*-*-*Capitulo #1*-*-* Un Nuevo Curso Escolar

La mañana parecía salida del mismo sueño, los cálidos rayos solares hacía de ese verano un clima inigualable; apenas había dado inicio a un nuevo ciclo escolar, aquellas caras tan familiares al fin volvían a encontrarse después de tan merecidas vacaciones, todo parecía igual como si el tiempo no hubiese transcurrido, las instalaciones del plantel estaban justo como las habían dejado, pero hoy, era un nuevo día...

—Pss... hey... pss Itachi... —Se logró escuchar un susurro proveniente de uno de los joven que en el aula se encontraban— …Itachi. —Insistía en llamar la atención de joven Uchiha mientras de su cuaderno arrancaba una hoja dándole forma esférica, para lanzarselo.

Algo era seguro, podía ignorar la suplica de su amigo, pero una falta de modales, eso jamás…

—Humn,.. —Se escucho levemente la queja de inconformidad del chico de cabellos color azabache, sabía que no le dejarían en paz hasta que tuviera su atención, así que ladeo su rostro lo suficiente para dirigirle la mirada.

—¿Le entendiste a la explicación del profesor? —Decía el joven de tez azulada mientras se rascaba por detrás de la nuca.

De manera inesperada para el chico de apariencia tiburonezca el timbre lo había tomado por sorpresa así que no pudo evitar dar un ligero salto en su asiento dejando en claro el evidente susto que se había llevado, mientras el joven de ojos carmesí solo podía ver a su amigo con una mirada de fastidio.

—¿No podías esperar a que la clase finalizará?, sólo faltaban pocos minutos para ello… —Le respondió mientras se llevaba la mano al rostro acomodando sus lentes.

—No te enojes Itachi, es solo que la clase ya me andaba aburriendo, no tienes por qué tomarte todo tan enserio y menos cuando recién da inicio el curso, relájate... el día apenas comienza jeje —Ese tono burlón tan característico en él solo provocaba un enojo aun mayor en su amigo.

—... —El Uchiha se limitó a dar únicamente un leve respiro de conformidad. —Tú no cambias... —Pensaba.

Los pasillos se llenaban nuevamente de estudiantes, algunos de ellos nuevos y otros más de rostros conocidos, y nuestra pareja de jóvenes caminaba por esos pasillos dirigiéndose al patio trasero de la institución

El de mayor estatura cargaba siempre consigo una espada muy extraña, la única explicación que dio tiempo atrás, fue que al ser una reliquia de familia, la había heredado, nadie conocía exactamente la historia de dicha espada, pero todos conocían las habilidades inigualables del espadachín, no por nada era el orgullo campeón del colegio.

Su compañero que era uno poco más bajo a éste, era un joven de pocas palabras, se conocía que su familia poseía una de las mejores posiciones económicas. Los Uchiha, quien su escudo de armas era un abanico, orgullosamente era portado por cada miembro existente, los ojos color carmesí eran una seña característica de dicha familia e Itachi era el hijo mayor y por lo tanto sucesor a dirigir la compañía de los Uchiha aunque este proyecto no era precisamente del agrado de nuestro estudiante estrella.

—¡Itachi-San, Kisame-San ohayo gozaimasu! —Se escucho una voz un tanto infantil, sin saber su identidad ese timbre de voz era inconfundible.

—¡Ohayo Tobi! —Respondió con una grata sonrisa el espadachín mientras agitaba su brazo dirigiéndose al grupo de chicos que se hallaban a la sombra del un viejo árbol.

—Ohayo —Se limito a responder, alzando su mano lo suficiente para ser vista saludando a sus compañeros a lo lejos.

—¡Senpai, senpai..! ¿Tobi puede ir a saludar a Itachi-San y Kisame-San? —A pesar de poseer aún su máscara descubriendo únicamente un solo ojo, se podía ver a través de él la ternura que reflejaban dichas palabras.

—uhn... haz lo que quieras. —Dijo sin mucho ánimo el chico de ojos color cielo.

—¡Arigato Senpai..! —Fue lo último que se le logró escuchar mientras se alejaba a toda velocidad de aquel lugar.

Tobi no era precisamente la mejor compañía, o al menos eso repetía constantemente su adorado Senpai, a pesar de estar en el mismo año escolar que los demás chicos, Tobi se comportaba de manera bastante infantil, a Kisame eso le agradaba, decía que "Tobi sería quien le diera algo de vida a ese equipo tan frío" y aunque nadie compartía su opinión tenía mucha razón en pensar así.

—Tobi, ¿cómo te la pasaste? —Le pregunto mientras le rodeaba de manera lateral con uno de sus brazos y con la otra mano revolvía el cabello del chico.

—Kisame-San esta revolviendo el peinado de Tobi, Tobi ya no se va a ver bonito. —Comentaba el chico Uchiha mientras intentaba proteger su cabeza de las constantes despeinadas de su compañero haciendo innumerables pucheros.

—Jaja calma Tobi, pero dime ¿Qué tal lo pasaste? —Reía al notar el comportamiento usual del menor.

—Tobi recuerda haber hecho muchas cosas... —Hizo una pequeña pausa llevándose el dedo a la sien—: Tobi es un buen chico. —Termino su respuesta mientras se encontraba lamiendo una enorme paleta.

—... Pero... ¿de dónde saco eso? Bah, no importa de todos modos... —Decía en sus adentros el ojo carmesí mientras intentaba ignorar la conversación de esos dos.

—¡Claro que eres un buen chico Tobi! Eres el único del equipo que no se enoja por todo.

El Uchiha pudo sentir la mirada acosadora que le dirigían, pero que mas daba, jamás le había importado lo que pensarán de él, no después de aquel día...

*-*-*Flash Back *-*-*

—¡Oni-San! ¡Oni-san! —Se escuchaban unas rápidas pisadas dirigiéndose a él.

—... ¿Qué sucede Sasuke? —Respondió con desgano intentando disimular ante su hermano su gran preocupación.

Ese pequeño siempre fue la alegría de sus días, aunque por momentos le ignoraba y lo trataba como un bebé, estas acciones hacían enojar al menor, pero Itachi lo disfrutaba, esos pucheros y rabietas eran toda una obra maestra y aunque delante de él no mostraba muy contables emociones, no significaba que no le hiciera reír en sus adentros.

—Oni-San, ¿hoy si vamos a practicar? Ayer me lo prometiste. —Nuevamente se dibujaba en él aquella mueca infantil de inconformidad, sabía que su hermano no podía negarse frente a esa mueca.

—Me temo que lo dejaremos para otra ocasión.

Enseguida extendió su mano hacia el pequeño haciéndole una seña para que se acercara, el menor rápidamente se acerco a su hermano pues interpreto tal señal de manera satisfactoria, creyendo que había logrado su objetivo, sin embargo cuando estuvo lo suficientemente cerca de él, éste se limito a tocarle la frente al pequeño con sus dos dedos, índice y medio deteniéndole.

—Auch... eso duele oni-san... —Decía mientras se frotaba su mano sobre su propia frente– Siempre haces lo mismo, eso es injusto. —Se dibujaba nuevamente sobre él esa expresión infantil.

—Gomen nee Sasuke, pero hoy debo terminar con... un asunto. —Sin decir más se levanto de su asiento y comenzó a alejarse del pequeño— Gomen nasai Sasuke, espero algún día puedas perdonarme... —Se decía en sus adentros.

El pequeño Sasuke logró notar la mirada de su hermano, era diferente a la que mantenía todo el tiempo, en esta ocasión, más allá de notarse distante, en ella había un profundo vacío, como si su amado oni-san no fuera el mismo de siempre, pero a su corta edad rápido lo olvido.

*-*-* Flash Back *-*-*

—Sasuke... yo... Gomen nasai... —Alcanzo a susurrar mientras caminaba a paso lento con la mirada al suelo, ignorando sus alrededores.

Se había alejado ya lo suficiente de sus dos acompañantes, si es que Itachi podía llamarlos de esa forma, ya no se escuchaban sus voces y eso era muy relajante para él, en ese momento solo pensaba en una sola persona, en su hermano.

Dentro de una de las aulas se encontraba varios estudiantes, al parecer algo interesante ocurría allí dentro, esas reuniones eran ya usuales entre el alumnado, y aunque en incontables ocasiones los profesores procuraban mantener el orden, jamás podían saber exactamente lo que los alumnos planeaban, esa era una de las razones por las cuales se implementaros los clubes, para mantener a los chicos entretenidos y con diversiones "sanas".

—Bien, ¿alguien da más de 200?

—¡Pero dijiste que estarían a 50 cada una! —Se quejaba uno de los estudiantes mientras revisaba su billetera.

—Lo siento, pero en el mundo de los negocios, nada se mantiene en su precio inicial, ahora ¿vas a pagar o... es que hay algún otro interesado?

—¡NO! Espera... aquí tienes... —Maldiciendo en sus adentro él chico accedió a pagar dicha cantidad, sabía que con él no se podía negociar...— Tacaño...

—¿Decías algo?

—No, nada, nada... —Su nerviosismo era evidente, no podía creer que le hubiesen escuchado, ya habían varios metros de distancia y con tantos chicos era imposible que le escuchara— ...pero, ¿cómo es posible? No, no puede ser cierto... —Se decía así mismo mientras recogía su recién compra y se alejaba a toda prisa de aquel lugar.

—Es un placer hacer negocios contigo, ¿algún otro interesado?

—Yo, yo... yo... —Era lo único que se podía entender, la cantidad de alumnos que recurrían a él era impresionante, y aunque poseía la fama de ser un tacaño y codicioso alumno, tal parecía que sus compradores cada día iban en aumento, entre empujones y gritos los jóvenes fueron uno a uno satisfaciendo sus encargos, iban desde fotos de alumnas, música, películas, aplicaciones para juegos portátiles, hasta las más locas excentricidades que uno pudiese imaginar, no había nada que él no pudiese conseguir.

—¡Así que aquí estas Maldito tacaño! ¡Te eh estado buscando por toda la escuela! ¡Joder!

Entre la multitud apareció un alumno de tez bastante clara, tenía el cabello lacio y largo que mantenía siempre con un peinado hacia atrás, sus ojos violetas se apreciaban de manera formidable gracias a su blanca cabellera, de su cuello cuelga un dije en forma de triangulo invertido dentro de un circulo símbolo de su religión Jashinista.

De la frente de nuestro comerciante se dibujaba una vena resaltada, esa voz le estresaba, ese tono, esas palabras, en especial ese sujeto, no había nada en el mundo que detestara más que a su compañero Hidan.

—Ahora... ¡¿Qué quieres?! —Su tono denotaba un gran enfado, estaban arruinándole el día— y justo ahora que iban tan bien las ventas... maldito —Se decía para sí mismo.

—Vamos, que el maldito Líder nos quiere ver, además ¡Jashin-Sama te castigará por eso! —Su fanatismo religioso en ocasiones asustaba, siempre tenía presente a su Dios Jashin-Sama y eso era una de las cosas que más le hacía enojar a su compañero de equipo.

—¡JODER! Y ¿Por qué justo ahora? Qué no ves que estoy en cosas importantes, además lo que diga tu estúpido Dios me importa poco. —Él joven de orbes verdes comenzaba a ponerse bastante serio, pues lo que más amaba en la vida era el dinero y ahora, justo ahora por culpa del fanático estaba perdiendo ganancias.

—¡TE MATARÉ MALDITO BASTARDO A JASHIN-SAMA NO SE LE INSULTA!

Las cosas comenzaban a ponerse muy serias, los jóvenes que allí se encontraban conocían a la perfección el carácter de ambos estudiantes, por un lado Hidan era muy sádico, era un gran deportista, el mejor del equipo de Akatsuki, y cuando se trataba de defender el poder de su religión todo absolutamente TODO podía ocurrir, en grandes ocasiones le faltaba el respeto a sus superiores y por ello era castigado, cosa que no le importaba, algo era seguro Hidan era una persona de temerse mientras que por otro lado Kakuzu era una persona de carácter más controlado, pero tenía la fama de futuro miembro de la mafia, ambos hacían un equipo invencible pero no se soportaban o al menos eso reflejaban ante el mundo.

Ambos alumnos estaban a punto de iniciar uno de los que serían las peleas más sangrientas antes registradas, cualquier indicio podía darle pie a comenzarla y no había nadie, al menos en su sano juicio que se arriesgara a intervenir ni mucho menos detenerla.

—¡MALDITO MONJE, ACABAS DE ARRUINARME LOS NEGOCIOS Y ESO NO TE LO PERDONARÉ! —El joven de tez morena había guardado ya sus ganancias del día, no podía permitir que alguien como él le halara de esa manera y más si con ello era maldecido por un Dios que el negaba siempre.

—¡¿A QUIEN LLAMAS MONJE?! MALDITO BASTARDO... ¡KAKUZO JODER! ¡DE ESTA NO TE SALVAS!

—Pero...qué demon... ¡Hidan, Kakuzo! ¿Qué no puede pasar un día sin que armen un alboroto por nada? —Una voz misteriosa se escucho desde el fondo del corredor, provocando que ambos cuerpos se paralizaran en instantes.

—¡Joder, no te metas en esto!

—Este no es asunto tuyo, además él comenzó con su estúpido discurso de siempre.

—¡¿Qué?! ¿Discurso? Maldito... Jashin-Sama no es un pasatiempo...

Ambos chicos ya se habían controlado al menos un poco, a pesar de que aquella silueta no representaba amenaza para ellos, al menos no lo veía de esa manera, sabían que cuando se enfadaba podía ser muy peligroso...

—¡LOS DOS! Pronto, se les está esperando en el campo del club... —Su orden fue directa, esa voz en verdad atemorizaba, pronto aquella silueta había desaparecido dejando a la pareja aun inmóvil.

—Joder... detesto que se pongan así...

—Malditos...


Y hasta aquí nuestro capítulo de hoy, espero les haya gustado jejeje n_n

Yamiko: y si no, pues JASHIN-SAMA los matara.! Muhahaha ::apareciendo con la oz de Hidan::

Akira: O_O Yamiko-San me asusta x_x

¿A quién no? X_X

Akira: Bueno, bueno... hablemos del siguiente capítulo n_n

Excelente idea owo jejeje

¿Quién será el dueño de esa voz tan misteriosa? ¿A caso Hidan y Kakuzo podrán llegar a la cancha sin pelear de nuevo? ¿Los tiburones pueden respirar fuera del agua? ¿De dónde saco Tobi la paleta? ¿Itachi podrá termina de hacer su remember?

Todo esto y mas... podrán verlo en el siguiente fic llamado "Todo sea por un equipo"

Akira-Yamiko: Hasta la próxima...!

Cualquier sugerencia será bienvenida, lo prometemos.!

Ciaossu~