubrir (El Gotei 19 y el 42).
—Con todo, Mayuri-taichou me ha informado de ciertos puntos de descontrol, en la zona de Teicuyha… lo que en el Ningenkai llaman Alfa del Centauro…
Renji retuvo el aire unos segundos. Oh no. Fingió indiferencia, hasta donde podía.
—¿Los Na'vi?
—Efectivamente. Sabes que ellos no necesitan de nuestra vigilancia. Su conexión con su propio mundo es tan profundamente espiritual que no hay hollow de ninguna especie que se atreva a acercarse a Pandora.
—¿Cuál es el problema entonces, capitán?
—Eso es precisamente lo que vamos a averiguar, Renji. Preséntate a la Doceava División; Mayuri-taichou y Urahara Kisuke te darán el equipo necesario. Ir allá requiere de dos o tres portales; no es tan fácil como sólo bajar al Ningenkai.
—¿No hay otro Gotei cercano que pueda hacerse cargo?
—Estamos a sólo 4 años luz, Renji. Serán diez minutos entre portal y portal. Worf Thlhngan taichou, del Gotei 70, es el más cercano y en éste momento, como puedes ver en el diagrama, nosotros podemos llegar antes… me asombra que pongas objeciones…
Renji sonrió.
—No es eso, capitán. Estoy acostumbrado al shumpo, y los ikram son… caprichosos.
Byakuya esbozó apenas una leve sonrisa, el equivalente a carcajearse de su teniente.
—¿No tendrás miedo a volar, verdad? ¿O a esos bichos?
Renji confesaría lo último, primero muerto y después de tortura agónica.
—¡Claro que no!
—Me complace. Recoge tus cosas. Nos veremos en el portal en dos horas…
Urahara sonrió, una vez terminados los toques del gigai; hacer un Na'vi no era más difícil que hacer un humano. Y sería cómico ver al estirado capitán del Escuadrón Sexto trepar semidesnudo sobre un Ikram o sobre un Tndeakh y aparecerse de repente frente a la shinigami sustituta en Pandora, la Dama-Dragón, Mo'at, quien había mandado la llamada de auxilio. Renji entró al laboratorio, mirando los tanques de los dos gigantescos avatares. Fue turno de Mayuri para aparecer.
—Mhhmp —murmuró, disgustado, checando los últimos datos en su computadora—; deberíamos mandar a Akon o a Nemu, en el peor de los casos, Kisuke.
—Byakuya te parece alguien incompetente, Mayuri?
—¿Un noble educado para ser guerrero y su mono amaestrado?
—Nosotros tenemos que controlar el flujo espiritual desde aquí
—Ukitake es más reflexivo, mucho más observador…
—Y está seriamente enfermo… deja de renegar. Hay que vestirlos con estos gigai de Na'vi; apenas tenemos tiempo.
Renji tosió, educadamente.
—Ya sabíamos que estabas ahí, Abarai —dijo Mayuri—, como si tu presión espiritual no se sintiera claramente…
Renji se decidió por la respuesta prudente:
—Buenas tardes, Mayuri taichou, Urahara-san.
—¡Iooo, Renji! —Urahara sonrió, dejando colgar el abanico de su muñeca, abandonado el sombrero a rayas y vestido con el uniforme de Ciencias Biológicas de la División Doceava. Era raro verlo personificado como lo que en realidad había sido siempre; un científico morboso mas allá de todo límite.
—¿Estás listo?
—Si, Urahara-san. Kuchiki taichou quedó en encontrarme aquí; tenía que pasar a la mansión y dejar algunas instrucciones a Rikichi.
—Bueno, ya conoces el proceso: es exactamente igual que un gigai humano —sacó dos píldoras verdes—; esto es el idioma y esto otro, las costumbres. Obtendrán energía espiritual para subsistir de la misma que sostiene Pandora; la comida de los Na'vi y el aura electromagnética. Tu capitán sabe eso; no es la primera vez que se presenta ante Mo'at… ¿te gusta la selva?
Renji asintió. No, no le gustaba. La presión espiritual de Eywa era enorme, como ser aplastado por un reiatsu gigantesco, en oleadas, como meterse a una tina de plomo fundido, logrando apenas moverse. Byakuya era capaz de resistirlo, porque era el capitán más fuerte y el heredero con el mayor reiatsu de los Kuchiki. Para Genryuusai dono habría sido cosa de niños el ir a Pandora… pero moverse por todo el universo conocido era parte del entrenamiento de un shinigami y de momento, con la guerra terminada e Ichigo haciéndose cargo de toda la zona de Karakura… por no decir que de todo el hemisferio oriental, no había muchas preocupaciones para el Gotei 13. Por cierto, con un carajo, ¿Por qué no habían mandado a Ichigo en lugar de a ellos? Ah sí, porque era un idiota capaz de arruinar cualquier negociación y los Na'vi terminarían por echarlo a patadas, literalmente, de su pequeña luna.
Urahara le señaló el tanque sólo con la mirada; ésta vez, el gigai Na'vi era más parecido a Renji que la anterior. Los rasgos felinos se mantenían, junto con la piel azulada. Pero las marcas fosforescentes eran rojas y Urahara no había olvidado uno sólo de sus tatuajes ni el color de su cabello. El problema sería arrastrarse hasta el portal. Un na´vi pesaba en el Seireitei -misma gravedad del Ningenkai- alrededor de cuatrocientos kilos, sin contar con los tres metros de estatura.
Byakuya entró al laboratorio, seguido por un Rikichi que no dejaba de anotar minuciosamente todas sus órdenes. Con la más total de las indiferencias y a una sola señal, le indicó a Renji que se desnudara. Mayuri ni siquiera les hizo caso; Urahara no les quitó la vista de encima, mientras el científico de pelo azul vaciaba los tanques y dejaba los gigai al descubierto. Renji luchó sólo un momento por ponérselo; como fuera, estaba mucho más amplio que un gigai humano, que equivalía a ponerse un traje de lycra ajustado sobre el hakama. Rukia, Hisagi y Kira entraron en ese momento.
—¡Wow! ¡Han quedado geniales, Mayuri-taichou!
—¡Y qué esperaban, trío de idiotas! ¿Quién los invitó?
Akon se acercó, respetuosamente:
—Creo que es adecuada una despedida de sus amigos, capitán.
Rukia se aproximó a su nii-sama. Si Kuchiki lucía majestuoso bajo su forma humana, su gigai Na'vi no perdía uno sólo de sus detalles; el rostro felino, igualmente bello, las marcas fosforescentes del mismo tono de sus ojos ahora gatunos, gris azulado, el cabello suelto, retenido por los kenseikan y la larga trenza de conexión espiritual, el medallón aityri de color blanco, cubriendo parte de su pecho, con la flor de cerezo y el número seis, que lo distinguían como capitán y el largo fundoshi blanco, dejando caer su cola hacia un lado, el resto del cuerpo desnudo, Senbonzakura retenida ahora por un cinturón de cuero entretejido de cientos de cuentas blancas.
Renji se asomó tras él, la piel de un azul ligeramente más oscuro, lleno de las marcas negras de sus tatuajes y el cabello recogido en la coleta roja, con la trenza de conexión cayendo hasta la cintura, los ojos de tono rojo brillante, iguales que sus marcas fosforescentes del rostro, también rojas. En el brazo, el aytiri blanco que lo señalaba como teniente y Zabimaru, colgada de través sobre su pecho, en la funda de ala de ikram, profusamente tejida, con el kanji del escuadrón Sexto. Su fundoshi era negro y su cola caía hasta el piso y Hisagi y Kira no tardaron en hacer burla de ella.
—¡Ahora sí que has quedado hecho un mono!
Byakuya se inclinó hacia su hermana y se permitió un gesto que no haría, siendo humano; puso su gigantesca mano sobre la cabeza de ella y movió la otra en un elegante gesto, sin cambiar la solemnidad de su rostro.
—Oel n'gati kame yia…
Su acento era impecable; Rukia asintió, con una sonrisa de lado a lado. "Te veo". La frase más afectuosa que existe en Na'vi. Tomó la mano de su nii-sama (ahora de cuatro dedos) y la besó, con afecto. Byakuya se permitió sonreír; el gigai proyectaría sus sentimientos más íntimos, cosa que lograba controlar siendo humano, pero no Na'vi. En un momento, su rostro recuperó la solemnidad de siempre; se acercó a Mayuri, quien le entregó el arco y el carcaj ritual.
Renji golpeó a su amiga en el hombro, con un dedo gigantesco:
—¡Oy! ¿De mi no te despides?
Rukia le dio un tirón a su cola y todos soltaron la carcajada.
—¡Hey! ¡No es gracioso!
La shinigami se cubrió la cara.
—No lo es… es mortalmente cómico… ¿quién ha visto un gato rojo?
Por toda respuesta, Hisagi y Kira hicieron un coro de maullidos. Rukia puso esa cara de "si no regresan vivos, iré a rematarlos, personalmente". Kira tomó la mano de Renji.
—Cuídate, tarado… tendrás mucho que contarnos cuando regreses.
Hisagi lo palmeó en el muslo.
—Te envidio, Abarai.
Por primera vez, Renji sonrió satisfecho.
—Lo lamento, Hisagi-taichou… pero ésta vez, nos mandaron a nosotros, no al capitán del SanBantai y a su teniente. Tal vez la próxima.
El escándalo en la entrada vino a distraerles; Hinamori y Matsumoto. Ésta última se quedó boquiabierta y luego, saltó a su natural desparpajo.
—¡Que todos los dioses me amparen, Renji-kun! ¡De haber sabido que te ves buenísimo con ese gigai… mira nada más que trasero!
Hinamori le dio un codazo y Matsumoto frunció el ceño, con sus pechos rebotando.
—Venimos a desearles buena suerte, Renji-kun, Kuchiki-taichou.
Éste rebuscaba algo en su ropa, cuidadosamente doblada; la ginpaku. La puso en su cuello y los demás shinigami se dieron cuenta de que no había cambio alguno, en realidad, en el ahora enorme y azulado ser felino que contenía a su capitán. Kuchiki inclinó su cabeza, graciosamente, agradeciendo, sin decir una palabra. Al fondo, Urahara y Mayuri discutían:
—¡Es la declinación correcta!
—¡SIEMPRE has sido un astrónomo de porquería! Próxima Centauri no es ALFA Centauri!
Una educada tos los interrumpió.
—Estamos listos, Urahara, Mayuri-taichou —con un suspiro, éste los guió hacia el portal.
—Si terminan flotando en el vacío, se lo deberán al idiota de Kisuke.
Byakuya sonrió levemente.
—Más vale que no sea así.
Inclinó la cabeza, en un gesto de despedida. El portal los disolvió en menos de un segundo.
No sé de cuántos capítulos será esto. Suplico vuestra piedad y comprensión con mi propia demencia, que me pone a escribir incongruencias de ésta clase. Ojalá y os agrade y si no, dejádmelo saber en las reviews. De momento, no hay mucho que traducir del Na'vi. Los ikram son los dragones de cuatro alas que los Na'vi montan para volar. Los tndeakh, sus estilizados y hermosos caballos. Estoy tratando de hacer la traduccion más aproximada al Na'vi de "shinigami". Deseadme suerte. Namasté y gracias anticipadas por sus lecturas. FantasmaAlineal/Kitsune Gin.
