Aquella mañana Wilson se había despertado más temprano de lo habitual, antes incluso de que sonara el despertador… Cansado de dar vueltas en la cama, se incorporo lentamente y miró a la mujer que yacía a su lado. Sam tenía el pelo revuelto cubriéndole la cara y su respiración era suave y tranquila. Estaba preciosa. La observo durante unos segundos más y sonrió para sí, pensando en lo bien que le marchaban las cosas. Después de lo de Amber no pensó que pudiera ser feliz, ni que encontraría el amor de nuevo y ni mucho menos, que sería junto a la primera de sus ex-esposas… Cada día que pasaba a su lado, reforzaba la idea de que en el pasado se había precipitado, y por más que quisiera, no encontraba las razones que le llevaron a divorciarse de ella. Tal vez la culpa fue de su juventud y de la ambición en sus carreras… Ahora sin embargo, todo era distinto. Ambos eran ya personas adultas que habían triunfado en su profesión: El como jefe del servicio de oncología, y ella como adjunta de pediatría en el San Sebastian… Ambos habían estado casados con otras personas, habían fracasado y se habían cansado de la vida de solteros… Compartían aficiones, eran de carácter similar y el sexo era estupendo… Por fin, y después de mucho tiempo, su vida iba en la dirección correcta y podía decir que era feliz, aunque su felicidad no era del todo plena…

Hacía algunos días que estaba preocupado por House. Desde el accidente de la grúa en Trenton no parecía el mismo. Aquella noche, cuando llego al hospital, se cruzo con él en urgencias. Caminaba como un fantasma y su cara decía que era mejor que nadie se acercara a él. Ya le había visto en más de una ocasión así, y sabía por experiencia propia que lo mejor era dejarlo en paz, al menos durante aquella noche…La intranquilidad sin embargo lo acompaño durante aquellas horas y a la mañana siguiente, bien temprano, decidió llamarlo para ver cómo estaba. Se sorprendió al escucharlo por teléfono. Extrañamente su voz era clara y tenía un tono, no sabría como decirlo… alegre? Que delataba que estaba mucho mejor. No alcanzo a comprender el por qué de aquel cambio, y de no ser porque había registrado su casa cuando ingreso en Mayfield, lo achacaría a las drogas… Mantuvieron una conversación corta que se reducía a un "estoy bien" y a un sorprendente "me tomo unos días libres"… En todos los años que hacía que trabajaba en Princenton jamás se había tomado un descanso. Los extraños casos diagnósticos eran una medicina para él y ni en los peores días, en los que el dolor de su pierna era inaguantable había faltado al hospital…Antes de que pudiera reaccionar, House colgó apresuradamente el teléfono diciéndole "nos vemos el Lunes" por despedida. Durante unos segundos permaneció con el teléfono apoyado en la oreja y el molde de un "espera" dibujado en su boca. Sin duda aquello no era propio de House pero aun así, decidió restarle importancia al asunto y darle un margen a su amigo. Al fin y al cabo, la catástrofe de Trenton fue una situación de mucho estrés y sabía que el caso de Hannah, había removido en él viejos fantasmas. Tal vez aquello era lo mejor. Descansar y desconectar del hospital no le haría mal…

Ya te vas?

Sam le sacó de sus pensamientos.

Hey! Hola cariño…Si tengo que ir al hospital…

Tan temprano? No son ni las 7…

Hoy tengo consultas y además me gustaría pasarme a saludar a House…

Ya ha regresado de su viaje?

Eso creo… me dijo que llegaría a principio de semana.

Uhmm… estás preocupado por él, verdad?

Sí. Sé que lo ha pasado mal con su última paciente y luego está lo de Cuddy…

Aún no lo sabe?

Me temo que no… y no sé cómo decírselo.

Sé sincero, lo apreciará.

Sí… tal vez… creo que lo mejor será invitarle a tomar una copa y soltárselo sin más…

Me parece bien, va a necesitar un amigo…

Asintió con la cabeza melancólicamente y acabó de incorporarse de la cama cuando sintió los brazos de Sam rodeándole la espalda…

No vas a darme un beso de despedida?

Sonrió de nuevo y se giro hacia su novia…

Por supuesto – dijo al tiempo que la besaba.

Poco a poco el beso se convirtió en caricias, las caricias en nuevos besos y cuando vio el cariz que llevaban las cosas…

Tengo que irme…

Quédate 5 minutos… - le dijo mientras lo besaba en el cuello.

Voy a llegar tarde…

Pero si es muy temprano…

House…

House siempre llega tarde…

Aquello acabó de convencerlo. Era cierto, House siempre llegaba tarde al hospital, y seguro que aquel día no sería una excepción, no pasaba nada porque se entretuviera unos minutos…

Cuando llego al Princeton Pleasboro eran ya pasadas las 8 y media… Mientras caminaba con paso apresurado hacia el mostrador de recepción, maldijo su debilidad, y saludó cordialmente a su ayudante…

Buenos días!

Buenos días doctor Wilson!

Algún recado para mí?

No, nada nuevo…

Y bien, como tenemos el día hoy?

En consultas están el señor Carter, Smith y la señora Anderson; Peter de radioterapia quiere hablar contigo sobre un tratamiento…

Vale… me voy directo hacia la clínica, dile a Peter que me pasaré a verle lo cuando acabe….

De acuerdo.

Ahhh! Y avísame cuando el doctor House llegue…

El doctor House está en su despacho.

Qué? Ya está aquí?

Sí, llegó hacia las 8…

House llegando temprano y a su hora? Aquello era raro, muy raro… No podía esperar.

Va… Vale… Entonces me pasaré primero a verle.

Mientras subía en el ascensor camino de la cuarta planta, Wilson no dejaba de pensar en la actitud de House. Sin duda que llegara temprano al hospital no era algo soliese hacer, ni tampoco el desaparecer durante un fin de semana… no era que aquello estuviera mal, ni que no tuviera una explicación lógica, pero tratándose de House nada era lo que parecía y su instinto le decía que ocurría algo…

Cuando se bajó del ascensor, camino de forma decidida hacia el departamento de diagnostico y al llegar a la puerta del despacho….

Es sarcoidosis.

Se encontró a House y su equipo (o al menos parte de él) en pleno diferencial…

No puedes estar seguro de ello con solo mirar su historia- Dijo Foreman.

Claro que sí… es obvio! Disnea, Tos, sangre en el esputo…- Respondió House.

Hay mil enfermedades que pueden causar esos síntomas…- Sugirió Chase.

Sí, pero si añadimos los linfocitos altos…

Y como sabes eso? – Pregunto Taub.

Llámalo intuición… y a que ya tengo los resultados de la analítica.

House sacó un papel blanco cuidadosamente doblado de su bolsillo y lo alzó en alto para que sus empleados lo vieran…

Si ya sabías cual era el diagnóstico, por qué nos has hecho perder el tiempo? – protestó Foreman.

Mmmm… Quería ver qué cosas se os ocurrían primero….

Taub y Chase, se miraron con cara de fastidio, y éste último dijo mientras se levantaba de su asiento:

Comenzaremos con los corticoides.

Aquel fue el momento en el que Wilson aprovechó para entrar en la sala. House al instante percibió su presencia y le saludo con la cabeza…

Hola Wilson!

Hola House… podemos hablar un minuto?

Claro!

House se levanto de su silla ágilmente, no sin antes dirigirse de nuevo a sus empleados que ya iban hacia la salida…

Eh! Lo de los corticoides está muy bien pero quiero que además le repitáis la analítica, hagáis una biopsia y un escáner.

QUE! – Gritaron todos al unísono

Eso es totalmente innecesario! El diagnóstico ya está confirmado y si mejora con los cortico…

Quiero asegurarme.

Pero eso supondría un gasto extra y el seguro no se hará cargo. El Hospital tendría que pagarlo...

Y Cuddy jamás lo permitiría – finalizó Chase

Ah no?- dijo de forma divertida House- entonces tendré que convencerla – mientras les guiñaba un ojo.

Foreman , Chase y Taub negaron con la cabeza, y se marcharon maldiciendo las locuras de su jefe… dejándoles solos en el departamento.

Desde cuando quieres asegurar los diagnósticos?

Y desde cuando eso es algo malo?

No digo que sea malo… me refiero a que no es algo que hagas habitualmente.

JA! Es gracioso… llevas años diciéndome que mis métodos son una locura, y ahora te extrañas cuando quiero ser cauto…

Bueno…No es eso… House estás bien?

Claro! Por qué lo preguntas?

Verás… No hemos podido hablar desde lo del accidente de Trenton y sé que lo de esa chica…

Hannah.

… te ha afectado.

No había nada que hacer. Nadie puede predecir un embolismo graso.

Lo sé pero…

La gente muere Wilson. Lo he aceptado.

Está bien.

Un silencio incomodo se instalo entre ellos, hasta que decidió preguntarle sobre el otro asunto que le interesaba…

… y que tal el fin de semana?

Puesss… bien. Muy bien.

A dónde fuiste?

Acaso eso importa?

Bueno solo trataba de mantener una conversación agradable…

House bajo la cabeza y respondió de una forma un tanto evasiva.

Fui a la costa.

A la costa….

Sí… a Atlantic City conozco un buen restaurante y me apetecía pasarme por allí.

Eso es estupendo.

Lo es… tienes más preguntas?

Ehhh…No, supongo que no.

Genial! Porque tengo que ir a que me den un consentimiento.

House salió tan deprisa de su despacho que ni siquiera tuvo tiempo de decirle lo de ir a tomar una copa… Observándole, lo cierto era que le creía al decir que se encontraba bien. Nada en su aspecto (juraría que llevaba perfume y que tenía la camisa planchada), ni en su voz indicaban que estuviera deprimido o triste por lo ocurrido… pero sabía que algo le ocultaba… El qué? Aquello le intrigaba y no descansaría hasta llegar al fondo del asunto…