Declimer: No poseo nada más que la idea central. Todo lo relacionado a Hogwarts y personajes conocidos pertenecen a J.K.


Todo se reduce a primeras apariencias

Sirius Black era apuesto. Eso no era una concepción, era una realidad. El primogénito de la familia Black había hecho honores a la casi sangre real que la familia hacia alarde de poseer. Dicha apariencia siempre le había asegurado éxito absoluto con toda chica en quien posara sus ojos. Sus conquistas eran variadas, legendarias y siempre fugaces; pues cada mujer en quien Sirius Black posaba sus ojos estaba destinada a caer a sus pies con sólo una mirada. Por ello, el único modo posible de que una realmente tuviera su atención... era decidiendo que no.

Nuestra historia comienza una tarde fría de octubre en el que las hojas del otoño cubrían los terrenos del castillo de la escuela Hogwarts de magia y hechicería. Un grupo de muchachos se relajaban bajo su árbol favorito frente al lago. Como era usual, el más recatado del grupo, quien portaba una insignia de Prefecto se escondía tras un libro; el más popular hacia piruetas de luces con su varita intentando impresionar a las chicas del lago; el más distraído parecía inmerso en un pergamino repitiendo a voz alta todos los ingredientes necesarios para realizar un Filtro de muertos en vida; y el más apuesto dormitaba acostado sobre su propia mochila.

"Polvos de raíz de..." el chico, que era algo pequeño y regordete, con un rostro que recordaba en algo a una rata, parecía preocupado.

"Asfódelo, Peter" completó el Prefecto tras su libro de "101 Maneras de mirar a la luna".

"Cierto, gracias Remus, exacto, polvos de raíz de asfódelo y..." Peter pareció divagar a la tierra del olvido en una nueva ocasión "y..."

"Infusión...infusión, es una infusión, ¿infusión de que, Peter?" trató de ayudar el joven apuesto acostado en su mochila.

"Se que es una infusión, Sirius" se defendió Peter "pero no recuerdo de qué..."

"Ajenjo, ¡AJENJO! Por dios... es la decimonovena vez ¿Cuánto te toma aprenderte esto?" preguntó fastidiado el muchacho popular.

"Dale un respiro, James" advirtió Remus.

"Juro por dios, Peter... a veces me pregunto que tienes en a cabeza..." murmuró James.

"Las direcciones a las cocinas... es lo único que recuerda" comentó Sirius, girando los ojos ante la mirada desaprobatoria de Remus "Es la verdad"

"¡A-LE-JA-TE DE MI!" se oyó una voz femenina gritar tras ellos.

Escucharon la risa de un muchacho, y la chica volvió a gritar de furia soltando un maleficio. Sirius se sentó sobre el pasto, James dejó las luces de su varita, Remus bajó su libro y Peter se asomó entre los arbustos en dirección a la voz.

"Los Slytherin... molestan a una chica" explicó Peter. James y Sirius se levantaron en seguida.

"Mulciber, devuélveme mi libro de pociones" escucharon decir a la muchacha mientras se asomaban por los arbustos.

Los chicos observaron la escena algo curiosos. Mulciber y Snape, estaban frente a una chica que los miraba con una furia palpable, quien sostenía su varita a dirección de ellos con un sorprendente pulso firme. Mulciber lanzaba en el aire una copia del libro de pociones y olfateaba una bufanda de Slytherin, luego, tras pasarle las cosas a Snape se acercó a la chica.

"Sólo te estoy pidiendo una cita" explicó el muchacho con voz relativamente calmada.

"Prefiero mil veces mudarme a las mazmorras a salir contigo, aléjate de mi" repitió la muchacha al ver que se acercaba, alzando su varita.

"Eres muy bonita para hablar con un tono tan ofensivo..." dijo Mulciber acercándose.

La chica alzó su varita y abrió la boca para soltar un hechizo, cuando vio que el chico retrocedía a una luz azul que había dado justo frente a él.

"Diablos... sigo repitiéndome que debo mejorar mi puntería" escuchó decir la chica mientras volteaba en dirección a la voz.

A su izquierda, un Sirius Black demasiado contento consigo mismo, sostenía su varita en alto autoproclamándose como su gran salvador. La chica frunció el ceño mirándolo.

"¿Te importa, Black? Intento hablar con mi amiga" dijo Mulciber volteándose hacia ellos.

"Por lo que hoy no es tu amiga" respondió tranquilamente encogiéndose los hombros "de hecho parece que detesta la sola idea de que existas..."

"Y no puedes culparla, con solo mirarte la cara me hace odiar el hecho de que existas... imagínate la pobre chica que contempla la posibilidad de una cita contigo... comprendo su ira" completó James.

"Lárguense de aquí, están fuera de su territorio" dijo Mulciber.

"Cuando hay una damisela en peligro, siempre vendremos a su rescate..." dijo Sirius haciendo una reverencia hacia la muchacha.

"Yo no necesito su ayuda" dijo la chica ofendida mirando a los recién llegados.

"Ah si pues yo creo que..." lo que Mulciber creía nunca llegaron a saberlo pues había caído de espaldas al suelo, después de girar en el aire y ser empujado al pasto, por un grito de "Everte Statum" a su lado izquierdo.

Los merodeadores voltearon a fijar su vista en la chica que sostenía la varita y caminaba ahora en dirección al Slytherin. La chica apunto la varita a la cara del muchacho, visiblemente sorprendido.

"Diffindo, diffindo, diffindo" dijo la chica mirándolo fijamente, al tiempo que el rostro grisáceo del chico era cortado por "cuchillos invisibles" en tres lados distintos de su rostro.

"Deprimo" dijo Mulciber levantándose. El suelo sobre la chica tambaleo y esta se rodó por el pasto para escapar del oyó que minutos más tarde se formo donde estaban sus pies.

"Expelliarmus" gritó con furia la muchacha observando como nuevamente Mulciber era empujado por una fuerza invisible al suelo, esta vez sin su varita, que había caído a unos cuatro metros de distancia.

La chica se levantó, sacudiendo su tunica y caminó de nuevo a su oponente, que la miraba con una mezcla extraña de sorpresa-admiración-rabia.

"No voy a salir contigo, ¿entiendes? NO VOY A SALIR CONTIGO ASÍ ME ENCIERREN EN UNA MAZMORRA POR EL RESTO DE MI VIDA ¿OK?"

"Alzada... me gusta" dijo el chico pasándose una mano por la sangre de su mejilla izquierda.

"Si sigues persiguiéndome, me voy a asegurar de traspasarte el cerebro con tu propia varita ¡TAL VEZ ASÍ PASES TUS FINALES!" le gritó la chica, visiblemente molesta ante la sonrisa burlona del muchacho.

"Yo no acepto no por respuesta"

La chica alzo las cejas con una sonrisa en los labios.

"Desmaius" dijo señalando directo al punto entre sus ojos. Una luz roja golpeo al chico, quien se fue hacia atrás inconciente "buena suerte persiguiéndome inconciente... grandísimo estúpido"

La chica pasó una mano entre sus cabellos negros, volteándose hacia a Snape. Antes de oír vitorreos del lado de los merodeadores, cosa que la hizo voltear hacia ellos.

"¡Eso fue asombroso!" dijo James "le pateaste el trasero... si fueras hombre te uniéramos al grupo ¡un limpia-Slytherins del campo nunca esta de más"

La chica fijó sus ojos verdes en él por un largo periodo de tiempo, parecía dividida entre reírse o hechizarlo. Snape, por el contrario la había imitado, pero mirándolos con una vivida incredulidad. Al final, la muchacha, sólo se limito a girar los ojos y volver su vista hacia Snape.

"¿Me regresaras mis cosas o tendré que enviarte también a ti a la enfermería?" preguntó mirando directamente a Snape con una mirada reprochante.

"Le dije que no saldrías con él" se apresuró a decir Snape.

"Bueno no es conocido por ser el bombillo más brillante de la lámpara... no me sorprende que no te oyera" dijo la chica tomando su libro de las manos del chico.

"Si él te esta molestando... podemos encargarnos de él Slytherin, sabemos lidiar perfectamente con ellos" dijo Sirius, aparentemente horrorizado de la sorprendente charla casual que mantenía con Snape.

"Primero... ¿me veo cómo alguien que necesita tu ayuda para algo?" preguntó retóricamente la muchacha mirando de reojo al joven Black "segundo...la actitud de "salvador de armadura dorada" no les queda cuando es cuatro contra uno" completó tomando la bufanda de las manos de Snape con una insignia de Prefecto colgada en una esquina "y tercero, sé muy bien como lidiar con un Slytherin... porque soy uno"

Se volteó hacia ellos con las cejas alzadas y las manos en su cintura, los observó por unos segundos, complacida de su mirada de sorpresa y se alejó por los terrenos con destino al castillo.

Elizabeth Cromwell no era para nada una típica adolescente. Se consideraba cerrada, arrogante y diferente, razones por las cuales jamás se sorprendía de no agradar a la gran mayoría de las personas. A pesar de ser una muchacha sumamente inteligente, hermosa y confiada de si misma, poseía muy pocos amigos, y era considerada como una solitaria. Físicamente, el cabello de Elizabeth, largo, negro y brillante, llegaba a la altura de su cadera, lo cual hacia un delicado contraste con su tez blanca como la nieve, sus facciones delicadas y un par de ojos verdes-grisáceos que centellaban con un aire de altivo que, aunque muchos podrían considerar insultante, le iba con perfecta naturalidad a la menor de la casa Cromwell.

Mentalmente, la chica era conocida por ser calculadora, inteligente y astuta en cada movimiento que realizaba. Poseyendo el mejor promedio en toda su casa, y el segundo mejor del colegio, era reconocida por su inteligencia y actitud calculadora a siempre cumplir sus objetivos; razón por la cual había sido la opción perfecta cuando el Jefe de la casa Horace Slughorn nombrara a la Prefecta femenina de Slytherin.

Acción que, aunque le había traído muchas alegrías, le había puesto un diamante más a la "joya" por la cual trataban de venderla sus padres a su grupo de "amigos" y "Death Eaters" quienes aparentemente habían impulsado a sus hijos a perseguirla como si fuese una carnada de caza, en un intento además de patético, incauto por congraciarse con Slughorn, quien parecía no muy contento con nadie en su curso más que ella y Snape (por parte de Slytherin, claro).

Y lo peor de todo aquello, era el hecho de Mulciber y el resto de idiotas que lo rodeaban parecían haberse dado a la tarea de intentar por todos los medios hacer de su día miserable, al invitarla constantemente a sus "citas del horror". Elizabeth había supuesto que toda esa pesadilla culminaría a los pocos días de su nombramiento y llegada a Hogwarts, pero ya comenzaba Octubre y no había señales de que se detendrían en algún tiempo cercano.

Con todos esos pensamientos rodando por su cabeza, la joven se dejó caer en uno de los escalones camino a la mazmorra de pociones, recordando a los Gryffindors que habían ido a su rescate. Los Merodeadores. Los conocía perfectamente, aunque dudaba con fuerza que ellos supieran quien era ella antes de ese día. Reprimiendo cierta punzada de herida a su amor propio ante este hecho, se levanto y terminó su camino a la mazmorra donde tomó sitió en la primera mesa frente al escritorio del profesor.

Los Merodeadores no tardaron mucho tiempo en llegar a la mazmorra, aun hablando de la Slytherin que había pateado el trasero de Mulciber frente a ellos, y se notaron visiblemente sorprendidos al ver a la chica en su clase de pociones, pues nunca habían notado su presencia allí.

"Hey Lily" llamó Sirius a una hermosa pelirroja que se encontraba sentada en la mesa de enfrente. La chica se volvió clavando sus vivaces ojos verde esmeralda en él.

"¿Qué quieres, Black?" soltó la muchacha, mientras Severus Snape se sentaba a su lado, taladrando a Sirius con la mirada por hablar con Lily.

"¿Quién es ella?" preguntó señalando a la chica sentada en la primera fila, junto a un rubio, que reconoció como el buscador de Slytherin.

"¿Elizabeth Cromwell?" soltó Lily en un punto de incredulidad que Sirius nunca había presenciado antes.

"¿Así se llama? Vaya... ¿Cómo es?" preguntó Sirius, aprovechando que James seguía mirando hipnotizado a Lily, demasiado ocupado para preguntar o si quiera notar su interés en la Slytherin.

"Es Prefecta" dijo Lily como si eso de por si lo explicara todo, pero al ver que Sirius seguía mirándola distraído suspiró continuando "Tiene el segundo mejor promedio de todo el colegio, es tutora de Aritmomancia, Pociones, Runas, Encantamientos, Astrología y Transformaciones..." dijo Lily aun mirándolo con creciente incredulidad.

"¿Cuál es tu punto?"

"¿Mi punto...? ¡Mi punto es que no es tu tipo! Mi punto es que es demasiado inteligente para salir contigo" dijo Lily, luego bajando su mirada James que seguía hipnotizado con ella, completó diciendo "con ninguno de ustedes"

"Uhm..." Sirius volvió a posar su vista sobre la muchacha que tenía la mano alzada respondiendo ya una pregunta a Slughorn que asentía complacido "Elizabeth Cromwell... ¿Es amiga tuya?"

Lily giró los ojos y se volteó al frente.

"No saldría contigo, Sirius. Sigue persiguiendo a las de primer año" se limitó a decir Lily.

Sirius Black se reclinó en el asiento, observando a la joven bruja en la primera fila. Pensando que finalmente había localizado un reto a la vista.


Sólo esperaré a ver si tiene futuro... compartan su opinión.

Isabel Black